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31 marzo 2011

De no verte estoy viendo que me muero

Para mí, escribir poesía es abrirse en canal, es mucho mas íntimo que un desnudarse físicamente. A veces, cuando leo a ciertos poetas, especialmente si es un tema con el que yo haga "click", me siento un poco voyeur, porque tengo presente que aquello fue escrito pensando en alguien, y ahora esta impreso a la vista de todos. Ni siquiera en la adolescencia compartí esos poemas que uno escribe las noches solitarias de tormenta (drama drama!) con el que los pudiera inspirar. Hacía trampa, y usaba a otros, como ya he explicado otras veces. Este, de Miguel Hernandez era uno de mis favoritos.

No media más distancia que un otero
entre la ausencia mía y tu presencia
y sin embargo, amor, está mi ausencia
pendiente de tu puerta de romero.

Como muere, doliéndose, el cordero
destetado y sin madre ni asistencia,
así, de esta dulcísima dolencia,
de no verte estoy viendo que me muero.

Inútil es mi oreja sin tus voces,
inútiles mis ojos y mi pelo
hasta que tu amistad los coge y toca.

Mi mejilla se mustia sin tus roces,
mi paz de guerra está, mi amor de duelo...
¡A tanto obliga un beso de tu boca!

Miguel Hernández

29 marzo 2011

“Hoy, Landero”: Por Júpiter, cómo escribe!

La recomendación emocionada de “Hoy, Júpiter” (Landero, 2007) se la debo a No, que al principio la llamaba “Oh, Júpiter” (y que casi me gusta más). No sé si la veo contándomelo en medio de una noche de mojitos a 2 euros en el Road 66 (¿) en aquella ciudad extraña que a los cuatro de una manera imprevista nos medioatrapó, o con el mar aquel verde transparente de fondo, mientras encuadraba una foto. En cualquier caso, sabía que volver a Landero tras varios años sin leerle era una buena idea.


“Juegos de la edad tardía”, su primera novela, fue una de aquellas que me hizo replantearme (una vez más) esto del escribir: qué dominio del lenguaje, qué metáforas, qué “conocimiento del alma humana”, que dicen los críticos sesudos. Parte de mis amigos se vio obligado a leer el libro tras mi insistencia, y alguna frase del mismo entró en nuestro vocabulario, para quedarse:


Tengo motivos suficientes para ser un hombre sin escrúpulos. Cualquier otro en mi lugar sería una hiena”.


Luego vinieron “Caballeros de Fortuna” y “El mágico aprendiz”, y ambas compartían la misma sobredosis de fiesta verbal, de los recursos, de la imaginación. No podría entrar en hacer un análisis comparado de los temas de fondo, como a veces he hecho con otros autores, porque apenas recuerdo el hilo del contenido. Pero me queda la sensación de una forma fastuosa.


No he leído, devorado "Hoy Júpiter": la novela me ha engullido a mí. Quién era la bulímica, yo o las páginas, que se deslizaban como las de uno de esos best-seller de los que esperan a la última línea para desvelar el nudo-que es lo único que importa, porque el viaje no vale nada. Así, pero todo lo contrario.


La identidad, los sueños, las mentiras que nos contamos, y la puesta en escena que hacemos para los demás. El amor y el odio, como dos caras de una moneda similar, con las mismas servidumbres y adrenalinas. El ansia desmedida por gustar, por ser admirado, el estar dispuesto a cualquier cosa por ello. Los silencios, su preparación, las palabras ("el presagio de las palabras que venían por los caminos del pensamiento pero que no habían sido todavía pronunciadas"). Matar al padre.


No hay en toda la novela, a mi juicio, un solo personaje positivo. Y no se trata de buenos o malos, porque la grandeza de Landero radica en que nos rompe el corazón directamente al principio de la novela con la infancia de uno de los personajes (y cuando digo rompe, digo desgarra-destroza-demole: cómo decir esas cosas a un ninio) para que cada vez que su odio nos desmonte capítulos atrás nos sintamos aún más desvalidos, sin soluciones posibles, sin ni siquiera empezar a intuir en qué punto del ovillo empieza la espiral, o es que no hay comienzo, ni ovillo. Esa es para mi la expresión de la sabiduría de este autor, que no te da respuestas, no juzga, no piensa por ti. Describe sin piedad los hechos, las interpretaciones de los personajes, y deja al lector con las hipótesis de si/cómo los personajes se están equivocando.


