Viernes, 20 de Octubre de 2017 (de Malta a Gozo)
Hoy es el último día en Malta, y prácticamente pasamos la mañana recogiendo, empacando y comiendo. Porque pese a haber desayunado el yogur con fruta y granola al principio del día, nos cuesta tanto terminar (vale, hay lectura en la cama elástica y tal) que antes de irnos nos hacemos unos huevos benedictos -menos salsa holandesa ni la panceta- (o sea, viene siendo un huevo duro que se deja solo tres minutos, así que la yema está blanda). Nos despedimos de la familia, del maldito perro, y Mini se queda muy triste por separase de su amiga Izzy. Por fin, como si emprendiéramos un viaje para varios meses, logramos irnos.
El ferry que va a Gozo, la islita 6 kms al norte (es aún más pequeña que Malta, 67 kms2-según dice wiki lo mismo que Manhattan) es curioso: no se paga para ir, sino a la vuelta (deben tener claro que todo el que, vuelve), y no hay que reservar: simplemente te pones en una de las muchas filas, y cuando llega, te subes. El viaje es muy amable y me recuerda a otros como el año pasado yendo de Itaka a Kefalonia. Se hace corto, y casi al llegar vemos de lejos Comino (la tercera isla, aún más pequeña, por la que no van coches y en la que solo hay un hotel), que tiene el famoso Lago Azul que veremos el domingo.
El lugar donde quedarse en Gozo es una farmhouse (casas rurales). La arquitectura predominante son construcciones de piedra, con arcos en los bajos, algunas preciosas... y te puedes quedar a dormir en una! Por supuesto, si lo dejas para el último minuto-típico Pedalista-ya no quedan casas rurales a un precio asequible, y me quedo frustrada de no poder ir a Ta Lulú, que me gustaba también por el nombre (no sé porqué, una época de mi vida mi familia me llamó Lu), que estaba toda reservada hasta en esta época (que es aún temporada alta en Malta). [Otro día contaré, de todas formas, nuestra visita-investigación a Ta Lulú, y nuestras conclusiones].
Pero divago: como no nos podemos quedar en una casa rural terminamos en un apartahotel elegido por Mini (tras nuestra selección, ella hizo la última criba) en Victoria, la capital de Gozo. Está situada exactamente en mitad de la isla y tiene una ciudadela encantadora, justo al lado de ella estaba nuestra nueva casa, en uno de los edificios de piedra de varias plantas, con vistas a un patio. Al entrar en la habitación se nos cae un poco el alma a los pies porque, pese a ser muy grande y "boutique", da a ese patio exterior, y Mini aún recuerda el jardín de Malta. Pero al lado de nuestra puerta hay una escalera de caracol que sube al tejado donde hay una pequeña piscina y las mejores vistas imaginables: las torres de las múltiples iglesias, campanarios, plazas, palmeras, la ciudadela de fondo y, lo mejor, el sonido de las campanas cada cuarto de hora, que dan un toque perfecto al escenario. El Peda me explica cómo funcionan (agárrense): primero tocan los minutos: una vez (y cuarto), dos (la media), tres (menos cuarto) o cuatro (en punto), y luego, sonido más grave (o agudo, no recuerdo) las horas: de 1 a 6, y a partir de las 6, le tenías que sumar 6 (si tocaban 4, eran las 10). En mi opinión, solo un autista, lince de los patrones, puede desentrañar semejante código.
Tras desembarcar salimos a dar un paseo a la ciudadela, y cenar allí. Solo hay un restaurante (Ta Ricardo) y según la guía merece la pena. Sin embargo, el senior Ricardo nos dice que está ya cerrado, que vayamos durante el día (esto es un reto complicado, estaremos por ahí-de hecho nunca volvemos a Ricardo). Antes de entrar en la catedral hay una señora espontánea que veo reconviene a otros turistas: no entrar con pantalones cortos. Yo me quedo por ahí disimulando (el Peda y Mini se han parado en algo), porque intuyo que mi vestido minifalda aún le va a gustar menos. La mujer no se va nada convencida, se da la vuelta, mira a los turistas, vuelve a darse la vuelta. Los pobres se cubren con algo, y yo permanezco agazapada porque, por Tutatis, ahora he de entrar en minifalda (soy así, la irracionalidad me puede). Llegan el Peda y Mini y por fin, dentro!: allí nos encontramos con un espectro (en imagen), que definitivamente lo es, porque no nos dice nada por mostrar las rodillas.
Salimos de la ciudadela, bajamos la empinada calle del hotel, atravesamos la plaza donde siempre hay gente tomando cafés y acabamos cenando en una terraza de la preciosa plaza de San Gorg. Hoy decidimos por fin probar comida maltesa de pro: el Peda pide un "platter" de queso y salchichas locales (un plato alargado de madera con eso, y alcaparras, tomates, panecitos, etc), todo horriblemente salado; Mini pide pizza (admitimos pulpo como animal de compañía-hay mucha influencia italiana) y yo (fanfarria): pasta con conejo (atención, el conejo es el plato nacional de estas islas). Se trata de espagueti con "salsa de conejo" y dos trozos del bicho (que aquí en UK es animal de compañía, Mini llora, admitimos conejo como animal de idem). Bien, se deja comer pero con cierta pesadez: cuando llegamos a casa echo de menos las cenas ligeras caseras, el yogur y el muesli.
Suenan los angelicales cuartos otras vez, y por primera me preocupo sobre si no nos dejarán dormir por la noche... pero sí, dormimos como unas mantas... din-din-din, don don...
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ResponderEliminarLUX, "nalgas"!, "SENOS"!!!! (Pero quién dice hoy senos, q no se refiera a senos frontales, e.g. "tengo sinusitis"), "potorro"!! (pero lo q más me escandaliza son los senos!) Me desvías tanto con el uso del castellano q ya no puedo entrar el fondo del tema, a las rodillas... :):):)
ResponderEliminarUna vez hice una entrada sobre lo de cubrirse en las iglesias... era otra época, casi no conocerás a nadie... entraba una CORAGEOUS q se aburrió...bueno, aquí va... hace 7 anios de entonces... ha e/involucionado mi escritura? Me da pereza releerme
http://divagandodivagando.blogspot.co.uk/2010/06/hipocresia-infinita-tapate.html
love
di
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ResponderEliminarProfundamente consternado por las declaraciones de Lux, mi ser y estar se traslada a la Capilla Sixtina en plana efervescencia creativa.
ResponderEliminarSoy un simple peón que ayuda al Maestro Buonarotti en tareas principales, a saber: acarreo de agua, montaje de andamiadas y la más delicada y crítica, confección de potajes y bocatas.
A pesar de mis ancestrales temores a la Inquisición, soy testigo del nacimiento por doquier de culitos, espaldarazos, escorzos en posiciones imposibles, pechos que se alzan antigravitatoriamente y demás carnes prietas en variadas y primigenias desnudeces absolutas.
El Maestro pasa de todo. Es consciente de que su obra le trascenderá, y arroja a la luz de la creatividad el desnudo humano como un reflejo del poderío del hombre renacentista.
El Papa se impacienta y mete caña al pintor-escultor. Quien le responde con energía desde la andamiadas: Se acabará cuando esté terminado. No me seas un prisas.
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Hoy ha sido un día especial. Miguel Ángel ha terminado a la Sibila Délfica, y como todo el mundo habrá adivinado, me he enamorado de ella hasta los tuétanos.
Estamos a final de mes y aquí no cobra ni Dios.
Pero qué queréis que os diga. Entre andamios, bocetos, mezclas de colores y cuerpos danones, estoy pasando el mejor rato de mi vida.