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29 marzo 2011

“Hoy, Landero”: Por Júpiter, cómo escribe!

La recomendación emocionada de “Hoy, Júpiter” (Landero, 2007) se la debo a No, que al principio la llamaba “Oh, Júpiter” (y que casi me gusta más). No sé si la veo contándomelo en medio de una noche de mojitos a 2 euros en el Road 66 (¿) en aquella ciudad extraña que a los cuatro de una manera imprevista nos medioatrapó, o con el mar aquel verde transparente de fondo, mientras encuadraba una foto. En cualquier caso, sabía que volver a Landero tras varios años sin leerle era una buena idea.


“Juegos de la edad tardía”, su primera novela, fue una de aquellas que me hizo replantearme (una vez más) esto del escribir: qué dominio del lenguaje, qué metáforas, qué “conocimiento del alma humana”, que dicen los críticos sesudos. Parte de mis amigos se vio obligado a leer el libro tras mi insistencia, y alguna frase del mismo entró en nuestro vocabulario, para quedarse:


Tengo motivos suficientes para ser un hombre sin escrúpulos. Cualquier otro en mi lugar sería una hiena”.


Luego vinieron “Caballeros de Fortuna” y “El mágico aprendiz”, y ambas compartían la misma sobredosis de fiesta verbal, de los recursos, de la imaginación. No podría entrar en hacer un análisis comparado de los temas de fondo, como a veces he hecho con otros autores, porque apenas recuerdo el hilo del contenido. Pero me queda la sensación de una forma fastuosa.


No he leído, devorado "Hoy Júpiter": la novela me ha engullido a mí. Quién era la bulímica, yo o las páginas, que se deslizaban como las de uno de esos best-seller de los que esperan a la última línea para desvelar el nudo-que es lo único que importa, porque el viaje no vale nada. Así, pero todo lo contrario.


La identidad, los sueños, las mentiras que nos contamos, y la puesta en escena que hacemos para los demás. El amor y el odio, como dos caras de una moneda similar, con las mismas servidumbres y adrenalinas. El ansia desmedida por gustar, por ser admirado, el estar dispuesto a cualquier cosa por ello. Los silencios, su preparación, las palabras ("el presagio de las palabras que venían por los caminos del pensamiento pero que no habían sido todavía pronunciadas"). Matar al padre.


No hay en toda la novela, a mi juicio, un solo personaje positivo. Y no se trata de buenos o malos, porque la grandeza de Landero radica en que nos rompe el corazón directamente al principio de la novela con la infancia de uno de los personajes (y cuando digo rompe, digo desgarra-destroza-demole: cómo decir esas cosas a un ninio) para que cada vez que su odio nos desmonte capítulos atrás nos sintamos aún más desvalidos, sin soluciones posibles, sin ni siquiera empezar a intuir en qué punto del ovillo empieza la espiral, o es que no hay comienzo, ni ovillo. Esa es para mi la expresión de la sabiduría de este autor, que no te da respuestas, no juzga, no piensa por ti. Describe sin piedad los hechos, las interpretaciones de los personajes, y deja al lector con las hipótesis de si/cómo los personajes se están equivocando.


Al segundo personaje no lo conocemos en su infancia como al primero, y tal vez por eso me resulta mucho más difícil entender su megalomanía, su necesidad de aclamación, los múltiples atajos por los que intenta triunfar, salir del barro por el que andamos los demás. Para ello recurre a todo: si fuera bloguero, habría intentado ser el más leído a base de refritos del pasado, y luego se hubiera hecho autor de culto, escribiendo sólo de temas a nivel pretendidamente elevados e inaccesibles, y más tarde habría bajado el nivel con lo que la gente quiere para llegar a la gran masa y por fin habría acabado en relación por email con un lector que lo adorase.


Pero con aspectos de su experiencia vital nos podemos identificar: la descripción de Landero de la fase enamoramiento de este personaje es perfecta (quien lo probó, lo sabe), por ejemplo: las tardes mirándose a los ojos pasan en nanosegundos. Personajes grises, sombríos, llenos de pasiones tan cerca del barro, pero a veces, a pesar nuestra, nos suena de algo esa voz interior del ninio que crece odiando, voz mezquina, pacata, cicatera, que a muchos nos ha asaltado alguna vez y hemos espantado de inmediato, como un mal insecto de verano, avergonzados siquiera de que un idea tan paranoica, tan triste, tan cutre, al cabo, nos hubiera elegido a nosotros para cobrar vida.

Pero al final, un libro donde uno de los personajes, a los 14 años dice, tras una celebración familiar: "Me voy a leer, repitió, como si se despidiera para un largo viaje". Un libro que lleva dentro todo el amor por la literatura posible, que te da alas para intentar escribir mejor, para ser mejor lector.


Un libro que sientes "latiendo en tus manos, como si tuviera vida propia". Gracias Landero, por esa imagen, y por el vuelco de mi corazón al leerla.


8 comentarios:

  1. Pues me entran ganas de leerlo tal y como lo escribes. Mi unica experiencia con Landero es el magico aprendiz. Y recuerdo como me encantaron las tres primeras partes pero me desencantó el final, modestamente creo que se le fue un poco la olla creativa.
    Pero es cierto que en mi opinión escribe muy bien así que igual me animas a empezar este.

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  2. Precioso libro que leí hace tres años y voy a releer (sacado ya de la estantería) después de leer la crítica que has hecho de él.

    Como siempre, magnífica crítica.

