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10 enero 2011

Folletín decimonónico por entregas-IV. Hipótesis

Sí, la serie termina hoy. Puedo oír los nooooooo a millas de distancia, pero mejor id asumiéndolo. Diva está al llegar y como se dé cuenta de este desaguisado (recuérdese que desprogramó esta serie en mis vacaciones de Septiembre) me plantea el divorcio bloguero. Ahí va el final, escrito un día cualquiera de 2003... y puede ser un spoiler, para los futuros lectores.

¿DÓNDE ESTARÁ LA REGENTA UN AÑO DESPUÉS DEL FINAL DE LA NOVELA?

Esta es la pregunta que ha planteado P. Lo estuve pensando anoche, cuando apagué la luz al terminar el libro y...creo que tendré que hacer varios párrafos, con los distintos finales: con lo que yo querría personalmente que fuera el caso, y con la hipótesis de lo que es más probable que sea, dada su personalidad y su comportamiento anterior.

El final feminista
Evidentemente, a mí me gustaría ver a Ana fuera de Vetusta. Es fundamental, porque es Vetusta y sus habitantes lo que por lo menos ella cree que la ahogan (habría mucho que escribir sobre lo que desde fuera un observador ve que la ahoga), lo que considera vulgar e indigno. Ana nunca se ha integrado en esa sociedad, no es parte de ella, y en mi opinión salir de allí es el primer paso hacia el cambio, aunque no el único. Pero ¿cómo?

Fácil es decirlo, pero Ana sólo ha sido esposa, aunque le gustaba mucho leer. Personalmente me gustaría verla en una ciudad más grande y trabajando en algo, ¿quizás de maestra?, la única opción de la época para las mujeres independientes. Además así sublimaría de alguna manera su frustración por no haber tenido hijos. Sin embargo, al final del libro Ana acepta la pensión de viuda que le arregla Frígilis, en un acto de derrotismo o tal vez pasotismo hacia el futuro. Esta misma actitud la lleva a alejarse de los libros y dedicarse a coser. ¡Qué tristeza! En aquella época las mujeres que leían eran llamadas “literatas” con desdén. ¡Cuánto han cambiado las cosas! ...¿o tal vez no? Hay aún muchos hombres a los que les asustan las mujeres inteligentes.

El final fou imposible
Esta versión es completamente loca, pero dictada por mi irracional relación de amor-odio con el Magistral. Un ser tan pasional como él sólo podría canalizar ese volcán que le hierve dentro de una manera digna por la vía del amor (el poder, la ambición están sólo logrando que se pierda en la venta de su alma al diablo). Final loco, imposible: que tenga el valor de quitarse los hábitos de una vez y huyan de Vetusta. Pero hay dos inconvenientes: uno que Ana es incapaz de verle como un hombre; para ella Fermín es un ser asexuado. Otro -el más determinante en mi opinión- el hecho de que éste es un amor imposible, y el día que se sentara en la misma mesa y en el mismo sofá perdería su sentido. Es un amor por parte de él basado en el poder obsesivo que quiere ejercer sobre ella. En cuanto la tuviera, esa obsesión desaparecería. Su encanto es la no-posesión. Unirlos sería matar la relación.

La última escena en la catedral me plantea muchas dudas. ¿Por qué vuelve ella a confesar? ¿Quiere realmente el perdón de Dios, volver a sentir la religión? ¿O es ella también una adicta de Fermín de Pas (o de esta relación vertiginosa), pero no osa siquiera a reconocérselo a sí misma? Y la reacción de Fermín: se ilusiona al principio, pero a su vez no puede resistirse a querer estrangularla. ¿Qué quiere él? ¿Tiene miedo a ser engañado una vez más, la estrangula por haber puesto de nuevo la duda en él?

El final de libro de texto
“Nada predice el comportamiento como el comportamiento”, dice la máxima. Por ello, el final que veo más probable es que Ana permanezca en Vetusta, arropada por Frigilis, inmersa en su mundo interior.

Ana plantea de nuevo el eterno tema de la dualidad ideas/acciones. Así como es importante para conocer a una persona desentrañar sus sueños, al final son nuestros actos los que nos definen. Ana tiene un interesantísimo mundo de las ideas, anhela trascenderse y trascender Vetusta, se plantea la insatisfacción y el borreguismo. No es una más.

