Queridos divagantes, concursantes, maleantes, y gente de baja estofa,
Aún están a tiempo los rezagados de participar en el último concurso de D&D, cuyo premio todo el mundo conoce y anhela (ser el que da título a uno de los divagues siguientes).
Vamos a incluír las entradas que hasta ahora se han producido aquí abajo. Ha quedado descaliminado (como decíamos en mi cole, viene a ser como fulminado por cal o así) LUX por su claro y feo intento de PLAGIO que afortunadamente NáN ha logrado desenmascarar. Se le da otra oportunidad, LUX, pero no vale tampoco la de Colin Farrell con los terroristas. Yo también añadiré la mía hacia el final. DIVA, XAQUÍ y LUX: manos a la obra (o sentís tal vez señalados con la negrita?). Los demás, los silentes, también! (sabemos que estáis ahí)
Ahora, el tema peliagudo: quién será el jurado? Podría ser algo democrático, pero no. El que primero adivine cual es esta cabina, la más famosa de todo el Reino Unido, será galardonado con el laurel de elegir el mejor relato. Entiendo vuestra expectación.
Sigan participando. Atentamente,
La Di-reccción
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Su madre le arrebató la foto. "¡Qué rara es la vida Li", le dijo. Pues habeis de saber que cuando no sabeis que nombre le podeis poner a una madre vietnamita, Li siempre es una buena elección. "¡qué rara es la vida, Li!. Ahora tengo que ir ahí, es el momento". "Madre, seguramente será el capricho de nuestros antepasados". "Li, a mi edad, yo soy mi propia antepasada".
Hola soy yo...¿te parece que ahora es demasiado pronto para repetir?
Ya estás tardando....ven.
CESITA
Aún están a tiempo los rezagados de participar en el último concurso de D&D, cuyo premio todo el mundo conoce y anhela (ser el que da título a uno de los divagues siguientes).
Vamos a incluír las entradas que hasta ahora se han producido aquí abajo. Ha quedado descaliminado (como decíamos en mi cole, viene a ser como fulminado por cal o así) LUX por su claro y feo intento de PLAGIO que afortunadamente NáN ha logrado desenmascarar. Se le da otra oportunidad, LUX, pero no vale tampoco la de Colin Farrell con los terroristas. Yo también añadiré la mía hacia el final. DIVA, XAQUÍ y LUX: manos a la obra (o sentís tal vez señalados con la negrita?). Los demás, los silentes, también! (sabemos que estáis ahí)
Ahora, el tema peliagudo: quién será el jurado? Podría ser algo democrático, pero no. El que primero adivine cual es esta cabina, la más famosa de todo el Reino Unido, será galardonado con el laurel de elegir el mejor relato. Entiendo vuestra expectación.
Sigan participando. Atentamente,
La Di-reccción
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MARISA
Llegó corriendo mientras rebuscaba en sus bolsillos algunas monedas.
Abrió la puerta y entró. Y cuando se sentó en el pequeño taburete el
sonido de la puerta al cerrarse tras de sí le sonó ya muy lejano. Nunca
hizo esa llamada.
JOSÉ LUIS
En el año 83, cuando llamaba desde una cabina frente a la Audiencia de
Zaragoza, sobre las diez de la noche, me detuvo la policía, como en las
películas, me metió en una de aquellas furgonetas que daban miedo y me
llevaron a la Jefatura de Policía del Paseo María Agustín, que supongo
que todavía existe. Unas cuantas preguntas, algunas comprobaciones, unas
llamadas de ellos y una mía y me volvieron a dejar en el mismo sitio,
con la recomendación de que no llamara en un buen rato. Un fragmento de
una de tus frases, el referido a "los que teníamos novias fuera" me lo
ha recordado. ¡Qué cosas, la memoria!.
NáN
Con las pocas monedas que le quedaban, se metió en una cabina a una hora
en la que sabía que todos estarían en el trabajo y fue llamando de uno a
uno a todos los que quería para dejar el mensaje de que se iba a
suicidar. Cuando terminó, cabizbajo, vio cuatro billetes de 100 libras.
Se fue con ellos a un bar privado que se mantenía abierto las 24 horas y
se quedó casi tres días. Cuando salió se sentía feliz y había olvidado
todo lo que había hecho antes de encontrarse el dinero.
