Nunca estuve a favor de subir al castillo de Nafplio, 999 escaleras del ala, particularmente a mediodía. Pero como ahora viajo en minoría y El Pedalista se hizo con el voto de Mini, no hubo más remedio que llenarse de valor y al toro. A ellos les parecía Lo Más contar los escalones durante la gesta: por supuesto, había que comprobar si la leyenda era cierta. A mí me fue suficiente con concentrame en seguir viva.
Del futuro más próximo-en concreto, las monstruosas agujetas que tendríamos al día siguiente-ya nos habló el encantador Petros, uno de los hermanos regentes de la Pensión Marianna (si clicáis en su nombre os lleva a un blog con video donde podéis conocerle!). Como veo que la Pensión despertó el interés de algunos divagantes (en concreto, sus nada relajantes cuadros con motivos marinos), aquí va un párrafo.
La hermanos, hijos de la Sra. Marianna, empezaron, nos contó Petros, con dos habitaciones. Ellos mismos hacían de albaniles, fontaneros y carpinteros, y con el tiempo, fueron extendiéndose. Hoy creo que tienen 26 habitaciones, y también una granja orgánica (nos senialó hacia las montanias), donde piensan abrir cursos de cocina. De momento, la miel, el yogur, el zumo de los desayunos, todo viene de su granja.
No sé si la Sra. Marianna aún vive, pero cuando le pregunté a Petros de dónde el nombre dijo "de nuestra madre" con una sonrisa nostálgica... me imagino a la Mamma Griega ayudando a amasar la escayola mientras hacían las primeras habitaciones y me lleno de ternura. Porque en Grecia siguen quedando muchas abuelas como las de antes: mujeres de negro, con el pelo blanco peinado en un moño, algunas incluso con bastón.
Pasados los años, la Pensión es un sitio muy recomendado en la Rough Guide, y de hecho, cuando intenté reservar via booking, ya no quedaban habitaciones. Petros nos cuenta que el negocio del turismo ha bajado mucho en Nafplio con la crisis, pero ellos suelen estar llenos. Como pequenios empresarios, Petros nos cuenta sus problemas porque no pueden subir las tarifas que tiene anunciadas en las webs, mientras que Tsipras les ha subido el IVA al 23%. Nos pregunta por "Podemos", igual que en otra conversación sobre la situación política que tenemos más adelante en el viaje con el duenio de un restaurante, pero en general, no hemos hablado con la gente de este tema. Da cierto apurop reguntarles por la situación de su país a recepcionistas, camareros, limpiadores de hotel. A un chico joven, vendedor de entradas en Mystra, le pregunto pero su inglés no da para que entremos en profundidad. Si no vas a casa de amigos del país y no hablas el idioma, es dificil. El anio pasado en los USA, te sentabas en un café y la gente directamente te preguntaba de dónde eras. Aquí sientes en cada gesto la increíble hospitalidad griega, pero es complicado profundizar.
Parece que, con esta introducción, intento evitar describir la subida a la hora de mayor solera al castillo de Nafplio (interrumpo la escritura para chatear un rato con Fashion que subió ayer a Machu Picchu, monte. Por la descripción le digo que eso es el Huaina Picchu, el monte elevado, y ella que no, que subieron al más bajo, el Machu. Con ello os trato de decir que YO sobreviví al Huaina Pichu-con 33 anios). Claro que ahora tengo unos cuantos más, y vuelta a Nafplio. Decir que las vistas son impresionantes, y que la subida se hace incluso más dolorosa porque en uno de los lados del saliente que supone Nafplio en el mar hay una playa de aguas azul turquesa con gente chapoteando. Una se pregunta repetidas veces, tal vez comenzando en la escalera número 50, por qué no se ha separado del grupo y se ha ido a esperarlos a la playa, mientros ellos cuentan escaleras. En un punto, casi arriba encontramos a una pareja de franceses enloquecidos que ya estan de bajada con, atención, un bebé en mochila, y una de unos dos anios caminando. Les pregunto, "ha subido sola?" . Como asienten, no queda otra: "si ella puede, yo puedo!".
Al llegar arriba descubro un grifo, lo cual siempre es motivo de alegría. Cual es el truco definitivo para aplacar la caló? Meter la cabeza bajo cualquier fuente, manguera, aspersor, lavadero. Mojarse hasta las ideas, y todo el pelo. Entonces hacerse una coleta, retorcerla, y que quede en moño. Como los de las abuelas griegas y, si mi apuras, ya adoptemos también el bastón, porque la bajada es fina... llegamos-los TRES- con las piernas temblando.
Por fin salimos de Nafplio y empezamos a bajar por la costa de su izquierda. En este serie voy a ser increiblemente pesada con el tema "el color del mar griego", pero es que por mucho que lo miro, siempre parece la primera vez. Ese azul verde turquesa maravilloso me hipnotiza, y se nos mete por las ventanas del coche al salir de la ciudad, y no nos va a abandonar. Vamos a dormir en unas villas pijas que el Peda ha encontrado una oferta, un rato más tarde, pero mientras vamos parando.