Sin embargo, en cuanto a sus actos, Ana no demuestra iniciativa, siendo un ser eminentemente pasivo. Ella vive a merced de las decisiones de los hombres: Frigilis la casa con Don Víctor, con la mejor intención. Ripamilán, su anterior confesor la “transfiere” al Magistral porque su complejidad le sobrepasa. El Magistral decide dominarla y ella es objeto paciente en su relación con él (para una cosa que decide, la escena de semana santa, buena la arma!). Mesía la elige por su belleza y su dificultad: es un reto, un trofeo. Ana está en el océano dejándose llevar por las olas de estos hombres que deciden por ella. Puede dar una brazada inesperada, pero lo veo improbable. Lo suyo es la resistencia pasiva, no hay que negar que demuestra gran fuerza de voluntad ante la tenacidad de Mesía. Gana pequeñas batallas, lucha pero no obtiene la victoria en esa guerra.

Sin embargo, hay que reconocer que la novela no peca de determinista. La salida de Don Víctor, tan alejada de lo que él pensaba que haría en estas circunstancias demuestra que no todo está escrito en nuestro libro de la vida, que podemos alterar nuestro destino. Ojalá la Regenta, con la que es tan fácil empatizar debido a su pasado atroz y presente de marejada sin amor, pudiera seguir haciéndonos sentir cercanos a ella por sus decisiones valientes del futuro.

**FIN**

09 enero 2011

Folletín decimonónico por entregas-III: Análisis psiquiátrico

Así como los dos divagues previos de esta serie pueden ser peligrosos para el que no ha leído la novela y aspire a hacerlo pronto, éste creo que no causará problemas, pues desde el principio se sabe que Ana Ozores es un personaje descontento, desorientado, como sus paralelas europeas, una hija de su época, tocada por la enfermedad mental.
 
Influencias de la psiquiatría de la época en Clarín
Clarín fue un hombre culto de su tiempo. ¿Cuánto fue influido por las ideas que empezaban a filtrarse desde Europa entonces sobre el sicoanálisis? En 1885 (un año después de la publicación de La Regenta) Freud marchaba a París a trabajar con Charcot, quien usaba hipnotismo para tratar la histeria. Freud publica con Breuer “Estudios de la histeria” en 1895.

Ana lee a Henry Maudsley, el famosisímo psiquiatra inglés que da nombre a uno de los hospitales más prestigiosos del mundo. Su aproximación es organicista, muy biológica, como la de la psiquiatría seria de hoy en día, más de cien años más tarde. Cuando ella adopta esta manera de ver sus problemas (y no la supersticiosa ayuda que le ofrece el Magistral) mejora considerablemente. Clarín estaba bastante bien informado de las tendencias psiquiátricas del fin de siglo y crea, como Tolstoi y Flaubert, una mujer azotada por la enfermedad mental.

De cómo la psiquiatría llamaría hoy al mal de Ana Ozores
Hoy en día clasificaríamos los trastornos de Ana como un desorden disociativo o de conversión (esto alude a la transformación en síntomas de afecciones psicológicas en origen), lo que Freud describe como “histeria” (la historia de la histeria- qué bien suena- es curiosa; su nombre viene del latín hister= útero, porque se creía que era una afección puramente femenina que se originaba en el útero).

Hay distintos tipos de desordenes disociativos, pero tienen en común una parcial o completa pérdida de la integración entre las memorias del pasado, la conciencia de la identidad y de las sensaciones inmediatas, y el control de los movimientos corporales. Se presume que son psicológicos en origen, y se asocian con eventos traumáticos, problemas insolubles o intolerables, o relaciones problemáticas. El comienzo y final de los trastornos de conversión son repentinos, y tienden a remitir tras semanas o meses. Pacientes con estos desórdenes suelen mostrar negación de los problemas. Uno de los tipos de estos desórdenes son los de “trance y posesión” (F44.3) en los que se pierde temporalmente la identidad personal y la conciencia completa de los alrededores. En algunas ocasiones se actúa como si tomado por otra personalidad, espíritu, deidad o fuerza. Sólo los trances no queridos e involuntarios se incluyen aquí.

**Mañana termina la serie con mis hipótesis-respuesta a la pregunta: ?Dónde estará "La Regenta" un año después del final de la novela? **

08 enero 2011

Folletín decimonónico por entregas-II: Magistral o Mesía

LAS OTRAS DOS ARISTAS DEL PENTÁGONO. El Magistral o Mesía: ¿difícil elección?

Ambos polos aparecen objetivamente como deleznables por distintas razones. El Magistral, Fermín de Pas, es malvado; Alvaro Mesía simplemente un cantamañanas despreciable. Me pregunto cuál es la posición de la gente cuando lee la novela, de lado de quién están, si es que se posicionan. ¿O tal vez se pueda ser imparcial, y leer desde fuera, sufriendo con Ana, pero deseando firmemente que no caiga en manos de ninguno de los dos bandidos?