IRE
Cuando fue a cerrar el libro de recetas, se cayó una pequeña foto de
entre sus páginas. La recogió, vio a su padre, tan joven, tan vivo,
delante de una llamativa cabina roja, con una mujer que nunca conoció,
ella, su padre se puede entender que sí.
Su madre le arrebató la foto. "¡Qué rara es la vida Li", le dijo. Pues habeis de saber que cuando no sabeis que nombre le podeis poner a una madre vietnamita, Li siempre es una buena elección. "¡qué rara es la vida, Li!. Ahora tengo que ir ahí, es el momento". "Madre, seguramente será el capricho de nuestros antepasados". "Li, a mi edad, yo soy mi propia antepasada".
MO
Llego a la casa en la que vivía ahora, había vuelto después de 12 años fuera.
Quedaron por la noche, se despidieron: "lo hemos pasado bien". "Si, tenemos que repetir pronto", se habían dicho hacia media hora y pensaba en cuando sería ese "pronto".
Subió al portal y al sacar las llaves se dio cuenta de que no las llevaba.
Saco el movil...al tiempo que recordaba que se habia quedado sin batería hacía horas.
Lloro de desesperación. Sin llaves, sin movil...sin casa a las 2 de la mañana.
Una cabina...¿una cabina? Monedas sí tenía.
Quedaron por la noche, se despidieron: "lo hemos pasado bien". "Si, tenemos que repetir pronto", se habían dicho hacia media hora y pensaba en cuando sería ese "pronto".
Subió al portal y al sacar las llaves se dio cuenta de que no las llevaba.
Saco el movil...al tiempo que recordaba que se habia quedado sin batería hacía horas.
Lloro de desesperación. Sin llaves, sin movil...sin casa a las 2 de la mañana.
Una cabina...¿una cabina? Monedas sí tenía.
Hola soy yo...¿te parece que ahora es demasiado pronto para repetir?
Ya estás tardando....ven.
CESITA
Los autores muertos estaban tan solos y olvidados... Un operario de
British Telecom se compadeció de ellos. Les construyó una cabina para
que pudieran volver a contarles sus historias a la gente.
DI
Condujo toda la noche, en contra de lo que pasa en las pelis, con rumbo norte. De fondo llevaba aquella canción de Mark Knopfler, y caían estrellas fugaces, y por primera vez en mucho tiempo fue feliz. Cuando llegó al pueblecito, olía a mar y empezaba el cielo a rojear. Se sentó sobre la arena, en el vacío donde debía estar la cabina, abrió las puertas del coche y puso la canción a tope. Un viejo lobo de mar, que parecía de atrezzo, le gritó sin levantar la vista de unas redes que desenmarañaba:
-Todos los años tenemos a varios como usted, baje la música!
-Quitaron la cabina?-medio sollozó clavando en la arena el palo con el que garabateaba iniciales y espirales- Cómo pudieron quitar la cabina???
-La quitaron, sí...-y por fin le miró con unos ojillos pequeños muy verdes- pero a usted nadie le quitará el viaje.
CARMEN J
Miraba sin mirar uno de los libros de la cabina mientras esperaba que ella cogiera el teléfono. Tal vez no se habría ido aún, tal vez estuviera a tiempo de decirle que le esperara, que iba a cambiar, que sabría compensarla. Se sobresaltó al reconocer su propia letra en aquel libro abandonado, su letra en la dedicatoria que había escrito para ella. Comprendió que ya nunca podría llegar a tiempo, y colgó.
ANNIEHALL
¡Por fin! ¡aquí estás! ¿pero no nos oías llamándote a gritos? Este niño y los libros... mañana mismo llamo a los de la teléfonica para que se lleven la demonio cabina de la esquina. Claro que seguro que el día que vengan pillan a éste dentro y se lo llevan como a López Vázquez.
DIVA
La vio bajando por la calle, pisando fuerte como de costumbre. Tenía el porte y la actitud más arrogante que había conocido. La temía. Muchas veces lo había puesto en ridículo. No le importaba hacerlo delante de los demás; que si me debes tanto, que si no encuentras trabajo, que si ya sabía que no tenía que alquilarte el piso... Así que no quería toparse con ella. Justo cuando se giraba para marchar en dirección contraria vio que ella le hacía un gesto. Trató de ignorarlo y comenzó a andar al tiempo que oía como le llamaba e iba tras él. Al doblar la esquina aceleró el paso, corrió hasta llegar a la otra esquina. Empujo la puerta plegable y se metió dentro. Se quitó el sombrero e hizo como que hablaba. Ella pasó de largo.
