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20 agosto 2024

Empanadísima por el calor de Hoi An, termino en un teatro folklorico tradicional (V6)

  Martes, 16.07.24: Hoi An

Creo que este fue el día que más calor pasé de todas las vacaciones, así que el cerebro no estaba en su mejor momento (buenas noticias, divague eminentemente fotográfico). 

Hoy de nuevo dormimos mucho y nos levantamos a las 0915 - si alguien se pregunta cómo me acuerdo de estos datos irrelevantes es porque el Peda escribe un log muy breve de cada día. Entre eso y las fotos, me voy arreglando para reconstruir el puzzle de lo que pasó hace un mes. Agradezcan que sus puntualizaciones las omito, como por ejemplo "desayuno, no tan bueno como en Saigón". El desayuno está muy bien, no hay que ser picky. En particular, afianzo mi pasión por "la fruta de la pasión", valga la redundancia. Ya la había probado, pero no es algo que se coma habitualmente en occidente. Aquí suele haber en casi todos los desayunos y cada vez me gusta más. 

Antes de salir, dejamos la ropa sucia para que nos la laven en un sitio al lado del hotel (menos de £3 -esto es anotación del Peda, claro: yo no llevo las cuentas). Entiendo que va a haber decepción general porque no haya coladas tendidas en el salpicadero del coche o en otros lugares peores en este viaje - pero en honor a las fans hice un par de fotos más adelante, no desesperar.  

Ya en las calles de Hoi An, vamos al Puente Japonés Cubierto, que está de obras. La divaganta Annapetons -que estuvo el año pasado-me pregunta "sigue de obras?", lo cual me reconforta un poco. Ya está bien de ir a lugares icónicos y tener que soportar sus mantenimientos. Hablando de soportar, el calor es insoportable (lo voy a decir varias veces hoy, asúmanlo) y según avanzamos por la calle principal, mis compas deshidratados sugieren tomar un algo para descansar, justo a un café icónico recomendado por la guía. El sitio es chulo y lleno de ventiladores de esos industriales. 
 



Me subo a la última planta y me encantan las vistas de los tejados de la ciudad. Me recuerda a la secuencia de la persecución del tejado de aquella maravilla de peli "Croaching Tiger, Hidden Dragon" de Ang Lee de 2001. Pensaba que la había puesto ya en el divlog, pero creo que no, así que ahí va -la he vuelto a ver y me pone la carne de gallina, los tambores, la emoción, la belleza de la localización... Es una pena que, aunque haya algún influencer que se anime a estar, a mí con esta temperatura me resulta imposible quedarme en la azotea. 








Abajo tienen una pared llena de carteles vintage de café: me gustaron todos y por eso os incluyo las fotos. Hoi An parace ser un sitio de láminas y carteles: de hecho había una tienda que era una mina llamada "carteles de propaganda vintage" - me compré uno que está ahora colgado en mi cocina. 







Seguimos vagando por las calles, dándolo todo por este blog (incluyo buganvilla para el divagante Jota); aquí hay evidencia: 








Y también pasamos por el mercado...






La fruta rosa con cosas que le salen verdes del centro-derecha (no hay broma implícita) se llama "dragon fruit" y es lo más soso que he probado en mi vida (y mira que la papaya también es para echarle de comer aparte). Esta por dentro es blanca con pepitas negras, tiene una consistencia interesante pero el sabor: rien de rien.  Los lichis esos peludos también me gustan. 

Hoi An tiene muchas "atracciones que visitar" y parece que para entrar en algunas de las casas tradicionales, templos o halls hay que comprar un "pase de cinco". Todo son facilidades: no se pueden comprar en cualquiera de los lugares de interés, hay que ir a una oficina de turismo que está en casadios, y que parece una sala de espera desangelada. Allí hay una pareja de jóvenes españoles que luchan por entenderse con las vendedoras, y nosotros por pagar. Como viene siendo común en Vietnam, no aceptan tarjetas en casi ningún sitio, así que hemos de ir a un cajero para abonar £11.25 los tres por entrar a cinco monumentos cada uno. Sigue siendo una ganga - y el precio una nota del Peda.

Uno de los monumentos elegidos es -pilla de paso- a una casa privada del siglo XVI (Duc An House) que se inunda todos los años (en un par de días viviremos lo de la inundación en nuestras carnes, no se pierdan próximas entradas). Nota: perdón, no encuentro fotos de la casa, salvo la de la puerta trasera. Solo recuerdo mobiliario muy oscuro y que me senté frente a un ventilador fijo todo lo que pude....


Luego pasamos por un hall chino en el que estamos tan azorados que Mini bebe de la botella que había dejado una mujer sobre una mesa, creyendo que era suya. La mujer, medio riéndose, le anota que esa es su botella. Mini lo vive como "el momento más embarazoso del viaje" (luego hay otros que lo superan).





El azoramiento y la tontuna va por barrios: estamos tan en las últimas que acabamos entrando en un teatro de folklore local (incluido en el pase), todo porque morimos de calor. Cualquiera que me haya leído o que me conozca, sabe que no tengo paciencia para este tipo de espectáculos en absoluto. Bueno, pues fue entrar ahí, con su aire acondicionado y pensar: "lo que me echen". 

El tema es: "cuida con lo que deseas". Primero te echan a unas chicas bailando al ritmo de la orquestita esa de instrumentos tradicionales que me recuerda a los inventados por los "Les Luthiers", y luego cuatro que representan animales y también bailan. 