Mi posición, totalmente irracional por otro lado (tal vez por eso más interesante?) es clara. Desprecio profundamente a Mesía, por su manera de entender la vida, por su habilidad para ser “listo” pero no inteligente, porque lo que le corre por las venas es linfa. Sin embargo, siento una especie de fascinación por el Magistral (quién me pensó anticlerical?). Tratando de recomponer el puzzle, creo que lo que hace de Fermín un personaje atrayente es su pasión, en todos los sentidos. Este sí que tiene sangre que le hierve en las venas. Su personalidad, atronadora, altanera, “roba la escena” a cualquiera que se ponga a su lado. Su descripción física es absolutamente abrumadora: puedo imaginarlo con su capa, su manteo, su sombrero de teja, y ese ruido de la tela dura, almidonada a cada paso que da decidido por las calles mojadas de la ciudad heroica, la primera Vetusta. Para colmo, de las pocas cosas que recordaba de una serie de televisión de hace años, era la interpretación de Fermín de Pas que hace Carmelo Gómez, que físicamente parece haber nacido para el papel (como su madre, la implacable Doña Paula, representada por Amparo Rivelles).

Mesía es apuesto, es el galán, pero ya desde el principio del libro De Pas demuestra ser físicamente más potente. Al final del libro, Clarín introduce además las “economías amatorias” de Mesía que lo hacen parecer aún más triste, todavía más patético en su galanteo barato. Fermín, sin embargo, tiene sólo 35 años y su problema son… !las faldas! Me ha encantado la metáfora continua de las ropas de De Pas a lo largo de la novela. De cómo al principio son causa de orgullo y se llevan con gracia y bamboleo de faldones, pero cómo al final, cuando por fín se admite la verdad, cuando tiene el valor de poner nombre a lo que siente por Ana (amor!!!!), esas ropas son motivo de escarnio, es lo que le separa de ser un hombre y poder así demostrárselo a Ana, que lo ve como un ente espiritual, sin las esclavitudes del cuerpo.

El Magistral acaba amando a Ana de esa manera novelesca que nos encanta leer. Esa manera que es la propia de los amores inconclusos, lentamente incubados, nunca consumados y por ello eternamente idealizados. Basta leer sus arrebatos de pasión, que son las partes del libros que más he disfrutado, incluso al final cuando enloquecido piensa en matar a la Regenta:
 


“Idiotas, ¿por qué mato? Porque me han robado a mi mujer, porque me ha engañado mi mujer, porque yo había respetado el cuerpo de esa infame para conservar su alma y ella (…) me roba el alma porque no le he tomado también el cuerpo (…) olvidé que su carne divina era carne humana (…) la creí cuerpo santo y su podredumbre me está envenenando el alma… Mato porque me engañó, porque sus ojos se clavaban en los míos (…) mato porque debo, mato porque puedo, porque soy fuerte, porque soy hombre… porque soy fiera”.
Buah! La pasión que transmite este fragmento es difícil encontrarla en toda la novela, ni siquiera en los arrebatos místicos de Ana, y es prácticamente poesía. Salvaje y desgarrada, como la poesía debe serlo. Y sí, es cierto que su amor no es puro, cierto que es casi obsesión, insania, que se basa en la carencia, en la no posesión…!pero qué párrafo! Esto es literatura.

Y, por último, pasión en su maldad. No sé porqué incluso se le respeta más en su postura atroz al final, manipulando a Don Víctor (y así llevándole a la muerte), que a Mesía, que primero mata como un cobarde, y luego huye igual. Mesía es un malo venido a menos, un aprendiz: solo se ama a sí mismo, y Ana es un mero trofeo más en su chimenea. Es débil, pura fachada. Encuentro muy difícil empatizar con él. Cada vez que hace un avance en su carrera hacia la Regenta pienso en mi interior “tonta!!! No te dejes engañar”.


Pero en el fondo, el pobre sólo quiere su cuerpo. El Magistral quiere su alma, y eso es lo verdaderamente terrorífico. Sin embargo, tanto de Fermín como de Ana (de hecho, los dos únicos personajes) sabemos de su niñez, de su pasado, de las experiencias que los han llevado ahí. Son casi historias clínicas, y por eso los acabamos entendiendo y en ciertas partes nos acabamos identificando. Sin embargo, el resto de los personajes-presentados por Clarín como tabulas rasas-sin pasado, invitan muy poco a esa comprensión, y son analizados -diseccionados, diría yo- de una manera implacable, como cuando leemos un periódico.


***No se vayan todavía aún hay mas****

07 enero 2011

Folletín decimonónico por entregas- I: La Regenta, el marido

¿DÓNDE ESTARÁ LA REGENTA UN AÑO DESPUÉS DEL FINAL DE LA NOVELA?

Hay gente aún por ahí que no ha leído "La Regenta", pero seguro que todos saben vagamente de qué va: más que triángulo, un pentágono amoroso, perfectamente enmarcado en un ambiente opresor: la verdadera Vetusta, inspiradora de mis Vetustillas.

