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27 septiembre 2024

Conjuros de bruja para devolver la magia a la montaña Ba Vi [o irse a un retiro eco-espiritual y toparse con una peña taurina] (V19)

Lunes-29.07.24: Hanoi & Parque Nacional  Ba Vi [Ba Vi Mountain Retreat]

Nuestra última mañana en Hanoi está llena de actividad: Mini no sube a desayunar pero le bajamos arroz y luego vamos a pagar a Phuong Vu, que como dije había adelantado sin preocuparse  lo del crucero y diversos otros excesos millonetis (conductores). La agencia para la que trabaja justo está en frente del hotel, y nos hace ilusión conocerla en persona, después de tantos whatsapp. Le aseguramos que daremos sus detalles a futuros viajeros y recuerdos de Annapetons. 

En el rato que nos queda hasta que venga "el siguiente conductor" (sea leído con el pertinente retintín) vamos callejeando hacia el puente Long Bien. Empiezo con fotos de bicis (vale, me encantan...)




Esto no se ve claro, pero es una bici sobre lo que lleva esta mujer ese burro de ropa...


Aquí una procesión de ricksaws. Ya he dicho que no me gustan nada... Pero espero que haya quedado claro lo preciosa que es Hanoi...


Un poco más de arquitectura tradicional... despedida...


Pasamos por un templo, que os ahorro, y un mercado:




Esto son tortugas... parece que la sopa es muy apreciada. 


Este es el puente que se veía tan iluminado desde la terraza anoche. En el centro vibra como para no quedarse ahí mucho rato. La foto no hace justicia a la cantidad ingente de motos...



A las 11:15 volvemos al hotel, y aún me da tiempo de un último baño en la piscina antes de que nos recoja el siguiente sufrido conductor que nos lleva al Ba Vi National Park.  Ah sí, un parque natural exige explicaciones, esta es la historia de cómo acabamos aquí. Otra zona de Vietnam que merece la pena hacer es Sapa, muchas horas al noroeste de Hanoi, para hacer trekking y así ver los maravillosos campos de arroz. Nosotros no es que no seamos de trekking (que no somos), es que evidentemente no tenemos equipación para esos hitos ni ganas de enfrentarme al Anópheles y a las sanguijuelas ya frente a frente (hay que leer las recomendaciones de la guía, es como ir a Apocalypsis Now o a Platoon). Además, temporada de lluvias (dice Ro): un barrizal. Total que, en la misma dirección pero solo a hora y media de Hanoi hay un parque natural que no es que me interese en particular, pero que tiene un hotelazo con el que el Peda tiene una vaga conexión, y podría ser una excusa para "huir del mundanal ruido" una noche. Así que por eso nos embarcamos en esta mini-no-aventura.

Salir de Hanoi cuesta media hora-es enorme- y en el camino se pone a llover muy fuerte. Al llegar al parque hay que pagar una entrada hasta por el conductor que solo va a dejarnos (no es casi nada, pero es curioso). El hotel es una pasada: enmedio del parque, todo "lodges" (cabañas, pero qué cabañas). Esta foto no es mía, pero resume un poco la situación:

Para trasladarte de una zona a otra existe este elemento que llaman "buggy": una especie de trenecito eléctrico descapotable (bueno, tiene techo) para unas 8 personas, que siempre va vacío. Por lo visto, hay un pobre hombre de guardia 24 horas y si te da por querer ir al edificio principal a las 3 am, tú le llamas y él, tras acordase de todos tus muertos en vietnamita, viene con una sonrisa a recogerte. 

Nosotros intentamos no hacer uso del "buggy", pero al llegar claro que está ahí esperando, para llevarnos a nosotros y nuestras maletas a nuestra cabaña que, bueno, es casi más grande que mi piso: tiene terraza, un saloncito, la habitación y de la bañera mejor no hablamos. No he puestro fotos de los hoteles aquí, ya solo faltaría, pero voy a poner una de unos sillones maravillosos, porque cuando estuve buscando un sillón suelto para una esquina del salón de casa, buscaba justo esto. Tristemente, no lo encontré. Los amo y los quiero ya en mi casa:



Tras ese momento entre "Pretty woman" y "qué-hago-aquí" (y comernos unas monadas de bienvenida que nos han dejado) vamos a la piscina a darnos un baño: no tengo palabras, una infinity que termina en el bosque. 