Al final hay un sorteo también tradicional (vamos, un bingo vietnamita): a cada uno nos dan una tablilla con un símbolo que a mí me parece grafía china (a mí por ejemplo me toca una grafía que pone al lado "Xo"). El primero que cantan desde el escenario es "Mo" - desde allí un recuerdo a una de las fans de las coladas, la divaganta y bloguera Mo, pero no sale nadie. Siguen con sus monosílabos y no sale nadie. Yo me aferro al "Xo" que me gusta por lo de la equis, y como a veces he tenido suerte en este tipo de sorteos menores, pienso que hay una posibilidad. Pero nada. Al final, una chica eleva su tablilla, todos aplaudimos, sale al escenario, le dan una bolsa llena de regalos y ahí acaba el bingo. Cuando nos pasamos las tablillas para devolver observo que el Peda tiene la tablilla que dice "Mo". Whooooot??? Pero cual es tu problema? le increpamos Mini y yo. Y él de risa "ni de coña salía yo ahí al escenario, y que me hicieran bailar". Muy enfadadas: hemos perdido una bolsa a buen seguro llena de objeto tipo "El Mañico vietnamita" que nos hubiera resuelto los regalos. 


Ya sin fuerzas, y desanimadas por esta contrariedad por parte de nuestro compa de viaje, vamos hacia el hotel sobre las 1630. Mini y el Peda se compran un nuevo modelo de helado que hacen por la calle (en imagen) que tiene mala pinta y que montan mucho ruido con una paleta para hacerlo: es más el show que el sabor. 


En el hotel atracamos en la piscina y leemos un rato (Mini se sube a tener una desonexión de nosotros a la habitación). La ropa  ya está lista cuando salimos a cenar a las 1845. A esa hora ya ha bajado el sol y se puede, si no pensar con claridad, sí al menos cerrar una excursión a la Isla de Cham para el día siguiente. No había dicho yo que no más excursiones tras los túneles Cu-chi? Pues nada, que esa isla es paradisíaca (según el novio de Maca, una ex-junior mía que ha dejado todo para venirse a vivir a Vietnam) y que veremos corales. Yo ya he visto corales, pero es lo de siempre, yo ya me monté en camello y dije nunca más, y luego has de hacerlo porque Mini. Mañana aventura entre corales-no se la pierdan. 

Estas fotos son un poco random, y no requieren comentario salvo la primera, con los turistas occidentales a los que los pobres vietnamitas llevan en ricksaw. Me parece horrible no solo por lo evidente sino porque no tienen cambio de marcha! En alguna otra ciudad los he visto bajándose y empujando. Yo entono un mea culpa porque una vez fui uno de ellos en la India, solo porque las calles no tenían nombre y no sabíamos llegar al hotel. Pero estos?  












Hoy cenamos en la terraza de la primera planta de un restaurante (no un garage) el mismo cau lao de ayer (menos Mini que sucumbe a unos boloñesa), £15 los tres (dice el Peda). Desde ese punto y de noche se puede apreciar mucho mejor lo bonita que es esta ciudad y me dan ganas de salir a correr/volar por los tejados.

6 comentarios:

  1. Así en vista de pájaro decir que las buganvillas con cariátides incorporadas me resultan esplendorosas... una fusión grecovietnamita que me hace sudar bienestar visual... y, por cierto, que si uno rememora las "de verdad" el sudor ya no es solo emocional.

    Y, ya puestos, me solidarizo con el Peda por negarse a que lo hagan famoso por unos míseros minutos vietnamitas. Sería como sentirse un marine USA en visita bélico colonial. O incluso peor, un apátrida integrante del Ejercito Expedicionario Francés...

    Bicos algo viet...

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    1. :):) o sea, tú tampoco habrías salido... me parto. Cómo sois.

      Tenéis bunganvillas en galicia? Por aquí no muchas y creo q mis padres lo han intentado en vetusta con poco éxito...

      Bicos magenta

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  2. Agradezco que te acuerdes de las fans de la colada. Este viaje está resultando un poco decepcionante sin ella. Insuperable la anécdota del bingo vietnamita. Comprendo la reticencia del Peda por salir al escenario, pero hubiese sido interesante ver los regalos.

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    1. Lo sé, creo q nunca más vacaciones sin coladas tendidas en lugares dudosos: se pierde mucha narrativa!

      Los regalos del bingo vietnamita seguro q eran muy difíciles de colocar, porque a ver quién se cree q yo he comprado un salero y pimentero con forma de mujer con el traje tradicional y gorro (imagino q giras el gorro y se muele la sal/pimienta) de motu proprio... pero siempre está esa tía ya alejada del mundo a la q le hace un papel...

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  3. Estoy indignada con que el Peda no saliera a por el premio. Típica vergüenza de la gente crecida en los 80 y que algunos no han superado. ¿Donde mejor para bailar en un escenario que enVietnam que no te conoce nadie?? He atisbado sus pantalones en una foto, por cierto... lo sabia.

    Sobre el calor que no te deja pensar, me he sentido identificadísima. El año pasado, en Toulose llegamos en plena ola de calor y hacia 40 grados a las seis de la tarde, hicismos lo que pudimos pero en un momento dado era ya imposible... y nos fuimos al hotel con aire acondicionado a leer y dormir. No hay que empeñarse en lo imposible.

    Y que bonito que te acordaras de mi en ese teatro... casi lloro :)

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    1. Bueno bueno... es q encima te hizo un feo, pq teníá el Mo!!! Debería haber salido y haber agarrado el micrófono y haber explicado lo de la amiga Mo, yo lo habría grabado y te lo habría pasado en tiempo real.

      Lo de los pantalones, no me hables: coge los Levis 501 viejos y los corta. Por su culpa, no nos dejaron entrar en el mausoleo de Ho Chi Minh en Hanoi (ya lo contaré en breve)

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