En una de las paradas, junto a una playa perfecta, como muchas veces, desierta, me encuentro con esta foto: los de las caravanas. De verdad que, de la manera que viajamos nosotros, siempre moviéndonos, tal vez tendría sentido alquilar una caravana, pero sinceramente: NO. Qué hacen los de las caravanas todo el día? Sentarse a la sombra a tocar cuatro acordes con la guitarra? Cocinar rancho? Aplicarse Autan? Igual me llega el día: me jubilo y hago una entrada en el blog anunciando que divagaré desde mi Monster Travel Wagon... pero lo dudo. Caravan people, ese mundo.
Y más cosas pasaron ese día, como que llegamos a las villas y nos baniamos solos e hicimos el burro con una colchoneta y cuando yo estaba enmedio del balón, y que nos fuimos a visitar un pueblecito con encanto Sambatiki, que el Peda calificó injustamente de "vertedero" y Mini estaba enfadada (su estado basal cuando hay que "visitar" vs. estar en el agua), y luego a comprar sandía y demás a Leonidhio, donde simpático panadero horneaba cordero y donde había los eternos ancianos griegos sentados en la calle y por fin a Pláka, donde cenamos al lado de un puerto ínfimo. Pláka parecía el mayor "centro turístico" de la zona y tenía tres restaurantes con manteles de cuadros frente al mar.
... A la vuelta hacia las villas, noche cerrada ya y podíamos empezar a sentir que estabamos en un sitio remoto, lejos de todo...
La hermanos, hijos de la Sra. Marianna, empezaron, nos contó Petros, con dos habitaciones. Ellos mismos hacían de albaniles, fontaneros y carpinteros, y con el tiempo, fueron extendiéndose. Hoy creo que tienen 26 habitaciones, y también una granja orgánica (nos senialó hacia las montanias), donde piensan abrir cursos de cocina. De momento, la miel, el yogur, el zumo de los desayunos, todo viene de su granja.
No sé si la Sra. Marianna aún vive, pero cuando le pregunté a Petros de dónde el nombre dijo "de nuestra madre" con una sonrisa nostálgica... me imagino a la Mamma Griega ayudando a amasar la escayola mientras hacían las primeras habitaciones y me lleno de ternura. Porque en Grecia siguen quedando muchas abuelas como las de antes: mujeres de negro, con el pelo blanco peinado en un moño, algunas incluso con bastón.
Pasados los años, la Pensión es un sitio muy recomendado en la Rough Guide, y de hecho, cuando intenté reservar via booking, ya no quedaban habitaciones. Petros nos cuenta que el negocio del turismo ha bajado mucho en Nafplio con la crisis, pero ellos suelen estar llenos. Como pequenios empresarios, Petros nos cuenta sus problemas porque no pueden subir las tarifas que tiene anunciadas en las webs, mientras que Tsipras les ha subido el IVA al 23%. Nos pregunta por "Podemos", igual que en otra conversación sobre la situación política que tenemos más adelante en el viaje con el duenio de un restaurante, pero en general, no hemos hablado con la gente de este tema. Da cierto apurop reguntarles por la situación de su país a recepcionistas, camareros, limpiadores de hotel. A un chico joven, vendedor de entradas en Mystra, le pregunto pero su inglés no da para que entremos en profundidad. Si no vas a casa de amigos del país y no hablas el idioma, es dificil. El anio pasado en los USA, te sentabas en un café y la gente directamente te preguntaba de dónde eras. Aquí sientes en cada gesto la increíble hospitalidad griega, pero es complicado profundizar.
Parece que, con esta introducción, intento evitar describir la subida a la hora de mayor solera al castillo de Nafplio (interrumpo la escritura para chatear un rato con Fashion que subió ayer a Machu Picchu, monte. Por la descripción le digo que eso es el Huaina Picchu, el monte elevado, y ella que no, que subieron al más bajo, el Machu. Con ello os trato de decir que YO sobreviví al Huaina Pichu-con 33 anios). Claro que ahora tengo unos cuantos más, y vuelta a Nafplio. Decir que las vistas son impresionantes, y que la subida se hace incluso más dolorosa porque en uno de los lados del saliente que supone Nafplio en el mar hay una playa de aguas azul turquesa con gente chapoteando. Una se pregunta repetidas veces, tal vez comenzando en la escalera número 50, por qué no se ha separado del grupo y se ha ido a esperarlos a la playa, mientros ellos cuentan escaleras. En un punto, casi arriba encontramos a una pareja de franceses enloquecidos que ya estan de bajada con, atención, un bebé en mochila, y una de unos dos anios caminando. Les pregunto, "ha subido sola?" . Como asienten, no queda otra: "si ella puede, yo puedo!".
Al llegar arriba descubro un grifo, lo cual siempre es motivo de alegría. Cual es el truco definitivo para aplacar la caló? Meter la cabeza bajo cualquier fuente, manguera, aspersor, lavadero. Mojarse hasta las ideas, y todo el pelo. Entonces hacerse una coleta, retorcerla, y que quede en moño. Como los de las abuelas griegas y, si mi apuras, ya adoptemos también el bastón, porque la bajada es fina... llegamos-los TRES- con las piernas temblando.