LUX (1)
— Dirán que he muerto, y yo no muero. Aunque dentro de estos barrotes, de esta cabina roja, las horas pasen lentas como penas, largas como el olvido o el recuerdo… —se lamenta como si rezara alguien con voz de Hierro y Real alma de seda, de nombre José.
Alicia, indiferente a la plegaria, aburrida, amodorrada, se dirige a un caballero sedente, seco de carnes, enjunto de rostro, de cuyo nombre no quiero acordarme.
—¿Podría decirme, por favor, qué camino debo seguir para salir de aquí?
—Depende en gran parte del sitio al que quieras llegar.
—No me importa mucho el sitio.
—Entonces, tampoco importa mucho el camino…
Tercia entonces en la conversación otro caballero, revestido con gabán y tocado con sombrero, pero de torpe aliño indumentario, que levantándose recita, atronadora y solemnemente, con aún deje sevillano:
—Caminante, son tus huellas / el camino y nada más; / caminante, no hay camino, / se hace camino al andar.
Y manteniéndose en pie, cierra los ojos y los puños y se sonríe para sus adentros (y un poquitín hacia fuera), aguardando el aplauso.
—Multiplícate por cero, tío—le suelta un niño amarillo con acento americano que parece sacado de unos dibujitos animados.
Otro niño, pequeño como un pulgar, al oír camino se pone a hacer pelotitas de migas de pan. ¿Por qué? No sé, cosas de niños que de mayores olvidamos… Y una jovencita bella duerme y otra bella intenta e intenta que una bestia siente la cabeza. Y una muchacha, blanca como la nieve charla de sus cosas en un aparte, ¿de qué hablarán?, con otra muchacha gris como la ceniza...
En fin, que así pasan siempre sus tediosas horas todos estos personajes en busca de lector en esa cabina roja, abarrotada por dentro, abarrotada por fuera.
Pero, ¡qué veo!, esperad. Aguardad, que hoy no. Hoy alguno de ellos está de suerte y todos, emocionados, se tientan la ropa: abriste la puerta.
XAQUÍ
Venid, venid si teneis una historia que contar.
Trepadores de acera, amantes de esquina, inventores de caricias, desheredados de promesas olvidadas, locos, rancios, borrachos, heridos, tambaleantes, amantes, fugitivos, impostores, bromistas, escaladores de cielos tempranos, solitarios, viajeros, pobres en tiempo y largos en memoria, estrafalarios, rompedores, ilusionistas, investigadores, orgásmicos, gimoteantes, escultores de noches de gloria, buscadores de soles luminosos...
La cabina Roja es vuestro lugar, si teneis una gran historia que contar.
Una historia que abrigue el alma del buscador, cure la memoria de la infanta, encuentre los tesoros de las grutas de los ladrones de la ilución, y nos acompañe en nuestra noche larga.
La Cabina Roja os espera, no dejaba de vociferar a la puerta del local.
Se metió dentro - se metió en la cabina roja, Lux- y se rió con la risa más feliz y más franca que salió jamás de garganta humana.
BASAJA
"Entró corriendo, sudando, nerviosa. Cogió un libro al azar, lo abrió al azar, y al azar eligió una frase. Marcó un número al azar, y leyó, despacio, la frase que el azar había seleccionado:
"Con frecuencia (pero esto solamente sucedió los primeros días) cerrábamos algún cajón de las cómodas y nos mirábamos con tristeza."
Luego, colgó y murió en paz."
LUX (2)
«Voy y me pongo y digo: «Huy, qué bien, una cabina VERDE. Qué VERDE es la cabina. Voy a llamar a mi médico desde esta cabina tan VERDE, ¡porque mira que es VERDE!».
Piticlín-piticlín…
—Doctor, soy Luxindex.
—¿Quién?
—Luxindex, el que va a ganar otra vez el concurso D&D.
—Luxind… ¡¡Ah, ya, el daltónico!!».
LUX (3)
«Dentro del interior de la cabina pintada con pintura roja, y antes de salir fuera, el hijo de Julián (que era, en concreto, el nombre de su propio padre; no otro nombre, no otro padre), pensó, pensativo, en pensar un pensamiento que no pronunció en voz alta porque entonces supo que sabía que si seguía continuando con el microrrelato conforme aumentaba disminuía su microrrelatez o microrrelatez».
