an

18 julio 2025

La lío (parda) con la sombrilla, la conexión Cervantes-Ulcinj y lo de los balcánicos con los idiomas [Balk7]

Viernes, 18.07.25: Ulcinj
A las 7 am, el Peda y la que firma entramos sigilosamente al baño y cerramos la puerta: él se prepara para correr y yo, para bajarme a leer a la piscina. Todo porque Mini duerme profundamente en una esquina del así-llamado-apartamento, que resultó ser una habitación con una cocinita en un lado. Me estoy lavando los dientes cuando, de repente, se va el agua. Tengo que terminar con agua del frigorífico: no lo recomiendo. 

Una vez abajo, el Peda me ayuda a orientar la sombrilla: ya se sabe que apretando un botoncito puedes inclinar el parasol. Incluyo foto porque es importante que se entienda, y porque esta es una historia que mejor con imágenes. 


El Peda se va y yo me tiro a la hamaca, dispuesta a disfrutar una hora de lectura, alternando con chapuzones: la vida. Pero enseguida, oh, parece que se levanta un poco de viento. Vuelvo a mi libro y, oh la brisa esta azota a la sombrilla, pero tranqui, mira qué base de cemento armado tiene. Paso página y de repente, una ráfaga de una intensidad inusitada y totalmente inesperada. Estruendo y oh, la sombrilla se ha caído a la piscina. Tal que así:


Entro en pequeño pánico: se mire desde donde se mire, esto es un problema, también desde este ángulo. 

Me pongo manos a la obra. Intento estirar desde fuera: nada. Me meto al agua a empujar: menos. Entro a llamar al dueño?  Otra vez adentrarme por ese pasillo de niños llorando y olor de cocido montenegrino? Es muy pronto: esta gente joven querrá descansar. Decido esperar a que venga el Peda: entre los dos seguro que podemos. Me voy a la otra esquina de la piscina y me refugio del sol con la tapia. El problema permanece:



Sigo leyendo, pensando que con el Peda lo solucinaremos. Todos duermen, no hay problema. Sin embargo, enseguida se abre una puerta y sale el dueño, fuera de sí. La siguiente interacción tiene lugar (él destrozando el mito del montenegrino relajado, gritando todo el rato):
- Qué has hecho? Por qué has metido la sombrilla en la piscina?!!!
- Lo siento, ha sido un accidente!
- La has roto!!!!
- Es que ha venido mucho viento de repente...
- Y no me has dicho nada!!!
- Es que estaba esperando a mi compa para sacarla.
- Hacía mucho viento, no tenías que haberla abiertoooo. 
- Lo siento
- La has roto! Vale 150 euros!!. 
- Creo que no la he roto.
- Vale 150 euros!!!! La has roto!!!
- Lo siento, no podía estar aquí sin protección, hace mucho sol
- Ese no es mi problema!

 Ahí es cuando me toca las narices: ese no es tu problema? O sea, alquilas "apartamentos" y le dices a un inquilino que "ese no es tu problema?" Mientras ha ocurrido la conversación, él de un tirón la ha sacado del agua. Sigue diciendo que la he roto:  por lo visto no conocía lo de apretar un botón para que se incline. Le doy al botón, le demuestro que está todo bien. La sombrilla chorreando, claro, y él se va farfullando. 

Al poco llega el Peda y le cuento el desagradable incidente, subiendo a la habitación. Una vez allí, aparece el tipo con que "le paguemos ya". No entiendo si esto está relacionado con lo de la sombrilla, pero el Peda le dice que me ha gritado y que no hay agua en los grifos, así que le pagamos pero nos vamos, no nos quedamos la segunda noche. El tipo se enfada aún más, se va, vuelve con una mujer mayor que debe ser su madre, tal vez suegra. Ahora gritan ambos, y que si nos vamos, nos quieren cobrar más (flashbacks de aquella vez con Panos Panetis). Después de esa escena, estamos aún más decididos a marcharnos y entonces, poseídos por la ira, nos instan -dedo índice indicando inequívocamente a la puerta- a que nos larguemos YA. Recogemos todo como traficantes que han recibido el chivatazo de que viene la poli al piso franco. Pero entonces, la manilla se mueve como en las pelis de terror: el tipo, aún no conforme con lo desagradable del evento, intenta entrar!  El Peda, cuando sale de la ducha -etiendan, venía de correr- nos dice que si vuelve a forcejear le abre en bolas. Nos tenemos que reír. En fin, con todo el instrumental, por supuesto sin duchar ni Mini ni yo, y sin desayunar - con nuestros yogures y mueslis en bolsas de plástico, nos vamos como se suele decir en el argot, "con cajas destempladas". 

