an

28 septiembre 2012

Para ser feliz: otoño

Como algunos recordaréis el pluriempleo (que no plurisueldo), me aleja de la rutina de mi escritorio en contadas ocasiones y me lleva a veces a destinos remotos, generalmente de montaña, que suelo disfrutar.

Antes de ayer fue un día de esos.

Llovío todo el camino, iba sola en mi coche, oyendo lo que quería oír y cantando como solo canta Diva cuando nadie la escucha. Relax. Ningún pensamiento. Unicamente el deseo de disfrutar. Por la carretera apenas circulaba nadie, me dejaba llevar.

Abrí la ventanilla, los 9º C de temperatura exterior llenaron el coche de aire fresco, limpio, lleno de olores y matices extraídos por la lluvia. Me hacían sentir bien. Paré la música. Podía oír la lluvia y el ruido de mi coche atravesando túneles, dejando el río a mi izquierda y llegando, después del congosto, a las montañas, tan solemnes y majestuosas, que iban recogiendo la primera nevada de la temporada.

Los árboles empezaban a marcar el otoño. Tan apenas asomaba el cuadro que en un par de semanas será una obra maestra de colores: tierra, fuego y sol.

Pocas cosas hay más espectaculares que el otoño en la montaña.











18 comentarios:

  1. Eso es el Turbón!!
    Y el congosto del Ventamillo...y el Pico Gallinero...

    ..y si, nada como conducir en otoño.

    Suertuda!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pasé por tu pueblito y ese puente que tiene a la entrada, que me encanta...

      Eliminar
  2. Estáis tan locas... tengo un catarro del diez, hay q ponerse medias, considerar si la americana solo será suficiente, el paraguas, se hace oscuro pronto... todo a cambio de unas bonitas hojas granates.

    Ya.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Se siente, se siente.... haber elegido Ejpaña.

      A mi la lluvia me gusta. Quizá porque la veo muy poco. Aunque en la Vetusta del Peda llovía bastante y la verdad es que no me importaba.

      Si te sirve de consuelo yo también estoy con tos.

      Eliminar
  3. Nada como la estación que toca según el calendario.

    Y a la montaña, sube, baja y tómate una caña (o más).

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y los sitios donde apenas notan variación en las estaciones? Es eso mejor o peor? Siempre lo mismo?

      Sobre tu haiku o pareado, no sé qué es todavía, no haré comentarios.

      Eliminar
    2. Hay gustos para todo, Diva. Allá cada cuál. Pero no podría vivir en esos "sitios paradisíacos" en los que no hay variación. Cada una de las cuatro estaciones me fortalece anímica y estéticamente. Las disfruto mucho,

      Eliminar
  4. Yo soy de verano, me gusta el mar. También los Pirineos, me chiflan, nadie se esperaba eso y la que menos, yo. Pero en verano, o primavera.
    Di, darling -si fuera cofimorninger debería decir dearest?-, lo tuyo más que el otoño es la vuelta al cole, estas pérfidas no se acuerdan de los poderes mágicos de los virus de los críos de preprimaria.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es verdad!!! Tiempo de setas tiempo de mocos!!!! ja, ja, ja... ya no me acordaba. Pobre Di.

      Eliminar
  5. Ah, ¿donde está ese sitio en el que sólo hay una estación al año?. Mira que yo nací en el Ecuador, el paralelo no el país, y no lo había, no. Indicadme el camino.
    Pero el post superior, cuando consigo sentir los aromas que describes, no tengo nada más que decirlo. M'a encantao. Ire con prisas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así a bote pronto me vienen a la memoria Los Angeles, Cuernavaca en Mexico o Canarias. Pero seguro que hay más.

      Eliminar
    2. El desierto de Atacama.
      Diva que te vas a los trópicos. Canarias tiene los alisios, eso son estaciones. Sin caída de hoja de sauce. Porque si yo soy de G, y no veo que haya temporada de lluvias aquí, que ambas son ciertas, no digo que no haya estaciones. Digo que son distintas. Ire pitando para recoger al nene.

      Eliminar
  6. Para otoño el que estamos gozando en la capital del reino que lleva 24 horas sin parar de llover. Imagino que se están preparando unos buenos níscalos para cuando salga el sol.

    El otoño en la montaña (mi retiro espiritual está en la falta del monte) es una maravilla pero a falta de monte y en el día a día un paseo por el Retiro en estas fechas (aunque llueva) no tiene precio. Ah y esperando al olorcillo de las castañas asadas aunque me parece que cada vez hay menos castañeras.

    ResponderEliminar
  7. Anda que no cruce yo veces el congosto para ver vacas en Chía, en Sesue, en Eresue... Y almorzaba con los ganaderos cuatro o cinco veces en un día ...
    Aquello era vida.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ahora en Chía hay un restaurante que se come de lujo. Si algún día vas ya me lo dirás.... por invitrme y eso.

      Eliminar

Comenten bajo su propio riesgo, sin moderación. Puede ser divertido.