CARMEN J
Miraba sin mirar uno de los libros de la cabina mientras esperaba que ella cogiera el teléfono. Tal vez no se habría ido aún, tal vez estuviera a tiempo de decirle que le esperara, que iba a cambiar, que sabría compensarla. Se sobresaltó al reconocer su propia letra en aquel libro abandonado, su letra en la dedicatoria que había escrito para ella. Comprendió que ya nunca podría llegar a tiempo, y colgó.
ANNIEHALL
¡Por fin! ¡aquí estás! ¿pero no nos oías llamándote a gritos? Este niño y los libros... mañana mismo llamo a los de la teléfonica para que se lleven la demonio cabina de la esquina. Claro que seguro que el día que vengan pillan a éste dentro y se lo llevan como a López Vázquez.
DIVA
La vio bajando por la calle, pisando fuerte como de costumbre. Tenía el porte y la actitud más arrogante que había conocido. La temía. Muchas veces lo había puesto en ridículo. No le importaba hacerlo delante de los demás; que si me debes tanto, que si no encuentras trabajo, que si ya sabía que no tenía que alquilarte el piso... Así que no quería toparse con ella. Justo cuando se giraba para marchar en dirección contraria vio que ella le hacía un gesto. Trató de ignorarlo y comenzó a andar al tiempo que oía como le llamaba e iba tras él. Al doblar la esquina aceleró el paso, corrió hasta llegar a la otra esquina. Empujo la puerta plegable y se metió dentro. Se quitó el sombrero e hizo como que hablaba. Ella pasó de largo.
LUX (1)
— Dirán que he muerto, y yo no muero. Aunque dentro de estos barrotes, de esta cabina roja, las horas pasen lentas como penas, largas como el olvido o el recuerdo… —se lamenta como si rezara alguien con voz de Hierro y Real alma de seda, de nombre José.
Alicia, indiferente a la plegaria, aburrida, amodorrada, se dirige a un caballero sedente, seco de carnes, enjunto de rostro, de cuyo nombre no quiero acordarme.
—¿Podría decirme, por favor, qué camino debo seguir para salir de aquí?
—Depende en gran parte del sitio al que quieras llegar.
—No me importa mucho el sitio.
—Entonces, tampoco importa mucho el camino…
Tercia entonces en la conversación otro caballero, revestido con gabán y tocado con sombrero, pero de torpe aliño indumentario, que levantándose recita, atronadora y solemnemente, con aún deje sevillano:
—Caminante, son tus huellas / el camino y nada más; / caminante, no hay camino, / se hace camino al andar.
Y manteniéndose en pie, cierra los ojos y los puños y se sonríe para sus adentros (y un poquitín hacia fuera), aguardando el aplauso.
—Multiplícate por cero, tío—le suelta un niño amarillo con acento americano que parece sacado de unos dibujitos animados.
Otro niño, pequeño como un pulgar, al oír camino se pone a hacer pelotitas de migas de pan. ¿Por qué? No sé, cosas de niños que de mayores olvidamos… Y una jovencita bella duerme y otra bella intenta e intenta que una bestia siente la cabeza. Y una muchacha, blanca como la nieve charla de sus cosas en un aparte, ¿de qué hablarán?, con otra muchacha gris como la ceniza...
En fin, que así pasan siempre sus tediosas horas todos estos personajes en busca de lector en esa cabina roja, abarrotada por dentro, abarrotada por fuera.
Pero, ¡qué veo!, esperad. Aguardad, que hoy no. Hoy alguno de ellos está de suerte y todos, emocionados, se tientan la ropa: abriste la puerta.
XAQUÍ
Venid, venid si teneis una historia que contar.
Trepadores de acera, amantes de esquina, inventores de caricias, desheredados de promesas olvidadas, locos, rancios, borrachos, heridos, tambaleantes, amantes, fugitivos, impostores, bromistas, escaladores de cielos tempranos, solitarios, viajeros, pobres en tiempo y largos en memoria, estrafalarios, rompedores, ilusionistas, investigadores, orgásmicos, gimoteantes, escultores de noches de gloria, buscadores de soles luminosos...
La cabina Roja es vuestro lugar, si teneis una gran historia que contar.
