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17 enero 2011

Sanfermines: proyección

Corre 1992, el año tras el cual se iba a acabar el mundo. Intentar contar con una narrativa medianamente coherente (no que la mía lo suela ser, de todas formas) la primera quincena de julio de aquel año se me antoja Mission: Impossible. Esos días están almacenados en mi memoria con tintes de proyección de diapositivas (desde el cole cuando la monja pasaba las “filminas” de arte me ha fascinado el ruido, el misterio de la oscuridad, su parecido remoto con la sala de cine). Así de confusos son mis recuerdos de aquellos sanfermines: comienza la proyección.

El teléfono salta en la mesilla
Una chica hacia el ecuador de su carrera tirada en el sofá, leyendo, es interrumpida por una llamada de teléfono. Es su hermanita pequeña, en casa de sus tíos, llamando desde Vetusta Sub Y, tienes que venir. Al colgar, esta chica, llamémosla Di, aunque aún no lo era, marca el número de su amiga, la que estudia farmacia en aquella Vetusta menor (ciudad donde se celebra la fiesta que los ingleses llaman "donde dejan correr los toros por la calle") para decirle que va para allá.

Cartones por los suelos
Al llegar, una fiesta en el piso de mi amiga, con la que nos llamamos mutua y cariñosamente "Gorda", llena de futur@s farmaceútic@s. La habitación del hermano (también el mismo negocio, ya se sabe que esta profesión es endogámica) tiene una cinta de esas de "POLICIA NO PASAR" en la puerta. El suelo está cubierto de cartones enormes, que trepan unos centímetros por la pared. En aquel momento me parece extraño. Años después, en el Carnaval de Notting Hill entiendo su finalidad. Vagos recuerdos de ese grupo, salvo que me presentan a "Boticario Nadador". Un tipo de 1.90 con la pata de gallo ("haz el amor y no la guerra") al cuello. La suya es dorada y la mía plateada, colgada de una cuerda negra. Boticario Nadador, casi 20 años después, ha resultado ser todo menos hippie, pero yo que soy muy educada jamás osaré recordárselo. Todos tenemos nuestro pasado oscuro.

Plaza de María de la O
Siguiente noche, esta vez por las calles. En concreto, en la plaza de María de la O, donde mi amiga ve a Boticario Nadador, que bebe con su "cuadrilla", la del colegio. Boticario le presenta a mi amiga a sus colegas más próximos: "estos con X, Z y el Gordo". Mi amiga, la Gorda, me busca entre el gentío: "Gordaaaa, que aquí hay un gordo". Vadeo entre la chusma y al llegar, nos presentan: "Mira, Gordo, la Gorda" (dioses, qué parida esto ahora bien mirado, más de 20 años después). Y el Gordo dice: "Gorda, eres la mujer de mi vida".

"Di, ven, deben ser tus amigos, preguntan por la Gorda"
Antes de nada: cómo hemos llegado hasta aquí. Mi amiga (la maldita gorda) regresa a La Gran Vetusta tras la noche de la Plaza de la O. Boticario Nadador, Gordo, et al piensan que los sanfermines son un must y que ellos me van a hacer de cicerones. Cada uno memoriza un número del teléfono de mis tíos. No hay móviles, hablamos del Pleistoceno: en aquella época para quedar había que tener voluntad. Las noches siendo noches, los gatos siendo pardos, nadie pregunta por nombres ni señas de identidad, al día siguiente todos podemos ser calabazas. Boticario Nadador es el encargado de llamar y preguntar por "La Gorda".

Cómeme
Se inician mis noches con este grupo extraño, y mis camisetas sanfermineras en la colada. Mi tía me da una de propaganda de carnicerías con el reclamo "Cómeme" en el frontal, y "No hay nada como los sanfermines" (cómo lo suscribo) en la espalda. Aún la guardo: no puedo contar las satisfacciones que me ha dado. Aparezco con ella y mis 21 años, toda candor, a mi cita con este grupo de solo-tíos. Muchos años de antropología navarrensis para entender lo que entonces parecía un cojunto tirando a freaky.

Preserbatu
No sólo yo resulto impresentable en cuanto a camiseta: el Gordo lleva una que reza "Preserbatu, Previene que te conviene". Y un condón sonriente, por si había alguna duda. Qué mala es la publicidad: desde entonces, asumo que el Gordo es un hombre de mundo, un tío experimentado. ¿Pensará él lo mismo de mi "Cómeme"? Nota: ninguno nos comemos nada en todos los Sanfermines.

