Hace unas semanas mi co-Diva habló de la crisis de los 40 -así en general, no personalmente- y fue un éxito de crítica y público. Tras leerlo, como muchas veces ocurre en este divlog (nos retroalimentamos), decidí escribir algo sobre MI crisis, no de manera general, sino lo que me pasó a mí, moi, me, personalmente, no a los 40, sino a los 30. Este divague se quedó en borradores, en parte porque es buy personal y en parte porque entonces vi "Liberal Arts" (la peli), que tocaba precisamente estos temas. Por fin, aquí estoy.
Tenía 29 años. Todo iba tirando hasta que una serie de "life events" cayeron de golpe en la olla y entonces... booom, estalló. Una vez que estás en el marrón, te documentas: esto que me pasa es solo a mí? Amigas de la infancia, estáis tan felices? Compas de curro, cada uno a los vuestro? Por qué me siento entre el cacareado "angts" adolescente y un trastorno ciclotímico? A ver qué dice Mr Google: "La crisis de los 30 es un proceso típicamente femenino que tiene que ver con la maternidad". Claro, cómo no? Qué somos las tías sino úteros andantes? Acaso no es un hecho que nuestro mundo se reduce a tener o no tener hijos?
A los 29 llevaba ya unos años trabajando y todo iba muy bien. Había pasado las pruebas que en este país te acreditan como miembro del club de tu profesión, y ya no tenía más exámenes que estudiar por las noches. Había que seguir aprendiendo, sin la presión de que te evalúen. Idílico. Pero por primera vez en mi corta carrera profesional, me empiezo a aburrir en el trabajo: el principio del fin. Y vivo en una ciudad dos horas al norte de Londinium que siento ya no tiene nada más que ofrecer.
Tras años de estudiar y organizar tu vida, vacaciones y demás alrededor de una mesa con libros, revistas y notas, de repente la realidad cae sobre tu cabeza con todo lo que has perdido para ganar otras cosas, y todo lo que no has hecho por ser casi parte de esa mesa. Y cuando por fin tienes un momento para hacer algo similar a la reflexión, te entran las prisas: La vida, de repente, pasa a ser una locomotora entre el sopor del día en un trabajo que no te crees y el frenesí de las noches, una maratón del tirón versus los 100 metros lisos en dosis regulares.
Miras a tu alrededor y la gente de tu edad comienza a tener hijos. Los remiras y lo confirmas: son las antípodas de lo que yo quiero en mi vida. No es que esta gente desapareciera de la "party scene" de la que me había esfumado yo por los exámenes -fck** the party scene-... era en lo que se convertían. No encontraba a nadie que me inspirase, que fuese remotamente un embrión de mi yo-adulto (29 años y vida de teenager, piso de estudiante-este era el poster que tenía en mi salón). Ahora, muchos años después y más sabia, sé que me equivocaba: esa gente ya eran distintos a mí o a lo que yo quería ser antes de tener hijos, y ahora que yo tengo a Mini no me he convertido en ellos. Ni en mi madre. Esto es el secreto mejor guardado, pero si alguna veinteañera lee esto alguna vez, debería saberlo. Claramente a los 29 yo desconocía esta gran verdad, y seguía en la mitad de mi propia maratón personal.
Cuando tu cuerpo está en condiciones óptimas para los 100 metros lisos diarios, tienes que llenar tu mente. Cuando tu cuerpo está en condiciones óptimas para reproducirse, tu mente está siendo llenada, o en otro sitio. Dicen que Descartes con la dualidad mente-cuerpo está totalmente superado, pero en mi caso, los dos entes viajaban a distinta velocidad. Y no hay nada que puedas hacer más que, en mi caso, esperar a ver si tu cabeza tiene a bien dejar el complejo de Peter Pan que la ha secuestrado (desde nacimiento), y comience a pensar como una ciudadana (del mundo) responsable.