Al segundo personaje no lo conocemos en su infancia como al primero, y tal vez por eso me resulta mucho más difícil entender su megalomanía, su necesidad de aclamación, los múltiples atajos por los que intenta triunfar, salir del barro por el que andamos los demás. Para ello recurre a todo: si fuera bloguero, habría intentado ser el más leído a base de refritos del pasado, y luego se hubiera hecho autor de culto, escribiendo sólo de temas a nivel pretendidamente elevados e inaccesibles, y más tarde habría bajado el nivel con lo que la gente quiere para llegar a la gran masa y por fin habría acabado en relación por email con un lector que lo adorase.


Pero con aspectos de su experiencia vital nos podemos identificar: la descripción de Landero de la fase enamoramiento de este personaje es perfecta (quien lo probó, lo sabe), por ejemplo: las tardes mirándose a los ojos pasan en nanosegundos. Personajes grises, sombríos, llenos de pasiones tan cerca del barro, pero a veces, a pesar nuestra, nos suena de algo esa voz interior del ninio que crece odiando, voz mezquina, pacata, cicatera, que a muchos nos ha asaltado alguna vez y hemos espantado de inmediato, como un mal insecto de verano, avergonzados siquiera de que un idea tan paranoica, tan triste, tan cutre, al cabo, nos hubiera elegido a nosotros para cobrar vida.

Pero al final, un libro donde uno de los personajes, a los 14 años dice, tras una celebración familiar: "Me voy a leer, repitió, como si se despidiera para un largo viaje". Un libro que lleva dentro todo el amor por la literatura posible, que te da alas para intentar escribir mejor, para ser mejor lector.


Un libro que sientes "latiendo en tus manos, como si tuviera vida propia". Gracias Landero, por esa imagen, y por el vuelco de mi corazón al leerla.


27 marzo 2011

La mani de ayer en Londinium: así la vio Di

Todo el mundo sabe porqué ayer los británicos (los proper y los de adopción) nos lanzamos a las calles.


Por si hay algún despistado, incluyo al final el video de False Economy, o puede leer algunas de las miles de pancartas personalizadas (esto es muy british) que incluyo en este pequenio reportaje.


Recuerdo los debates en este divlog allá por Noviembre "Revueltas en Londinium", y los que siguieron tras las movidas de los estudiantes. Allí y en muchos otros divagues ya he dejado bien claro a/de qué lado está mi corazoncito y mi cabeza, así que hoy sólo colgar algunas fotos sobre cómo vio mi cámara la demostración de lo que un montón de gente siente y piensa.


Y pensamos que ya vale, que hay alternativas, que cortar el gasto público no es la solución, y sin embargo hacer pagar sus impuestos a los que los evaden porque tienen tanto es un primer paso. Y no nos vamos a callar. Retomemos las calles (tal vez no sea casualidad que en el blog de Delgado se hable hoy del mismo tema, "El poder de la calle", con Barcelona como ciudad-barricada) puede sonar tan antiguo como "Unidos, Podemos", pero ayer fue muy real. Para leer más:






26 marzo 2011

Big Bang Diva

Hola divagantes, cuanto tiempo... 

Cuantas veces me he dicho: venga, ponte a contar esto o aquello o lo otro. Pero no he podido. A veces he tenido motivos, otras excusas, aunque en general estaba tan cansada que no me apetecía contar nada. Me parecía que nada era importante, digno de ser contado, inteligente u ocurrente. Como veis esta entrada sigue la misma tendencia... pero quería dar señales de vida. No me parecía bien desaparecer. Tampoco sabía cuando podría volver a aparecer y me sentía muy desconsiderada para con nuestros  seguidores. Yo nunca había sido tan desconsiderada con tanta gente a la vez. Lo juro.

Me costaba/cuesta volver a escribir. Es como la solfa, si no se practica se olvida. Y todos sabéis de mi memoria a corto plazo que no ayuda nada, la verdad.

Recordáis hace unos meses cuando no me gustaba mi trabajo, cuando no me llenaba. Pues bien mis plegarias fueron todas escuchadas y respondidas, y de que manera. A eso hay que añadir que he tenido algún temilla de salud, nada grave pero si molesto y un desencuentro con los deberes del cole de Rey, entre otros.