Nota: no sé en qué momento del día hice la foto al famoso vino-que-no-es-vino de granada, pero la incluyo aquí, porque tras este sainete matinal daban ganas de darse a la bebida. 


Desayunamos en la primera pekara que encontramos, y allí sopesamos nuestras posibilidades. Miramos alojamientos en internet, y decidimos ir a uno en el centro de la parte vieja de Ulcinj que tiene buena pinta. Al llegar, es como una habitación de hotel tirando a lujo asiático, por lo mismo que pagábamos en los ogros esos. Y con agua. Para ilustrar, tiene esta bañera en un lado de la habitación... (no, no la usamos). 




La piscina es pequeña pero guay, nos bañamos, leemos bajo sus sombrillas que no se tumban, y por fin salimos al paseo marítimo. Como en todos los lugares de Montenegro, la ciudadela está en una elevación a la derecha de la playa. 


Paramos a tomar algo en una terraza que da a mar abierto, debajo de un olivo. No hay nadie, hace brisa y se está fenomenal.  Hablamos del interrail del verano que viene que quiere hacer Mini con sus amigos. Este ha sido un gran tema durante las vacaciones, porque cada día había novedades: la de hoy es que el resto había dicho que querían ir a una villa de €3.000 “a descansar”. Nos reímos mucho, menos Mini que está enfurecida, claro que mientras escribo ya ha habido varios otros planes.
 


Seguimos paseando hacia el otro lado de la ciudadela, y desde arriba se ve otra playa y otra parte de la ciudad. 




Igual me flipé en exceso con estas sillas, parece que las hubieran dejado allí para "los de Instagram". Abajo dos personas mayores... 





Antiguos lavaderos... 

Esto es dentro de la Torre de  Balšić, que en la primera planta tiene una exposición de fotografía y en la última esta estancia, nada. Me gusta el minimalismo. 

Por la noche, aquí perfecto para tomarse algo...

Y antes de salir nos encontramos con la estatua de Don Miguel de Cervantes, con leyenda y todo. Porque no hay prueba de que Cervantes estuviera aquí, pero los montenegrinos creen que así fue. En su faceta de soldado participó en la Batalla de Lepanto (1571) en el Golfo de Patras (en el Jónico, en Grecia), de donde le viene el apodo de "manco de Lepanto" porque se le anquilosó la mano por un disparo. Luego parece qe está confirmado que participó en expediciones navales de Navarino, Corfú, Bizerta y Túnez, y después recorrió las principales ciudades de Sicilia, Cerdeña, Génova y Lombardía, quedándose dos años en Nápoles, hasta 1575. 

Me gusta anotar todas estas travesías por el Mediterráneo que tanto influyeron en su escritura luego, y cómo no recordar a Bukowski en "On writing" diciendo: ""Vive algo y consíguete una máquina de escribir" (en este caso, una pluma). Cuando volvía a España en la galera Sol, los turcos le apresaron y lo llevaron a Argel, donde estuvo preso cinco años. Por tanto, no hay evidencia de que estuviera preso en Ulcinj, tras ser secuestrado por piratas en Lepanto, ni de que allí se enamorase de una chica y que su famosa Dulcinea fuera inspirada en que la ciudad entonces se llamaba "Dulcinium". Todo eso cuentan los ulcinjinos. 




Y termino esta sección cervantina con una frase suya que siempre me ha gustado: "A la guerra me lleva mi necesidad; si tuviera dinero, no fuera en verdad" y con una imagen de dron (de nuevo robada) para que se capte, a vista de pájaro, lo chula que es la parte vieja de Ulcinj.


Pasamos por casa, "comemos tarta de maíz decepcionante" (esto es del diario del Peda) y nos ponemos en marcha para ir a visitar otros olivos milenarios, unas salinas y la Playa de Valdano. Pero, ay, el coche está aparcado en un sistema enloquecido de los apartamentos, por el cual, un coche bloquea a todos los demás. Nadie logra localizar al dueño de ese coche en el edificio, y a nadie se le ha ocurrido pedir los móviles para que volvieran si están en la playa (a 3 minutos). Imaginemos qué habría ocurrido en el eficiente norte si esto pasa... pero aquí no pasa nada. Recordemos, aparte del ogro de esta mañana, los montenegrinos son muy tranquilos. 

