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22 agosto 2025

"Libre" de Lea Ypi: Una novela de crecimiento en la Albania comunista maravillosa


Lea Ypi es profesora de Teoría Política en la London School of Economics (LSE). La primera vez que oí hablar de ella fue en el podcast "Past, present, future" en el que colaboraba de vez en cuando, en concreto en una serie sobre la "Historia de la Libertad". Yo no sabía nada de su libro, que llevaba un tiempo en casa, y había sido leído por el Peda, que no consideró una prioridad recomendármelo (o sea, no dijo nada). Así, pasó a la estantería de leídos y se podía haber quedado ahí. Imperdonable.

Pasaron los meses y cuando decidimos ir de vacaciones a Albania, me puse a investigar sobre autores albaneses, y así es como encontré el libro que me estaba esperando en la estantería. Me había quedado claro que el autor albanés más recomendado era un tal Ismael Kadare, que murió hace un año, pero ya que tenía a Ypi aquí, decidí empezarlo. Poco me imaginaba que este iba a ser para mí uno de los mejores libros del año -y estamos en agosto.

El libro fue escrito en inglés en 2021, y su título completo es "Free. Coming of Age at the End of History", traducido al castellano como "Libre: El desafío de crecer en el fin de la historia" (ed. Anagrama), pero dejadme mi propia traducción: "Libre: una novela de crecimiento en el fin de la historia", porque una "coming-of-age" es lo que en alemán -y en teoría literaria- llaman un "bildungsroman", una novela que te cuenta precisamente eso, cómo ve el mundo una niña o adolescente mientras crece. Tengo que crear una etiqueta con ese concepto, pero de momento resumí unas cuantas leídas y divagadas en el primer párrafo de aquí

En todas las críticas de este libro te van a contar este planteamiento: Lea Ypi nació en Tirana en 1979, en pleno comunismo. La voz narradora es la de Ypi con 11 años y hasta su adolescencia, y nos va a llevar a través de los acontecimientos históricos de su país en esa época. 

Breve resumen de la historia de Albania
Estas memorias son, aparte de la mirada muy particular -y para mí, encantadora- de una niña, un libro de historia. Una historia que no se me había ocurrido contrastar nunca con los albaneses que he conocido hasta ahora: ni con Iris, una compañera de trabajo que tristemente falleció, ni con Sokol, un albañil que trabajó en casa. Nunca había leído un libro escrito por albaneses y hasta hace poco, interesado por el país. Mi única aproximación cultural a Albania era haber visto, cuando la estrenaron, "Lamerica", la peli de 1994 de Gianni Amellio (el sábado pasado la volví a ver). Esta es una de las mejores cosas de viajar: de repente, un país te coloniza. Así que voy a empezar con una breve intro histórica para quien, como yo hasta ahora, supiera casi nada de este país, porque me va a ayudar con el resto del diario de viaje para explicar cosas, y también en este divague.
  • Pasado remoto: Como todos los países de los balcanes, este es un país por el que han pasado muchas civilizaciones, desde los Ilirios a los romanos, los bizantinos, los eslavos, y finalmente los otomanos. 
  • Imperio otomano (desde finales del SXIV hasta principios del SXX): estos siglos explican que la mayor parte del país sea musulmana, aunque también hay ortodoxos y católicos. Tanto los nobles como gente corriente se fueron convirtiendo al islam, estos últimos para evitar impuestos a los cristianos. En conversación con el Náufrado Ro aprendí que el territorio donde hoy está Albania central (territorio del héroe nacional Skanderberg) había sido en su día parte de la Corona de Aragón: esta se habíá unido con el Reino de Nápoles en 1442–1458 y, vía ello, Albania central se convierte en territorio vasallo de la Corona de Aragón/Nápoles, a ratos compitiendo con Venecia. A finales del SXIX, el imperio otomano se iba debilitando a la vez que los sentimientos nacionalistas en Albania se hacían más fuertes. En las Guerras de los Balcanes de 1912-13, el Imperio otomano perdió la mayor parte de sus posesiones europeas. 
  • 1912: Declaración de independencia. La "Conferencia de Embajadores" en Londres delinea los límites de la nueva Albania independiente, dejando a muchos albaneses fuera. La siguiente década fue de gran inestabilidad, luchando por tierras en los límites. Todo esto también se vió afectado por la Primera Guerra Mundial.
  • 1925: Autodeclarada monarquía. Ahmet Zogu venía de una familia noble y ascendió pronto en política, finalmente coronándose a sí mismo como rey: "Rey Zog I". Sin sopresas si digo que gobernó autoritariamente, buscando balancear fuerzas con Yugoslavia e Italia, pero para los años 30, Italia ya tenía una gran influencia en Albania. 
  • 1939: Mussolini invade Albania, así que Zog tiene que exiliarse.
  • 1939-1943: Ocupación italiana
  • 1943-1944: Ocupación de la Alemania nazi. Para noviembre de 1944, el Movimiento de Liberación Nacional (LANC), liderado por los comunistas, con su habilidad en guerra de guerrillas y conocimiento de lo rural y las montañas,  poco a poco fueron tomando control y ya en 1944 habían liberado a casi toda Albania. 
  • 1946: Enver Hoxha y otros líderes comunistas tomaron el control y declararon la República del pueblo, un estado de partido único. Hoxha estableció una rígida dictadura estalinista hasta su muerte en 1985. Construyó miles de búnkers por todo el país, asustado de posible intervención extranjera.  Nacionalizó las empresas y para finales de los 40 los albaneses no podían tener ninguna propiedad, desde coche hasta gallinas. Se enfocaron en industria pesada para ser autosuficientes, a expensas de cosas del día a día, incluyendo comida. Hubo un gran desarrollo de los sistemas de la salud y de la educación, transmitiendo ideología marxista-leninista a los niños desde peques [de esto habla mucho Ypi en su memoria]. 
  • 1950-1960: Albania se va aislando de los países occidentales e incluso de anteriores aliados comunistas como la URSS, después de la muerte de Stalin. Hoxha criticó la de-estalinización de Khrushchev como "revisionista", y también se llevó mal con la Yugoslavia de Tito.  Por supuesto, artistas e intelectuales sufrieron represión y la voz más clara en oposición al régimen fue el escritor Ismail Kadare.
  • 1985: Hoxha muere, siempre un gran varapalo cuando hay mucho de "culto a la personalidad" y "amado líder" en un sistema. Miedo da el mundo de hoy.  El Partido siguió cojeando un tiempo, pero con los cambios que se venían en Europa del Este en los siguientes años, estaba claro que el sistema iba a caer. En diciembre de 1990, Albania vio su primera manifestación anti-comunista
  • 1991: El gobierno convocó las primeras elecciones con varios partidos que llevó a la formación de un gobierno democrático y la caída de los comunistas. El Partido Democrático de Albania ganó, pero pasar de una economia tan centralizada a un sistema de mercado es complejísimo. La privatización de las empresas estatales no se hizo sin corrupción, hubo mucho desempleo, hiperinflación. Los subsidios comunistas también se acabaron y la gente se tuvo que buscar la vida de mala manera, algunos como delincuentes. Los 90 fue una década caracterizada por el caos y la desilusión.
  • 8 de agosto de 1991: si tienes cierta edad, recordarás esta imagen de abajo. El Vlora partió de Durres hacia Italia con miles de albaneses desesperados. Se puede leer toda la historia aquí.  Ahí termina también "Lamerica".
  • Hacia 1995 surgieron sistemas piramidales de estafas en los que cayeron más de dos tercios de la población, que perdieron todo su dinero. 
  • 1997: Revueltas muy severas, en las que grupos armados llegaron a tomar partes de zonas rurales y el gobierno declaró estado de emergencia. La comunidad internacional mandó tropas para restaurar la paz.

