Jueves, 19 de Octubre de 2017
Hoy es nuestro último día completo en Malta (mañana vamos a su isla hermana peque, Gozo), así que nos dedicamos a completar. Y eso que la isla no te la terminas en una semana, por pequeña que sea: si quieres bajar a cada cala, y repasar cada localización cultural (sin mencionar iglesias, que tiene 365 por lo visto), necesitas más tiempo y un coche. Nuestro naufrago favorito Ro, que fue quien nos recomendó estas islas (yo poco sabía de ellas antes, aparte de que eran un destino británico tipo Costa-del-Sol, y el cacareado España-Malta), dijo que "no hacía falta alquilar coche porque había un servicio de autobuses buenísimo". Nos hemos acordado mucho de él cada vez que vemos una parada de bus, algunas en sitios remotísimos, que piensas que nunca habrá nadie allí esperando, y menos pasará un bus, o bien hordas de esperantes que vienen claramente de las playas (esto fue el primer domingo en Malta), a los que no para el bus de turno porque viene petado, o algún que otro grupo de esperantes desesperados. En fin, que para lo que hacemos nosotros en estos destinos del Mediterráneo yo aconsejo alquilar coche, si es posible. El nuestro cuando escribo esto (ya hacia el final del viaje) lleva tanto polvo, barro y sal, que los pobres alquiladores vana sospechar que lo hemos sacado a África.
Nos encaminamos a ver Mdina de día, ya que nos impactó ayer por la noche, pero antes paramos en Mosta, una pequeña ciudad que tiene la cúpula descomunal, ellos dicen que de las mayores del mundo, aunque en Gozo hay una en Xewkija (ya os contaré) que dicen que es mayor (bostezo). Está complicado aparcar, y el Peda se va y Mini y yo nos quedamos en un parque infantil desierto al lado de la iglesia de la rotunda (así llaman a la cúpula en la guía, y mola más). Tiene uno de esos toboganes de tubo que sale de una construcción con varios toboganes más y escaleras, y lo pasamos en grande jugando a pillar, tirándonos o escalándolos. Al rato vienen algunos padres con niños de verdad y tenemos que dejar de hacer el burro y, mira, por ahí viene el aitá que se ha ido a aparcar a occipucio. Son las 11:45 cuando por fin intentamos entrar a ver la rotunda, y justo nos echan: cierran por lo visto para comer y la siesta hasta las 16:00. Seniorrrr.
Salir de Mosta nos cuesta un horror, pero por fin ya en el campo vemos que estamos casi tocando Mdina. Pasamos un buen rato paseando por las calles tan agradables, de esta ciudad amurallada. Hoy hay más turistas, pero no demasiado: qué debe ser en verano. Por las calles van calesas de pobres caballos llevando a gordos turistas. En el pasado Mini aún esperaba subir en alguna de estas calesas, pero hoy en día ya entiende perfectamente que no es justo lo que les hacen a las pobres bestias para que cuatro vean la ciudad con su culo en un asiento. La pobre se horroriza al ver que le pegan para que avance, y que tiene esas orejeras para no ver. El caso es que esta sensibilidad no viene de serie: yo recuerdo subir en los ponies del parque de atracciones de Vetusta de peque, guiada por mi padre, y me parecía lo más del todo el parque (hay foto). Sin embargo, ya adolescente, una vez en las ferias, Fashion quiso subirse en unos ponies que iban atados en una rueda y que simplemente daban vueltas ciegos en círculo: el espectáculo me pareció tan lamentable que logré persuadirla de que no era justo (no fue difícil, Fashion es una gran amante de los bichos-no así yo, pero no soporto verles sufrir, porque sí, que digan lo que quieran los señores del puro y el Soberano, los animales tienen tienen terminaciones nerviosas como usted, que generan la sensación de dolor, como a usted, pero esa es otra historia).
Ayer ya expliqué la experiencia de pasear por Mdina, "la ciudad silenciosa" como la llaman, de noche. De día es distinto: te puedes asomar por las murallas a ver el mar allá de fondo, te puedes comer un helado (mis compas lo hacen, de hecho, yo les "ayudo") y buscar un lugar donde tomarte un té o un fredo (sin éxito). En fin, que las imágenes valen más que mil palabras:
A la salida vamos en busca de un lugar de pastizzios altamente recomendado por la guía (horario, atención de 3:00 am a 11:00 pm!!) llamado "Crystal Palace" (como el barrio del sur de Londinium, que da nombre al equipo de fútbol). Está justo al comienzo de Rabat, pero no logramos encontrarlo... al final, entramos en uno muy auténtico de otro nombre, lleno de hombres locales de edad, que nos miran extrañados. Sin embargo, al ver el horno, tenemos la sensación de que ese debe ser el sitio.... y así es, tienen colgado un cuadro de "excelencia" donde pone Crystal Palace. Compramos pastizzios de espinacas y atún, de queso y algo más... cada uno vale 0.30 euros!!! Decidimos ir a comerlos a la playa de arena roja...
