Parece chocante que en un país donde llevan fuegos artificales en el coche por si se pierden en la carretera durante una nevada exista este concepto: el parque acuático enmedio de un parque o una isla (en la foto, Granville Island). Es una zona gratuíta donde hay diversos chorros, géisers, toboganes, donde los críos se lo pasan bomba (y alguna que no es tan cría, pero solo la puntita porque, por Tutatis, está fría!). Esto, bajo el solazo de las Vetustas, éxito garantizado!
Granville Island, cerca del piso donde nos alojamos (todo blanco con corazones por las paredes, baniera con patas y con chic romántico neoyorkino-así lo anunciaban, y está muy bien) es un sitio desconcertando donde a ratos en un Brixton Village a lo pijo, y a otros hay almacenes y una fábrica de cementos llamada "Concrete Thinking"). Esta es una tónica general en Vancouver, ciudad enmedio de un enclave natural espectacular, con arquitectura desigual y fábricas de cemento, harina o astilleros, vete a saber, a las orillas del mar, compititendo con los rascacielos en tonos verdes.
Eso, o es que en mi cuerpo son las 2 am y ya no sé ni dónde estoy...:)
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