En fin, que no me ha quedado breve -sorpresa- pero es que este recorrido es fundamental para entender el libro, y también para dar contexto al resto de nuestro viaje por este país, desde por qué canta el muezín* igual que en Marruecos, hasta la arquitectura bizantina, pasando por gastronomía otomana. Cuando empecé a escribir el divague iba haciendo ideas sueltas y era complicado de entender, así que a medias decidí añadir la cronología de arriba y ordenar cosas que me han interesado de la memoria de Ypi históricamente. Así que eso me obliga a empezar con el pasado, con su abuela.

(*) Nota: En un momento del libro Ypi pregunta si el muezín realmente canta o es una grabación, que tienen una apuesta en el colegio. Me he visto en shock cuando he descubierto que es una grabación. Toda la vida imaginando a ese anciano vestido de blanco subiendo lentamente las escaleras de caracol de los horribles minaretes -parecen cabezas nucleares- al alba para cantar... y es una grabación! 

Nini, la abuela
Para mí, el mejor personaje de estas memorias es la abuela paterna de Ypi, Nini, que le hablaba en francés y decía cosas como "no llores, haz algo!". Había nacido de Tesalónica y cuando se deshizo el imperio otomano y se creó el estado de Albania (recordemos, en 1912), muchas familias de la diáspora que se habían movido por todos los Balcanes volvieron a Albania. Ella pertenecía a la élite, y al llegar a Tirana fue de las pocas mujeres que trabajaron en la administración y fue invitada a la boda del Rey Zog. Allí conoció a su marido y abuelo de Ypi, que fue luego encarcelado durante 15 años cuando llegaron los comunistas, por haber pertenecido a la clase alta (hay en el libro fotos de ellos esquiando: quién esquiaba en Albania en esa época?). 

Nini sabía del privilegio con el que había crecido, y sospechaba de la retórica que lo había justificado. No pensaba que "consciencia de clase" y "pertenencia a una clase" era lo mismo. Creía que no heredamos nuestras ideas políticas, pero que las elegimos libremente, las que suenan bien, no las que son más convenientes o van con nuestros intereses. "Perdimos todo, pero no nos perdimos a nosotros mismos, nuestra dignidad, que no tiene nada que ver con dinero, títulos, honores". O sea, esta es una mujer que ha crecido como aristócrata, luego llega el comunismo que despoja a su familia de todas esas cosas, y luego ve caer el comunismo y llegar el caos. Nunca tuvo fe en "recuperar sus propiedades" , pero aún así hacen un viaje a Tesalónica en el que la acompaña Ypi, que da para un capítulo agridulce.

Con todas las diferencias, ese capítulo me ha llevado a un viaje que hice con la yaya a Barcelona cuando tenía más o menos la edad de Ypi. En aquella visita creo que estuve en un hotel por primera vez, paseé por una gran ciudad por primera vez y fuí a un parque de atracciones -el Tibidabo- aunque esto no fue mi primera vez! Y en esto hay una similitud con Ypi, claro que para ella todo fue aún más salvajemente nuevo porque Albania había estado completamente aislada del mundo durante el comunismo, mucho más que otros países que habían vivido regimenes opresores- cuando llega allí los niños locales que no saben quién es Apolo y Afrodita, pero le hablan de un tal Micky Mouse.  Es la primera vez que sube en avión [nota: mi primera vez en un avión fue a los 19] donde ve por primera vez una bolsa de plástico de colores y donde se sorprenden de que les den comida (ah! esa época) - en cajas de plástico, con sus cubiertos, que ellas no se comen porque ya llevan sus byreks envueltos en papel de periódico (esa abuela me representa) -claro que se las llevan "por si tienen hambre luego".   