Por mi interés en los personajes femeninos de la literatura descritos en profundidad (eso sí, tristemente vistos desde la perspectiva de un hombre la mayor parte de las veces), primero leí “Madame Bovary”. Emma me resulto antipática, y nada cercana. Luego pasé a "Ana Karenina", con dudas formales (ya se sabe, la traducción) pero a grandes trazos me gustó, ya que creo que Tolstoi plasma bastante bien lo que era la mente de esa mujer partida en tantos trozos. La enfermedad mental aparece, igual que en Emma Bovary.

Pero nada que ver con la Regenta. La idea de leerla surgió supongo tras haber terminado a la otra Ana, la Karenina. Es curioso que las dos se llamen igual, y que la malvada protagonista de otra novela de Clarín (“Su único hijo”) se llame Emma como la de Flaubert. Total que me adentro por primera vez la novela con 32 años, lo cual según se mire no está tan mal. Ana tiene 28 al comienzo del libro, y debe andar por los 31 al final. En un párrafo se describe un cuadro en el que “una mujer hermosa, de unos treinta años, aspiraba con frenesí y oprimía contra su rostro una flor…la última…”. Supongo que entonces ya sabía lo que es tener 30 y, con todas las salvedades, temer que queden pocas flores que oprimir. La Regenta anhela y sueña con otro mundo fuera de la Vetusta pacata e hipócrita. Para autoconvencerse de que pecar es lícito, usa ese mecanismo conocido: “que más da, se vive sólo una vez”. Ya lo decía Garcilaso, “coged de vuestra alegre primavera/ el dulce fruto antes que’l tiempo airado/ cubra de nieve la hermosa cumbre”.

En este folletín por entregas, refrito de lo que escribí tras leer una de las novelas para mí más grandes de la literatura española, quiero contar algo de los personajes: como los vió Di cuando Di aún no existía. Y cortar y pegar lo que el embrión de Di escribió sobre lo que diría la psiquiatría hoy en día del mal de Ana Ozores. Y quiero, con los osados divagantes que lleguen hasta el final, hipotetizar donde estaría Ana una año después de terminar la novela.

Hoy, para empezar, dos de los personajes:

Don Víctor , ¡ay mísero de mí, ay infelice!
Don Víctor (el marido de Ana) es otro personaje con el que Clarín no tiene ninguna piedad. Es un hombre sin personalidad que opina lo mismo que el último periódico que ha leído. No sé hasta qué punto se le puede acusar de convivir con su impotencia sexual de la manera que lo hace (llevándose por delante la juventud y la vida toda de la pobre Regenta) porque en aquella época esos temas eran más tabú aún que ahora. Es un personaje que me inspira compasión. Pero nada más.

La Regenta, o la histérica venida a beata
Ana, la gran protagonista, esa mujer vacía que busca y no encuentra. Creo que la descripción de la Regenta es, valga la redundancia (pues luego hablaré de él), magistral. Recuerdo como la descripción de la Karenina no llegó a los estándares que esperaba y lo eché en falta. Clarín empieza por describir con detalle su infancia y su familia: una madre de dudoso pasado para calentar los rumores de Vetusta (aunque fue virtuosa, eso sí), un padre distinto, librepensador. La madre muere, con lo que predispone a Ana a la enfermedad mental en general, la depresión en particular. La infancia dura con sus tías y con la institutriz, sin amor ni afecto. Caldo de cultivo para la Regenta adulta.

***Continuará... es que es un folletín por entregas! ***

06 enero 2011

Metablogueando en sociedad: los blogueros de sanfermín.

Así que en el contexto de una sociedad gastronómica en el corazon de Vetusta Sub Y tuve la suerte de poder divagar sobre el arte de bloguear y la pasión por nuestros respectivos blogs con dos de los comensales. Uno, Sanferman, que nos sigue y asegura disfruta. Un poeta de coplillas descriptoras de torneos/maratones de la baraja, del que aún espero unos pareados para las Di-vas (el Peda tiene sus versos desde aquello años, Diva, no te parece atroz que nosotras no?). Otro, Estafetakoa, que nos sigue "los días previos a vernos, para quedar bien". Hay que entender que es un autor de renombre.

Es una sensación extraña cuando alguien a quien no conoces demasiado (ambos, al cabo, fueron primero amigos del Peda, él los vió primero) te cuenta que ha leído tu blog. Es una experiencia curiosa, porque como dijo Sanferman "te conozco mucho mejor ahora que antes". Muy a otra escala, es como se deben sentir los escritores famosos, que hay mucha gente que los conoce, ha buceado en algo tan personal como es su escritura, y ellos permanecen ajenos a las pasiones que levantan, desoyendo el hecho de que existimos, y que les debemos más que a mucha gente que conocemos cara a cara. Quién soy? Ni idea, pero que gran parte de mí son los libros que he leído y las pelis que he visto es lo que tengo medianamente claro.