Entre tanto, salen unos hermanos -el chico tiene 14 y la chica 9- de los apartamentos de la parte chunga (creedme, para que yo diga esto, ha de ser muy chunga). Son del norte de Macedonia, su padre vive en Alemania, y quieren practicar su inglés conmigo. Hablan varios idiomas y me siento como una entrevistada. Entonces sale la madre, que parece una concursante de reality televisivo y me habla en castellano: me cuenta que lo ha aprendido con las telenovelas y yo alucino. Con su uña de colores y brillantes pegados -y demasiado larga para una vida funcional en mi opinión-, abre el móvil para enseñarme una serie supongo venezolana vintage, a ver si la conocía. "Kassandra"? No, no me suena, qué cosas. Creo que con estos métodos ha aprendido como cinco idiomas. 



Días más tarde el Naufrago Ro me confirma que los balcánicos tienen una facilidad excepcional para los idiomas, y que él ha conocido más que aseguran haber aprendido con esta vaina de las telenovelas-ya hablo como en las series, soy un camaleón. Investigo un poco y entiendo que sus idiomas tienen gran flexibilidad linguística: muchas lenguas de los Balcanes usan declinaciones como en latín (nominativo, acusativo etc), tienen conjugaciones verbales complejas, con aspectos [perfectivo e imperfectivo], tiempos (e.g. perfecto, pluscuamperfecto), modos (e.g. indicativo, subjuntivo...). También son lenguas ricas fonéticamente -cosa que tristemente no tenemos en castellano y por eso sonamos tan rígido, en inglés al menos- y captan muchos sonidos y los pueden pronunciar.  Y bueno, también han estado siempre enmedio de un tapiz de culturas, que siempre ayuda. 

La madre se va pero los chavales siguen con la conversación: el chico podría tener un punto de neurodiversidad, habla como un profesor excéntrico. En un momento me dice: "te importa si te hago una pregunta, y por supuesto solo contesta si te sientes cómoda?". Quiere saber cual es mi religión, y cuando le digo que ninguna, ambos entran en shock. Ellos son musulmanes (mañana al cruzar a Albania constataremos que el 70% de la población lo es) y cuando les pregunto por su opinión sobre el velo -obviamente su madre no lleva- dicen: "es algo enteramente opcional". Me hace mucha gracia: que se lo digan a las de Afganistán - aquí enlazo estas fotos de Ebrahim Noroozi, que me han encantado como manera de denunciar la prohibición del deporte por los talibanes. Qué asco todo. 


 
Total que desistimos: está claro que no vamos a ir a ningún sitio en coche, así que cogemos el instrumental de playa y bajamos a la local, que se llama "Mala plaža" (Playa Pequeña). Está atardeciendo, y el baño está muy chulo... Atención al spomenik (monumento) ahí arriba, del que escribiré mañana.



Y por la noche cuando intentamos cenar -nos cuestas un rato encontrar un sitio-, el ambiente es de pueblo costero en verano. Mucha gente arriba y abajo del paseo marítimo, debajo del castillo unos bares brilli-brilli que parecen ferias (Antoniutti, de nuevo), minaretes-cohetes a los que la iluminación no hace ningun favor. Nos preguntamos qué tipo de turista viene aquí y a mí me parece, mientras como helado de mis compas,  que hace siglos que tiré una sombrilla de 150 euros a una piscina y me tuve que enfrentar con el único montenegrino no-tan-relajado.  Es nuestra última noche en Montenegro: mañana, cruzamos a Albania. 




Pub 18.08.25 @ 18:04

17 julio 2025

Spomeniks, playas fantasma, podcasts políticos, santas psicópatas, ancianos en bici: De Montenegro a Albania [Balk9]

Sábado, 19.07.25: Shkoder
Desayunamos en la terraza y a las 10:00 nos vamos (nuestro coche es hoy el que bloquea a otros!). Antes de dejar Ulcinj pasamos por la escultura de abajo, que sobrevuela la bahía de la "Mala Plaža" (me hace mucha gracia este nombre, me recuerda conversaciones con el Náufrago Ro tipo "en peores plazas hemos toreado" o "no es mala plaza"). Se trata de un "spomenik", uno de los monumentos o lugares de conmemoración histórica que construyó Tito de los años 50 a los 90 -durante la República Socialista Federal de Yugoslavia- dedicados a rendir homenaje a la resistencia del pueblo al fascismo durante la Segunda Guerra Mundial. He descubierto una web con la que me he pasado medida tarde y la recomiendo encarecidamente, es una base de datos de todos los spomeniks, su historia, por qué tienen esas formas tan raras, mapas interactivos y muchísimo más: click aquí. 