Sus descripciones de "primera vez" que anota en su diario -idea de Nini, viva Nini- son maravillosas para entender lo que era la vida en un país comunista, y la grieta comunista-capitalista:
(...) "fue la primera vez que sentí aire acondicionado en la palma de mi mano, que probé plátanos, que vi semáforos, que llevé vaqueros, que no tuve que hacer fila para entrar en una tienda, que crucé un control de fronteras, que vi una fila de coches en lugar de de humanos, que me senté en un baño en lugar de ponerme en cuclillas, que vi a gente siguiendo a perros con correa en lugar de perros vagabundos siguiendo a gente, la primera vez que me dieron un chicle en lugar de su envoltorio, que vi cruces encima de las tumbas, que vi paredes cubiertas por anuncios en lugar de propaganda anti-imperialista, la primera vez que vi la Acrópolis, pero solo desde fuera porque no teníamos dinero para pagar la entrada".

Progaganda en la escuela 
La vida colegial de Ypi en la albania comunista de los 80 no era muy diferente de la mía con las Madres del colegio del paseo de los pájaros que cantan bien en esa misma época, empezando con cosas prácticas como que se dividían en grupos de cuatro para limpiar la clase y siguiendo por las sesiones de propaganda ideológica.  Ella tenía una profesora, Nora, que era la divulgadora de una ideología y de su amado líder, Hoxha, y  nosotras teníamos a las monjas, un curso tras otro hablando de lo mismo: Jesús, María, Dios, el Demonio (personalificado, cuando éramos más mayores, por el PSOE, entonces en el gobierno). De todo esto ya habló Pilar Palomero en "Las niñas", basándose exactamente en MI colegio de Vetusta.

Voy a incluir unas citas de lo que les decía Nora, la profe fanática, que siempre tenía "respuestas claras, sin ambiguedades" a cualquier duda, porque espero que ilustren el contenido de unos principios -en este caso, marxistas-leninistas- y los contrasten con los que me dieron a mí:
"La profesora Nora nos explicó en el pasado la gente se congregaba en unos sitios llamados iglesias, sinagogas, mezquitas para cantar canciones o recitar poemas dedicados a algo o alguien llamado Dios. (...) Explicó que había habido disputas entre los grupos para ver cual de sus profetas tenía razón. (...) Entonces había llegado El Partido, y cuanta más gente había aprendido a leer y a escribir, y a entender cómo funcionaba el mundo, más se daban cuenta de que la religión era un ilusión que creaban los ricos y poderosos para dar falsas promesas a los pobres de que tendrían justicia y felicidad en otra vida. (...) No hay vida tras la muerte -explicaba Nora-, es una manera de hacer que la gente deje de luchar por sus derechos en la única vida que tienen, para que se beneficien los ricos". 
"Nora explicó que el socialismo no es perfecto, es una dictadura, la del proletariado. Es diferente, y por supuesto mejor que la dictadura de los burgueses que opera en estados imperialistas occidentales. En el socialismo, el estado está controlado por los trabajadores, no por el capital, y la ley sirve a los intereses de los trabajadores, no aquellos que quieren incrementar sus beneficios. Pero la lucha de clases no había terminado: tenían enemigos externos, como la URSS, que había dejado atrás las ideas del comunismo y se había convertido en un estado imperialista represor, e internos, como la gente que había sido rica y había perdido sus propiedades y privilegios, que seguían intentando socavar el gobierno de los trabajadores".
"Fuera de Albania, la gente nunca sabía los nombres de las personas que manufacturaban las cosas, de los trabajadores. Solo se recordaba los nombres de las fábricas donde se hacían, y de sus dueños, y de sus hijos".
"En el colegio nos enseñaban a pensar en término evolutivos. Estudiábamos la naturaleza con los ojos de Darwin y la historia con los de Marx. Distinguíamos entre ciencia y mito, razón y prejuicio, duda saludable y superstición dogmática. Nos enseñaron a creer que las ideas buenas sobreviven como resultado de nuestros esfuerzos colectivos".
Estos son los principios que se machacaban a los escolares en un país último bastión del comunismo rabioso y, sinceramente, no puedo más que suscribir uno tras otro. Compara esto con el Cordero-de-Dios, el "hubo atrocidades por las dos partes" y la asignatura "Hogar" para chicas solo.



"No te metas en política"
En el cole de Ypi les preguntaban si tenían algún miembro de su familia que hubiera luchado en la resistencia al fascismo durante la ocupación. Por supuesto, estar relacionado con los terratenientes y ricos de siempre que habían abrazado el fascimo era vergonzante y los niños llevaban orgullosos ejemplos de familiares partisanos. Conociendo de dónde venían no es difícil imaginar que cuando Ypi preguntaba a sus padres, después de pensar mucho salían con "el tío abuelo del primo segundo de la esposa de mi marido", cosas así. También hablaban entre ellos de miembros de la familia que estaban "en distintas universidades". 

O sea,  en su casa ocurría aquello que pasaba en muchas casas españolas, incluida la mía, en las que "no se hablaba de política". Yo tenía solo cuatro años cuando se murió Franco, pero a medida que iba creciendo me di cuenta de que en mi casa no se hablaba de franquismo, ni para bien ni para mal. Fue solo cuando le empecé a preguntar a la yaya "preguntas cerradas" sobre el tema que me empezó a contar cosas, tanto del franquismo como de la guerra. Pero la consigna general era siempre por parte de la yaya "no te metas en política".