También hablamos del personaje que se crea el bloguero: claro que eres tú, en el fondo de lo que dices, aunque formalmente yo ya he dicho que tal vez mi foto salga un poco movida. Quizás Di es algo más caradura, insolente, provocadora y listilla que la que cenaba en la sociedad (aunque esto lo tendrán que decir ellos! :) sé que el Peda piensa que soy peorrr). Hay gente que sostiene que en internet todo es mentira, la gente proyecta la imagen de lo que querría ser, pero acaso no es interesante lo que cada uno sueña ser? (sigo prefieriendo lo que hacen, praxis praxis, pero bueno, un guiño a los divagantes psicoanalistas).

Tocamos la pedantería (mal llamado gafapastismo por El Chico de La Consuelo): tiene sentido eso en un blog? Yo lo que quiero es que si divago sobre un libro, por ej, y alguien ha leído algo más de ese autor me lo diga, y si alguien sabe más cosas de la peli que comento que lo escriba, y que si alguien conoce otra poesía que toque las mismas teclas que la que he puesto, que me la enlace. Y si alguien piensa distinto, que me pinche y me haga pensar. Y si alguien piensa igual, que me de un masaje con sus razones... a nadie le amarga un dulce. Este es uno de los sentidos de los blogs: compartir, ampliar horizonte, aprender, re-pensar nuestras Verdades.

Mi otro héroe, Estafetakoa, como digo es ya un afamado escritor, con un palmarés de premios: sólo con ver su foto del perfil de Facebook uno lo sabe: la mejilla cuidadosamente apoyada en el índice, la mirada con chispa retando a la cámara, la pared forrada de libros (o es grafitti?). Le digo que le voy a entrevistar para nuestro blog y se ríe: me habla de su afición a Ken Follett, su addicción a la Play, y su orgullo de nunca haber aprendido a escribir con ningún maestro, sino con las teclas. La inmigración, su tema recurrente: pero ¿quién no tiene temas enquistados? Y le dicen que escribe como si fuera mujer, que sorprende que sea un tío... y divagamos sobre ese mito cabreante "la literarura de mujeres". Cabreante porque hay gente que escribe bien y mal. Y hay gente que nos gusta cómo escribe o no. Y que si la máxima es que uno siempre escribe desde su biografía es verdad, la escritura va estar influenciada por si el autor si se ha criado en Nueva Zelanda, o fue educado en una comunidad judía en Nueva York, o es de clase alta, o es oriental, o es mujer. Y hay mujeres que escriben bien o mal, como los hombres.
Los dos me cuentan cosas de su blog, el blog San Fermín, creado por un grupo de amigos de esos que se reúnen principalmente para (no ver) los toros en Sanfermines. Todos los días del año escriben algo sobre las fiestas de esta gloriosa ciudad, sea el día que sea. ¿El día de Navidad? Seguro que hay algo que recuerda a la fiestuki (el empacho?) ¿Las Olimpiadas? Es que corrimos los 100 metros vallas de madrugada con los bidones. ¿Que alguien despliega ironía británica? Véase la entrada "Sexo en sanfermines"... en blanco.

Al final de la noche, el coplas me propone que divague un día sobre Su Gran Tema... "tú escribe, que yo te lo fusilo". Y risitas. Yo, porque nos enlacen en semejante blog de multitudes, acepto ser fusilada. Así que watch this space, cualquier día de Enero divago con mi uniforme blanco y rojo.

El mismo uniforme que lucía un día (más bien noche) de Julio en esa gloriosa ciudad donde el HarryPeda encontró a DiSally. Así que gracias a los sanfermines, divagantes, al final existe el divlog. Alégrense, pues, y visiten a mis salvadores de la noche. Igual les invitan algún día a su sociedad...

05 enero 2011

Hay que salir más

Ha sido todo un parto el prepararme para este viaje. Primero porque es un viaje de trabajo, segundo porque tengo que desempolvar mi oxidado inglés, tercero porque hace mucho que no viajaba y cuarto porque viajo sola. Para más inri la semana previa anduve con todos los virus anidados en mi cuerpo: que si anginas, otitis... Como consecuencia de lo anterior llevo como dos moscas posadas en mi labio superior. Sí, sí un par de herpes, así que estoy hecha un cromo. Para una vez que salgo...

