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20 abril 2025

"El llano en llamas" y las fotos de Rulfo: México en vena


Autorretrato en el Popocatépetl (circa 1940)
Un amigo del pasado decía que para empezar con Cortázar, había que hacerlo por los cuentos. Para cuando le conocí, yo me había lanzado ya a "Rayuela" sin el "entrenamiento de los relatos" y todo fue bien. Sin embargo, como expliqué ayer, antes de lanzarme a "Pedro Páramo", me "entrené" con su libro de relatos "El llano en llamas". Estos 17 relatos (más dos textos) me prepararon para la novela porque me dejaro clarísimo que merecía la pena persistir, aunque me encontrara a veces enmedio del desierto, con sus peyotes y agaves decorativos. 

Como este divague es complementario del de ayer -"Pedro Páramo"-quiero hablar aquí un poco sobre Juan Rulfo, cosa que no hice ayer. Nació en un punto aún disputado de Jalisco, pero se sabe que creció en Guadalajara con su abuela porque quedó huérfano pronto: su padre murió en la guerra cristera y su madre poco después por enfermedad. Su familia extensa era de terratenientes cuyas tierras fueron tomadas durante la Revolución. Luego estuvo en internados, y para esa clase de historia se puede leer la wikipedia. A mí lo que me interesan son detalles como cuándo le preguntaron por qué había dejado de escribir que dijo: "Se murió mi tío Celerino, que es el que me contaba historias". Esta respuesta es fantástica porque realmente cuando lees "El llano en llamas" te transporta a una época y un lugar, el del tío Celerino, totalmente creíble: es el de los westerns que hemos visto en La 2 desde peques: el forajido que entra en el salón y escupe, antes de preguntar dónde está Jack, El Forastero

Rulfo tenía también mucho interés por la fotografía y sus fotos son espectaculares: voy a insertarlas en el divague y también en el de ayer. Representan exactamente el ambiente de la novela y de estos relatos. Va a ser mi manera de acercarme a México (lindo y querido) desde acá lejos. 



Otra curiosidad que me encanta: Rulfo buscaba los nombres de sus personajes en las lápidas de los cementerios de Jalisco.  Es que no podía ser de otra manera, siendo el país México. Pero además esto me lleva a otra novela adorada: Stoker tomó el nombre de la primera víctima de Drácula de una lápida del cementerio de Whitby, un tal Mr William Swales, fallecido en 1751. Yo creo que no la encontré cuando estuve, aunque la tumba más antigua que encontramos era incluso anterior, de 1743, pero en internet está todo:

Tumba de Swales en Whitby

Whitby en Yorskshire y Jalisco: dos mundos. Escribo esto en el "Domingo de Resurrección", en Whitby los turistas estarán luchando con la sgaviotas para que no se coman sus chips ni sus helados y en Jalisco las iglesias estarán llenas de gente arreglada cantando y felicitándose porque, mira tú, un anio más, hay un muerto que está muy vivo. Claro que también lo estaban los de Rulfo que, resucitar no lo harían pero seguían vagando por los páramos, llenándolos de murmullos. 
"Aho­ra que sa­bía bien a bien que lo iban a ma­tar, le ha­bían en­tra­do unas ga­nas tan gran­des de vi­vir co­mo só­lo las pue­de sen­tir un re­cién re­su­ci­ta­do".
Y termino con algunas citas de los relatos (leer en forma de, por supuesto, murmullos), imbricadas entre más fotos de este autor que pasa ya a mi podio personal de referencia. Larga vida a Juan Rulfo. 

~~~


"Después de tantas horas de caminar sin encontrar ni una sombra de árbol, ni una semilla de árbol, ni una raíz de nada, se oye el ladrar de los perros".

"Traté de verle la cara para saber de qué tamaño era su coraje".

"Oí que me decía"



"Que dizque que yo lo maté. Bien pudo ser. Pero también pudo ser que él haya muerto de coraje".

"... parecía estar endurecida y traer el corazón apretado para no sentirlo bullir dentro de ella"

"...llorar con lágrimas que hacían surco entre el sudor de su cara"



"... nos íbamos cada quien por su lado para repartirnos la muerte".

"De ese modo se nos fue acabando la tierra. Casi no nos quedaba ya ni el pedazo que pudiéramos necesitar para que nos enterraran".



"El anduvo solo, únicamente maniatado por el miedo".

"... no se oye sino el silencio que hay en todas las soledades".



"Quizá entonces se volvió malo, o quizá ya era de nacimiento".

"La sombra larga y negra de los hombres siguió moviéndose de arriba abajo, trepándose a las piedras, disminuyendo y creciendo según avanzaba por la orilla del arroyo. Era una sola sombra, tambaleante. La luna venía saliendo de la tierra, como una llamarada redonda".



"Trabajando se come y comiendo se vive". 

"Cuando te aletié la vejez aprenderás a vivir, sabrás que los hijos se te van, que no te agradecen nada; que se comen hasta tu recuerdo".

"... porque el miedo es la cosa que más miedo le tiene a la soledad".

"Me haré a la idea de que te soñé (...) pero me gustas más cuando te sueño".

"Y la so­le­dad aque­lla nos em­pu­ja­ba uno al otro".

19 abril 2025

"Pedro Páramo" de Juan Rulfo: Bitácora de una lectura que empezó sin brújula

Mi mejor libro del año pasado fue el de una mexicana, Elena Garro, y mi mejor libro de este año, y estamos en abril, será el de un mexicano, Juan Rulfo, estoy segura. Ambos son de esos libros que cuando los terminas decides que tienes que ir físicamente a intentar seguir los pasos de los autores, escuchar el acento con el que hablan los personajes, mirar de lejos las llanuras polvorientas, escuchar música en directo en los bares (esto último es uno de mis recuerdos de las noches en ese país, tapada con una "cobija"). Volver a México, aunque este verano no va a ser. 


Mi historia con "Pedro Páramo" viene de lejos: empecé a leer esta novela de 103 páginas cuando fuere -no anoté fechas- y lo dejé en la página 31. No recordaba por qué, ni le veía sentido que hubiera "aguantado" 31 páginas para luego dejarlo: cuando una voz no es para ti, se descubre mucho antes. Así que intentar leerlo tenía un poco de duelo con la memoria: me habías hecho esta jugada, pero de nada te iba a servir. 