La niña Ypi se creía todo lo que les contaba la profe Nora a pies juntillas como la niña Di lo de Madre Celsa, Madre Antonia, Madre Petra: con la furia de la infancia queríamos ambas que nuestras familias fueran más papistas que el papa. Mi familia era creyente, pero relajada: la yaya siempre me contaba historias veladas con un trasfondo "cuida con el clero", por ejemplo que una de sus monjas les decía (hablamos de Barcelona en los años 20): "niñas, no os hagáis nunca monjas", o que el cura tal les decía "haced lo que digo, no lo que hago". A Ypi le hubiera gustado que sus padres (y su abuela, que también vivía en la casa) tuvieran la foto de Hoxha que la mayoría de los albaneses tenían en el salón. Pero no.

Los tumultuosos 90 
Como he explicado en la sección histórica, no fue nada fácil esta transición a una economía de mercado cuando cayó el comunismo. Ya sabemos que el lenguaje es un arma poderosísima de cambiar el mundo, y Ypi nos cuenta cómo de repente todo el mundo comenzó a hablar de "la sociedad civil", más o menos sustituyendo a "El Partido" de antes. Otros nuevos términos: "liberalización" (que sustituyó a "centralismo democrático"), "privatización" (que sustituyó a "colectivización"), "transparencia" (que sustituyó a "autocrítica"), "luchar contra la corrupción" (que sustituyó a "lucha anti-imperialista"). Todas estas ideas eran sobre libertad, pero no la libertad del colectivo -que se había convertido en una palabra sucia-, sino la del individuo. 

Y luego está el de "reformas estructurales". El padre de Ypi consigue un trabajo en esta nueva sociedad como director general del puerto de Durres, el mayor de Albania. Les pusieron teléfono en casa y al padre chófer. Pero claro, había que empezar a "cortar costes" en aras de la productividad y el primer objetivo eran los trabajadores menos cualificados que llevaban allí una vida, en su mayoría de origen gitano. Esperaban en la puerta de su casa: "buenos días, jefe, eres un buen hombre jefe, tengo tantos hijos, jefe, solo un par de años más, por favor, llevo aquí desde los 13, no he robado nada, de verdad, es por el alcohol, ya voy a beber menos". Pero hay que "modernizar" y el padre no puede verlos como máquinas: "míralos, son personas, tienen lágrimas en los ojos". En esta parte del libro a mí también me dan ganas de llorar. 

La madre de Ypi -un personaje en contraposición al padre en el que no entro- dice en un punto que los países que fueron comunistas la gente no es de izquierdas o de derechas, sino que se dividen entre "comunistas nostálgicos" o "liberales esperanzados". Bueno, eso es lo que yo llamo izquierdas y derechas. 

Al final, por qué fueron tan agitados los 90? La comunidad internacional se dedicó a repetir el mantra del "polvorín de los Balcanes", con tantas religiones, grupos étnicos y diferentes maneras de ver la vida. Sin embargo, Ypi tiene claro que es que el colapso del sistema económico (mírese arriba en historia el timo aquel de los sistemas piramidales que arruinó a tanta gente), las diferencias de clase, no el acento o la manera de vestir de la gente lo que causó el derrumbe de esta sociedad. Sí, es la economía, idiota que le dijo James Carville a Clinton en 1992. 


Libertad
Este es el título de esta memoria y un concepto sobre el que la autora, profe de filosofía, vuelve una y otra vez. Quien esté preparado para un podcast de alto nivel -y en inglés, sorry-puedes escuchar la serie de "Past, present, future" en el que Ypi es la invitada titulada "Historia de la libertad".  Voy a terminar con un par de ideas sobre este tema, que sobrevuela toda la memoria. 

Volviendo a la infancia, cuando era peque, Ypi no se planteaba lo que era la libertad: en lo que a ella concernía, era libre. Un día en 1991 cuando vió una manifestación de jóvenes (a los que llamaban "hooligans") exigiendo "libertad", no entendió nada. Cuando tras la caída del Muro de Berlín oyó a sus padres decir que iba a haber "elecciones libres" en Alemania del Este, ella preguntó, perpleja: "qué se elige en elecciones no libres?" (esto también recuerda a las votaciones que organizaba Franco, que siempre ganaba su moción por el 99%). Sus padres parecieron incómodos y desviaron el tema: "No te alegras de que Mandela ha sido por fin liberado?" le dijeron.

Está claro que durante el comunismo no había libertad pero, cual es la libertad en el capitalismo?: "No es que a los pobres no se les dejen  hacer todas las cosas que los ricos pueden hacer; es que no las pueden hacer, aunque les dejen", dice su padre. 

Cual es la libertad que tienen los albaneses cuando cae el comunismo, les quitan las ayudas, la sanidad y la educación? Sí, pueden ahora emigrar -como de hecho hicieron muchísimos, la misma Ypi primero a Italia y ahora vive aquí en Londinium- pero, quién los quiere? Lo que ocurrió con los albaneses fue un piloto de la represión y el temor al inmigrante que vemos hoy en día. 
"Antes, uno habría sido arrestado por querer irse. Ahora que nadie nos impedía emigrar, ya no éramos bienvenidos al otro lado. Lo único que había cambiado era el color de los uniformes policiales. Nos arriesgábamos a ser arrestados no en nombre de nuestro propio gobierno, sino en nombre de otros estados, los mismos gobiernos que nos habían instado a liberarnos. Occidente había pasado décadas criticando a Oriente por sus fronteras cerradas, financiando campañas para exigir libertad de movimiento y condenando la inmoralidad de los estados empeñados en restringir el derecho a salir. Nuestros exiliados solían ser recibidos como héroes. Ahora eran tratados como criminales.