Esta se llama "Sloboda" ("Libertad"):


Solo si te gusta el brutalismo, el cemento, si valoras el mazacote. No entra fácil, es un camino: yo ahora lo amo. 


A 5 kms al norte de Ulcinj está la Playa de Valdanos. La separa de la ciudad unos campos de olivos -ni que decir tiene, milenarios - maravillosos y cuando llegas ahí, te encuentras con una cala muy chula, con poquísima gente y no solo sin desarrollar, sino que parece que cuenta una historia que no logramos descifrar. 


Un día hubo un embarcadero que se cae a trozos y está oxidado

las duchas...

Una turista se pregunta qué ha pasado aquí, por qué se ha parado el tiempo en esta playa, cómo no han llegado los Beach Clubs con su música, sus cocktails, sus hamacas y camas...
 
Ah sí, espera, que hay camas en el final de la playa hacia la derecha... pero son como de bricolaje...

Y aquí hay más restos de lo que fue un intento de hacer de esto una playa con ínfulas en el pasado: aquí las escaleras de caracol derruidas que harían las delicias de los urbex:


Exactamente un mes después investigo en internet y encuentro la respuesta. Esta cala fue ocupada por el ejército yugoslavo en la década de 1960 para construir una base naval, pero no ocurrió porque la gente protestó: no podían destrozar los (milenarios) olivos!!! Me encanta esta respuesta popular, y sobre todo que tuviera éxito: a veces deberíamos recordar que la unión hace la fuerza y esas cosas. Estamos ensimismados en nuestros teléfonos, y podrían ser un arma de encuentro de mentes maravillosa, para parar todo lo que a la mayoría no nos gusta. Como que corten olivos. 


Pero divago: aquí no hicieron base militar pero el ejército construyó un resort para los militares con cabañas y caravanas. Los restos que vimos eran de terrazas modernistas de hormigón donde había restaurantes, tiendas y demás oportunidades de consumo. Corría 1983, así que podemos imaginar el estilo, pero para quien quiera más detalles, están aquí (incluso un vídeo que te lleva de cabeza a tu infancia si eres como yo generación X). En 2007, la cosa cerró y afortunadamente a nadie se le ha ocurrido "desarrollarlo". Esta es la playa a la que veníamos ayer, pero que por culpa de un coche bloqueando la salida no pudimos: una pena, claro que a cambio conocimos a los chavales del norte de Macedonia, a su madre y a Kassandra. 


Nos da pena no podernos quedar más rato, pero tenemos que "hacer recados": poner gasolina, buscar una pekara a coger bireks, pasar por un cajero y dejar el coche alquilado, todo eso antes de coger el bus para Shkoder en Albania. 

La devolución del coche no es en una oficina ni nada: ocurre en un aparcamiento y es que el mismo chico del aeropuerto de Tivat se ha cogido un bus y ha bajado a por él. Escribe un mensaje que "va tarde por el tráfico" (recordemos: todas las carreteras de obras) y a nosotros nos sale el bus para Albania a las 13:00. Por fin llega, a tiempo, vamos a tomar algo a un bar, y clarifico con un hombre que hace copias de llaves de dónde sale el bus, porque no se ve ninguna parada. Lo que pasa es que es una furgoneta privada, para 10 personas donde nos metemos 11, luego una va sin cinturón: alegría. Esta no será la última infracción: el conductor va hablando con un tipo que lleva al lado y, mientras que yo entiendo la importancia de las habilidades sociales como el contacto visual, de verdad que no es requerido cuando conduces: céntrate en la carretera!!! También va hablando por el móvil que lleva en la mano todo el rato, y cuando llegamos a la aduana, tenemos una fila de coches enorme delante y el tipo los adelanta todos por el carril contrario sin ningún rubor.  Me siento como en el salvaje oeste. 

En la aduana, nos pide a todos los pasaportes, se va a una oficina, y sale en un plis-plas, mientras el  resto de la fila agoniza. El resto de pasajeros son dos locales (una chica con velo) y seis mochileros que se van contando sus aventuras por el mundo, y Mini escucha preparándose para su interrail del verano que viene, que parece ya vuelve a tomar forma, con nuevos destinos. Al llegar a Albania, nueva espera en un puente donde se forman colas kilométricas: hay gente pidiendo a los de los coches y mucho mercedes-benz. 