Como primera estrategia, hice trampa: básicamente seguí los pasos de Rulfo y comencé con su libro de relatos "El llano en llamas", porque esa serie de 17 relatos -publicada en 1953- fue la manera del autor de acercarse a Páramo. Parece que Rulfo comenzó a pensar en "Pedro Páramo" allá por 1947, pero no la publicó hasta 1955. Su única otra novela es "El gallo de oro", publicada décadas después en 1980. Cuando se piensa en lo poco que publicó hay que considerar su precisión, esto no se escribe en unas tardes. 

Así que comencé con los relatos y ya desde el primero entendí que estaba ante una prosa de otro nivel. Voy a hacer otro divague breve de "El llano en llamas" como una escisión de este, porque aunque le podría dedicar aquí un párrafo, no me quiero desviar -y lo escribe alguien desde "divagando al cuadrado".



Por tanto cuando comienzo "Pedro Páramo" -qué maravilla de sonoridad de nombre, para empezar-, ya estoy sobre aviso de que esto va a ser poesía en prosa sobre un grupo de gente que más en mis antípodas no podrían estar -nos separan casi un siglo y un océano- pero cuyas historias, en lo rural y polvoriento y remoto y lento y brutal de México, deberían acabar tocándome profundamente. Pero lo que ocurre es que me cuesta muchísimo entender precisamente esas historias que espero universales, y me siento enmedio de una tela de araña o un laberinto sin hilo de Ariadna, por poner un par de metáforas facilonas, trilladas, después de haber leído las de Rulfo. Un ejemplo, hablando de telas de araña:
"un llanto suave, delgado, que quizás por delgado pudo traspasar la maraña del sueño, llegando hasta el lugar donde anidan los sobresaltos".
Vuelvo a su principio: "Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo". Colecciono comienzos de libros que me encantan, y este es ya uno de ellos. Digo colecciono, pero esto es solo en mi cabeza: para que exista, para que sea verdad, debería escribirlo. Y publicarlo. Y conseguir que los divagantes me enviaran los suyos. Qué proyecto tan chulo, en mitad de esta Semana Tonta de recogimiento lector. Atención a este otro comienzo: "Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo"... suena?..claro, es "Cien años de soledad" publicada en 1967. Ahora, lean esto: "El padre Rentería se acordaría muchos años después de la noche en que la dureza de su cama lo tuvo despierto y después lo obligó a salir", del fragmento 41 de "Pedro Páramo". Podría ser coincidencia si no fuera porque García Márquez explicó que la novela de Rulfo le causó una impresión tan fuerte como la lectura de "La metamorfosis" y que se la sabía de memoria-y es literal. También decía que, pese al puñado de páginas que había escrito Rulfo, ya había pasado a los ochomiles de la literatura (gracias Nán). 

El fragmento 41: uno de los 70 de la novela, que no tiene capítulos sino simplemente un doble espacio donde termina un fragmento, y luego empieza otro. Con distintas voces, con tiempos distintos, en desorden. Ahí aún no lo sabía, solo que entendía muy poco de la narrativa pero a la vez que era tan bonito que tenía que seguir, solo para empaparme de la forma, completamente sin brújula. Y ahora creo que se puede leer todo así, pero me pudo la curiosidad: tal vez cuando intenté este libro la vez anterior no existía internet, pero pasados unos cuantos fragmentos ahora entré a ver si esto que me pasaba era normal. Enseguida encontré la respuesta: el mismo Rulfo decía que no se entendía la novela hasta la tercera lectura. Y encontré un podcast que en cuatro capítulos de una hora leían tramos -casi todos me sonaban- y luego explicaban un poco el significado y esa trama que a mí no me importaba, pero que definitivamente ayudó. 



La novela como digo, está dividida en 70 fragmentos y hay tres líneas narrativas: la narración en primera persona de Juan Preciado (uno de los múltiples hijos de Páramo, con el que empieza la narración, aquí cronológica), la narración de algunos personajes que dialogan o cuentan breves episodios que complementan la historia y la vida de Pedro Páramo, narrada en tercera persona y no cronológicamente. Si no parece muy complicado, se añada que en cada fragmento puede estar insertado trozos de cada uno de los tres monólogos que recorren la novela: el de Dolores Preciado (la madre de Juan que le ha mandado a Comala tras su muerte), el del propio Páramo y el de Susana San Juan, la única mujer a la que amó Páramo. En el podcast te dicen por número en cuales de los fragmentos ocurren estos trozos (y de hecho en uno de los episodios los leen del tirón) y los voy a apuntar aquí en plan labor social, porque seguro que quien no lo haya leído se va a animar:
  • Dolores Preciado [2, 3, 9, 30, 37]
  • Pedro Páramo [6, 7, 8, 10, 45, 61, 68, 70]
  • Susana San Juan [42, 53, 57, 64]

El monólogo de Páramo es muy bonito, y me hacía pensar que esta es en realidad una novela de amor, aunque no lo sea. Páramo es un cacique siniestro que usa el terror para controlar y no duda en hacer matar al padre de su enamorada para tenerla más cerca. Sin embargo...
"Tus labios estaban mojados como si los hubiera besado el rocío"

"El día que te fuiste entendí que no te volvería a ver. Ibas teñida de rojo por el sol de la tarde, por el crepúsculo ensangrentado del cielo".

“Qué haré ahora con mis labios sin su boca para llenarlos? ¿Qué haré de mis adoloridos labios?”

“Dice que ella escondía sus pies entre las piernas de él. Sus pies helados como piedras frías y que allí se calentaban como en un horno donde se dora el pan. Dice que él le mordía los pies diciéndole que eran como pan dorado en el horno.”
"Esperé treinta años a que regresaras Susana. Esperé a tenerlo todo. No solamente algo, sino todo lo que se pudiera conseguir de modo que no nos quedara ningún deseo, solo el tuyo, el deseo de ti". 
«Hace mucho tiempo que te fuiste, Susana. La luz era igual entonces que ahora, no tan bermeja; pero era la misma pobre luz sin lumbre, envuelta en el paño blanco de la neblina que hay ahora. Era el mismo momento. Yo aquí, junto a la puerta mirando el amanecer y mirando cuando te ibas, siguiendo el camino del cielo; por donde el cielo comenzaba a abrirse en luces, alejándote, cada vez más desteñida entre las sombras de la tierra.

»Fue la última vez que te vi. Pasaste rozando con tu cuerpo las ramas del paraíso que está en la vereda y te llevaste con tu aire sus últimas hojas. Luego desapareciste. Te dije: "¡Regresa Susana!"»



