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02 agosto 2010

Libertad no conozco sino la de estar preso en alguien cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío

Tras el éxito de crítica y público de la primera entrega de nuestra serie "Poemas para ligar", aquí va la segunda. Hace unas semanas, Blas de Otero y su Ciegamente hizo las delicias de los divagantes: poema desgarrado, pasional, y sangrante. Estos pasados días ha habido mucho jaleo en el divlog, y en la refriega, se han citado a poetas como Aleixandre y Cernuda. Éste último tiene tantas poesías maravillosas que es difícil elegir una. La que incluyo seguidamente es infalible (o deberíamos llamar a la serie "Las pócimas de la tía Maléfica?) Enjoy...


Si el hombre pudiera decir lo que ama,
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
como una nube en la luz;
si como muros que se derrumban,
para saludar la verdad erguida en medio,
pudiera derrumbar su cuerpo,
dejando sólo la verdad de su amor,
la verdad de sí mismo,
que no se llama gloria, fortuna o ambición,
sino amor o deseo,
yo sería aquel que imaginaba;
aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
proclama ante los hombres la verdad ignorada,
la verdad de su amor verdadero.


Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina
por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
como leños perdidos que el mar anega o levanta
libremente, con la libertad del amor,
la única libertad que me exalta,
la única libertad por que muero.


Tú justificas mi existencia:
si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.


Luis Cernuda

6 comentarios:

  1. Hay que ver lo tontorrona que te pone el verano Di, ¿recuerdas quizá a algún amor veraniego?

    Bonito escrito anyway...

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  2. El gato Teodoro Adorno2 de agosto de 2010, 9:14

    A ver qué te parece esto, improvisadamente (un velo más, una querencia derribada):

    Qué silencio en tu boca trenzada de mi boca
    qué desnudez mojada de almíbar y de anhelo,
    qué mansamente muerta mi sangre sin la herida
    de la espuela punzante que tu palabra abría.

    Prisionero del aire que infectaban tus besos,
    cautivo de la luz tejida por tus ojos,
    bebo la soledad como un veneno antiguo,
    la sinrazón húmeda viciada de memorias.

    Oscuro como un deseo,
    vencido como el crepúsculo,
    mojado de reflejos ásperos y ausentes,
    en tu recuerdo picotea el puñal de la muerte,
    la llamarada herida de amar absurdamente.

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  3. Me haces reír, bobola. Cambiamos el subtítulo del blós?: "Divagando, Divagando: pruebe con nuestra tontorrona o nuestra prosaica según su momento y su humor"... :):)

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  4. Oh gato Adorno, es triste, y es amargo, y es valiente, y tiene ese efecto que siempre causa en mí la poesía de ser intrusa en algo demasiado íntimo donde no pertenezco. Así que admiro el arrojo: yo me he atrevido sólo de puntillas con la poesía, y nunca se me ocurriría publicarla. Ni siquiera a compartirla, por mucho que piense Diva, con el primer amorcillo que se me cruzara en los veranos sin lazos.

    Me quedo pensando en el reverso de estos desamores...

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  5. Qué precioso, sobre todo los versos del título.

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  6. Me alegro q te guste Ani...q yo sepa no han hecho canción con esos versos (como por ej de "Donde habita el olvido").

    Aúpa con los momentos rodriguez/smith. Yo me iría al cine, pero no me gusta porque luego, con quién debates? Sólo queda escribirlo en el blog...

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