Me he estresado demasiado. Ese ha sido el problema. Organizarlo todo (viaje, conexiones, presentaciones, documentación...) dejar todo organizado a Consuerte y Pollitos (Reyes Magos, ropas, cole...), Navidades, mi cumple, despedirme de todo como si no fuera a volver, tener miedo de que así sea, pensar como sería mi vida sin mi...

A lo mejor soy una exagerada, pero no puedo dejar de pensar lo que pienso.

La llegada a Barcelona ha sido lo más impresionante. Estoy acostumbrada a visitar la ciudad condal, pero no había visto la terminal T1, ¡¡qué pasada!!. Me he sentido Paco Martínez Soria.

Me contaron una vez que la abuela de un distinguido político vivía en una pueblo de la montaña. Una vez la llevaron de su pueblo a la capital de provincia. Unos 130 km. La señora que no había salido nunca de su redolada, no dejaba de exclamar:

- ¡Qué gran é lo mon! ¡Qué gran é lo mon! (que grande es el mundo).

Hoy me siento como esa abuela. Y es que hay que salir más.

04 enero 2011

Metablogueando en Sociedad: ¿Pero quién va a pagar todo esto?

Por aclamación popular, me he sentido obligada a divagar sobre la cena de la semana pasada con el grupo de compañeros de la facultad del Peda (y de Diva, claro) en una sociedad gastronómica cualquiera de Vetusta sub Y. Mi reticencia inicial al divague, ya lo apunté, venía del hecho de que parte de las conversaciones que allí se mantuvieron eran papúo, euskera o girish para mí. Pero como si no saber de lo que hablo fuera óbice para divagar. Ja!

Antes de introducir a mis dos héroes, con los que metablogueé en la sociedad, aclaremos unos conceptos necesarios para el no-inicado.

"La cuadrilla" ¿De qué hablamos cuando nos referimos a "la cuadrilla"? Fuera del ruedo, esta palabra y el concepto no existen de una manera tan arraigada en mi Vetusta. La "cuadrill
a" en el norte describe a un grupo de amigos que son uña y carne desde la guardería, cole o universidad. La cuadrilla (hablo de la masculina porque la femenina no la conozco) es una segunda familia, tiene sus fechas señaladas, ritos de paso, reglas de inclusión y mantenimiento... en fin, un grupo cerrado sólo para iniciados. Tal vez en calidad esto sea lo mismo que un grupo de amigos en Tombuctú, pero en cantidad... esto es más intenso.

Como buen vasco, el Peda tenía su cuadrilla del cole, y luego llegó la de la uni (los de la cena, en imagen a la derecha). A una persona fuera del área a la que nos referimos le parecería tal vez plausible que la cuadrilla del cole sea unisex, pero ya, llegados a la universidad, parece lógico que haya compañeras de clase que se añadan al grupo. Pues no. En la uni, el Peda tenía una cuadrilla como lo son por estas latitudes: todo tíos, con los que jugaba al mus, salía de katxis y hablaba de Vetusasuna (y la Real, por supuesto).

Siete de los ocho especímenes de la cuadrilla aparecieron a cenar la otra noche (mención aquí para el que faltó, conocido en el divlog como Gregorypeck tras sus veleidades con las postales del papa). Sólo dos de estos homo cuadrillatis aportaron a su pareja en esta ocasión (uno de ellos, el Peda, claro), y esto es fundamental para entender el siguiente punto.

La jergaDicen que la jerga de los que trabajan en el mismo gremio sirve para distanciar al profesional del hombre corriente, para establecer límites, para justificar honorarios por servicios. En el caso de la medicina, por ejemplo, acorta la comunicación entre ellos, pero paupérrimo galeno el que le explique a un paciente lo que he hace sufrir en críptico. Lo mismo un abogado, un farmaceútico, y suma y sigue.

En la cena del otro día hubo tecnicismos de la rama pedalística, pero además amplios comentarios de quién-está-dónde profesionalmente (que no sería justo calificar como "típicos de una Vetusta pequeña", porque es lo mismo en una Londinium), o las declaraciones del conocido-por-todos-Fulanito (por todos menos por la otra fémina y Di, evidentemente) en "La calabaza gigante" (conocido rotativo local, de máxima tirada, cuya sección comarca da nombre a mi sobrenombre). O, por supuesto, las glorias de Vetustasuna, los puntos, los rivales, Mourinho, Guardiola. Qué les voy a contar: todo esto bajo los arcos de piedra, precioso techo abovedado de una sociedad.