Susana, que había sido el amor de infancia de Páramo pero luego se había ido, enviudado, y que luego llegó para ser la segunda oportunidad para Páramo, cuando reparació vieja, enferma y enloquecida. Pero el amor, a él, le sigue quemando... Amor constante, más allá de la muerte, porque luego -y esto lo he aprendido tras terminar la novela, alucinen-, parece que hay un intermedio hacia la mitad, cuando Juan Preciado muere- que "sirve de explicación de la primera parte y de  transición hacia la segunda" en el que nos enteramos de que lo que habíamos leído hasta ese momento era conversaciones entre muertos.



Todos -menos los hermanos incestuosos, que están vivos- son almas en pena que vagan por Comala, almas que pagan sus culpas y hablan entre sí [un potencial título fue "Los murmullos"] y que están condenados a hacerlo por toda la eternidad. “Porque tenía miedo de las noches que llenaban de fantasmas la oscuridad. De encerrarse con sus fantasmas. De eso tenía miedo.” De miedo murió Juan Preciado, aunque nos la describa así Rulfo:
“No había aire. Tuve que sorber el mismo aire que salía de mi boca, deteniéndolo con las manos antes de que se fuera. Lo sentía ir y venir, cada vez menos; hasta que se hizo tan delgado que se filtró entre mis dedos para siempre”
Y así la del propio Páramo:
“Después de unos cuantos pasos cayó, suplicando por dentro; pero sin decir una sola palabra. Dio un golpe seco contra la tierra y se fue desmoronando como si fuera un montón de piedras.”
Es muy bestia, y es que todo el libro está lleno de imágenes así. Ya leyendo los cuentos tenía muy claro que el gran tema de Rulfo es La Muerte, y es imposible no pensar en el famoso Día de los Muertos, con toda su iconografía maravillosa, "Coco" o esos disfrazes de Halloween. Pero es que Comala, que un día fue un lugar feliz y efervescente, lleno de ese colorido de esa parte del mundo, se ha tornado un lugar gris y espectral. Está Rulfo comentando la Revolución mexicana, las guerras cristeras? Al final, tras la revolución agraria de 1910 y la nueva Constitución en 1917 que les dio derechos a los campesinos y separó a la Iglesia del Estado, se perpetuó el poder de los de siempre y sus intereses particulares (Páramo ofrece hombres y dinero para "apoyar" la Revolución-al final solo pone lo primero-, en realidad a sí mismo).


 Hay más temas: las mujeres (todas muy icónicas, la madre que le manda a "exigir lo suyo", la alcahueta Dorotea, la loca, el mito de "La llorona"), el viaje interior y exterior, el cielo, ese cielo negro y bajo mexicano que "se adueña de la noche" , ese cielo protector lleno de estrellas ["El cielo estaba lleno de estrellas, gordas, hinchadas de tanta noche"] -otro potencial título fue "Una estrella junto a la luna" . 

Un libro lleno de subrayados de frases redondas, perfectas, que no se podrían haber dicho mejor ni de otra manera, que me tendría que poner a copiar entero para hacerle justicia. No extraña que Gabo se lo aprendiera de memoria. Un libro áspero, oscuro, que huele a polvo y a tierra roja y que suena a Chavela Vargas...

Me quitarán de quererte, llorona
Pero de olvidarte nunca
Si ya te he dado la vida, llorona
¿Qué más quieres?
¿Quieres más?

13 abril 2025

Intrépidas viajeras victorianas y una evening en Leighton House


¿Quién no querría haber sido rica en aquella época en la que solo ellos viajaban? Pero antes de empezar, quien encuentre en este divague disonancias cognitivas insorpotables, estará en lo correcto: la democratización del viaje es, en principio, algo positivo -si yo hubiera nacido un siglo antes, no podría haber viajado nunca-, pero también es cierto que el día que yo deje de viajar será por la inconveniencia y molestia que causan las hordas de turistas allá donde vas. En fin, dejemos estas consideraciones a un lado -sería otro divague, tal vez incluso uno que ya está escrito-, y por un rato vivamos la magia de haber sido una viajera en el SXIX, que es de lo que voy a escribir hoy.

Esto me lo ha inspirado la noche del 9 de Abril, en la que la divaganta R. me sacó del sofá donde últimamente le pregunto flashcards a Mini (exámenes simulacros de A levels en dos semanas) para ir a una mesa redonda en Leighton House, organizada por el Instituto Cervantes, y cuyo tema era "España a través de los ojos de los viajeros británicos". Había tres ponentes que hablaron de lo que quisieron: dos de ellos de la mirada de Frederick Leighton, el pintor victoriano en cuya casa tenía lugar el acto, un tipo del que igual otro día me sale un divague pero del que hoy solo voy a poner fotos de su casa y la tercera, Cristina Morató, de las viajeras intrépidas victorianas, a las que dedicaré un poco más. 

Pero primero Leighton, que nació en 1830 en Scarborough, hijo y nieto de médicos (su abuelo, en concreto, de los zares) y vivió toda su vida de la riqueza familiar. Gran viajero, pintaba cosas inesperadas como un ángulo del Generalife en lugar de la Alhambra o un molino en lugar de la mezquita de Córdoba. Cuando terminaron las charlas fuimos a una sala donde había una exposición de sus cuadros de paisaje ("Impresiones de la naturaleza") que, bueno, se deja ver, pero como dicen los ingleses "nothing to write home about", nunca mejor usado porque esta expresión invoca imágenes de una viajera que va recorriendo el mundo y que, impactada por la Belleza, pone un telegrama en una oscura oficina de correos de Samarcanda. O no: no tiene nada de qué escribir a casa. 



La frase que capturó mi imaginación del primer ponente fue la siguiente: mientras Leighton se construía esta casa, "viajaba por el perímetro del Mediterráneo". Perímetro del Mediterráneo, me repito. Nunca se me había ocurrido la posibilidad de ese viaje, para mí maravilloso, y hoy en día tristemente imposible: empezar en Gibraltar y subir por todo el Levante, salir por la Costa Brava y empezar a tirar hacia el este por Francia, Italia, Eslovenia, Croacia, Montenegro, Albania, Grecia!, Turquía, Siria, Líbano, Israel, Gaza, Egipto, Libia, Túnez, Argelia, Marruecos, y vuelta a casa. Qué espectacular viaje sería ese en el que yo - en oposición a Leighton que no escribía diarios [seguían su pista con firmas en el Prado, o líneas ferroviarias]-, documentaría hasta el último detalle en este blog, pobres divagantes. 

