El mundo hoy me aterra. Tras la pasada semana distópica en la que asistimos a despropósito tras despropósito, la única solución -momentánea- la encontré bailando. Sí, con la que está cayendo: ya había estado la anterior en una concentración por Palestina que organizaba un amigo en la que estábamos veinte personas -algunas con palestino, otras con anorak- de más o menos mi edad (viejos) sosteniendo velas y leyendo textos (colgadísimos) en las puertas de edificios que arman a Israel. Casi muero de frío, pero lo peor fueron las dudas existenciales tipo "qué-hago-aquí" [nota: el día anterior hubo una mani multitudinaria, pero me sigo preguntando honestamente qué podemos hacer la gente de la calle con esta enormidad que se nos viene encima].
Pero a lo del baile, que divago. Resulta que unos amigos me propusieron ir a la "Silent Disco" que iba a pasar este sábado en el Battersea Arts Centre (BAC). "Silent Disco in Incredible Places" (Discoteca en silencio en lugares increíbles) es una compañía que organiza esporádicamente exactamente eso: noches de disco temáticas (los 80, 90 y 2000's) en lugares como catedrales (imaginad en la de Canterbury), museos (el Museo de Historia Natural, con sus dinosaurios, el National Space Centre en Leicester con su cohetes), acuarios, ayuntamientos y demás. Está en varios países (inc. Australia), se puede ver la lista aquí. Aconsejo entrar al enlace de arriba porque el video inicial es del BAC, donde estuvimos nosotros y es un lugar muy bonito: parece que fue el ayuntamiento de Battersea, en el sur de Londinium, hasta que pasó a ser teatro/sala/discosilenciosa.
Lo mejor es que se vino la divaganta R., con la que tengo una historia muy chula de esto del bloguerío. Nos conocíamos vía el Peda de hola-hola, un par de veces, y un día ella ató cabos, y le preguntó: "oye, esa persona que vive contigo es Di Vagando?". Y desde entonces compartimos referencias, saraos, vida... y silent discos a partir de ahora. Siempre le prometo pasarme por su casa al segundo desayuno un domingo con mi bici, cosa que solo he conseguido una vez [lo vengo diciendo: Londinium is a big place].
Así que R, mis dos amigos y dos amigos de mis amigos nos presentamos allí el sábado a las 9:30. El Peda pasó porque como es sabido es vasco, luego no baila. Su razón es porque "no sabe qué hacer con la boca" [aunque nada más llegar a este país le arrastré a bailes de salón y por supuesto fue mucho mejor que yo]. Esto no es mucho decir: mi coordinación psicomotriz es bien conocida. No sé si por eso, pero a mí en esto del baile me gusta ante todo la libertad: el invierno pasado me apunté a "Mum's Dance" con esta amiga y lo odié porque nos enseñaban coreografías! Yo lo que quería es bailar a mi bola, que es justo lo que hicimos el sábado por la noche.
La "silent disco" se llama así porque solo tú escuchas la música: te dan unos cascos que tienen tres canales, que cambias con un botón. Hay tres DJs en el escenario tocando diferentes pistas, y según el canal en el que estés, se iluminan tus cascos rojos, azules o verdes. Tú no puedes saber tu color a menos que te los quites, pero a menudo si ves a la gente cantando lo que te suena a ti... pues eso.
Aquí abajo está el techo de la sala. Las "espadas láser" de la primera foto se las dieron a los "VIP" que pagaron extra. Nosotros por supuesto no teníamos espada: hubiera interferido con mi expresión corporal. A mí, de hecho me sobra hasta el vaso.
Lo de ver cantar y bailar ahí sin música es una risa. Cuando entramos en la sala, había todavía poca gente y era gracioso verlos así. Enseguida nos unimos y era curioso que, en contra de una disco normal que tienes que gritar en la oreja de tus amigos, aquí simplemente te quitabas los cascos y hablabas tan normal.
Claro que esto duró poco: en cuanto se llenó, todo el mundo cantaba a voz en grito y ya era como una disco normal... solo que a capella. No se ve bien en la foto pero las paredes estaban todas en plan "edificio en ruinas". Con el techo hacía un contraste chulo:
Una nota sobre la demografía: igual R. discrepa, pero yo creo que aunque elevávamos algo la media de edad, no desentonamos en absoluto, también había gente de nuestra edad. Incluyo a uno de los asistentes con su camiseta "Vote for Pedro": claro, un barbudo.
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La música, muy bien -no tanto como la lista de spotify que tenéis a un lateral del blog, pero claro, eso son palabras mayores. Canciones super divertidas, muy cheesy, de las de saltar. Como uno de mis amigos es músico profesional, yo cada vez que le veía en un canal, lo evitaba, porque ya me imaginaba que él iría a por la música menos hortera y no: aquí había que ir a por todas. Sonó "I'd walk 500 miles", "Wonderwall", "Common People", "Come on Eileen", "It's raining men", "Ooops I did it again", "You are always on my mind", "It's the final countdown" (esta hasta me dio verguenza ajena a mí, pero hey), "Sweet Caroline", "Wake Me Up Before You Go Go", "I Wanna Dance With Somebody", "Living on a prayer", "Valerie", "Backstreet's Back" y cuando la sala de vino abajo fue con "Freed from desire".
Esta es "la mejor canción de dance" según Fashion, así que le hice un video en el que aparezco yo gritando el "freed from desire" y "na-na-na-na", tapando a todos los ingleses que sí sabían la letra. Faltó el "Up&Down" y Sia y ... bueno, tantas... es que en dos horas y media se puede meter lo que se puede [Mini, la melomanita que tengo en casa, me dice que su lista de spotify son 47 horas]. Eso sí, dos horas y media son más que suficientes para personas de provecta edad como yo, que al día siguiente estaba para el arrastre: solo una birra y el domingo como si tuviera la madre de todas la resacas. En serio: eso fue deporte severo, lo de mi expresión corporal (saltar, gritar, vaya: todo lo que Mini no me dejó hacer en el concierto de "Role Model" hace un par de meses).
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La pobre al enseñarle un vídeo se quería morir: "mummy, nooo, por qué". Pero no era yo la única, de hecho toda la gente allí va con un objetivo: bailar [o eso espero]. Ya he dicho que a los entregados nos sobra hasta el vaso. Claro que nada en comparación con la persona más entregada que he visto jamás: el oficinista del "Festival del Amor". Lo terrible es que me lo encontré pasado un tiempo en una fiesta de Halloween, bailando en un altillo. Le eché de menos el sábado.
Esto es la salida del BAC, un sitio muy chulo para una noche muy chula que espero repetir en breve, en algún otro monumento. Todo se derrumba, pero a bailar, a bailar que el mundo se va a acabar.