Una historia que abrigue el alma del buscador, cure la memoria de la infanta, encuentre los tesoros de las grutas de los ladrones de la ilución, y nos acompañe en nuestra noche larga.
La Cabina Roja os espera, no dejaba de vociferar a la puerta del local.
Se metió dentro - se metió en la cabina roja, Lux- y se rió con la risa más feliz y más franca que salió jamás de garganta humana.
BASAJA
"Entró corriendo, sudando, nerviosa. Cogió un libro al azar, lo abrió al azar, y al azar eligió una frase. Marcó un número al azar, y leyó, despacio, la frase que el azar había seleccionado:
"Con frecuencia (pero esto solamente sucedió los primeros días) cerrábamos algún cajón de las cómodas y nos mirábamos con tristeza."
Luego, colgó y murió en paz."
LUX (2)
«Voy y me pongo y digo: «Huy, qué bien, una cabina VERDE. Qué VERDE es la cabina. Voy a llamar a mi médico desde esta cabina tan VERDE, ¡porque mira que es VERDE!».
Piticlín-piticlín…
—Doctor, soy Luxindex.
—¿Quién?
—Luxindex, el que va a ganar otra vez el concurso D&D.
—Luxind… ¡¡Ah, ya, el daltónico!!».
LUX (3)
«Dentro del interior de la cabina pintada con pintura roja, y antes de salir fuera, el hijo de Julián (que era, en concreto, el nombre de su propio padre; no otro nombre, no otro padre), pensó, pensativo, en pensar un pensamiento que no pronunció en voz alta porque entonces supo que sabía que si seguía continuando con el microrrelato conforme aumentaba disminuía su microrrelatez o microrrelatez».
¡Por fin! ¡aquí estás! ¿pero no nos oías llamándote a gritos? Este niño y los libros... mañana mismo llamo a los de la teléfonica para que se lleven la demonio cabina de la esquina. Claro que seguro que el día que vengan pillan a éste dentro y se lo llevan como a López Vázquez.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarYa empezamos con las manipulaciones y los tongos.
ResponderEliminar1º: falta el final del micro de Molinos.
2º: los autores no pueden convertirse en electores, porque no se pueden votar a sí mismos, con lo cuál Lux quedaría sin su premio. Y es tradición en la casa que en los concursos se haga tongo y gane Lux.
Dado que he concedido el tiempo suficiente para tomar decisiones y nadie ha alegado nada, queda invalidada, por ir contra la tradición, la respuesta de Lux.
ResponderEliminarAsí que soy el primero en decir que la respuesta es Pennan.
Ya soy el Gran Elector. Id haciéndome la pelota, cachorros de la escritura.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarLa vio bajando por la calle, pisando fuerte como de costumbre. Tenía el porte y la actitud más arrogante que había conocido. La temía. Muchas veces lo había puesto en ridículo. No le importaba hacerlo delante de los demás; que si me debes tanto, que si no encuentras trabajo, que si ya sabía que no tenía que alquilarte el piso... Así que no quería toparse con ella. Justo cuando se giraba para marchar en dirección contraria vio que ella le hacía un gesto. Trató de ignorarlo y comenzó a andar al tiempo que oía como le llamaba e iba tras él. Al doblar la esquina aceleró el paso, corrió hasta llegar a la otra esquina. Empujo la puerta plegable y se metió dentro. Se quitó el sombrero e hizo como que hablaba. Ella pasó de largo.
ResponderEliminarMuy bien, Lux. Vas por el buen camino. Gracias por participar, Diva (pero te conviene decir algo bueno de mí; no es que no sea justo e imparcial, pero soy mediterráneo).
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar¡Pero bueno! Si las Divas participan...¿quiénes van a ser los jueces? Porque entre ellas y Lux y Nán que también quieren ser juez y parte, el concurso (como es tradición) está amañado.
ResponderEliminarSobre el plagio: yo había leído no sé dónde (la frase debe ser de algún francés) "No es plagio: es homenaje" Pues eso: a homenajear como locos
Aunque, dadas las circunstancias, habría que darle el premio a la del cumple, que es la niña que se TIENE que llevar el regalo de la fiesta
ResponderEliminarSi está amañado me apunto, vale. Pero aclaradme ¿A quién se le hace la pelota?. Porque veo que hay cola, que si Di por proponer el concurso, que si Diva por ser concursante y co-bloguera, que si Nán por ser juez y parte, que si Lux porque parece que reparte, que si Molinos porque como buena Juana Paloma ella se premia sola...