Cómo divago: decía que, mientras viajaba,  otros contruían la casa y él iba pillando azulejos en Turquía, Siria, Egipto... que contribuyeron al maravilloso "Hall árabe" que podéis ver arriba o aquí, y otras habitaciones que he puesto entre el texto. 


Termino con su cuadro "La bahía de Cádiz, Luz de la luna"de 1886. Aquí aprendí de la ponente que Cádiz es la ciudad más antigua continuamente habitada de España, fundada por los fenicios como Gadir en el 1100 ac. Y como este blog se llama divagando y sigue los meandros de distracción de mi cabeza, añadir que la ciudad más antigua continuamente habitada de Europa es Plovdiv en Bulgaria, fundada en el 6000 ac, y a la que habrá que ir, no?



Ahora, al lío, a las mujeres victorianas viajeras. Iba a comenzar con el cacareado "Cielo protector" de Paul Bowles, y cuando lo he buscado para enlazarlo me he dado cuenta de la cantidad de veces que he hecho referencia a este libro y a esta peli en este blog. La razón es que la peli me impactó muchísimo cuando la vi en estreno con 19 añitos y bueno, luego el libro que leí mucho después. Ese beréber al que solo se ven los ojos. El desierto. Las habitaciones con sombras que se mueven con el ventilador de techo. En fin, toda esa magia que nos transmite esa época y que cuando viajamos hoy a esos destinos esperamos encontrar, tarea imposible, por otro lado. Aunque a veces, por un resquicio, de repente lo intuyes -me pasó en alguna ocasión en Vietnam el verano pasado, algún momento en el que me creí en Indochina-, pero suele ser en los lugares menos esperados en los que estás haciendo algo corriente -vs visitar el monumento en cuestión-, en los que esa sensación te encuentra a ti. 



Pero divago, volvamos a la casa de Leighton en pleno South Kensington que acompañaba porque está Londinium a reventar de árboles en flor y la charla de la periodista, escritora y viajera Cristina Morató, a la que yo no he leído, pero su cara me sonaba. Ha escrito un montón de libros sobre mujeres viajeras del pasado y para ello ha seguido sus huellas, convirtiéndose ella misma en la versión del SXXI de la viajera intrépida: seguro que en un par de siglos, cuando se viaje con gafas de realidad virtual o psicotrópicos se la verá así. Es una ponente muy entretenida, tanto formalmente -acostumbrada a gente que casi no varía el tono- como en contenido-siempre se agradece una broma, si puede ser autoflagelante, y en esto los españoles no somos lo máximos exponentes, dejémoslo ahí.



Nos habla de varias viajeras, de las que se puede claro leer más en la wiki (las enlazo, para mayor comodidad), pero como esto es un blog personal, ahí va mi toque:

Hester era sobrina del que fue Primer Ministro William Pitt que como era soltero la usó como señora de la casa, para entretener y decorar- ya se sabe, "detrás de un gran hombre hay una pobre mujer".  Pero Hester no iba a ser una de esas, y tras -se cree- unos cuantas decepciones amorosas decidió poner tierra de por medio y largarse a Oriente. Nota: parece que vivió un tiempo en Montagu Sq, la plaza de Marylebone donde transcurre parte de "The moonstone" y lo incluyo únicamente porque tengo un divague donde sale esa plaza que enlazar - así de básicas son mis motivaciones. 



Lady Hester medía 1.80, como mi hija -a la que cariñosamente seguimos llamando Mini-, luego su físico era imponente y ella una mujer de armas tomar. En 1810 se embarcó en Portsmouth -no iba sola, que si su hermano, que si sus criadas, que si su médico y luego biógrafo Charles Lewis Meryon- y en Rodas conoció a otro aventurero, Michael Bruce, que se hizo su amante y cuando llegaron a Atenas aquel otro aventurero de la vida, Lord Byron, saltó al mar para darles la bienvenida (esto es de wiki). Parece que él luego la describió como "aquella cosa peligrosa, un ingenio femenino", boo, Byron, otro señoro de la literatura.  De allí el grupo partió para Estambul y a El Cairo, pero cosas que pasan, naufragan en una tormenta y como se pierde toda la ropa y demás parafernalia, Hester se empieza a vestir con ropas masculinas turcas, rechazando el velo, incluso cuando entró en Damasco. De esta guisa (túnica de terciopelo violeta, pantalones bordados, chaleco, sable) se presentó ante el pachá de turno: menuda reina [con la razón la llamaban "Queen Hester"]. Le alabo el gusto a nuestra lady en cuanto a viajes: además de los sitios citados, viajó por Malta, las islas del Jónico, el Peloponeso, Atenas, y por lugares que hoy tristemente han sido o están siendo destrozados mientras escribo, como Palestina, Líbano, Siria. 

Una vez en Damasco le dice al cónsul que quiere visitar las famosas ruinas de Palmira, de cuya destrucción por el ISIS también fuimos testigos desde nuestras pantallas hace diez años. Incluyo el mapa para que nos hagamos una idea de lo que debieron ser esos ocho días cruzando el desierto lleno de beduinos amenazantes, con calores horrendos de día y heladas de noche (que ya se sabe el desierto, por algo yo me llevé el Revenant). Hester y la caravana de 22 camellos que llevaba para su bolsa de aseo (esto sería en lo q yo usaría los camellos principlamente), el piano, la bañera y otras cosas de primera necesidad. También seguridad por si las emboscadas. Ah y los beduinos la trataban como a un "tercer sexo", como un hombre honorario. No quiso volver al Reino Unido -vamos, a quién le extraña, allí lejos de los corsés victorianos con babuchas y túnicas y siendo la reina del desierto-, y se quedó en lo que hoy es el Líbano, muriendo en la indigencia con un montón de gatos. Oh well. 



Jane Digby (1807-1881)
Otra aristócrata inglesa, Jane tuvo la energía de tener cuatro maridos, múltiples amantes y seis hijos y cuando murió uno de ellos, a los 46, se fue a oriente donde conoció a un jeque culto, apuesto y joven -20 años menor que ella- y se casaron. Parece que con él "sentó la cabeza" (qué gran expresión) porque juntos vivieron 25 años de matrimonio en los que ella pasaba seis meses en un palacio de Dasmasco rodeada de sus muebles europes y los otros seis en "tiendas de pelo de cabra" con su jeque. Otra jefa. No hay como ser rica y tener los genes de "Jane sin miedo" adecuados.



Freya Stark (1893-1993)
A Freya solo la citó, luego no voy a entrar en detalles. Esta es del SXX y fue otra aventurera hacia el oriente, que además dejó mucho escrito. 