Los fuegos
Son frikis, pero ninguno tanto como para querer ir a ver los fuegos a la Vuelta del Castillo. Boticario Nadador, que se debe sentir medio responsable de mí por ser amiga de su amiga me acompaña, bajo el cachondeo general. A día de hoy el cachondeo es aún mayor si se recuerda la anécdota de pobre Boticario ofreciendo su camisola negra de fiestas (por si el frío, dice luego) y yo aceptándola de buen grado para poderla sobre el césped humedo. ¿Princesa, yo?

El pelo del Gordo
Cuando el Gordo se quita "Preserbatu", luce camisetas reivindicativas tipo lo que hoy llamaríamos antisistema. El Gordo va a hacerse insumiso y hablamos de cambiar el mundo (entonces, aún no juntos). Ahora, el tema estrella, entre Palestina y Galeano, es su ex-melena rubia, que hace poco competía con la de Ginolá because I'm worth it, pero que ha sido, oh destino, sacrificada. Le gustan las pulseras y le doy una mía. Tiene unos ojos verdes preciosos, y creo que no lo sabe. Pero no se lo digo.

En una farmacia de San Juan
A estas alturas de partido, pierdo la voz. El Gordo me ofrece Lizipaínas: "son pastillas anticonceptivas para hombres". Me señala a Futuro Traumatólogo y añade: "éste no las necesita, que está operado". Acabo en una farmacia con Tiovin. La arpía tras el mostrador afirma: "
toma esto y esto... y deja de hacer lo que llevas haciendo los pasados días".

Anaitasuna: "Y nos dieron las diez"
Sólo a uno de los frikis, Economista Bailador, le gusta bailar. Mucha gente, bailamos como podemos, entre nosotros y con extraños, quizás algún kiwi aún con camiseta. Cuando cae entre mis manos el Gordo descubro que, decididamente, es el que mejor saber agarrar. Eso es muy importante: nunca he podido con los manejables, que parece que son de chicle.

Salida de los toros
Boticario Nadador y yo vamos a ver la salida de las peñas de los toros. Allí esta el Gordo, más piojo que de costumbre, con una bata blanca llena de kalimotxo. La noche no ha hecho más que empezar...

Jarauta: katxis y más katxis
Katxis de cerveza o kalimotxo sin parar, y yo que bebía más bien nada en aquella época (pre-Reino Unido y pre-Pedalista). "No vale mojarse los labios", nos decían a Economista Bailador y a mí. Cómo pude soportar a esa panda todos los sanfermines medio sobria es todavía un misterio.

La fuente de la Taconera
14 de julio, Pobre de mí. No tengo ninguna imagen de esa noche aparte de la que sigue, en una fuente en el parque municipal, a orillas del cual vivían mis tíos. Está amaneciendo, todos han ido cayendo durante la noche y sólo quedamos Boticario Nadador, el Gordo y yo. El trío calavera. En el inocente paseo hacia mi casa se les ocurre la genial idea de despedirse con un rito purificador de las aguas. De repente, lo veo en sus ojos: una fuente y dos moles de 1.90 hacia mí en lo que les parece muy gracioso. Un observador imparcial (si quedara alguien vivo ese día en la ciudad zombie) hubiera descrito tres bultos blanquirrojos-tirando-a-sucio gritando y forcejeando y al agua con ella, y por favorrrrr, que os saco croissants y... buf, cual es mi poder de persuasión, me sueltan.

Fotos
Cumpliendo la promesa, saco unos croissants de casa de mis tíos, y la cámara. Con el careto de toda la noche de juerga, el último día de los Sanfermines nos vamos a hacer fotos. Parecemos la cuadrilla de la muerte. Primera: Boticario Nadador y yo salimos sonrientes, una bonita foto. Segunda: El Gordo y yo posamos para la siguiente. Todo bien. La última, los tres con el automático, patata y... me giro y descubro al Gordo con los pantalones blancos en el suelo. Intento sacarle de la foto a empujones como puedo y el automático dispara. No comment.

Direcciones
Promesas de "nos escribiremos". Se trata de papel, boli, sobre, sello, buzón. Esas cosas. Les prometo mandarles cintas de "Radio La Granja", que sorprendentemente no se sintoniza allí. Les prometo mandarles las fotos. Incluso la tercera.

Y los dos escriben... pero esa, buf... esa es otra proyección.

Gora San Fermín!
PS: Este divague fue una "petición especial" de los blogueros de sanfermín, muy necesitados de carnaza. Y lo van a fusilar.A la espera, quedo, en el paredón.