ResponderEliminarA ver, demasiada gente para repartir jamones.
Venid, venid si teneis una historia que contar.
Trepadores de acera, amantes de esquina, inventores de caricias, desheredados de promesas olvidadas, locos, rancios, borrachos, heridos, tambaleantes, amantes, fugitivos, impostores, bromistas, escaladores de cielos tempranos, solitarios, viajeros, pobres en tiempo y largos en memoria, estrafalarios, rompedores, ilusionistas, investigadores, orgásmicos, gimoteantes, escultores de noches de gloria, buscadores de soles luminosos...
La cabina Roja es vuestro lugar, si teneis una gran historia que contar.
Una historia que abrigue el alma del buscador, cure la memoria de la infanta, encuentre los tesoros de las grutas de los ladrones de la ilución, y nos acompañe en nuestra noche larga.
La Cabina Roja os espera, no dejaba de vociferar a la puerta del local.
Se metió dentro - se metió en la cabina roja, Lux- y se rió con la risa más feliz y más franca que salió jamás de garganta humana.
Se me olvidaba, también parece que hay que pelotear a Marisa porque sabe hacer la pelota como nadie haciéndosela a Di en exclusiva, eso se llama fijar objetivos.
ResponderEliminarDi, tú sí que sabes revolucionar el patio, cómo están todos de revueltos. Yo en calma y quietud contenida como siempre.
Y enhorabuena por la idea, me estoy divirtiendo una barbaridad. Ahora me llamarán pelota.
Muy bien, jodíos, seguid con esta calidad extrema, que lo hacéis solo para dificultar mi labor de juez insobornable.
ResponderEliminarMala gente, sois.
A las 24:00 de hoy finaliza la aportación de originales. Me pasaré la noche despierto, cotejando, y mañana anunciare el/la ganador/a.
¡Qué nervios!
Pues xaquí, claro que peloteas un poquillo. En cambio yo solo digo una gran verdad, que aderezada con el jamón consiguiente que seur se encrgará de entregar con prontitud, será una verdad más suculenta, pero nunca un peloteo. Tenemos que convenir las normas de este concurso dados los diferentes orígenes que tenemos y la diferencia de costumbres locales. En mi barrio un poco de jabón no es peloteo, es sana colaboración.
ResponderEliminarY como nos enseñaron de pequeñas, recordad que lo importante es participar.
A ver a qué le llamas participar, porque yo veo que hay un tráfico de jamones bastante apañado. De esta seur le pide a Di que organice concursos cada dos días.
EliminarYo solo repito lo que dicen las malas lenguas que se hace en premios de rancio abolengo y profundo renombre. Y a eso le llaman participar aunque todo el mundo sepa quien va a ganar (Nan, tú no lo dices, pero el premio seguro que está apañao o amañao) .Si queremos un concurso serio, debemos hacer las cosas seriamente, como las hacen los que saben de esto.
EliminarYo sólo digo que como partícipe tambié quiero participar en la recepción de los jamones.
EliminarOye, oye, oye, que a este paso acabamos con las existencias de cerditos. Como dicen Les Luthiers "Haya paz".
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarNo tengo ni idea comose juega a esto
ResponderEliminarme lo explicais alguien porfa?
no me hagais leer las instrucciones
que seguro que están en inglés traducidas
por un filipino.
Lo que Leo, vas a tener que firmar lo que leo en diagonal...
ResponderEliminarPues se trata de que escribas un relato corto que pueda encajarse en el título de "en la cabina roja". El peloteo al personal es a elección, Nán se ha erigido en juez por adivinar donde está la dichosa cabina de las fotos...por una ocurrencia de Di, Lux se está haciendo un traje para recoger el premio, Marisa se está gastando toda la pasta en jabones y jamones para Di, Molinos se ha autoconcedido el premio, y CS también se lo da por ser el día de su cumple, y en resúmen, el patio está agitado.
El concurso está amañado, y nadie sabe en qué consiste el premio, portupuesto. Y Nán dice que hasta esta noche para mandar relatos, asín que ya sabes.
Bondad graciosa, qué nervios!!!!!!!
ResponderEliminarNo se si ponerme un gintonic y pasar la noche en vela o un güisqui que me deje fuera de juego, marcharme a lolo como las niñas buenas y enterarme mañana del desenlace.