Cuando le preguntaron a Morató por aventureras españolas, citó a dos: Egeria, una monja gallega del SIV que peregrinó a Los Santos Lugares y como resultado escribió un libro de viajes de cuyo nombre me he enamorado: "Peregrinatio ad Loca Sancta" (también "Itinerarium Egeriae" o "Peregrinatio Aetheriae" ). Leyendo la wiki me parece un viaje fascinante y no le voy a poder hacer justicia en este divague. Solo anotar que la ponente recitó un proverbio alemán que se traduce "peregrina se fue, puta volvió"  y la única referencia que he encontrado en internet de esta frase es aquí,  y nos da a la idea de las penurias que las peregrinas sin dinero tenían que pasar. No todas eran adineradas aristócratas. 

Y la segunda es Marga d'Adurain, una vascofrancesa con otra vida loquísima: de entrada la echan ya del cole por revoltosa y su madre reza por su alma primero y luego pide que le hagan un exorcismo (hoy los llevamos al psiquiatra infantil), se casa con un primo lejano en contra de la voluntad familiar, viajando a Latinoamérica y luego a oriente, claro, donde se hace pasar por condesa y monta el Hotel Zenobia en Palmira -aquí se alojan entre otros Agatha Christie, luego hay asesinatos, condenas con lapidación, tráfico de opio y por fin, alguien la tira de un yate y nunca la encuentran, claro. Vivir al límite, no: esto es vivir al límite infinito en el infinito (alguien recuerda las mates de COU?)

Termino el divague tras esta sobredosis de aventura pensando en que claro que David Lean filmó una peli grandilocuente sobre Lawrence de Arabia -cualquier día cuelgo la foto de la placa azul de la puerta de su casa en 14 Barton St muy cerquita del Big Ben- pero a nadie hasta hace bien poco se le ocurrió contarnos historias de mujeres como estas.  La vida de cualquiera de ellas es de película, y no puedo esperar a que Izíar Bollaín, o Andrea Arnold o Greta Gerwig o Lynne Ramsay las descubran. 

07 abril 2025

Casi todo lo que querías saber sobre el por qué de las conductas que no te contó "Adolescence"

 Hace tiempo que no veía un boom similar al de la serie "Adolescence", escrita por Jack Thorne y Stephen Graham (que también hace de padre) y dirigida en plano-secuencia por Philip Barantini.  Simplemente, todo el mundo estaba hablando de ella, en todos los sitios, y aún siguen-pese a que ese que solo quiere titulares los siga produciendo a diario. Yo llego tarde, lo sé, pero espero que el ángulo desde el que lo enfoco pueda aportar algo que no se haya leído por ahí. El mayor problema que le veo a la serie es que no se ha informado con investigación, no ha usado datos para establecer qué clase de chaval haría algo así y que ha formulado una única razón al "por qué lo hizo". 

La premisa de la serie es que la etiología del comportamiento de este chico de 13 años, la razón por la que coge un cuchillo y mata a una niña es "la masculinidad tóxica", la "manosfera" (hombres en internet que odian a las mujeres) y "la cultura incel" (incel viene de "involuntary celibate", o sea, chicos que querrían tener sexo y sentirse deseados, pero no). Y ya.  Y no digo que esté mal llamar la atención sobre este tema, habrá gente que habrá tenido su momento ding-dong por esta serie, pero... es Jamie un incel y esto podría explicarlo todo? Y si lo es, por qué lo es? 

Qué se sabe hoy en día de los incels? Porque sí, hay estudios y en concreto este, un informe independiente para la Comisión Anti-extremismo en el Reino Unido titulado "Predicting harm among incels (involuntary celibates): the roles of mental health, ideological belief and social networking (accessible)" [2024] ("Predecir violencia entre incels: los roles de la salud mental, ideología y acceso a redes". Lo escribieron Joe Whitaker (criminólogo) y Andrew Thomas (psicólogo) de la Universidad de Swansea (UK)  y William Costello de la Universidad de Texas y es el estudio más grande sobre esta población: 561 participantes tanto de UK como de US. Algunos resultados:
  • Demografía: de unos veintitantos, clase media o media-baja, heterosexuales y (obviamente) sin hijos. El 42% no eran blancos. 
  • Su salud mental es extremadamente precaria, con una alta incidencia de depresión e ideación suicida. Ansiedad, soledad, aislamiento. Este punto es importantísimo.
  • Neurodiversidad: 30% tenían un trastorno del espectro autista. Es bastante lógico, si se piensa un poco. Otro punto clave.
  • Creencias políticas: Aunque se cree que hay una relación entre los incels y la extrema derecha, en este estudio utilizando la "Escala de Consistencia Ideológica", estaban ligeramente a la izquierda. La excepción fueron quienes justificaban la violencia contra las personas que les causan daño, que eran de derechas, pero no extremadamente, y era poco más del 5%. 
  • Actitudes y creencias: Los incels reportan altos niveles de victimización, ira y misoginia, identificando a las feministas como su principal enemigo.
Yo me quedo, por supuesto, con el hallazgo de la salud mental y neurodiversidad de este grupo, y que la relación bidireccional entre problemas de salud mental y esta ideología sugiere que mejorar la salud mental de estos chicos/hombres podría reducir el problema. Como hemos dicho mil veces en este blog, está el problema que traes "de serie" (por ejemplo, naces con autismo, eres físicamente poco atractivo, etc) y luego su interacción con el ambiente (el mundo en el que vivimos, machista, patriarcal, injusto). Mientras que hay que luchar por lo segundo, lo primero está ahí y dejo a su imaginación lo que pasa si no se tiene en cuenta.

Ninguna alusión a la salud mental o neurodiversidad aparece en la serie. En algún punto se comenta que Jamie tiene "baja autoestima", pero de ahí a los problemas tan serios descritos en las investigaciones hay mucho. Es curioso que saliera hasta Keir Starmer a hablar de la serie y que digan que la van a poner en los coles de secundaria, cuando el informe del que hablo fue comisionado por el gobierno. Tal vez Starmer debería dejar de quitar recursos de salud mental  para que se pudiera establecer qué les pasa a estos chavales y no limitarse a poner una serie en los colegios. 