El caso es que se me hizo una pelota muy grande que explotó cuando se fastidió la plantilla de nuestro blog azul y gris tipo "que interesante soy" según Moli y la cambiamos por la de "condones verdes" que bautizó Basaja. A pesar de que Di (la valiente abandonada, perdón, la valiente y abandonada), me atribuye superpoderes en lenguaje html, la realidad es que no tengo ni idea y todo lo hago a base de prueba y error. He de confesar que la plantilla me pudo. Le dediqué mucho tiempo y no obtuve resultado. Eso no hizo más que avivar mis pocas ganas de escribir.

Durante este tiempo, apenas he leído nada. Sé que habéis preguntado por mis huesos y habéis lanzado a Di dardos venenosos (Txelo´s no me miro a nadie) para que confesara. Pero Di, que aunque ha estado de vacaciones ha sabido defender el fuerte honrosamente, ha divagado por las dos divinamente, llenando los vacíos y renovando la cartelera cada día.

Pues bien, he vuelto. He cambiado de imagen. Ya no soy una florecilla.  Además he vuelto a cambiar la plantilla. Definitivamente nos quedamos con el verde, a pesar del rojo y del azul. El verde es neutral, es natural y fresco y el Peda (nexo de unión de las Di-vas) escribía sus apuntes en ese color.

Ignoro si seré capaz de mantener el nivel, pero desde luego que intentaré estar a la altura.




Welcome back, Diva!

"Me gusta gustar, pero no lo intento"

Luis Landero cuenta así, en una entrevista en El País, su relación con la escritura, el éxito, el mercado. La encontré buscando en internet cosas sobre él tras terminar uno de sus libros y creo que expresa, mucho mejor que lo haría yo, un sentir que comparto, a otro nivel, a su lado ínfimo, evidentemente.
"El éxito es una de las drogas más adictivas de hoy. Es relativamente fácil de conseguir pero difícil de conservar, y el que lo ha conocido tiene miedo a ser olvidado. Lo que se propone entonces es gustar y no hay mayor peligro para un escritor que intentar gustar. Esforzarse en agradar al lector, o hacer lo que el mercado demanda. La tentación es tremenda, pero caer en ella es una traición porque el éxito corrompe y pervierte. Es droga dura".
¿Cómo se protege del éxito?
"No, a mí me da igual. Me gusta gustar, pero no lo intento. No se puede escribir para gustar y mantener el éxito porque se pierde la libertad esencial de escribir lo que te dé la gana. Esa cosa principesca del escritor que escribía a su aire, con cierta altivez y cierto desprecio. Ése es un modo de sabiduría. El escritor debe intentar gustarse a sí mismo y si al lector no le gusta, pues allá cada cual".
Y continúa la reflexión sobre la cultura de nuestros días, para concluir:
"La cultura siempre fue pobre y por eso mantenía una cierta pureza. Pero hoy la cultura es rica, da dinero, y todo lo que toca el dinero se vulgariza y se pervierte. Hoy el libro es una mercancía más entre mercancías. En la actualidad, se ha subvertido y pervertido el canon".

25 marzo 2011

Educando a mis padres

Hemos encontrado unos asientos con mesa en medio en el Eurostar, sacamos el libro de cuentos, las pinturas con el cuaderno, y un puzzle. Dos horas para jugar con Mini, cantar, leerle cuentos, mirar el paisaje. Ah!!! Qué bonito.

El tren para en una estación de cuyo nombre no quiero acordarme al este de Inglaterra, poco antes de meterse en el túnel. Un grupo sui-generis de cinco personas sube allí y ocupa los cuatro sientos con mesa imagen especular de los nuestros, y uno de nuestra mesa. Son dos parejas jóvenes con una ninia de unos 7 anios. La ninia va vestida de lo más repelente y lleva una maleta de Disney rosa, que haría las delicias de Mini.

Nada más sentarse, la que supongo es la madre, le dice (pero nada nada nada más sentarse): "Que película quieres ver?", y saca un DVD portátil, y un archivador con un montón de pelis. La ninia elige una, y hace como que se conecta (claro que, en el  fondo, lo que quiere es mirar el mundo, ese tren que va a ir en un túnel, o incluso que sus padres le digan ahí te pudras: esto lo sé yo que leo mentes).