Confío plenamente en el jurado y como incentivo para que el premio sea mío diré que tengo preparado un discurso de agrademientos varios que dura sólo 37 minutos (segundo arriba, segundo abajo).
En cualquier caso, ha sido un placer. Qué risas, oyes.
Por fin, por fin!!! Qué día me habéis dado! La gente me paraba por las calles.. pero cómo esta el blog, si hay bronca!!! Y yo, q no puedo meterme en el curro, comiéndome de ansia.
ResponderEliminarHe subido los relatos que quedaban desde ayer (y el final de MO q se quedó por ahí colgado) y estoy sin palabras... qué chulos, mil gracias.. todos.
Decir q menos mal q NáN me ha quitado la tarea de jurado... hubiera sido imposible. NáN, gracias, y doble gracias por haber puesto en su sitio a LUX q se nos estaba subiendo a la parra.
Es más LUX, te estás columpiando.. hemos tenido un cónclave de divas donde a punto de descalificarte hemos estado (de nuevo) pq el relato no se ajusta al concepto MICRO. Todos estaremos de acuerdo.
Good gracious! :) me voya tomar una tacita de té para aplacar la ansiedad como dice MARISA... Aunque como decía el gran Wilde "la incertidumbre es terrible... que dure"
:) muxus
di
¿he ganado ya?
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarBueno y éste es de traca. Fino, fluido, elevado: magistral. Tiene truco, os lo confieso, he seguido el estilo del maestro Javier Marías (el hijo de Julián). NO ES PLAGIO por tanto, es veneración, escuela, homenaje como decía C.S.
ResponderEliminarAhí va:
«Dentro del interior de la cabina pintada con pintura roja, y antes de salir fuera, el hijo de Julián (que era, en concreto, el nombre de su propio padre; no otro nombre, no otro padre), pensó, pensativo, en pensar un pensamiento que no pronunció en voz alta porque entonces supo que sabía que si seguía continuando con el microrrelato conforme aumentaba disminuía su microrrelatez o microrrelatez».
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarBueno, esta mañana, aquí, no había nadie, y ahora parece el camarote de los Hermanos Marx. Voto por Diva, porque es el mejor y porque ha cumplido.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, gracias, gracias.......
EliminarNo he pillado el giro, Lux. Me voy, que tengo cita con el oculista.
ResponderEliminarA ver, mal, muy mal.
Me parece bien que Moli se premie sola, (besos campeona and happy birthday) (mención aparte tipo Di, la gente que cumple en fechas señaladas o los partos cabreados, como mi mami que nació en nochebuena, ejem), que JLRG extorsione primero y halague después a Diva (buena te tiene, maja). Me parece bien el tráfico de influenciias, me parece regular las entradas y salidas de Nán de la posición de juez y parte (darling, haberte callado lo de la cabinita, que pareces nuevo), todo muy bien.
Pero un concurso no se acaba hasta que la galleta parlante mande la última palabra, digo relato, en poema.
Felicidades a todos los auto y hetero premiados.
Un concurso que organiza Di y el jurado es NaN.
ResponderEliminarPuf, casi mejor me compro un cupón que así contribuyo con una gran labor social.
Además estoy con loqueleo, no se ha entendido nada. Alguna excusa para darle un premio a un rojo en horas bajas, como los Goya, algo así.
Bueno, me hice juez porque GANÉ la pregunta. Cierto que el Lux lo había dicho antes y le copié, pero le descalifiqué y no recurrió. Así que con todo derecho. Este es
ResponderEliminarEL FALLO (GARRAFAL)
1. Teniendo que cuenta que todos los premios literarios, desde el Planeta hacia abajo, están amañados. Bueno, los pequeños no.
2. Apreciando el Jurado que se ha cumplido el objetivo, que todos escribiéramos microrrelatos.
3. Extrañándose el Jurado de la calidad y/o interés de los textos.
4. Teniendo en cuenta que la patrocinadora no regala un objeto bonito, como una taza de cerámica egipcia, sino que encima de ganar te castiga con más trabajo.
5. Apreciando que uno de los concursantes, Lux, denota en sus anécdotas una baja estima por sí mismo, y hay que animarle.