La Sociedad GastronómicaTodo el mundo ha visto reportajes de lo que son las sociedades gastronómicas vascas. Hay un número limitado de miembros que pueden organizar allí comidas o cenas invitando a sus amigos. Es todo como en la tele (bueno, en ésta no vi txapelas), incluyendo una cocina enorme, tipo profesional, donde no pueden entrar las mujeres. A mí esto ya me parece bien (en mi caso es un tema de "Health & Safety"), así que la otra incauta y yo quedamos libres de preparar ensaladas, freír txistorras y morcillas, y terminar con el clásico a la plancha: la chuleta. El postre en la sociedad suele ser nueces con queso y membrillo, aunque el otro día nos centramos en el sorbete de champán.
También hay una barra con multitud de espirituosos, que se va anotando en un papel (alguien debe demostrar que puede realizar las cuatro operaciones básicas en estado de cuasicoma etílico para hacer cuentas al final). El peda recuerda una bonita anécdota de la primera vez que me llevó a una sociedad. Cuando estábamos todos en el estado conocido en slang como "paralytic", abrazo al Peda y le pregunto: "¿Pero quién va a pagar todo esto?". Mentalidad de estudiante sin recursos. Muy útil recordar que no tienes pasta una vez tranca. Las carcajadas del Peda (¿alguna vez he hablado de ellas?) atronaron las paredes del lugar. Una de las bellezas de las sociedades es que el alcohol es a precio de súper.
Tres conceptos, tres: la cuadrilla, su jerga y la Soziedad Alkohólika, digo Gastronómica. Tres conceptos que nos preparan para hablar del metablogueo con mis dos knights in the shining armour, los dos blogueros con los que divagamos de lo que más nos gusta a todo perpretador de blog.

***Mañana más***

03 enero 2011

Felicidades Diva!!!!


El año pasado te felicitamos con mariachis. Éste he conseguido una sorpresa: a ver si adiv-inas quien interpreta.



Pasa un cumpleaños muy feliz. Te echamos de menos en la blogosfera.

Besos todos,

Mini, Peda y Di

PRIMICIA MUNDIAL PARA EL CUMPLE DE DIVA!!!!! CLIQUEN AQUÍ

02 enero 2011

Basura psicoanalítica para la sobremesa

Lo que pienso del psicoanálisis ya lo dejé explicado aquí. Que como terapia dicen que funciona con los ricos de Manhattan, mejor cuanto más cara la factura. Que puede ser un divertimento con la misma base científica que el tarot. Que puede dar bien en la literatura, en plan metáforas. Que da algo de juego en las sobremesas, if you are that way inclined, que dicen los ingleses.

En mi pasado oscuro conocí a una terapeuta junguiana (seguidora de Carl Jung), por todos mis pecados de vidas anteriores, seguro. Tenía una pedrada considerable y, para ser inglesa, sentido del humor negativo. Se levantaba a las 4 am y se iba a dormir a las 7 de la tarde. Con ella aprendí con dolor -Jung con sangre entra- que el famoso psiconalista hablaba de los arquetipos universales (algo así como el subconsciente colectivo). Pero ya rehabilitada, tras años intentando olvidarle, va y se me aparece así, a traición, mientras leo tranquilamente una novela de Chuck Palahniuk (Diary, 2003). Resulta que un personaje le hace a otro cuatro preguntas.

Nota: animamos al divagante, al divagángster y al que pasa por aquí de refilón a hacerse con papel y boli para hacer el juego a la vez que leen, pues por algo decía Aristóteles (lo único sensato de este divague):

"Dímelo y lo olvidaré
Muéstramelo y lo recordaré
Involúcarme y lo entenderé"
No vale con que yo os cuente mis conclusiones. Es mejor vivir las vuestras.

Las preguntas son:
1. Dime un color. Di tres palabras que describan ese color.
2. Ahora un animal. Y tres palabras que describan al animal.
3. Nombra una masa de agua. Ahora tres adjetivos que la describan.
4. Y piénsate en una habitación blanca, sin puertas ni ventanas. Tres palabras de cómo esa habitación te hace sentir.


Según Palahniuk (no voy a perder tiempo buscando si esto lo dijo Jung, pero para lo que nos interesa ya vale) cada pregunta es una manera consciente de acceder el inconsciente. Cada uno de ellos es un arquetipo, y cada imagen representa algún aspecto de la persona. El color, el animal, la masa de agua y la habitación. Oh dear.


Como juego en las interminables sobremesas navideñas, puede ser un tedio añadido, pero los intensos y espirituales, los New Age y esotéricos, incluso la Fashion, desorientada en plena crisis de los 30, lo disfrutarán. En plan cínico y Maléfico les paso el test a unas cuantas víctimas cercanas (yo incluída) para que experimenten su validez en sus huesos. Aquí va una muestra de las respuestas (tenéis las vuestras? el resultado al final, una pena que no lo sé poner boca abajo como en los periódicos...)