Por fin salimos de Nafplio y empezamos a bajar por la costa de su izquierda. En este serie voy a ser increiblemente pesada con el tema "el color del mar griego", pero es que por mucho que lo miro, siempre parece la primera vez. Ese azul verde turquesa maravilloso me hipnotiza, y se nos mete por las ventanas del coche al salir de la ciudad, y no nos va a abandonar. Vamos a dormir en unas villas pijas que el Peda ha encontrado una oferta, un rato más tarde, pero mientras vamos parando.
En una de las paradas, junto a una playa perfecta, como muchas veces, desierta, me encuentro con esta foto: los de las caravanas. De verdad que, de la manera que viajamos nosotros, siempre moviéndonos, tal vez tendría sentido alquilar una caravana, pero sinceramente: NO. Qué hacen los de las caravanas todo el día? Sentarse a la sombra a tocar cuatro acordes con la guitarra? Cocinar rancho? Aplicarse Autan? Igual me llega el día: me jubilo y hago una entrada en el blog anunciando que divagaré desde mi Monster Travel Wagon... pero lo dudo. Caravan people, ese mundo.
Y más cosas pasaron ese día, como que llegamos a las villas y nos baniamos solos e hicimos el burro con una colchoneta y cuando yo estaba enmedio del balón, y que nos fuimos a visitar un pueblecito con encanto Sambatiki, que el Peda calificó injustamente de "vertedero" y Mini estaba enfadada (su estado basal cuando hay que "visitar" vs. estar en el agua), y luego a comprar sandía y demás a Leonidhio, donde simpático panadero horneaba cordero y donde había los eternos ancianos griegos sentados en la calle y por fin a Pláka, donde cenamos al lado de un puerto ínfimo. Pláka parecía el mayor "centro turístico" de la zona y tenía tres restaurantes con manteles de cuadros frente al mar.
... A la vuelta hacia las villas, noche cerrada ya y podíamos empezar a sentir que estabamos en un sitio remoto, lejos de todo...
Sí, muy bonito, pero ¿cuántos escalones había?
ResponderEliminarEso, ¿cuantos había?
ResponderEliminarLo del color del mar puedes repetirlo todas la veces que quieras porque alucino con las fotos. Por cierto, a ver si cuentas algo de la comida aparte de sandía y miel. QUe yo he comido con el peda y es de buen comer.
Admites Azul Nostrum como color griego ?
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarDarlings, sois más niquitosos: había 998 escalones (me lo está gritando el Peda desde la cocina), pero todo depende de dónde se decide q acaban las escaleras de subida y empieza el castillo per se, que esta lleno de escaleras y tiene incluso mazmorras! (donde se estaba fresquito).
ResponderEliminarColor del mar, MO, te mandaré más album para q veas más verdadero azul (q admitimos y celebramos como Azul Nostrum, Gracias DRIVER)-\aquí en el blog no sale bien, y las fotos tampoco puedo ponerlas enormes.
Sobre la comida: a ver, a mí la comida griega ni fu ni fa como gastronomía. Mi comida favorita, el desayuno, la cubre sobremanera ocn al sandía y el yogur (con miel), pero:
1. no saben hacer pan (sera tan dificil hacer pan crujiente, si lo hacen hasta en Tesco!), pastas, galletas ni pastelería (unos mantecados secos sin sabor, ayyy, tendrían q ir los de vetustilla a hacer unos seminarios por el mundo, eso son tortas harinosas!).
2. luego tienen mucho pescado recién del mar (caro, relativamente), .. yo como pescado pero no soy fan
3. la famosa musaka (q a mi me gusta), pero varía de taberna en taberna
4. berenjenas y calabacines fritos (q no les salen aceitosos, yo nunca he logrado q me salgan bien, así q tire la toalla),
5. y por supuesto la ensalada griega: pepino, tomate, cebolla, alguna oliva y un tanque de feta encima.
El otro día en una web de debate habia uno sobre cual era la mejor cocina del mundo: francesa, italiaan o espaniola. Yo sigo pensando q como en Ejpania... no se ocme en ningún sitio!!! (y dentro de 10 días vamos a buscar a Mini a donosti y ... ESO SON PALABRAS MAYORES!...) nO ME HABLEIS DE LA GREEK CUISINE, PLEASE...
LUX, agradezco el análisis de las fotos. Ahora, en lo q te estás columpiando es en q "cuente detalles de la Sra Marianna!"... Lux, q te has leído el divague en lateral? q solo has visto las fotos! q cuento todo lo q se y más de la Sra Marianna ys u granja organica.. ahora, si quieres q fabule, en Sep cuando acabe la serie nos montamos un divague-consurso (sí, has oído bien, concurso) sobre "de dnde viene la hospitalidad de la Sra marianna", por ej.
Abrazontes!!!!
di