Pero, esperar no es algo que se haga sentada. En mi caso, esperar siempre va a ocurrir haciendo. Problem solving, primer objetivo: salir del agujero profesional (que hoy suena a utopía, cuando la gente se desespera por mantener un trabajo). Y salir fue Londinium: la City me dió no solo otra manera de practicar mi trabajo más intereante, abierta y seria, sino que además se dió a ella misma. Nunca le agradeceré lo suficiente a este lugar (mi "Un lugar en el mundo", si alguien aún no ha visto la peli de Aristarain, que corra) el que me sacara del pozo en el que me estaba ahogando (cuán dada soy al melodrama si me suelto un rato, disculpen). Ni a la poca gente que estuvo allí, cuando todo se hundía (venga, mas madera!).
Londinium y esa gente me ayudaron a hacerme las preguntas adecuadas en torno al "qué vida quiero llevar?". Los mejores asesores nunca te darán las respuestas, sino que te señalarán el camino donde están tus preguntas.
Londinium y esa gente me ayudaron a hacerme las preguntas adecuadas en torno al "qué vida quiero llevar?". Los mejores asesores nunca te darán las respuestas, sino que te señalarán el camino donde están tus preguntas.
Pues yo creo que toda crisis de la que se sale con ayuda exterior (rescate / cambio de escenario...) no es más que tapar la herida. Sin curarla.
ResponderEliminarCreo que de toda crisis se ha de salir sólo. Y a base de darle al coco. No de cambiar escenarios. Porque las crisis nacen ahí, y ahí hay que resolverlas. Ay.
Es el dedo que señala a la luna. El dedo indica el camino, pero al final se debe ver la luna sin ver el dedo. A veces es necesario que alguien nos indique el camino para después olvidarlo.
ResponderEliminarSaludos
- Ingeniero..¿ y ahora qué?
ResponderEliminar- ¿Ahora qué de qué?
- A ver..tengo 32 años, 2 hijas, una casa y un curro..¿ ahora qué?
- Ahora..pues una plaza de garaje.
Nada como una leche en toda la cara de realidad prosaica para bajarnos del bucle de pensamientos absurdos.
pero que conste que plaza de garaje no tengo.
Si es que son simples, sencillos, se les ve venir...
EliminarEs lo bonito de los divagues. Que se dejan tantas puertas abiertas a las ideas de cada uno.
ResponderEliminarVeo una habitación con muchas puertas:
- No quiero ser mi madre, pero quién quiero ser. Y sipuedo ser lo que quiero ser -en todo este barullo mental que tengo, que alguien me ayude a responder a las preguntas que no puedo eludir- cómo diablos puedo serlo.
- Oh, eso del puto reloj biológico es un martirio, y encima le da por dar campanazos cuando más me pide la vida. Qué bonito es ser mujer, pero esto no me lo habían contado.
- Las otras, pero chicas...desde cuando resulta que sois las otras?
- Que bien se está teniendo 28 tacos y siendo una joven adulta que apura la buena vida. Pero 29 es casi 30...agggg...no, yo 28 for ever.
(Y mira que me lo pasé bien con 28, uno de los años que mejores recuerdos me ha dejado :)).
Sobre lo de superar las crisis en la mente, muy bueno en la teoría; pero si estás enredado, es que lo estás, y un cable viene pero que muy bien. Porque la mente es una maraña de preguntas, y si no sabes cómo desbrozar, vas bien apañao.
Yo creo que esas crisis las tenemos cuando las cosas van bien. Cuando van mal, no te da tiempo a pensar en nada. Con trinta años tuve una hija. "Se muere", me dijeron. No se murió. "tendrá problemas graves de aprendizaje" me dijeron. Tuvo problemas, pero no fueron graves. Ahora está en primero de bachillerato, en grado medio del conservatorio y es la tía con más agallas que he conocido en mi vida. En esa década prodigiosa de los treinta a los cuarenta yo no conocí una crisis. Era la crisis permanente de ella la que me preocupaba...¡y lo alucinante es que pregunta como algo completamente ajeno a su existencia: "Mamá: ¿qué es una crísis existencial?"! (Perdonad este arranque de orgullo maternal, pero me comprenderíais si la conocierais)
ResponderEliminarOle tu!!!!
EliminarPues estoy de acuerdo, CS, una cosa es disponer de tiempo para ti y analizar qué camino quieres encarar y otra los reality bites. Un hijo con problemas es un gran mordisco de realidad, y hasta que no me ha tocado, que el mío va camino de la cuarta operación, no he podido entender toda la carga de entrega que conlleva la frasecita "ha nacido con...". Pues nena, también tienes motivos para estar orgullosa de ti misma ¿no?.
