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24 julio 2010

Estresada

El otro día, al hilo de un debate que surgió en el blog del Chico de la Consuelo acerca de las revistas para mujeres tipo Cosmopolitan, Elle, Vogue... recordé un escrito que me mandó alguien y que me hizo gracia en su día. Ignoro la autoría del mismo así que, será justo si alguien lo reclama.

Hablábamos de ese tipo de revistas en el que lo importante es tener (bolsos, collares, cremas, ropa...) para poder estar (fantástica, delgada, peinada, dientes blancos, sin arrugas...) y así llegar a ser (feliz, única, madre perfecta, joven a los 50, alegre, sofisticada, sexy...) y su influencia en la sociedad y en la mente de las adolescentes. Esas revistas en las que lo importante no es lo que eres lo que piensas y cómo te resuelves por la vida, sino crearte necesidades a base de crearte dudas basadas en "modelos" generalmente irreales.

Aunque el divague da para más, mucho más, soy consciente de que hoy es sábado y hay poco expectador virtual, así que sin más dilación cuelgo el texto que comentaba y que refleja todo lo que hay que hacer para estar bien.


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He descubierto por qué estamos todos estresados: es imposible hacer en un día todo lo que hay que hacer en un día.


Todos los días hay que comerse una manzana, y un plátano para el potasio. Todos los días hay que beberse dos litros de agua... Bueno hay gente que bebe más, todos conocemos a gente que dice que bebe cinco litros. Que digo yo que éstos no mearán, romperán aguas.


A esto hay que sumar que todos los días hay que tomar un Actimel, para tener "L Casei Inmunitas", que no sabemos lo que es pero por lo visto si no te comes un millón y medio todos los días, ves a la gente borrosa.

Todos los días hay que tomar una aspirina para prevenir los infartos y dos dedos de vino y un vaso de cerveza. Bueno, si te lo tomas todo junto, aunque te de el infarto, ni te enteras.


Todos los días hay que comer fibra, mucha fibra, cuánta mas, mejor. Hasta que consigas cagar una camiseta. Y también te tienes que comer una naranja, para la vitamina C. Y un donut, si quieres tener un día redondo.


Por supuesto, hay que hacer las tres comidas diarias, sin olvidarte que cada vez hay que masticar cien veces... y después lavarte los dientes. Ya sabes que después de cada comida hay que lavarse los dientes, o sea, después del Actimel, los dientes, después del plátano, los dientes... Así hasta que te los desgastes. No te preocupes, ahora ponen unas fundas estupendas y para desgastar una funda con un cepillo de dientes hacen falta muchos huevos.

Haciendo el cálculo, sólo en comer se te van cinco horitas. Todos lo días hay que dormir ocho horas y trabajar otras ocho, más las cinco que empleamos en comer, veintiuna. Nos quedan tres.

Curiosamente, según las estadísticas, los españoles vemos tres horas diarias la televisión. Pues ya la hemos liado. Porque todos los días hay que caminar, por lo menos media hora. Y hay que cuidar las amistades. (Porque las amistades son como una planta, hay que regarlas a diario). Y todos los días hay que estar bien informado. Así que hay que leer, por lo menos, dos periódicos para contrastar. ¿Ves? Al menos, esto lo llevo a rajatabla: Todas las mañanas me leo el As y el Marca.

¡Ah! Y no olvidemos que hay que practicar sexo todos los días, pero sin caer en la rutina, con lo cual, hay que innovar. Por cierto, te recuerdo que después de cada comida hay que lavarse los dientes. También hay que hacer las camas, y barrer y fregar, y poner la lavadora y no te digo ya si tienes perro, lo mejor es suicidarte.

En fin, a mi me salen 29 horas.

La única posibilidad que se me ocurre es hacer varias cosas a la vez. Por ejemplo, mientras te duchas, puedes abrir la boca y así vas bebiendo agua. Al mismo tiempo que te secas, puedes comerte un donut metiendo el plátano por el agujero. Y cuando salgas del baño, a la vez que caminas, puedes hacer el amor con tu pareja en la postura de la carretilla, métete una escoba por el culo y vas barriendo. Y tu pareja que vaya viendo la televisión y te lo cuenta. Te queda una mano libre:¡llama a tus padres! ¡Y bebe vino, joder! Bebe vino... y cerveza...

Por cierto ¿no te vas a apuntar a una ONG? Desde luego... qué falta de... todo.

4 comentarios:

  1. Muchas veces he pensado en eso. En que si siguieras al pie de la letra lo que hay que hacer, lo que hay que comer: las veces que hay que comer pescado, fruta, verdura, leche..., lo que hay que dormir, lo que hay que andar, leer, jugar con los niños... Al final del único sitio de donde no puedes quitar tiempo es del trabajo. Yo prefiero no quitar tiempo de estar con los míos. Si tengo que comer menos plátanos y tener le colesterol alto o una dieta un poco chapucera, pues... lo haré así.

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  2. Me acabo de enterar q Cosmopolitan nació en su versión actual (sexo, relaciones y sexo) en los 60-70, coinciciendo con el "la segunda ola del feminismo". En la primera ola,de finales del siglo XIX principos del XX, las mujeres luchaban principalmente por derechos como el voto. Ya hice un divague (Londres sufragista) hace un tiempo en el q hablaba de Pankurst, Woolfstonecraf, Woolf. El feminismo de segunda ola, por otro lado, se preocupó por temas como los derechos laborales y de reproducción. También en el contexto de esta segunda ola se filmó por ejemplo "The Stepford wives" (Brian Forbes, 1974) en el que las mujeres son lo q desean los hombres (en el plano sexual, la mujer cosmo).

    Si antes las mujeres debían aparecer desinteresadas por el sexo, ahora, publicaciones como Cosmopolitan hacen que la que no está siempre ávida sea el bicho raro. Ley del Péndulo?

    Para acabar, una frase de Dorothea, uno de esos grandes personajes de la literatura, creado por una mujer q se ponía nombre de hombre(George elliot): "I have little leisure for such literature/ (publications)".

    Me pregunto cuántas lectoras regulares de Cosmo han leído "Middlemarch", "Una habitación propia" o "La mujer rota". Ah, no, que no tienen tiempo.

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  3. Diva, se te olvida una cosa muy importante de las que hay que hacer todos los días, y sin olvidarla que para eso es muy importante.

    K, ... todos los días hay que ... vivir ¡¡¡

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