El capítulo que podría haber sido una oportunidad para esto es el tercero, en el que el chico es entrevistado por una psicóloga. Pero ella se limita a dar vueltas sobre su hipótesis: que este asesinato fue por la influencia de la manosfera, luego solo indaga en este aspecto (es tu padre violento? cómo es tu abuelo? etc etc) y no en otros que le darían  información realmente útil. Luego, el contexto de la entrevista: entiendo que es una ficción, pero el que no se observe ninguna medida de seguridad en esa sala, que ella le lleve una bebida caliente y un sandwich casero, que siga sentada cuando lo tiene encima de ella con un ataque de ira...: esto sería irresponsable y no-profesional, pero es una serie de "entretenimiento". Los creadores habrán pensado que una hora de una entrevista real no engancharía, cuando verla hacer su trabajo, en lugar de darle vueltas a esta formulación una y otra vez, sería mucho más informativo para la audiencia. En teoría ha tenido otras entrevistas con él y espero que ahí haya recabado algo más, porque si no, qué va a escribir en su informe de peritaje para el juicio? Cuando se evalúa un caso de desorden de conducta (y matar a alguien es un extremo de esto), hay que formular desde la lo social, claro, pero también desde la biología y la psicología (hay problemas de comunicación? impulsividad?  emociones prosociales limitadas o por el contrario, siente culpa, empatía, su afecto no es superficial? y mucho más). 

Los capítulos dos y cuatro nos muestran ese lado social. Jamie viene de una familia "normal", no de una de las muchísimas familias monoparentales o familias "desestructuradas" de este país (la ciencia es clara sobre los mejores resultados vitales sobre familias "conforme"-sonará conservador, pero es así). Va a un colegio terrible que, tristemente, parece que es la realidad de muchos colegios de zonas deprivadas: el personal está quemado y no hay una mínima disciplina ni respeto. El otro día alguien que fue a un colegio así contaba en la radio que, de todo su curso, solo dos terminaron en la univerdad. Esto es una consecuencia de la pobreza y las desigualdades sociales (la ciencia también es clara aquí: "Por qué la desigualdad es mala para la salud" o "Desigualdad: una fuente poco reconocida de enfermedad mental y angustia"),  no de la manosfera: escucha Starmer, que todo lo que haces es recortar de los pobres o gente con discapacidad para tu rearme, en lugar de poner impuestos a los ricos (ah nota: por fin puso impuestos a los coles privados, y la que se me montó). Jamie tiene dos amigos reales, no es que esté totalmente solo en el colegio. Y sí, en el UK hay un problema muy serio de violencia con cuchillos, pero el perfil de quienes la ejercen no es Jamie (es el problema de los datos: hay tantos!). 


El último capítulo termina en el mismo lugar en que empezó la serie: en el cuarto de Jamie, en el que su padre llora sobre el edredón de planetas y galaxias. Todo son pistas para indicarnos que Jamie era todavía un niño, con 13 años solo debutando en esto de los teens, la adolescencia. Qué podría haber hecho yo, llora el padre. Como si estuviera haciendo algo diferente que en las anteriores generaciones. Tu hijo ha matado a alguien y la serie dictamina: ha sido la manosfera y tú, que no tenías ni idea de lo que pasaba en su habitación, tienes también parte de culpa. Con lo fácil que era, subir con un chocolate caliente con jamones [hoy llamados marshmallows-me gustaba jamones] a tener una charla de "padre a hijo" un miércoles a las 9 de la noche, cuando llegas de arreglar baños atascados desde las 6am. Soluciones simples a problemas complejos. 

La palabra "adolescere" (crecer, madurar) tiene origen latino y se forma de "ad" (hacia) y "alescere" (crecer), derivado de "alere" (alimentar, nutrir). Tienes que "alimentar y nutrir el alma", pero tienes dos hijos a los que "nutres" igual y cada uno saldrá por donde quiera. Hay muchísimos más factores que influyen en nuestro comportamiento, pero he tenido el detalle de no meterlos aquí hoy -o sea, habrá spin-off de ciencia pura y dura (neuronas, hormonas, ambiete uterino, genes con "interruptores"...) otro día, de ahí el título "casi todo lo que querías saber". Hoy, quedémonos con una cosa: "Adolescence" necesita una segunda parte pero no de ficción, sino de documental en la que nos dejen clara la ciencia y plantee todas las preguntas que todavía tenemos, en contraposición de una ficción que no dé más que respuestas simplistas.


28 marzo 2025

"Rebecca" de Daphne Du Maurier: Pero, ¿quién es la mala de esta película?

"Rebecca" es la novela de 1938 de Daphne Du Maurier, con uno de lo más famosos comienzos de la literatura, "Last night, I dreamt I went to Manderley again." Sin que sirva de precedente, por una vez prefiero la traducción; yo le cambiaría el went y again por return, como en castellano: "Anoche soñé que volvía a Manderley".

Rebecca: por qué ahora
Como quedó claro ayer, y por usar una metáfora muy gótica, soy una vampira de las clases de literatura de Mini. Espío sus notas de la asignatura "English" (que es literatura inglesa) y aprendo cosas. A ratos, eso sí, me pregunto si todo este rollo de la crítica literaria no es un timo, un engañabobos a reventar de interpretaciones sicoanalíticas que me habría exasperado si lo hubiera estudiado en profundidad en la universidad.

El año que viene, Mini hará los "A" Levels (los exámenes nacionales equivalentes de la Selectividad, o como se llame eso ahora) y están trabajando "La importancia de llamarse Ernesto" y "King Lear" en teatro, paralelismos entre "Frankenstein" y "El cuento de la criada" en narrativa y poesía variada. El año pasado, hizo sus exámenes de GCSEs (General Certificate of Secondary Education), los textos fueron "Un tranvía llamado deseo" y "Rebecca". 

Este último era uno de esos clásicos que yo aún no lo había leído, y además Mini tenía mucho interés en que leyera - y no una copia que tenía por ahí, sino la suya, subrayada y anotada. Así que lo empecé en enero y fue el libro que me llevé a Nueva York: mayor distancia entre esta ciudad y esta novela de 1938 no puede haber, aunque hay un punto en el que Mrs. Van Hopper, la anciana insoportable para la que trabaja la narradora-sin-nombre se va en barco a Nueva York a reunirse con su hija tras las vacaciones en Montecarlo. Tengo un margen anotado, en el subway que nos lleva desde la estación Jamaica hasta la del hotel en el que la narradora fantasea con irse con Mrs. Van Hopper: "lo viví todo, y nuestro viaje también, y nuestra llegada a Nueva York". Esas coincidencias de la vida y la literatura, qué chulas. 

Un libro vivido
Mini ha subrayado el libro con fluorescentes, ha escrito en los márgenes y ha pegado post-its con análisis a lo largo de todo el libro. Me ha encantado leer los comentarios, aunque me cuesta entender su letra (les pregunté a sus profes, y que "sin problema"-seré yo). 