Nos han dicho que a las 5 hay un tour del parque... en buggy! Así me gusta: quién quería llevar chirukas con crampones en Sapa, esquivando sabandijas y garrapatas? Esto es lo que yo llamo "naturaleza in style".  Como casi todo en este viaje (desde que nos resabiamos tras ver corales con influencers o bajar a túneles con tories), no hay nadie más, así que un lujo: los tres en el trenecito con la "assistant general manager" como guía. Vimos en la tarjeta de bienvenida que la directora tiene nombre que suena a español, pero esta es vietnamita y muy maja. Nos cuenta que estudió japonés en la universidad y lleva cuatro años en el hotel.  Aquí la del deporte-de-aventura en el buggy:


La montania de Ba Vi (Nui Ba Vi) tiene tres picos y varios tipos de plantas en peligro de extinción, la rara "ardilla voladora" y mogollón de pajarracos (nos dan un set de postales del parque con sobrabundancia de alados, que guardo para Roc, un fan). Parece que arriba del todo hay un templo a Ho Chi Minh. Antiguamente era una estación militar francesa (entre 1920-1950) y lo han restaurado con mucho cuidado (como solo hacen en estos resorts de fantasía) de manera que la arquitectura colonial se mezcla con la naturaleza. Su rollo es, por supuesto, la ecología (todo está hecho para ir de la mano con el planeta, te explican cómo se recicla todo y cómo sus chefs usan solo "ingredientes frescos, locales y orgánicos" para estimular "tus sentidos" y la la) y la espiritualidad: por algo se llama "retreat" (que se traduciría como retiro). 

Ahora va una pequeña sobredosis gráfica porque ya sé que una de mis palabras favoritas es "mágica", pero aquí podréis convenir que es un lugar muy especial. Creo que la niebla es lo que le da ese aire misterioso y telúrico (veis? he logrado no repetir "mágico")... O las nubes, porque como se puede ver en la primera foto desde arriba, a menudo se confunde con las nubes bajas, como a veces cuando vas de Pamplona a Donosti por la autovía... en fin, que me habría quedado más días aquí :










Hay un momento en el que subimos a lo que era tal vez el punto de mira de la fortificación de los franceses y al bajar, voy tan despistada haciendo fotos que me resbalo en las escaleras, verdín traicionero, con un drama impropio de mí. Vamos a ver: el culetazo es tipo "aquí vienen los payasos" (vuelo), la cámara -aunque la llevo al cuello- hace también clonk y veo mientros caigo a todos venir hacia mí en cámra lenta y con cara de susto. Las personas de edad avanzada ya nos preguntamos ante eso, lo primero, si nos habremos roto algo, y al comprobar que no, el moratón que nos va a salir y cuánto nos dolerá todo al día siguiente. Luego, comprobamos el estado en que hemos dejado los pantalones de lino blanco, y eso no ha de esperar al día siguiente para la respuesta: mal - el barro hasta en los bolsillos. Incluyo unas escaleras similares, aunque no fueron estas en concreto (no estaba para hacer fotos, solo para saltar  -y bendecir- al buggy).





Como es un sitio tan sostenible, también tienen animales, claro que no se los comen. La siguiente visita es a la zona donde están las cabras, conejos, pavos y gallinas. A Mini le encanta dar de comer a las cabras (que estiran un montón de las ramas) y a los conejos (alguno lo coge-recuerdo que mi abuela en el pueblo tenía y de peque me decía que no cogiera a los bebés que luego "su madre no los quería". La guía dice que es verdad también en Vietnam). Los pavos son asquerosos y solo mirarlos me da grima. Las gallinas andan por ahí sueltas (en la primera foto aquí abajo hay un gallo) y permanezco alerta de no cruzarme en su camino...




El buggy nos deja de vuelta en recepción y vamos a la piscina, hasta las 7 que la cierran: siempre somos los que cerramos cualquier actividad acuática que surja. 



Al lado del comedor hay una especie de club social lleno de sofás chester, tiro al blanco, globos terráqueos de madera: como si fuera a salir de ahí Phileas Fogg, vamos. No hay nadie y nos vamos a cenar, ya no recuerdo qué. Al otro lado de la sala han puesto juntas muchas mesas y hay como 25 personas cenando como si eso fuera una peña de fiestas de pueblo o una sidrería. No es que estéticamente no sea una imagen que vaya con el concepto "retiro" (solo les falta atarse servilletas de cuadros a la cabeza), es que gritan y el ruido es muy molesto. No soy de quejarme, pero realmente fastidian la cena, y le pregunto a uno de los camareros si les puede decir que al menos, no griten. El pobre cortocircuita, porque los vietnamitas son muy evitadores de la confrontación. No sé en qué queda, pero al día siguiente nos querían invitar a comer "por las molestias" -tristemente no pudimos, había un vuelo que coger desde Hanoi.

Por esa cofradía petarda y porque nos encanta el lodge, nos vamos enseguida y nos dedicamos a vivir-la-vida-loca allí: el Peda y Mini juegan a Uno mientras yo me doy un baño de sales en esa bañera espectacular. Busco "música vietnamita" de esas que soplan en bambús, apago la luz... y aquí sí que me siento verdaderamente en un retiro... 

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