ResponderEliminarPero esto no quita que es cierto que las que nos embarazamos somos nosotras, y muchas trabajamos, y que a los 30 se juntan muchas exigencias para asentarse profesionalmente con la presión biológica y psicilógica que también. Y si no trabajas, pues el no saber por qué calle tirar. Puede ser verdaderamente difícil de llevar.
Crisis de los 30, de los 40, de los 50... ¿esto no es un mito? Hay quien llega a la tumba tan ricamente, pasando de manera natural por esos cambios radicales, que al final no son tan radicales en la mayoría de los casos, salvo un accidente o una desgracia o alegría de cualquier clase que te puede venir a cualquier edad. Claro, que también los hay que andan en crisis desde los 20, ahogándose en un vaso de agua y sufriendo la vejez desde los 25.
ResponderEliminarQuizá es al revés: que se produce un cambio radical y le echas la culpa a la década.
Buen post, en cualquier caso.
Night night divagantes, ordenadamente:
ResponderEliminarSr. VIVEIRO, la mirada de ombligo que sugieres solo funciona con gente de Elevada Vida Interior, y los místicos, mientras q la mayoría de los mortales nos beneficiamos de alterar las circunstancias q no nos permiten progresar (e.g. quitarnos la piedra del zapato), de hacer cosas q nos gustan (“behavioural activation” lo llaman, o sea, praxis, praxis praxis), que nos hacen sentirnos mejor con nosotros mismos, rodearnos de gente q nos hace reír, pensar, esas cosas… y tal. Aún quedan muchos intentando vivir de lo primero, pero se les esta acabando el chollo (wishful thinking, eso querría yo).
JAAL, con respecto a lo q dices, hay una frase de Aristótles q viene a decir algo así como “dímelo y me olvidaré, enséñame y lo recordaré, involucrame y lo entenderé”. No hay q decirle a la gente lo q debe hacer, por ahí iba lo de dar preguntas y dar respuestas.
MO, el sentido del humor nos saca de agujeros, totalmente. Desmitifica y no te deja quedarte regodeandote mirándo tu ombligo, en un “apasionante bucle del yo”.
IRE, dices muchas verdades: lo del reloj biológico es un terror, q nuestro cuerpo esté preparado para procrear cuando aún no lo estamso en la cabeza es un drama. Y no solo en la cabeza, es q las mujeres tenemos un planazo, pq ya lo hemos hablado mil veces aquí, si cuelgas todo a “esa edad óptima”, luego pasas el resto de tu vida laboral como profesional de segunda. Es así, pero luego ya están los de simepre ayudándonos cuando salen las cifras de infertilidad y fecundación in vitro. La culpa, como siemnpre, las muejres “por dejarlo para demasiado tarde”. Sí, queremos la tarta y comerla, cual es el problema?
CS, el próximo divague será la piramide de Maslow, pq lo necesito en el blog para hacer rfeerencia mil veces: tienes razón, estas cosas pasan cuando se tiene la tripa llena (Maslow)-es lo q decía en el divague, hoy en día cambiar de trabajo ya no es una opción para muchos. Gracias por compartir tu historia… “se muere”… me has encogido el corazón. Os mando a las dos un abrazo, valientes, y otro para IRE-mil abrazos y mucho ánimo.
CARMEN, es un mito q depende de lo q ese número signifique para ti. Quiero decir q a mí los 40 no me han afectado nada, pero los 30 sí, pq se junto el tema laboral q he descrito y el tema qué tipo de vida quiero llevar, pq entonces no me sentía preparada para tener hijos. La década de los 30 es la más importante, pq es cuanod te consolidas en tu carrera y tienes o no familia (por supuesto, hay outliers en los dos aspectos aquí y allá, pero hablo en general). En los 20, estamos todos terminando la carrera y empezando a trabajar, training y esas cosas. Algunos tienen hijos pero aún esta la puerta abierta para los treintañeros q los pueden tener luego. Pero es de los 30 a los 40 cuanod vas a cortar el bacalao. Por eso veo la “crisis de los 40” más como algo de “hui, tenemos un problema con las decisiones pasadas”, mientras q la de los 30 es más sobre el futuro.