También ha puesto post-it pequeños de colores para indicar que en esa página está ocurriendo uno de los cuatro grandes temas que han identificado en clase: identidad/celos, memoria, muerte y amor. Releyendo el divague antes de darle a publicar me doy cuenta que solo he hablado del primero - y aún así no me ha quedado sucinto.

Literatura gótica de la última ola
Para contexto histórico remito al spin-off de este divague de ayer.  "Rebecca" pertenece a la cuarta ola de literatura gótica que, como dijimos ayer, incluye a autores respondiendo a temas como las atrocidades de las guerras mundiales, la enfermedad mental, infeciones como el SIDA, el declive de la familia, o el  feminismo.

A menudo se categorizó a Du Maurier como "novelista romántica", cosa que odiaba, y hubiera preferido la comparación con la "novela sensacionalista" ("sensation novel"), esa corriente de las décadas de 1860-70 de la que hablamos en el divague de "The moonstone" de Wilkie Collins, al que ella admiraba. Tenían muchos elementos en común: sombras, asesinatos, lo paranormal... Para mí Collins y Du Maurier también comparten un "meh" formal: el estilo es correcto e incluso tiene algunas frases o descripciones memorables que incluiré pero, pese a los paralelismos con "Jane Eyre", en estilo, Du Maurier no es las Bronte.

La narradora sin nombre, o la identidad
¿Qué es más tú que tu nombre? Du Maurier titula la novela con el nombre de una mujer, Rebecca, que se repite innumerables veces, lo que la hace omnipresente. En contraposisión, a la narradora la deja sin nombre, arrebatándole lo que nos hace, en primer lugar, nosotr@s. 

Joan Fontaine como
Joanfontaine

En este divague he decidido que en lugar de llamarla "la narradora sin nombre", la voy a llamar Joanfontaine, en una palabra, en homenaje a la actriz que la interpreta en la adaptación al cine de Hitchcock de 1940, porque no podía nadie representar mejor la actitud vital de la narradora, un ratoncito asustado e inseguro. Parece que Laurence Olivier propuso para el papel a su novia Vivien Leigh, pero tanto Hitchcock como Selznick, el productor, se dieron cuenta de que Leigh no tenía la inocencia para hacer ese personaje; es más si hubiera salido Rebecca, Leigh lo habría bordado. Nota aparte: interesante la relación de Joan con su hermana, Olivia de Havilland, una de esos míticas enfretamientos de Hollywood [de este y otra rivalidad del Hollywood clásico hablé en este divague lateralmente].  Igual fuí mala llamándolas a ambas pánfilas, pero es que tanto Melania Hamilton como la narradora de Rebecca son ambas un prototipo de mujer con el que no le diría a mi hija que se identificase.

Podríamos decir que "Rebecca" es un buen ejemplo de "novela de formación" (las famosas Bildungsroman que tanto nos gustan) porque supone un aprendizaje para la protagonista: Joanfontaine entra siendo un manojo de inseguridades y va cogiendo confianza a medida que la narrativa avanza. Uno de los "mojones evolutivos" en ese viaje de la narradora-sin-nombre es precisamente cuando se atreve a pronunciar el nombre de la innombrable. Rebecca lo ocupa todo desde el principio, pero Joanfontaine se va abriendo paso, especialmente a medida que va averiguando cosas de Rebecca, que igual no era esa diosa que le hacen creer al principio. Así va progresando el personaje, hasta el final que se desploma (ver más abajo), en mi opinión. 

Beatrice: la clase social
Aún así, no le reprocho a Joanfontaine su inseguridad: quién no se sentiría así en su situación, de dama de compañía a señora de la casa entre todos esos pijos. Para los británicos la clase social es un tema mayor, del que se habla abiertamente -en contraposición con España, donde todo el mundo cree que es "clase media". Y Du Maurier, ella misma de la "upper class" describe bien lo que le está pasando a su protagonista, y es devastador. 

Hay una frase que dice Joanfontaine al final, comparándose con Beatrice, la hermana de De Winter (para mí casi el único personaje positivo de la novela) que es muy fuerte:  
"She belonged to another breed of men and women, another race than I. They had guts, the women of her race" ["Pertenecía a otras estirpe de hombres y mujeres, otra raza que la mía. Tenían agallas, las mujeres de su raza"]. 

Rebecca: el feminismo
Rebecca es una fuerza de la naturaleza. Su marido la describe como alguien que tenía las "tres B's: Breeding, Brains & Beauty" (clase, inteligencia y belleza), pero es que cualquier descripción nos transporta a una mujer de rompe y rasga. Me encanta esta que describe su letra: 
"Estaba muerta y uno no debe tener pensamientos sobre los muertos. Duermen en paz, con la hierba meciéndose por el viento sobre sus tumbas. Pero qué viva estaba su escritura, sin embargo, qué llena de vida. Esas letras inclinadas tan curiosas, la burbuja de tinta. Hecho ayer. Es como si hubiera sido hecho ayer".
La novela no es en principio feminista: es hija de su tiempo, cuando las mujeres tricotaban mientras los maridos leían el periódico. Así es como se imaginaba la vida de casada Joanfontaine que además pensaba que "sería horrible estar casada porque los hombres dicen palabrotas, beben, se quejan de que la tostada está blanda o incluso huelen".  No me extraña que algunas se fueran monjas.  

Me pregunto si cuando Du Maurier escribió el personaje de Rebecca podía imaginar el análisis feminista que vendría décadas despues. Me explico: yo tenía en mi mente la idea de que era "la mala de la película" [qué mejor manera de ser mala, sin ni siquiera aparecer]. Bien, pues en conversación con Mini, cuando yo estaba a mitad de novela, me dió su visión: para ella Rebecca no era mala, era una "baddie" libérrima que hacía lo que quería, alguien que "cogía la vida con las dos manos". Y aunque en aquella época no se podía hablar de sexo abiertamente, Du Maurier nos va metiendo alguna metáfora algo subidita, "Harder, Max, harder", que le decía Rebecca a Max cuando le cepillaba el pelo, "y él hacía como ella le decía". Menuda queen Rebecca. 