En el viaje escucho podcasts (no recuerdo cuales), pero esto es lo que anoto:
  1. La ventana de Overton es un concepto de comunicación política. Hay distintas opiniones que se pueden expresar en el espacio público sin que el individuo o partido político que las expresa sea directamente descalificado. Pero esta ventana cambia con el tiempo: se puede hacer más pequenia, más grande, o moverse. Lo que era impensable en el pasado que está diciendo la extrema derecha (sobre el aborto, los inmigrantes, etc) está entrando en "lo normal" y la gente parece que se está acostumbrando. 
  2. La teoría del atasco en las escaleras mecánicas. Ya se sabe que en el metro de Londinium, la etiqueta dicta que la gente parada se pone a la derecha, y se deja el lado de la izquierda para quien quiera suba andando. El académico de turno cuyo nombre no recuerdo dice que si llega un turista que se planta en la izquierda y monta un atasco detrás, la culpa no es del turista, sino del que está detrás que no le informa de su error. 
Como digo, no recuerdo dónde ni en qué idioma ni a propósito de qué iban estas ideas, pero hoy (20 agosto) he escuchado otro que se podría aplicar prefectamente. Es un "Today in focus" de The Guardian: "How far-right rhetoric on migration went mainstream" ("Cómo la retórica de la inmigración de la extrema derecha se hizo convencional"). Igual los que nos callamos y cambiamos de tema ante esa retórica con un cuniado o en una cena de trabajo somos como los que no dicen nada en la escalera y tenemos parte de culpa.

El cartel de abajo lo pongo como nuestro primer contacto con el idioma albanés, que tiene bastantes palabras parecidas al castellano que nos parecieron graciosas, como "pishina" o "restorant". Más adelante he visto "princesha", "elecktrik", "tualet" (burra=♂ y gra=♀). Me recordaba a Sokol llamándome "madáme". Se explica porque ambas vienen del indoeuropeo, influencias del latín y el griego, y luego del italiano. 



Llegamos a Shkoder, el bus nos deja en la "Plaza de la Democracia", que está a cinco minutos del hotel, que lleva dos meses abierto, se califica de "boutique" y es muy pequeño. Hace mucho calor, son las tres y pico, así que Mini y yo nos echamos la siesta y el Peda, inasequible al termómetro, se va un rato y vuelve con nueva SIM, leks (moneda local) y agua. 

A las 1800 ya salimos todos: paseo por el centro, una escultura que no recuerdo de qué es, pero podría ser una mención a la época comunista, o a los nazis...

De la que no queda duda es de quién es la de esta estatua: Nené Teresa (la Madre Teresa de Calcuta) que nació en lo que hoy es Norte de Macedonia, pero sus padres eran albaneses. Yo no soy ninguna experta -ni tengo ganas de documentarme- sobre esta mujer, pero me cae mal, no solo por todo lo que pensaba por monja, ni por lo que vi en el espectáculo de Mongolia cuando estuvieron aquí en el Clapham Grand hace la tira de anios, sino por escritos desde Martín Caparrós hasta Christopher Hitchens. Parece que era una psicópata de libro, y es Nobel de la paz y santa. Ya nada me sorprende. 


Rruga Kole Idromeno es la arteria principal de la vida social de la ciudad: es peatonal y tiene a los lados cafés, tiendas, museos, galerías de arte (sí, han llegado). Es muy agradable y a ratos me da la impresión de estar en Latinoamérica:



Es también un lugar cuqui de mochileros: debe ser porque es la ciudad fronteriza con Montenegro, pero hay muchos y por supuesto, albergues. Yo intenté persuadir a mis compas de quedarnos en uno por "la experiencia". Los recomendaban hasta en la guía: "mi casa es tu casa", o "the wanderers hostel": click y veréis qué chulos. Ya le dije a Mini que si va a hacer el interrail, mejor que se vaya acostumbrando...


Y otra cosa que me encantó: mucha gente en bici, incluso gente mayor. Hay muchos carriles, y siempre alegra ver a colegas ciclistas por ahí..


Vamos a cenar a un sitio que recomienda la guía  ("Aroma"- cómo estoy, ya enlazando restaurantes!). El camarero habla castellano, y se justifica con que "hay mucho turismo español" (bueno, yo ya he desarrollado mi teoría de que en esta zona tienen mucha facilidad, que no me vengan con Kassandra y con turismo). Sin esperar nada, la cena nos sorprende y es muy barato (menos de €50 los tres, y pedimos un montón de cosas- esto es del Pedalog, obviamente). Aún no sabíamos que la comida albanesa iba a ser una estrella invitada del viaje...

Buena impresión tras nuestra primera tarde en Albania. Y como este país tiene mucha miga, el próximo divague será de un libro escrito por una albanesa que me servirá para dar un repaso a la historia reciente de este país, antes de meterme a recorrerlo. 

Pub 20.08.25 @21:09