El Color
El Peda: Verde (Insólito, Común, Espectacular)

El Joven Artista Local: Marrón (Madera, Otoño, Peluca)
La Fashion: Naranja (Fuerza, Viveza, Alegría)
Di: Rojo (Pasión, Brillante, Lucha)

El animal
El Peda: La Jirafa (Alta, Esbelta, Inteligente)
El Joven Artista Local: El zorro (Astuto, Cuento, Gallina)
La Fashion: El Perro (Nobleza, Amistad, Compromiso)
Di: La Ballena (Preciosa, Libre, Ahab)

La masa de agua
El Peda: El Cantábrico (Bravo, Salvaje, Contundente)
El Joven Artista Local: El Mar Rojo (Cristalino, Calmado, Atractivo)
La Fashion: El Acuario de Barcelona (Intrigante, Precioso, Impresionante)
Di: El Lago Titicaca (Mágico, Azul, Perfecto)

La habitación blanca sin ventanas
El Peda: Relajado, Expectante, Tranquilo
El Joven Artista Local: Solo, Encerrado, Frío
La Fashion: Claustrofobia, Irrealidad, Ansiedad
Di: Claustróbica, Aséptica, Limpia

Y ahora...
  • El color representa cómo nos vemos a nosotros mismos.
  • El animal cómo percibimos a la gente.
  • La masa de agua representa nuestra vida sexual (no me digas?).
  • Y la habitación representa la muerte.

...NO COMMENTS. Si alguien lo ha hecho y quiere compartir su más profundo yo abierto en canal, siéntanse libres. No cobramos.

01 enero 2011

Auditoría del divlog

En estos momentos de cambio ritual en el que la gente valora el año que se ha ido (no me he atrevido a ponerlo en negro sobre blanco, bueno, en nuestro caso en blanco sobre negro, ji) y hace propósitos para el que entra (tengo los del Peda, yo no pude proponerme ni uno) se me courre hacer una auditoría entre los divagantes sobre lo que escriben las Di-vas.

Se ha escrito hasta la saciedad en éste y en los blogs amigos para qué se escribe un blog (para qué se escribe punto hay una amplia literatura ahí afuera, la primera y admirada que me viene a la cabeza es un artículo de Orwell "Why I write").


Egolatría, ansia de compartir, terapia personal, placer de la escritura... El dilema escribir para nosotros o escribir para que nos lean es recurrente. Yo sostengo que escribo para mí y los que me quieren, pero que me gusta evidentemente que me lean y comenten (y las conversaciones posteriores acaban siendo más interesantes que el propio divague inicial). Y sueño con la utopía, lograda por algunos, que esos que te leen te acaben queriendo, a su manera, como he querido yo a mis escritores tótem, como se puede querer a alguien a quien nunca has visto y que proyecta ciertos aspectos de él o ella de una manera tal vez más atrevida, insolente, opinionated (que dicen los ingleses) que en la vida "real".

Lo que está claro es que tod@s acabamos escribiendo siempre sobre nuestro mismo gran Tema. El Asunto recurrente. Nuestra Preocupación tópica. La Idea recidivante, disfrazada de mil anécdotas, razonamientos, libros, cine, tesis... Podría con un par de adjetivos definir el Gran Tema de cada uno de los blogs amigos, pero tranquis, que no va de esto. Hoy va de intentar entender cual de nuestras etiquetas interesan, gustan, llaman al divagante. De cuales querrían más, y cuales son insufribles.

Desengañémonos, vamos a seguir escribiendo todos sobre lo mismo, nuestro Gran Tema. No se puede hacer otra cosa. Pero a modo de divague de primero de año... cuáles sí, cuáles no, de cuáles no tenéis nunca suficiente, cuáles os hacen odiarnos? (esto siempre mejor que la indiferencia, para mí).
  • El pasado oscuro (partes del pasado de las Di-vas, historias enloquecidas, de cuando Diva llevaba tupé y Di era el terror de las ondas vetustianas)
  • Feminismo, nosotras parimos, nosotras decidimos.
  • Política, las Divas enganchadas
  • Polluelos (Rey, Nina y Mini)
  • Crónicas de libros (sucintas)
  • Crónicas de pelis
  • Música (singui ntumi)
  • Contrastes ruralurbanitas (el PP y Londinium)
  • Jotas de picadillo entre las Di-vas
  • Diva y los negosis
  • Poesía
  • Viajes, aeropuertos, trenes...
  • Concursos

Y de este no hace falta feedback porque ya sé que os encanta:

  • REFRITOS

También estamos abiertas a sugerencias, flores, bombones, y besos, y muxus y hugs a través de la banda ancha.

Todas las gracias por estar ahí (es metafórico, no me refiero a precisamente hoy)

EOOOOOOOOOOO

HAY ALGUIEN AHÍ????????????

EOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO

(Y hay alguien más?)