Al final, esto se veía venir, el marido era el problema: ella simplemente vivía la vida. El análisis con el que yo había crecido era el machista de siempre, pero hoy las cátedras de literatura inglesa están llena de feministas que dan la vuelta a todos estos dramas clásicos, y así es como lo leen en estos momentos las adolescentes británicas. Aplaudo. Aquí uno de los post-its que dejaba entre las páginas:


Maxim de Winter o el machismo
Maxim de Winter (qué gran nombre, solo Rebecca le llamaba Max), es un héroe byroniano de libro como Rochester (curiosamente, se ha comparado a Rebecca con Jane Eyre, ambas narradas por la "segunda mujer", ambas jóvenes e inocentes frente a hombres de pasado oscuro y viven en mansiones míticas) o Heathcliff (curiosamente, Olivier también interpretó a este último). Atormentado, misterioso, iracundo si se tuercen las cosas, paternalista... 


Todo el machismo que desprende este personaje es sumamente desagradable y trata a Joanfontaine como a una ni
ña pequeña desde el primer momento. En un punto tiene el nervio de decirle que no quiere que parezca mayor, porque la razón por la que se enamoró de ella era esa inocencia (panfilez) que al resto nos -precisamente- enerva. O que hay cierto tipo de conocimiento que prefiere que ella no tenga, o que coma con la boca cerrada, o que la mandará a la esquina mirando a la pared. El que ella no coja la puerta y se vaya es insoportable. 

Mrs Danvers se queja -con toda la razón- hacia el final de la novela de este tipo que se casa con una chica tan joven, solo 10 meses depués de enviudar, y que por eso lo desprecia. Los vagos recuerdos de la peli que yo tenía de De Winter no eran estos, sino solo un tipo tirando a oscurito que te la puede liar parda porque te pongas un vestido que le recuerde a su ex, pero no llegaba a los límites de tiranía de la novela. 

Mrs Danvers o el unreliable narrator
Mrs. Danvers, el ama de llaves terrorífica tiene una relación de poder chunga con Joanfontaine. Lo resume muy bien con una frase: "empecé a bajar las escaleras y vino a mi lado, como si ella fuera un guardia y yo en su custodia". Si no es su sombra, si no baja con ella, su mirada está siempre presente -como el fantasma de Rebecca- e impone lo mismo: "bajé las escaleras al hall, sabiendo que ella estaba ahí arriba, sus ojos mirándome". 



Mini ha escrito en el margen: "es Mrs Danvers tan siniestra como pensamos, o es la imaginación de la narradora? No podemos estar 100% seguras". Hemos hablado mucho del concepto del "unreliable narrator" (narrador subjetivo, del que no te puedes fiar) y Joanfontaine es un claro ejemplo. Eso es una de las grandezas de leer que no puede alcanzar el cine: tú te montas al personaje en tu cabeza con todas las descripciones maravillosas: "me pregunto por qué tiene que quedarse ahí depie, mirándome, con las manos cruzadas sobre el vestido negro".


Y si Danvers y Joanfontaine es el poder, parece que otro tema que se censuró en la peli es la relación, que se supone homoerótica entre Mrs. Danvers y Rebecca en muchos puntos de la novela. Claro que también explica cómo ella crió a Rebecca desde su infancia, lo que podría cambiar su papel a protectora maternal: no me queda claro, y seguro que hay tesis doctorales del tema.

Manderley: cuando la mansión es un personaje
En este divague he usado los personajes para ilustrar algunos de los temas de la novela, y no podía terminar sin hablar de Manderley, la mansión con uno de los nombres con más sonoridad de la literatura. De la importancia de las casas en la literatura ya hablamos en el divague a propósito de "Siempre hemos vivido en el castillo" de Shirley Jackson, una agorafóbica obsesionada con las casas. Hemos citado a las Bronte por sus héroes byronianos, pero cómo olvidar las dos mansiones, una que da título a la novela de Emily, "Wuthering Heights" y "Thornfield Hall", como llamó Charlotte a la de "Jane Eyre". Al final, Manderley es una de esas casas que atrapan a las mujeres en la literatura victoriana.



Además, Manderley está en Cornualles, uno de esos lugares míticos en el imaginario colectivo británico: para ellos es la zona más bonita, donde se va de vacaciones. Se percibe como un lugar remoto, tan al oeste y al sur: realmente está muy lejos de todo, y más si vas en “Cornish Riviera Express”  de cuya eficiencia se habló aquí (11 horas nos costó llegar desde Londinium). La autora, aunque había nacido en Londinium, tenía gran pasión por Cornwall. Su insipiración para Manderley fue una masión del SXVI donde vivió alquilada llamada Menabilly en Fowey.




Los dos finales
Nota: aquí sí voy a hacer un spolier porque lo necesito para hacer un análisis del final, comparando el de la peli [siempre hablo de la de Hitchcock, 1940) y el de la novela. 

En lpeli la muerte de Rebecca es accidental pero en el libro, es de Winter quien mata a Rebecca: una noche, en la cabaña de la playa, ella le toca las narices con sus amantes y él pum, se la carga. Luego hace parecer que se ha hundido su barco de paseo, y aquí paz y después gloria.  El final de la peli cambió porque la censura no podía permitir que un asesino -feminicida como diría Bolaño- no recibiera su castigo, no porque la razón del asesinato fue castigar a una mujer por su vida disoluta

Pero para mí lo peor no es que un tipo mate a su mujer, eso sigue siendo plena actualidad, lo que es verdaderamente chocante es la respuesta de Joanfontaine, que había hecho su propia coming-of-age, había ido encontrando un poco su propia voz y al final de un plumazo Du Maurier se carga todo ese crecimiento. Porque enterarse de que tu pareja ha matado a su anterior mujer, y no solo quedarte, sino encubrirle, es otro nivel del horror. Porque eso es lo que hace que nuestra Joanfontaine: se queda tan conforme, y hace lo posible para "que parezca un accidente", consiguiendo que su marido se vaya de rositas. Y De Winter se va, con total impunidad. Vale, al final se quema Manderley y tal, pero el tipo queda libre y ella feliz con su asesino confeso. 

Me ha incomodado muchísimo este final: a saber en qué acabará lo de lo "políticamente correcto" en el mundo hacia el que nos precipitamos, pero encubrir a tu marido porque se carga a una "malamujer" es muy desafortunado, incluso hace un siglo. 

Corolario: en serio, ya termino
"Rebecca" es un clásico de la literatura gótica y supongo que he de inspirar fuerte tras escribir la sección anterior y entender que es hija de su tiempo.  Me ha gustado leerla en esa copia maltratada de Mini y sobre todo me han gustado nuestras conversaciones: no había pensado antes en Rebecca como icono feminista y mucho menos, como la buena de esa película. Pese a ocasionales ciertos devaneos psicoanalíticos, larga vida a los departamentos de literatura feministas!!