Quizás la libertad de movimiento nunca había importado realmente. Era fácil defenderla cuando alguien más se encargaba del trabajo sucio del encarcelamiento. Pero ¿qué valor tiene el derecho a salir si no hay derecho a entrar? ¿Eran las fronteras y los muros reprensibles solo cuando servían para mantener a la gente dentro, en lugar de mantenerla fuera? Los guardias fronterizos, las patrulleras, la detención y represión de inmigrantes que se implementaron por primera vez en el sur de Europa en aquellos años [1990] se convertirían en práctica habitual en las décadas siguientes. Occidente, inicialmente desprevenido para la llegada de miles de personas que ansiaban un futuro diferente, pronto perfeccionaría un sistema para excluir a los más vulnerables y atraer a los más cualificados, al tiempo que defendía las fronteras para "proteger nuestro modo de vida". Y, sin embargo, quienes buscaban emigrar lo hacían porque se sentían atraídos por ese modo de vida. Lejos de representar una amenaza para el sistema, eran sus más fervientes defensores"
Termino con esta reflexión, que dará una idea del tono y nivel del libro. Con él se aprende historia -Ypi describe acontecimientos locales como las primeras elecciones en Albania y acto seguido abre el zoom y te cuenta que hacía poco habían matado a Ceausescu en Rumanía cantando La Internacional, la guerra del golfo acababa de empezar y en las tiendas de souvenirs empezaban a vender trozos del Muro de Berlín-, y además se disfruta de una voz narrativa deliciosa, que a ratos te hace reír, otros llorar y siempre pensar. No puedo recomendar más este libro. 



19 julio 2025

Spomeniks, playas fantasma, podcasts políticos, santas psicópatas, ancianos en bici: De Montenegro a Albania [Balk9]

Sábado, 19.07.25: Shkoder
Desayunamos en la terraza y a las 10:00 nos vamos (nuestro coche es hoy el que bloquea a otros!). Antes de dejar Ulcinj pasamos por la escultura de abajo, que sobrevuela la bahía de la "Mala Plaža" (me hace mucha gracia este nombre, me recuerda conversaciones con el Náufrago Ro tipo "en peores plazas hemos toreado" o "no es mala plaza"). Se trata de un "spomenik", uno de los monumentos o lugares de conmemoración histórica que construyó Tito de los años 50 a los 90 -durante la República Socialista Federal de Yugoslavia- dedicados a rendir homenaje a la resistencia del pueblo al fascismo durante la Segunda Guerra Mundial. He descubierto una web con la que me he pasado medida tarde y la recomiendo encarecidamente, es una base de datos de todos los spomeniks, su historia, por qué tienen esas formas tan raras, mapas interactivos y muchísimo más: click aquí. 


Esta se llama "Sloboda" ("Libertad"):


Solo si te gusta el brutalismo, el cemento, si valoras el mazacote. No entra fácil, es un camino: yo ahora lo amo. 


A 5 kms al norte de Ulcinj está la Playa de Valdanos. La separa de la ciudad unos campos de olivos -ni que decir tiene, milenarios - maravillosos y cuando llegas ahí, te encuentras con una cala muy chula, con poquísima gente y no solo sin desarrollar, sino que parece que cuenta una historia que no logramos descifrar. 


Un día hubo un embarcadero que se cae a trozos y está oxidado

las duchas...

Una turista se pregunta qué ha pasado aquí, por qué se ha parado el tiempo en esta playa, cómo no han llegado los Beach Clubs con su música, sus cocktails, sus hamacas y camas...
 
Ah sí, espera, que hay camas en el final de la playa hacia la derecha... pero son como de bricolaje...

Y aquí hay más restos de lo que fue un intento de hacer de esto una playa con ínfulas en el pasado: aquí las escaleras de caracol derruidas que harían las delicias de los urbex:


Exactamente un mes después investigo en internet y encuentro la respuesta. Esta cala fue ocupada por el ejército yugoslavo en la década de 1960 para construir una base naval, pero no ocurrió porque la gente protestó: no podían destrozar los (milenarios) olivos!!! Me encanta esta respuesta popular, y sobre todo que tuviera éxito: a veces deberíamos recordar que la unión hace la fuerza y esas cosas. Estamos ensimismados en nuestros teléfonos, y podrían ser un arma de encuentro de mentes maravillosa, para parar todo lo que a la mayoría no nos gusta. Como que corten olivos. 


Pero divago: aquí no hicieron base militar pero el ejército construyó un resort para los militares con cabañas y caravanas. Los restos que vimos eran de terrazas modernistas de hormigón donde había restaurantes, tiendas y demás oportunidades de consumo. Corría 1983, así que podemos imaginar el estilo, pero para quien quiera más detalles, están aquí (incluso un vídeo que te lleva de cabeza a tu infancia si eres como yo generación X). En 2007, la cosa cerró y afortunadamente a nadie se le ha ocurrido "desarrollarlo". Esta es la playa a la que veníamos ayer, pero que por culpa de un coche bloqueando la salida no pudimos: una pena, claro que a cambio conocimos a los chavales del norte de Macedonia, a su madre y a Kassandra. 


Nos da pena no podernos quedar más rato, pero tenemos que "hacer recados": poner gasolina, buscar una pekara a coger bireks, pasar por un cajero y dejar el coche alquilado, todo eso antes de coger el bus para Shkoder en Albania. 