Se llama Gnejna Bay y está un cabo más al norte de la playa salvaje que estuvimos el día anterior. Aquí es más fácil de llegar, y al aparcar llega un hombre con unas bermudas descoloridas, una camisa del Pleistoceno, y una gorra de plato (hay que admitir que del mismo tono de descolorido que las bermudas). Nos pide sonriendo dinero por aparcar... suena raro, el Peda le pregunta si da recibo y él niega pero nos ensenia una identificación cómo no descolorida, tal vez lo que llevó en la Segunda Guerra Mundial. Le damos lo que sea y nos lanzamos al agua. No es la mejor playa del mundo, y a la izquierda, donde hay unas montañitas, hay como unas puertas de garaje excavadas en la roca, que suponemos son como esas casitas de madera de colores que alquilan los ingleses en Brighton y Portsmouth, pero esto da la impresión de chamizo, de chabola... por lo menos así cerrado. Otra cosa será cuando vengan las familias y monten a las puertas mesas con enormes comilonas que duran toda la tarde del ddomingo. O bien son almacenes donde los pescadores guardan sus redes ... no sé.
Hago snorkling y nado con Mini un rato, se une el Peda, y cuando tengo algo de fresco me salgo, y ellos se quedan tirándose desde una roca. Las nubes ominosas que nos acompaniaban esta tarde, por fin hacen acto de presencia, y nada más salir yo se pone a llover. Mis compas en el agua, de mil amores (es chulo bañarse cuando llueve, sobre todo cuando es verano en el agua se está más caliente que fuera), yo tengo que correr a dejar los artilugios en el coche, y les espero leyendo bajo un porche.
Toca retirada, porque además en casa está la hija de los señoritos, con la que Mini se lo pasa chimenea. Así que mientras que ellas saltan en la cama elástica, corretean, juegan con el cachorro de beagle (Buddy) y se bañan en la piscina (todos estos puntos constituyen el paraíso de Mini, solo falta helado), nosotros podemos leer algo y tal vez incluso divagar!!! En un punto subo a la piscina a hacerles una foto (piscina iluminada por la noche, bonito, pienso): quien me manda, con lo tranquila que estoy leyendo en la sección servidumbre (abusando de Bryce, lo sé).
Así que empiezo a hacer fotos pero entonces viene el maldito chucho y me empieza a ladrar, a chupar, a arañar en las piernas y-esto sí que no lo tolero-a olisquearme en donde pueda imaginar el lector. Comienzo a gritar, "fuera, stop it, vete, Buddy!!" El tío, no contento, se me agarra a una pierna y comienza a moverse con una actitud tirando a procaz y yo ya no sé si gritar en inglés, en castellano o en hebreo. Me lo consigo quitar, pero el maldito vuelve, me lo quito, y decido confrontarlo gritándole que pare en su cara (que al fin y al cabo, es un animal menor, debería aplacarse, no?). Menos mal que Mini sale del agua y me rescata, mostrando un dominio del mundo canino que yo carezco... Ella me dice luego que eso que me hacía Buddy son "cuddles" (abrazos), y que también se lo hacía a ellas. Maldito chucho salido.
Huyo a donde me espera el Peda tan tranquilo, magullada, vejada y azorada. Mini ha vuelto al agua y el puto chucho a seguir destrozando toallas, sandalias (mordió la de Mini la otra mañana), y siendo una afrenta a las buenas costumbres. No sé qué pensarán los senioritos.
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ResponderEliminarSalutti Lux... Has sido -tras la drag.queen de torreciudad o como quiera q le llames - el nuevo bave!!! (beato de alta velocidad) canonizado por unas horas! Y luego ya no! Bueno, no nos impacientemos... escribo desde la península donde he llegado hoy tras levantarme A las 445 en Malta, desayuno en Madrid, y comida en vetusta... Me estoy durmiendo. me.esperan días de celebraciónes rituales (cumple Fashion maňana), así q ya sé q no podéis esperar A nuevas entregas de Malta (ahira toca Gozo, q es mejor)... Pero tendréis q esperar A la semana q viene q regresaré A la isla... Snif.
ResponderEliminarMando hugs
Di
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ResponderEliminarAcabo de ver Big little lies (seis capitulos de trago)
ResponderEliminarla serie en la que sale Kidman
que le han dado Emmys y premios varios.
Si no la has visto miratela, creo que te va a gustar
me he acordado de nuestro común amigo Bandura.
Bss
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ResponderEliminarHola darlings... desde q llegué a londinium el domingo por la noche, siento q he estado en casa lo justo para dormir y meter kits de natación o deporte en sus bolsas (de MIni, q no cunda el pánico). Yo ya sé, LUX, q esto del hola y adios no lo dices por mí, sino por esa panda de hienas q a saber dónde están (yo tiendo a disculparles cuando escribo bitácoras de viaje, ya sabes). Que salgan por algún sitio! A mí me gustan tus cabreos... me recuerdan a la Caridubi, la monja de mates, si no se cabreaba no aprendíamos, decía. Lo del calor, no sé si estoy de acuerdo... los tempos son distintos, y no puedes abrazar, pero yo he sentido mucho calor humano (del otro tb, particularmente en vetusta en verano).
ResponderEliminarTXELOS! Gracias por la recomendación... miraré a ver si la encuentro por ahí, aunque soy resistente a las series, como eh dicho alguna vez: no tengo paciencia, no tengo tiempo. Vi el primer capítulo de la premiada "El cuento de la criada" pq me acababa de leer el libro y me aburrí... sigo siendo de pelis.
He escrito una entrada tonta para maniana... de esas fáciles y dificiles... por romper con la bitácora q ahora estoy en un impasse y no me veo escribiéndola, pero a la vez me corta el rollo para moverme a otra cosa...
love
di