14 comentarios:

  1. Qué bonito, Di (como casi nunca uso la palabra "bonito", cuando la uso va cargada con toda su fuerza no desgastada).

    A estas cosas se refiere Pedro Mairal en su artículo en Orsai, cuando dice: «Eso me gustó de los blogs en su momento, se olvidaban esa mayúscula. La gente contaba su vida cotidiana sin pretensión literaria, sin darse cuenta de que estaba escribiendo bien. Contaban algo que les había pasado en el colectivo y fluía como ese viaje, lo contaban con la ropa suelta, sin pensar en la solemnidad del papel.»

    Lo has contado muy bien, y llega con coherencia. No digo yo que un venusino que acabara de llegar, armado con su GoogleUniverseTranslator se enterara de algo; pero nosotros sí, porque estamos referenciados por la vida.

    ¡Por supuesto que no os comisteis nada! ¿Quién puede pensar que en esa ciudad no-dejada de la mano de dios iba a permanecer una fiesta que provocara el forniciaje?

    El alcohol, risas, diversión es más que suficiente (más de lo que la vida suele dar).

    No renuncio a volver, amenazo.

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  2. Boticario nadador?.... Hummmm.... Me viene a la memoria uno que no se fijaba en mi, muy a mi pesar y que ahora casi que me alivia...

    Para mi que se ha echado a perder.

    Eso si, que espalda tenía el tío...

    Vueltas que da la vida!

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  3. Gracias NAN,sobre todo si,como dices he capturado la "esencia de los blogs" en un divague tan caótico. Mi secreto creo que es, como siempre, pasármelo bien (habrá gente q alucinará pensando cómo me lopuedo pasar bien escribiendo ese tractatus sobre "La regenta", pero es así). Ahora,escribiendo éste me lo he pasado especialmente bien,me han salido carcajadas. Espero q esto se transmita, lo q me he reído.

    DIVA, el Boticario no se ha echado a perder, habalmos de distinta persona. El q todos no estén en primera línea de fuego de la vanguardia cultural como nosotras* no quiere decir nada. AL chico le dan la cátedra cualquier día de estos.

    *Por si hay algún nuevo,esto es irónico y autoflagelatorio.

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  4. Ja.

    Di y su condesador de fluzo...

    yo sí me he reído...lo de las camisetas es total.

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  5. Yo tengo grandes historias en sanfermin, algunas de incontable final pero ninguna con ese regustillo tierno que los dividologos vemos en la tuya.

    A tu amigo el arbitro lo han nombrado mejor arbitro del mundo

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  6. Cielos unos sanfermines casi que tiernos...cuanta diferencia con algunos otros...

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  7. MO, tengo q revisitar "Back to the future"... tambien por lo del baile de encatamiento bajo el mar de VIVEIRO, q me trajo unos flasbacks no sé si bienvenidos o pesadilla.

    TXELOS, quién te dijo lo de Howard antes de q se le reconociera mundialmente, eh?

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  8. No me lo creo, Di, todo producto (sucinto, eso sí) de tu imaginación sucinta... En esas fiestas de borrachos, torturadores de animales y machistas esas cosas no pasaban.

    Txelo's, lo de Webb fue votado antes de su performance en el Man U - Liverpool, ¿no?

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  9. Ala, BASAJA, que se trata q me fusilen los del blog sanfermín. Parece q en sanfermines sólo comen los kiwis, pero están muy pillados...

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  10. Mmmm, muy hábil, Di... pero no te va a servir de nada.
    Colar una presunta historia de predestinación (el Gordo, la Gorda, etc.) poniendo como telón de fondo los sanfermines no puntúa como artículo sobre los sanfermines.

    Lo fusilaré de todos modos, de forma podríamos decir preventiva, a la espera de tu verdadero divague sobre los sanfermines.

    P.D.: Así que la de la camiseta de "Cómeme" eras tú, ¿eh?

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  11. ¿Te das cuenta, Di, que Sanferman ha tenido durante años tremendas alucinaciones con la chica de la camiseta, y que de un plumazo ha visto la verdad y, suponemos, ha sido curado?

    Acto peripetéico puro y duro.

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  12. Jo, SANFERMAN, así que me mandas a repesca???? Pero si yo estudié!!!! A la espera de tu fuselaje, quedo.

    NAN, media Vetusta sub Y llevaba esa camiseta de "Cómeme". Yo fui la única de esa masa q no comí un colín.

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  13. Di, lo del ligoteo sanferminero debe de ser, tal vez, algo endémico. Conozco a un amigo de un amigo que amenazó, un 10 de julio, a una amiga, con seducirla. Ella se rió. Pero zas, en Navidades de ese mismo año ambos cayeron...

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  14. Ahhh, clarooo ESTAFETAKOA, "el amigo de un amigo"... ya entiendo.

    Y por cierto, que te hace suponer que el especimen navarrensis me sedujo a mí y no al revés????

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