La devolución del coche no es en una oficina ni nada: ocurre en un aparcamiento y es que el mismo chico del aeropuerto de Tivat se ha cogido un bus y ha bajado a por él. Escribe un mensaje que "va tarde por el tráfico" (recordemos: todas las carreteras de obras) y a nosotros nos sale el bus para Albania a las 13:00. Por fin llega, a tiempo, vamos a tomar algo a un bar, y clarifico con un hombre que hace copias de llaves de dónde sale el bus, porque no se ve ninguna parada. Lo que pasa es que es una furgoneta privada, para 10 personas donde nos metemos 11, luego una va sin cinturón: alegría. Esta no será la última infracción: el conductor va hablando con un tipo que lleva al lado y, mientras que yo entiendo la importancia de las habilidades sociales como el contacto visual, de verdad que no es requerido cuando conduces: céntrate en la carretera!!! También va hablando por el móvil que lleva en la mano todo el rato, y cuando llegamos a la aduana, tenemos una fila de coches enorme delante y el tipo los adelanta todos por el carril contrario sin ningún rubor.  Me siento como en el salvaje oeste. 

En la aduana, nos pide a todos los pasaportes, se va a una oficina, y sale en un plis-plas, mientras el  resto de la fila agoniza. El resto de pasajeros son dos locales (una chica con velo) y seis mochileros que se van contando sus aventuras por el mundo, y Mini escucha preparándose para su interrail del verano que viene, que parece ya vuelve a tomar forma, con nuevos destinos. Al llegar a Albania, nueva espera en un puente donde se forman colas kilométricas: hay gente pidiendo a los de los coches y mucho mercedes-benz. 


En el viaje escucho podcasts (no recuerdo cuales), pero esto es lo que anoto:
  1. La ventana de Overton es un concepto de comunicación política. Hay distintas opiniones que se pueden expresar en el espacio público sin que el individuo o partido político que las expresa sea directamente descalificado. Pero esta ventana cambia con el tiempo: se puede hacer más pequenia, más grande, o moverse. Lo que era impensable en el pasado que está diciendo la extrema derecha (sobre el aborto, los inmigrantes, etc) está entrando en "lo normal" y la gente parece que se está acostumbrando. 
  2. La teoría del atasco en las escaleras mecánicas. Ya se sabe que en el metro de Londinium, la etiqueta dicta que la gente parada se pone a la derecha, y se deja el lado de la izquierda para quien quiera suba andando. El académico de turno cuyo nombre no recuerdo dice que si llega un turista que se planta en la izquierda y monta un atasco detrás, la culpa no es del turista, sino del que está detrás que no le informa de su error. 
Como digo, no recuerdo dónde ni en qué idioma ni a propósito de qué iban estas ideas, pero hoy (20 agosto) he escuchado otro que se podría aplicar prefectamente. Es un "Today in focus" de The Guardian: "How far-right rhetoric on migration went mainstream" ("Cómo la retórica de la inmigración de la extrema derecha se hizo convencional"). Igual los que nos callamos y cambiamos de tema ante esa retórica con un cuniado o en una cena de trabajo somos como los que no dicen nada en la escalera y tenemos parte de culpa.

El cartel de abajo lo pongo como nuestro primer contacto con el idioma albanés, que tiene bastantes palabras parecidas al castellano que nos parecieron graciosas, como "pishina" o "restorant". Más adelante he visto "princesha", "elecktrik", "tualet" (burra=♂ y gra=♀). Me recordaba a Sokol llamándome "madáme". Se explica porque ambas vienen del indoeuropeo, influencias del latín y el griego, y luego del italiano. 



Llegamos a Shkoder, el bus nos deja en la "Plaza de la Democracia", que está a cinco minutos del hotel, que lleva dos meses abierto, se califica de "boutique" y es muy pequeño. Hace mucho calor, son las tres y pico, así que Mini y yo nos echamos la siesta y el Peda, inasequible al termómetro, se va un rato y vuelve con nueva SIM, leks (moneda local) y agua. 

A las 1800 ya salimos todos: paseo por el centro, una escultura que no recuerdo de qué es, pero podría ser una mención a la época comunista, o a los nazis...

De la que no queda duda es de quién es la de esta estatua: Nené Teresa (la Madre Teresa de Calcuta) que nació en lo que hoy es Norte de Macedonia, pero sus padres eran albaneses. Yo no soy ninguna experta -ni tengo ganas de documentarme- sobre esta mujer, pero me cae mal, no solo por todo lo que pensaba por monja, ni por lo que vi en el espectáculo de Mongolia cuando estuvieron aquí en el Clapham Grand hace la tira de anios, sino por escritos desde Martín Caparrós hasta Christopher Hitchens. Parece que era una psicópata de libro, y es Nobel de la paz y santa. Ya nada me sorprende. 


Rruga Kole Idromeno es la arteria principal de la vida social de la ciudad: es peatonal y tiene a los lados cafés, tiendas, museos, galerías de arte (sí, han llegado). Es muy agradable y a ratos me da la impresión de estar en Latinoamérica:



Es también un lugar cuqui de mochileros: debe ser porque es la ciudad fronteriza con Montenegro, pero hay muchos y por supuesto, albergues. Yo intenté persuadir a mis compas de quedarnos en uno por "la experiencia". Los recomendaban hasta en la guía: "mi casa es tu casa", o "the wanderers hostel": click y veréis qué chulos. Ya le dije a Mini que si va a hacer el interrail, mejor que se vaya acostumbrando...


Y otra cosa que me encantó: mucha gente en bici, incluso gente mayor. Hay muchos carriles, y siempre alegra ver a colegas ciclistas por ahí..


Vamos a cenar a un sitio que recomienda la guía  ("Aroma"- cómo estoy, ya enlazando restaurantes!). El camarero habla castellano, y se justifica con que "hay mucho turismo español" (bueno, yo ya he desarrollado mi teoría de que en esta zona tienen mucha facilidad, que no me vengan con Kassandra y con turismo). Sin esperar nada, la cena nos sorprende y es muy barato (menos de €50 los tres, y pedimos un montón de cosas- esto es del Pedalog, obviamente). Aún no sabíamos que la comida albanesa iba a ser una estrella invitada del viaje...