Mini mira fijamente al grupo, con las pinturas aún entre sus dedos. Le gusta pedirnos que dibujemos cosas, sus preferidas son los paraguas, bicis, autobuses y bolsos. Unos nanosegundos más tarde, los adultos sacan sus propias diversiones: las chicas unas revistas, ehem,"femeninas", uno de los chicos, una nintendo y el otro, el que está sentado frente a nosotros, el intelectual del grupo está claro, un libro de Dan Brown.

Di, qué snob eres, me dice una voz interior (o el Peda, que lee mi mente, pero que es más snob que yo, aunque lo niegue). Pero no puedo autoflagelarme mucho más, porque en ese instante sacan una botella de vino blanco que reparten entre tres, y el cuarto enarbola-atención-una botella de guiskazo enorme (me impacta el tapón, como que no parece portátil). Hablamos de las 9:20 de la maniana. Mini sigue con sus ojos fuera de sí.

Tras unos minutos, los componentes del grupo se desinhiben, evidentemente, y entablamos conversación. Van a Eurodisney, y el culto me cuenta que estuvo allá "hace 10 anios, cuando era ninio, ahora dicen que ha mejorado  mucho, te gustan las montanias rusas? tienes que ir". Yo afirmo que sí, que me encnatan las montanias rusas y que secretamente siempre habia esperado que los abuelos llevaran a Mini a este tipo de historias, pero que si él lo dice, con las montanias rusas y tal... En realidad hablo sin escucharme, porque en lo que están mis neuronas gravitando en círculos es..."oh-my-God, este hombre tenía 12 anios hace 10, estuvo de ninio en Eurodisney y ahora lleva a su propia hija". La euforia les lleva a invitar a Mini a mirar el DVD... a lo que se niega! (bien bien bien!).

Di snob, snotty, ninia vicente, piensa en lo buenos padres que intentan ser, Mini no tiene tele y por el contrario puede pasar sus ratos libres leyendo la Enciclopedia Británica con Maller de fondo.Que fácil para esta gente conectar a la ninia al DVD portátil... Di, como mucho, hace un youtube de "Les Miserables" y comparte con Mini esa maravilla. Luego que los ninios no leen, luego que no saben mantener la atención, luego que no conocen a sus padres. Di snob se da muchas palmaditas en el hombro, mira con cierta superioridad a ese grupo que les dice adios desde el andén de Lille, donde van a cambiar para pasar el finde con Micky Mouse. Oh, the commoners! I say.

***

Un par de noches más tarde, en el hotel, haciendo Skype con mis padres.
-Miniiiii, qué tal lo pasas?
-Muy bien, contesta Mini, hierática. Les ocultamos que en el tren ha dicho que quiere ir a "Zaraoza", en lugar de a apasionantes capitales europeas.
-Minii, sabes que los yayos te han comprado "Mary Poppins"?
-Pero papá (esta soy yo), por qué, si ya la tiene?
-No, para que la tenga aquí
-QUEEEE? No le veo sentido.
-Es igual (cómo pasan de mí). Y Mini, sabes lo que te ha comprado el Yayo?
-No.
-Un DVD!!!
-Eh?Cómo un DVD? Otro DVD? Cual? (yo, claro)
-No, un DVD portátil...
-QUEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE? (flashbacks de los deel vino) PERO PARA QUÉ?
-Pues.... para que vea sus películas en los vuelos.
-Qué vuelos? (El senior me está castigando, por los del guiskazo) Si duran dos horas!!!!!
-(ahora lo de siempre): Pobrecita ninia, la tenéis sin tele, con ese carrito tan viejo, esto la entretendrá en el coche...
-QUÉ COCHE?? NO TENEMOS COCHE!!! (fuera de mí)
-Ja ja ja... bueno, da igual,se lo hemos comprado nosotros y ya está...
-Por favor, hablando en serio (intento razonar), aún estamos a tiempo (negociación a la desesperada): lo vais a cambiar vale?
-Ni hablar.
-...
-...

***
Pero se me ha ocurrido una idea genial. Morir matando. A la entrega del DVD portátil, para su cumple el próximo mes de Mayo:

"Gracias, gracias, estáis en todo. Con este nuevo elemento de entretenimiento ya no tenemos que limitarnos a Europa: podemos ir las siguientes vacaciones en un vuelo trasnoceánico. Padres no hay más que unos".