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  3. Hola Txelos y Anónimo... cómo me alegra daros ganas de leerlo. Se q no ha sido lo mismo q lo mío con NO y los mojitos, pero el bloguerío es lo q tiene. Por cierto (y ahora soy yo la q desvarío) se les acabaron los mojitos, no sé si la menta o el ron o qué (a ver si se acuerda NO q es más joven)... acabamos con ellos.

    AH y "El mágico aprendiz" no recuerdo nada, pero si q fue el q menos me gustó... El q más me sigue gustando es "Juegos d ela edad tardía"...

    En fín, q si lo leeis, pido post por encargo pq me encantaría hablar más de él, en concreto de lo q colgue el otro día q decía Landero sobre la escritura, ya la posicion del personaje 2 en busca del "éxito" profesioanl.

    muxus

    di

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  4. Hola divagantes ;)

    ufff a mi es que ese libro me dejó en shock...tanto que al terminar pensé..como el resto de las novelas de éste hombre sean así me moriré de gusto (era la primera que leía de Landero) y fuí a la librería el mismo dia que le puse fin a Hoy, Júpiter a comprar Juegos de la Edad Tardía y también me encantó (aunque me gusta más Hoy, Júpiter); después leí Retrato de un Hombre Inmaduro, y ese me pareció un poco flojo.

    La manera que escribe Landero me envuelve...es como si una inercia de origen desconocido estuviera haciendo presiones convergentes; porque mientras lees disfrutas tanto que te joroba pensar..mierda! una página menos! no quiero que se termine nunca! más enjundia más enjundia!!

    Para mí el tema que más y mejor maneja es el de las proyecciones de los padres con los hijos y las vidas de los mismos con infancias tan condicionas que las arrastran para toda la vida; es decir, personajes afectados.
    La miserias hechas realidad en las vidas más cotidianas; las víctimas y los verdugos, éstos también víctimas; de todas las edades...de todos los ámbitos.. personas diferentes en todo con troncos comunes, con miedos, con obsesiones. Y el arte que tiene en enlazar unos personajes con otros, en tiempos distintos, en ambientes distintos.

    Me encantan sus descripciones y su habilidad por llegar al alma de sus personajes; te haces tal dibujo, tal retrato, que te hace a tí protagonista sin darte cuenta.

    Otro tema de sus obras, las imposturas de los hombres en sus obsesiones personales por querer ser lo que no son o por lo que soñaron ser alguna vez, por gustar; vender sus identidades a un precio estratosférico por otra distinta que el personaje cree mejor...como Faroni, y nadie como Landero las presenta mejor, llevándolas al cénit en Juegos de la Edad Tardía (aunque también se puede ver en Hoy, Júpiter).

    Hoy, Júpiter es una maravilla..
    De verdad, el que pueda que lo lea, no creo que nadie se quede indiferente, que es lo bueno de los buenos libros. Es con uno de los libros con los que yo más he disfrutado. Palabra de No.

    Di, era el bar Route 66, y si...se les acabaron los mojitos de dos euros...que suerte la nuestra..que empezamos a mezclar vodka con naranja (creo), con gin tonics..etc..y creo que hasta nos tomamos chupitos y todo..asi acabaste jejejejeje ;)

    Besis

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  5. Con mis contemporáneos, sean escritores, bomberos o floristas, tengo un pacto: Si tú no me molestas a mí, yo no te molesto a ti.

    Claro que es un pacto-trampa, para que el otro dé el primer paso. Personalmente o por persona interpuesta, como es el caso, este caso, de Landero saltando el muro con las palabras de Di y de No. Y cuando alguien salta el muro, el corazón me temblequea. Landero, bienvenido a mi vida.

    ¿Se puede ser más retorcido para decir que no he leído a Landero?

    Lo que es cierto es que ese desconocimiento lo voy a arreglar. Precisamente, hemos empapelado de estanterías suelo-techo una parte del pasillo y llevamos dos días rellenándolas. Como en las antiguas algunas tenían hasta 3 filas, estoy encontrando libros que me cansé de buscar y otros que ni sabía que los tenía. Entre ellos, un Landero: Entre líneas: el cuento o la vida.

    Así que prometo en firme que antes de que aquí en Madrid recordemos los fusilamientos del 3 de mayo, habré leído ese que he dicho y el de Júpiter.

    Seguro que tenéis razón y que para toda la vida el nombre de Landero y el vuestro irán unidos. Como lo van el nombre y la obra de Amos Oz y el de Moli.

    Es que, para quienes me abren puertas, yo soy muy mirado.

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  6. Es otro must read que añado a mi pila....

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  7. Sí, claro, NO: "así acabaste", dijo ella. Los demás mirando...;) Gracias de nuevo por la recomendación y por traerme de nuevo a Faroni (plink! hacía siglos q no recordaba este nombre). Por cierto, q los nombres de sus perosnajes son spr interesantes...

    Bueno, NAN... si es q lo vas a asociar con nosotras espero q te guste. AHora, yo recomineod encarecidamente el primero ("Juegos..."). Sobre esto, hace un tiempo aniadí a mi excel de libros (sí, soy asi de Asperger, pero conozco a unos cuantos) la columna de cómo llegó un libro a mí. Hay algunas hisotrias q creo me darían para un diavgue... Y me gusta lo de las estanterías, es otra d elas razones para seguir leyendo en papel, el placer FISICO d elos libros. Algún día quiero tener una con escalera.

    Y sí, DIVA, anota, para tus múltiples aviones...


    Muchos muxus

    di

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