6. Teniendo muy en cuenta que el primer concurso lo ganó, con un tongo espectacular, Luxindex, con lo que se establece la bella tradición de que gane todos los concursos, decidimos que el ganador es:
LUXINDEX.
Puede contestarse el premio ante la parte contratante primera, o sea Di, en 8 días a partir de hoy.
Bueno, Ire, hoy es viernes. Animarla, eso es lo que hice con Diva, porque tiende a la desaparición.
ResponderEliminarUn abrazo
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarComo ya se sabía quién iba a ganar, ¿qué más da participar fuera de plazo?
ResponderEliminar"Entró corriendo, sudando, nerviosa. Cogió un libro al azar, lo abrió al azar, y al azar eligió una frase. Marcó un número al azar, y leyó, despacio, la frase que el azar había seleccionado:
"Con frecuencia (pero esto solamente sucedió los primeros días) cerrábamos algún cajón de las cómodas y nos mirábamos con tristeza."
Luego, colgó y murió en paz."
Tongo, tongo. El juez es un tongo.
ResponderEliminarDi, tal premio le des cual este tongo se merece.
Marisa, ya he recibido el jamón y el merlot, aunque son del día, que no has rascado bien las etiquetas, joía. Gracias, de cualquier manera.
G.V y Galleta parlante, Ire, tía qué carcajada he pegao, gv Y Galleta, os tengo que decir : " ". Y creo que me he quedado corta.
Y diría más, xaquí: este juez es tan tongo que lleva barba para no tener que mirarse al espejo para afeitarse.
ResponderEliminarLo que ha sucedido aquí es inadmisible. Es decir, políticamente correcto.
Me olvidaba, Divs, no olvideis premiar como merece a Nán. Le mandais los discursos completos de Aznar en Dubai o algo así.
ResponderEliminarLo que no he rascado ha sido el bolsillo, qué fallo. Creo que Nan también lo ha notado y por eso el premio ha sido para Lux. Todavía no se por cual de todos sus relatos, micro eso sí todos ellos, más o menos. Si es por el del sr. López, o Pérez debería ser ex- aequo con el guionista, supongo que ya le habréis avisado. Si no ha mandado nada, o lo ha mandado cutrecillo, se queda sin premio, como corresponde.
ResponderEliminarPero esto de ser juez no se hacía por amor al arte? Ah, espera, ahora lo pillo....Aznar,....discursos....arte....Estamous trabajandou en ellouuu...!!!!!
ResponderEliminarMarisa, cuando veas el premio agradecerás haberte quedado, como yo, sin él. Di es una Gobernanta Estricta que te premia con un "Pues ahora me escribes los dos siguientes posts". Desde que es british es una agarrada.
ResponderEliminarTe mando por correo mi dirección para que me lo agradezcas como se acostumbra. Puede ser de día, pero nunca de Carrefour, que desde que cerró los negocios en la pobre Grecia le tengo manía.
Pues eso si que no. Cuando se tiene un blog hay que mantenerlo, igual que cuando se tiene perro no vale que lo saque de paseo un amigo.
ResponderEliminarLo de agradecer no lo pillo. Pero no ha ganado Lux?
Cierto, Lux ganó, pero en este blog, el premio es no ganar.
ResponderEliminarBueno, el premio o revancha todavía no se sabe. A ver Di, di di una vez qué premio es, a ver qué se te ocurre esta vez, que está Lux temblando. Pues que siga un rato.
ResponderEliminarMola el del último valiente fuera de plazo. Molan todos, menos el plagio. Ya he leído para todo el mes, ya he cumplido.
Ñorabuena a todos los no-ganadores, pues.
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EliminarComo bien sabes, en un audiovisual solo cobran derechos de exhibición los guionistas y los compositores. Por eso, sospechosamente, el director suele incluirse en el equipo de guionistas. Pero quitar al verdadero es ya un crimen.
EliminarEn mis años mozos guionicé y grabé tres docudramas para radio nacional. Cuando oí uno de ellos, ví que habían trascamundado todo y que aparecía otro tío como "creador", los mandé a la M de Valencia.
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EliminarEso sí, cobré los tres programas.
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ResponderEliminarMe he perdido entre tantao comentario pero me niego a eso de "Cambian los tiempos o somos nosotros los que hemos cambiado" propuesto por Lux, esto empieza a parecerse a La clave pero sin humo de tabaco y sin alcohol.
ResponderEliminarMe niego. Hablemos de sexo.
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