24 marzo 2011

El timo del Eurostar

Uno de los cantos de sirena para atraer a incautos viajeros al Eurostar es aquello de “no hay que facturar luego no hay que estar horas antes como en los aeropuerto, persónese media hora antes de la que vaya a salir su tren”. Los Pedalistas, con su ingenuidad y sus billetes para el 12 de Marzo de 2011 a las 8:57 am, creen que con salir a las 8 am de casa, media hora de metro, y a las 8:30 en Londinium St. Pancras, sonrientes. Ah! Qué cómodo es el Eurostar.


Pero ya se sabe lo que son las cosas por las mañanas: has cerrado aquello, has comprobado esto, llevas las tres "pes" (plata-pasaporte-pasaje) que nos enseñó un amigo colombiano. El caso es que a las 8:12 los Pedalistas se personan en el metro, pero todavía no preocupados: la Victoria Line es tan rápida, está todo controlado. Tan tranquilos que hasta saco mi libro y copio en la última frase una de esas frases de “Poetry in the underground” que a veces tanto me gustan:

Loving the rituals that keep men close
nature created means for friends apart:
pen, paper, ink, the alphabet,
signs for the distant and disconsolate heart ”

Palladas, 4th Century AD


Ah, qué bien… y por delante nos quedan 11 días de pasear por la vieja Europa y buscar cafeterías donde beber, paradójicamente, té.

-“Por cierto, has cogido té?”
-“No, vaya… tú tampoco, no?”


Esta conversación podrá carecer de sentido para el divagante que no hay probado La Pócima. Mejor dicho, que la pócima no le haya tomado a él: porque el té y sus rituales te vampirizan al poco de llegar a este país (que cuente el Peda su Coming of Age, yo ya bebía té en Vetusta, no me gusta el café) y pasas a ser su esclavo. No es que seamos tan fanáticos como su graciosa majestad, que cuenta la leyenda se lleva su propia agua hasta a las colonias, pero estamos en ello.

Van pasando las estaciones, y más alarmante, ya han pasado las 8:30, la hora según la cual Eurostar decía q deberíamos estar allí. Seguimos sin preocuparnos demasiado. Nos da por recordar aquel finales de Julio de 1997, cuando ocurrió una de las Aventuras Pedalísticas más memorables, cabalgando a hombros de trenes, esos animales mitológicos, y saltando en marcha de uno a otro, como en las películas.


Habíamos llegado al Reino Unido hacía cosa de un mes. La casa de Steve, un amigo que estaba filmando una serie en el Himalaya fue nuestra primera casa juntos, aunque por pocos días. En esas semanas ocurrió de todo, a gran velocidad: para empezar yo había dejado la adolescencia y de repente era ya adulta. De mi status de estudiante en casa de mis padres unos días antes, había pasado a tener una oferta de trabajo-mi primer trabajo de verdad-para empezar a trabajar el 6 de Agosto.


Ansiedad no hace justicia a la sensación que tenía en un punto indeterminado alrededor del estómago desde que esa oferta y mi aceptación sin dudas estuvo sobre la mesa. Si hubiera intuído, si hubiera siquiera imaginado lo que suponía esa oferta-tantas noches sin dormir, tantos días sin parar, tanto estress, pero a la vez tanta adrenalina de la buena, tanto reconciliarme con lo que pensaba habían sido elecciones erróneas en el pasado, tanto empezar a atisbar porqué algunos dicen que ese curro es más que un trabajo-, la ansiedad habría llegado a puntos de pánico. Pero igualmente hubiera dicho que sí. Te arrepientes siempre de lo que no has hecho, mucho menos de lo que has intentado hacer y sale mal.

Así que el último finde antes de empezar mi trabajo, se nos ocurrió la idea de “Y si nos vamos a Espania?” Para que vean que estamos bien, tenemos unos días, vamonos mañana en tren! Así empezó una locura que salió bien de chiripa: sin tener ni un solo billete nos personamos en las ventanillas de distintas estaciones de distintos países, en busca del siguiente tramo, para ir cerrando el sueño.