Buena impresión tras nuestra primera tarde en Albania. Y como este país tiene mucha miga, el próximo divague será de un libro escrito por una albanesa que me servirá para dar un repaso a la historia reciente de este país, antes de meterme a recorrerlo. 

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15 julio 2025

Podadoras mecánicas, turbo-folk vs. Bad Bunny, un poco de agit-prop y tal vez de intrusismo profesional: De Budva a Blizikuće [Balk4]

Martes, 15 de julio 2025: Blizikuće
Hoy es el último día en la bahía de Kotor y nuestro intento de aprovechar la terraza lo máximo posible -hemos de irnos a las 10:00, así ha sido en casi todos los alojamientos este viaje- se ve truncado por un trabajador supongo del ayuntamiento con una podadora mecánica. No entiendo cómo está trabajando en un día festivo (sí, sigue todo cerrado) y aquí abajo se puede apreciar su buen hacer (todas las hojas marrones en el suelo, esta es la casa del lateral de la nuestra). 


Cuando ese pesado se va, toma el relevo otro, esta vez un particular en la casa de delante (en imagen abajo vestido de blanco). El nanosegundo que para el motor aprovecho para pedirle (a gritos) que espere a las 10, que ya nos vamos, pero obviamente no me entiende y sigue. Siento muchas ganas de una sierra mecánica, yo también, pero no para podar árboles. ¿No te gustaban los sonidos nocturnos del verano? Toma sonidos matinales...

No se puede entender que en un festivo se pongan a hacer este ruido a las 8:00 am. A ver, no que a mí me hayan despertado claro, la provecta edad es lo que tiene, pero aspiraba a leer en paz. El que sí me despertaba era un vecino de mi adolescencia que también se ponía con la jardinería el finde bien pronto. También tenía un gallo afónico con los biorritmos cambiados porque "cantaba" de noche. En fin, con esos flashbacks desayunamos y dejamos Krasici. Igual ha sido detalle de la dueña para que no nos diera pena irnos; dueña a la que por cierto nunca vemos (el apartamento estaba abierto cuando llegamos) y es nuestro primer contacto con el talante relajado montenegrino: nos dije que le dejemos el dinero en efectivo sobre la mesa. 


Nuestro siguiente destino es la ciudad de Budvha, La carretera está con muchas obras, así que nos cuesta un rato y vamos escuchando un podcast sobre Bad Bunny, intentando entender de qué va el furor de "Titi me preguntó / si tenía muchas novias". Mini es una de esas fans que se lo sabe todo -y tiene entradas para el concierto el año que viene. Yo llego a una conclusión de por qué no me gusta el reguetón: nunca me han gustado los ritmos latinos. No es tan terrible como parece, ya hay neurociencia sobre el tipo de circuitos que activa por ejemplo el jazz o el reggae (tranquis, no entraré en esto hoy), pero ya en mi juventud, cuando estábamos en fiestas de Vetustilla y la orquesta tocaba salsa, bachata o cualquier cosa así, me aburría. 



Sin dejar la música, ¿a alguien el suena el concepto de turbo-folk ? (era por preocuparme). Siento introducirlo en vuestras vidas: parece que este estilo musical es un "acquired taste" (o sea, algo que no gusta de entrada, que has de insistir, como la cerveza) que mezcla pop con música tradicional Serbia. Y según la guía, también parece ser que la siguiente ciudad, Budva es la "indisputable capital de la fiesta veraniega en Montenegro: las playas y los paseos marítimos se convierten en una sucesión sin interrupción de bares de cocktails con turbo-folk a todo trapo".  Espero que se entienda que nosotros estamos aquí de paso, no me veo en noches de turbo-folk, que vengo de sierra mecánica a las 8:00am.

Pero la ciudad antigua (Stari Grad) es muy chula, data de los corintios (SIV aC), luego fue romana y más tarde veneciana (aunque sus seis torres, murallas y fortificaciones se destruyeron en el gran terremoto de 1667- un año después del gran fuego de Londinium: decennium horribilis. Está en un promontorio rocoso, y es el típico destino turístico con tiendas de helados, de artesanía y cafés. No ha llegado creo aún la galería de arte, que es indicador claro del declive de un lugar, y si te sales de la calle principal puedes encontrar rincones bonitos que, no importa el número de ciudades europeas históricas de piedra que ya llevo a mis espaldas, me siguen gustando. Hago fotos a contraventanas abiertas, a bicis aparcadas, a ropa tendida, pero me quejo de las "unidades condensadoras" de aire acondicionado (acabo de aprender su nombre) tan feas que hay hoy en día en todos los edificios. Intento de todas las maneras que no salgan, pero el Peda reflexiona que "el día de mañana las unidades esas serán la ropa tendida de hoy". Tendrá razón? Podrán algún día tener el encanto de lo vintage? Quedo a la espera. Aquí van unas cuantas fotos -agradezcan que omita nombres de las iglesias.


Esta foto es de Mini:




Y esta:










Entramos en la ciudadela, donde hay grandes vistas de Stari Grad,

un museo de reproducciones de barcos y una biblioteca muy chula. Cae un chaparrón cuando estamos aquí.  





