Sábado, 30.07.16 Davgata
Como volamos a las 10 de la mañana del domingo, decidimos ir a dormir cerca del aeropuerto. Aún tenemos medio síndrome post-traumático de este mismo proyecto al año pasado, cuando fuimos del Peloponeso-oeste a dormir a un hotel cerca del aeropuerto en Atenas y fue nefasto. Así que este año hemos reservado en uno que no está demasiado cerca del aeropuerto, pero en las montañas que hay frente a la península de Lixouri. No tenemos ni idea de lo que vamos a encontrar, pero por lo menos tiene piscina, y eso quiere decir que Mini será feliz en el agua, y nosotros también y además igual logramos leer.
Seea ya, Assos! |
Myrtos, nos vemos... |
Dejamos Assos, a la que no me canso de fotografiar desde arriba ("El País de Nunca Jamás"), volvemos a pasar por el mirador de Myrtos (que hoy, siendo sábado, no tienen tantos coches en el zigzag como el otro día!) y tomamos la carretera por la que subimos el otro día por la tarde, que la Rough Guide describe como "uno de los mejores tramos de todo el Jónico". eso es mucho decir, pero dejo un par de fotos para que el divagante juzgue:
Las vistas se empiezan a hacer menos dramáticas a medida que avanzamos hacia el sur., pegaditos al mar. Un highlight de este tramo es el pueblo conocido como "Farsa". Siempre me ha encantado esta palabra y saber que hay un pueblo que se llama así me causó tanta alegría como que el término que yo pensaba acuñado por mi padre, el "guasa", ya lo usan académicos y doctores como mi mentor en Vetusta. Pero divago.
En un punto hay que coger un desvío hacia la montaña, Davgata, se llama el pueblo, pero al llegar la carretera está cortada con un pedrusco gigante, así que tenemos que llegar casi hasta Argostoli para volver por el interior. Al llegar al pueblo, hay todo carteles hacia un lugar llamado "Casa de calma" (así, literal), que me suena a retiro religioso, como las convivencias de las monjas. Nosotros vamos a Asteras Studios donde parece que no hay absolutamente nadie. Recuerdan el "Solos en el castillo" el año pasado en Mani?
Sin embargo, parece que hemos encontrado nuestro lugar en el mundo, por lo menos para pasar el último día de vacaciones: las habitaciones son muy básicas, más o menos como estar en un colegio mayor, pero con dibujos de árboles en las paredes con fotos de toda Kefalonia en las ramas. Pero no pasamos ni un minuto aquí: bajamos a la piscina que esta en un mirador rodeado de campo con sonidos encantadores, beeee, las ovejas, tolon, sus cencerros, bzzzz, las abejas allá al fondo, y de vez en cuando dong, tañe la campana de la iglesia local. Al fondo, mar a la izquierda, monte, más mar. Y solos.
Pasamos una tarde perfecta, es como tener una piscina privada! Pero la camarera dice que están llenos! Dónde están todos? Nos tomamos frappes y helados, leemos, nadamos... hasta que al final llegan tres jóvenes del este serbocroatalbanokosovaresrumanos que enturbian la paz... pero ya se está haciendo de noche.
Cenamos en la terraza con la puesta de sol... a dormir pronto, pero como siempre que he de coger un vuelo pronto, duermo mal.
Se nos termina el viaje? que pena. Vi las fotos de lo que uds llaman estudio, muy lindo, sencillo y confortable.
ResponderEliminarPero Di, ¿al oír el sonido de las campanas no acudieron a la misa ortodoxa? Un ritual muy interesante para una antropóloga de su talla...
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