El primero era fácil: llegar a Londinium desde Doncaster, al que llegamos con el bus que unía el fin del mundo donde estábamos nosotros con la City. Londinium fue correr por el metro (cuando aún no era nuestro conocido diario) hasta llegar a Waterloo (donde estaba antes el Eurostar), ir a la ventanilla y hacernos con un billete para el siguiente tren. Recuerdo el Eurostar como un tren del futuro, limpio y supernuevo, todo era reluciente, y el viaje fue perfecto. Recuerdo el verde con el que dejas a la campiña inglesa y el verde con el que sales en Francia. No hay color, son dos tonos de un mismo color, o algo diferente?

En París Eurostar te deja en la Gare du Nord, y nuestro siguiente objetivo era la Gare Montparnasse, el tren de alta velocidad que iba Hendaya en 5 horas salía solo una vez al día. Si lo perdíamos, tendríamos que retroceder, así que tuvimos q lanzarnos a la boca feroz de un nuevo metro medio desconocido (nunca me ha gustado la representación en planos del metro de Paris) y correr, y llegar jadeando a la ventanilla y comprar los billetes, y llegar a nuestro asiento sudando y riendo… y no puedo contar lo maravilloso que fue aquel viaje hasta Hendaya, leyendo, perdiéndome en el paisaje, sintiéndome caminar de puntillas en una cremallera que abría Francia para nosotros. Y en Hendaya, la familia…


Así estábamos el sábado 12, reviviendo la aventura de hace mil años, ahora con maletas más pesadas –metafóricamente también- y una hija que cantaba en inglés cuando por fin llegamos a St. Pancras, la estación más preciosa que la mente haya podido imaginar (y eso que la de Lieja el otro día, en plan moderno, está muy bien), pero que en esos momentos se nos antojó compleja, llena de gente, con ascensores que no completan su ruta… un laberinto para el que va corriendo con maletas y un carrito con niña, porque ene se punto ya nos habíamos dado cuenta que eran menos cuarto, y nuestro tren salía a y 57.

Al llegar a la entrada del Eurostar se nos cae el alma al subsuelo: filas enormes como las de los aeropuertos, y pregunto a una señora cuyo trabajo consistía en ponernos juntos a todos los tardones, y nos dice “8:57, buf, por aquí, pero sin garantías, eh?” y pasen por allá, hay que enseñar el pasaporte a la poli inglesa, y luego pasar por seguridad, nosotros corriendo, hay que bajar a Mini de la silla, y se deja esto, y pi pi pi, espere que las cacheamos, y siguiente puesto, Mini se va corriendo, y ahora el pasaporte a la poli francesa, y nos deja pasar un chico simpático, y sube por la rampa al andén… el tren está ahí… estamos en el vagón número uno pero subimos al primero que encontramos… una escena.

Pasamos por los vagones, sudorosos, emocionados, aún sin poder dar crédito a nuestra suerte, y la gente nos mira, de esa manera medio crítica medio fan que te miran cuando vas al baño en los aviones, y yo sonrío, y le digo a Mini que todo está bien, que tranquila, y en unos de los asientos veo a una pareja de veinteañeros con ropa algo pasada de moda que no levantan la vista de un plano de metro de Paris, y de unos horarios de trenes a Hendaya.

Qué monos: siempre merece la pena intentarlo, aunque se pierda la conexión.

22 marzo 2011

Oh, it's such a perfect day...

Parece mentira que escriba este título el último día de vacaciones. Pero es que éste ha sido un día de findevacaciones como no recuerdo haber tenido nunca, ya que siempre apuramos hasta el último momento, y este día se pasa viajando, con maletas, cansancio y, al llegar, montanias de correo y colada por hacer. Y al día siguiente, al trabajo a las 9 am. Esta vez, oh sensatez!: llegamos anoche y hoy ha sido un día... ahhhh (noto un ataque de Antonita la Fantástica que parte de un punto indeterminado tras el esternón: avisados).