Muxus todos
Di
ResponderEliminarEsta semana pasada me estuve acordando mucho de cuando tenía veintiocho años porque cumplía los treinta y ocho, a mí me dió por tener una segunda adolescencia, ya que la primera había sido mucho de leer y ver películas. Me dediqué a salir mucho de noche, fue algo que duró un par de años, y luego volví a mi ser.
Ahora no es que me vaya a dar una crisis, es que vivo en una, se puede decir que es todo lo que me preocupa.
Me ha gustado lo de que no tienes porqué convertirte en tus padres o en gente que no te inspira sólo porque vayas a cumplir los mismos años, algo de eso he visto yo también.
Imposible no mencionar primero la visión del mundo del ingeniero, con sus puntos suspensivos de duda breve “Ahora... pues una plaza de garaje.” La propiedad y “lo que se toca” es el camino a la ausencia de crisis. Lo de hijos con problemas (que también viví durante un período de 5 años, entre sus 23 y 28) queda fuera de la categoría de lo comentable, pero es cierto que con eso todo lo demás se difumina.
ResponderEliminarY ahora, al granillo del meollo de la cuestión. Desde la insensibilidad emocional aguda de la que participo como “varón y residente en”, creo que hay una crisis grave (física y real) y una de paja mental.
La crisis grave se produce circa los 28 años. Es biológica y se manifiesta gradualmente en el reconocimiento de que tu fuerza y energía desaparecen. (1) Ya no puedes pasar 3 días y 2 noches sin dormir, (2) ya no puedes pasar una sola noche sin dormir, (3) Dios mío son las 4 de la madrugada, mañana será un día de trabajo terrible, y (4) ¡joder, las 12 de la noche, ya tenía que estar durmiendo!
La paja mental, en los cuarenta y tantos, consiste en mirar a tu amigo de abajo y preguntarle: ¿Cuántos soles verás amanecer todavía con tu vitalidad intacta?
A la primera, te acostumbras; al terror de la segunda, acabas respondiendo con un ¿y a mí qué me importara que no me apetezca comer cuando ya no tenga ganas de comer?
Con respecto a las crisis de las chicas, me parecen más reales por la innovación histórica de vida personal, social y laboral plena más ¿maternidad o no maternidad?, me dan escalofríos.
XISCA, qué curioso compartir "la llamada del mundo de la noche". Yo recuerdo cuando tenía 17 años a así q salíamos por la noche y había unos tipos babosos, viejos, a los q llamábamos "los mexicanos" (por el bigote, no es q necesariam llevaran bigote, pero eran esa imagen del tipo viejo cutre q entra en los bares a las jóves, o te mira). Los mexicanos tenían-agárrate-28, 30, etc... Así q en esta "segunda fase" q describes... teníamos la edad de los mexicanos! Atroz. Claro, ahora los de 28 son.. yogurines...
ResponderEliminarNAN, welcome back guapo. Tú crees q el declive de la energía comienza a los 28??!!! Igual tienes razón, pero yo lo recuerdo más cercano. Lo de la paja mental de los 40 me esta haciendo reír... Por cierto, enlanzando con esto he leído por ahí q, así como la década mejor sexualmente para el hombre es la de los 20 (igual a eso te refieres tb con la energía), la de la mujer es la de los 30. En lo último estoy de acuerdo... pero the sky is the limt! (reciénc omienzo la de lso 40!).
El problema de q no te apetezca comer cuando no tengas ganas de comer es q al otro le apetezca. Supongo. O si eres soltero/divorciado/viudo, y muy entregado, como Tiovin, q dice "yo, como Hemingway, el día q no se me levante no le veo sentido seguir levantandome de la cama".
muxus muchos
di
Tienes razón, Di, pero en realidad me estaba refiriendo a "ese miedo" a la posibilidad de perder el buque insignia de la varonía como su único sostén.
ResponderEliminarO algo así, que me acabo de levantar y ya estoy tardando en ducharme e irme.
Chau chau
En realidad estaba pensando en las patéticas conversaciones de los cuarenteños con su pene.
ResponderEliminarVeo más tu crisis de los 30 como algo profesional (igual la entiendo mal), ¿no?
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