Media hora más en el coche -tráfico y grandes vistas, vamos pegados a la costa- y llegamos hasta el alojamiento, que está en un pueblo en la colina saliendo a la izquierda de la carreretera principal llamado Blizikuće. Este apartamento lo elegí porque tenía una piscina grande con vistas y ahí está esperándonos. El dueño es un tipo muy alto que se pregunta si soy brasileña, tal vez porque llevo una camiseta de la selección de ese país, no sé. Luego gran alegría porque somos ejpanis y explica que los montenegrinos son de las poblaciones más altas del mundo, e internet luego lo confirma. Recuerdo mi época de fan de baloncesto en los 80, y todos esos jugadores de la entonces Yugoslavia - tal vez de ahí venía la tradición. Volviendo a practicalidades, el apartamento es más grande pero más viejo que el de ayer y su terraza, aunque con vistas, poco acogedora.  Nos damos un chapuzón, leemos un poco y a las 1800 vamos a la playa, llamada Drobni Pijesak. 

Bajar a estas playas no es para quien tenga vértigo: has de llevar el coche por carreteruchas estrechas en zigzag. Como es tan tarde, la gente está volviendo. La playa es ni de piedras ni de arena y hay un maldito "chill out" llamado "Pura vida" que ocupa casi toda la playa. Se puede clicar aquí para entender lo que es un "chill out" o "Beach Club": un antiguo chiringuito de playa glorificado que ha llenado la playa en cuestión de sombrillas, tumbonas y "camas con tules para influencers" (algunas ya con escaleras hacia arriba como una litera que han conjurado una imagen terrible en mi retina: las de arriba serán más caras por mejor vistas y entonces alguien hará dos pisos, y tres...). El caso es dejar solo una esquinita para "la gente" (o sea, nosotros). El otro día en un podcast se cachondeaban de la persona que pone "#calitas" en sus redes sociales y yo lo que necesito es una guía de "#calitasinbeachclub".  Quiero playas salvajes con pedruscos, donde no te alquilen ni te vendan nada. Me meto en una de esas griegas que tengo en mi memoria, para ver si la han fastidiado ya, exactamente 10 años después, pero creo que no. Suspiro. De momento, nos queda Alipa. 


Pero bueno, no dramaticemos, nos damos un baño con Ramona que está muy bien, el agua está fría y limpia y con olas. 




Sveti Stefan fue en su día una isla de pescadores fortificada para prevenirse de los turcos, unida a tierra firme por una calzada elevada de piedras, y decidimos ir allí a ver la puesta de sol. Premio para quien adivine qué es hoy...


Sí, has acertado: un enclave de lujo cerrado solo para los huéspedes del hotel o lo que sea. Este además con solera, parece que ya en los 60 se alojaron gente como Sofía Loren, Orson Welles, Richard Burton y Elizabeth Taylor. Enlazo a la web del grupo hotelero que lo regenta, porque tienen buenas fotos de la zona -y porque tengo la seguridad que nadie que pasa por aquí va a visitarlo. 

Y aquí un divague propiamente dicho, de todo lo que me está sugiriendo esta segregación megarricos y el pueblo. Me he suscrito al podcast de Gary Stevenson (Gary's economics), y a este sí que me gustaría que la gente siguiera. Le escuché una entrevista en un podcast muy famoso de este país ("The rest is politics") que te urjo escuches y si no entiendes inglés, también estuvo en "Carne Cruda" en castellano aquí. O leer su libro "El juego del dinero" (The Trading Game). Stevenson es un tipo de clase trabajadora -se le nota muchísimo en el acento- que, gracias a ser muy listo para las mates terminó en Oxford y en la LSE estudiando económicas y luego siendo trader en la City. A los 23 ya había hecho millones de libras pero un día tuvo su "caída de caballo hacia Damasco" y decidió dejarlo- nunca había olvidado sus orígenes de todas formas, ni había cambiado su acento, que es una peculiaridad en esos ambientes. Ahora se dedica a explicar el mayor problema de la economía mundial: los super-ricos no pagan impuestos. Ya hemos hablado aquí antes de "Tax the rich",  la única manera de cambiar el sistema. La gente normal, la mayoría de la gente, deberíamos exigir esto, o la cosa va a terminar muy mal. Parece que me he ido del tema, pero no: cada siguiente isla que veo en la que va esta panda me recuerda que esto es una "suma cero" y para que ellos ganen, hay mucha gente que está perdiendo. 


Hay un par de playas a los lados, como se puede ver en la imagen de arriba y caminamos por la de la izquierda...


que termina en un promontorio rocoso y detrás hay otra playa, Milocer. 




Momentos de recogimiento para un par de fotos monjiles:



Subimos al apartamento a ducharnos y este es el panorama: decido que mañana veremos la puesta de sol aquí.  



Vamos a cenar a un sitio encantador al lado del apartamento: es muy grande, como de pueblo, totalmente cubierto de parras, con gente local (ya parezco uno de esos insoportables "viajeros") y con esas vistas - claro que es de noche, pero se puede ver las luces de Budha al final de la bahía. Acabo de mirar en internet y es posible que se llamara Paštrovića Dvori. Si la situación acompaña, cuando terminamos de cenar, suelo ordenar los platos para que le sea más fácil al camarero llevárselos. Hace poco leí en un artículo que hay un tipo de gente que hace esto, y me gustó estar en ese grupo, "ser una persona que ordena los platos" [ya dicen que si quieres incentivar un comportamiento, haz de ello una identidad: "soy un corredor", vs. corro], se supone para ayudar. Hoy los he ordenado como siempre y al llegar el camarero, los ha separado y se ha puesto cada plato en un dedo, en un alarde de floritura espectacular, alejándose todo digno. Como diría el Náufrago Ro: es esto intrusismo profesional? Nos hemos mirado y nos ha dado un ataque de risa que aún sonrío solo de escribir esto. 



Pub 11.08.25 : 9:05