Para empezar, esta maniana no ha sonado el despertador, todo un detalle. En su lugar, he estado a punto de perecer víctima de los efluvios (excesivamente) perfumados del Pedalista que me ha venido a desear los buenos días, lleno de energía: ya había corrido y se iba a currar. Ah, los deportistas! Gente joven. A los nanosegundos, la hija, que ha pillado el punto de meterse en nuestra cama por las manianas. Desayuno juntas, largo y tranquilas (es un decir, mientras haya colacao que quiere echarse "sola" a la "letxecalienteconcolacaocaliente"). De fondo (no todo podía ser perfecto) centrifugando una colada (cuánto odio esa labor, por no hablar de tenderla). Ducha larga, tranquila, y rituales todos largos y tranquilos. Tender la colada, con música. No me afecta (no me afecta no me afecta).

Hace un día primaveral en Londinium: ello quiere decir que se ha abierto la veda y me pongo mi "abrigo dramático". Tengo un abrigo precioso, que compré en unas rebajas al 50%, impactante, de una tela que da apariencia de seda dura, un abrigo por el que me han parado por la calle alguna vez a preguntar de dónde venía. Su único pequeño problema es -y para un abrigo lo es-, que no abriga. Así que hoy era el día ideal, y cuando llevo este abrigo me siento super Antoñita.

Mini y yo hemos atravesado el parque con su patinete, hacía algo de sol (no aplastante, no he tenido que sacar las gafas, gracias, no hurguen en la herida) y hemos tomado un bus medio vacío hacia la guarde. Vacío porque eran ya las 11:30... ahhh. Los críos de la guarde ya estaban terminando de comer... ahí he abandonado a Mini y me he lanzado a La City, en la primera fila de la parte superior de un bus, leyendo un ensayo literario sobre las novelistas victorianas-algún día caerá un divague ya que en Brujas terminé "Wide Sargasso Sea" (Jean Rhys, 1965), y así podré soltarme el pelo y divagar sobre Charlotte Bronte, y el cabreo enorme de Jane Eyre, feminista sin saberlo.

Me he bajado al pasar el London Bridge y he caminado hasta unas tiendas porque tenía que urgentemente hacerme con unos pantalones-con los que, incidentalmente, no me he hecho. Pero el verdadero motivo era acercarme hasta la City, donde el Pedalista sí que estaba trabajando, y comer juntos. Se nos han unido Oso-el hombre excesos, de cuya paleta gastronómica ya hablé tras un finde de desenfreno sibarita en Agosto-y Pepe, y nos hemos comido un filete con diversos acompañamientos y tomado un té en otro sitio y, cuando todos han vuelto a trabajar (ahhh, se lee entre líneas mi sadismo sin límites?) yo me he encaminado al Museum of London donde había una exposición fotográfica sobre “Street photography”, que, como era de esperar, me ha gustado. Habla de la historia de la fotografía en este campo: de cómo al principio no se tenían los medios para que la cámara disparase para captar movimiento, y de su desarrollo. Había un documental en el que fotógrafos de la calle contaban sus experiencias, lo que es la fotografía para ellos, y todas esas cosas que me hacen replantearme mi vida tal y como está ahora. Si algún alma cándida me pagara por divagar y hacer fotos!

Luego salgo de la oscuridad de la sala a la calle y aún es de día, y estoy en medio de la ciudad, y la gente caminavuela, y tú sientes que el día está resultando genial, porque aún es día, valga la redundancia y sobre todo por el hecho de no haber conectado la blackberry en absoluto (anoche, recién llegados me dio por abrirla y, oh, más de 150 emails de los que habrá que desbrozar el polvo y la paja mañana, establecer cuales son de actuar ya o ayer, cuales son info, cuales son estúpidos “reply to all” y un text con un “Di, estás en el trabajo hoy?-refiriéndose al lunes. NO. PASO).

Así que tras entrar en otra tienda y no comprar nada, me he lanzado en otro bus, donde, entre páginas, me he pintado los labios (en el espejo de cualquier fotografía) por segunda vez: por la mañana ha sido para el padre, y ahora es para la hija. Mini se fija mucho en mis labios pintados, los mira y dice “labios”, y pone un dedito sobre ellos, y sonríe como picaruela, como si supiera que no debe. Cuando llego a la guarde está disputando un bolso de disfraz con otra niña que lo está metiendo a un microondas. La guarde del absurdo, o son todas así?

El highlight de la evening, que no ha sido muy diferente de cualquier otra evening, es que por azar hemos descubierto una versión de una canción a lo ranchera con la que nos hemos divertido un buen rato.



Shhhh ahora es de noche y nos espera... Chinatown.

Welcome to Londinium.