Sábado, 13 de Abril de 2019: Marrakech (Marruecos 8)
Me despierto en aquella habitación que me recuerda a una carnicería, con azulejos (azules, cosas del Riad darazul) hasta arriba. Una cosa son los ingleses, que no ponen azulejos casi ni en el baño, y otro extremo esta gente; claro que es curioso, porque luego el baño, que tiene la ducha como en una cuevita, está pintada de azul, sin baldosas! No quiero dar mala impresión: justo delante de nuestra puerta (que es doble, enorme, de madera oscura, y que se cierra con un candado), hay un conjunto de sofás, con fuente detrás, muy agradable. Arriba del todo está el cielo, pero lo tienen cubierto con cristal. Vamos, que el riad, sin ser La Mamounia, está mucho mejor con luz natural, obviamente. Pero los dueños no le sacan partido y deciden servir el desayuno en otro cuarto oscuro, de muebles grandilocuentes sin gusto, deprimente. Y además, ni de lejos se atisba un huevo, ni duro siquiera.
azotea |
Sin embargo, tras desayunar nos tiramos a explorar, porque vemos a unos españoles bajar de algún sitio con bandejas. Así que subimos al primer piso, hay un balcón al patio central donde suponemos han desayunado estos dos águilas. Subimos otro piso más y en un rincón tienen una pequeña piscina (más bien bañera gigante), tal vez jacuzzi?, y por fin, encontramos las escaleras empinadas que conducen a la azotea. Ya he hablado algunas veces de nuestra pasión por las terrazas en lo más alto, y esta no decepciona. Tiene un par de tumbonas para tomar el sol, una jaima encantadora, un par de mesas, y las imprescindibles toallas tendidas. Nos tiramos un rato a leer muy a gusto, claro que Mini, la gótica, prefiere quedarse abajo en el calabozo con sus Mallory Towers como buen Ser de Oscuridad preadolescente
Por fin salimos, muy tarde, y vamos bajando por el zoco hasta la plaza. Es todo más manejable que ayer, pero sigue habiendo demasiada gente. En la plaza, los chiringuitos de comida han desaparecido como por arte de magia, eso también lo recuerdo de hace 15 años, pero entonces de día había poca cosa, y ahora El Fnaa está llena de camionetas que venden zumos, y gente que vende loquesea.
En el Café de France, una institución, también pasé algún rato con mi amiga, y hoy subimos a la terraza para ver la panorámica con un zumo, y leer. Se está de maravilla. Una vuelve a la época de la colonia francesa, a "El cielo protector" de Bertolucci, y puedo imaginar a John Malovich pidiendo allí algo -siempre doble- mientras suda como un cosaco.
“No se consideraba un turista. Él era un viajero. Explicaba que la diferencia reside, en parte, en el tiempo. Mientras el turista se apresura por lo general en regresar a su casa al cabo de unos meses o semanas, el viajero, que no pertenece más a un lugar que al siguiente, se desplaza con lentitud de un punto a otro de la tierra”.
Así empieza la novela de Paul Bowles de 1949, cuando viajar era otra cosa distinta. El primer finde de vuelta vi la peli, primera vez desde hacía siglos, tal vez desde que la vi en el cine. Fue un poco como revisitar "un sitio donde fuiste feliz", y no tuve claro si había envejecido bien, creo que no. Mi principal memoria de la peli era el bereber con el que Kiki (interpretada por Debra Winger) se lo monta. Yo solo recordaba lo ojos de bereber, lo que hace ser joven... ahora recordaré la escena del cunnilingus en la que ella se cuelga de la viga. Una novela "de alienación y desespero existencial" dice la wiki. Corolario: no sé como ha envejecido la peli, yo muy bien.
Mientras buscaba la cita de arriba, ya a muchas millas del Cafe du France, me he encontrado con otras frases sobre viajes que voy a poner, porque sí, porque me han gustado.
"No hay nada como volver a un lugar que no ha cambiado, para darte cuenta de cuanto has cambiado tu” (Nelson Mandela)
"Si no hay viento, rema". Proverbio latino.
"He descubierto que no hay forma más segura de saber si amas u odias a alguien que hacer un viaje con él” –Mark Twain
Cada una me daría para un divague bien largo, y a los divangantes para irse de la olla. Si me lo recuerda alguien -incluso yo misma- cuando termine la serie, los hago.
Al salir del café seguimos de paseo, haciendo muchas fotos. Paramos en una especie de cremerie a tomar un yogur, las pastas no valen nada. El zoco tiene partes dedicadas a distintos gremios, el del metal me gusta particularmente, se ve auténtico, no hay turistas (increíble). Cuando estuve con mi amiga me compré unas sandalias y las llevé durante años. No he podido tirarlas, soy así de sentimental. Voy en busca de otras y por fin las encuentro, me las pruebo, me encantan, el hombre me pide 20 euros, me parece la ganga del siglo (recordemos cuánto valen unas de piel aquí), pero en otra tienda pedían 15. Se lo digo (huele mi miedo), sufriendo lo indecible. Dice que no (nota mi hiperventilación), que 18. No se dónde meterme, le digo que gracias, me precipito fuera [odio odio odio regatear]. Lo nota, pero me sigue y me las da por 15. Tendrías que haberle ofrecido 10, me dicen. No sé, de verdad, es que me azora solo recordarlo y ahora escribirlo. Tomamos un helado, compramos una especie de frutoseco-galleta para el viaje de mañana.
A las 20:00 teníamos una cita. La jaqueta!!! Claro: el del riad del desierto nos estaba enviando la jaqueta con el conductor a "Supratours", la estación de autobuses que está en Gueliz, la parte nueva de Marrakesh, que viene siendo muy parecida a una ciudad española, con sus edificios y tiendas. Estación de autobuses que le anotamos a Mini "así viajaban antes tus padres", cuántas infectas estaciones habremos vivido, a cuántas habremos llegado tras siempre demasiadas horas... En fin, el Peda deja claro que no tiene ninguna esperanza en ese proyecto mío de rescate de la jaqueta, pero vaya, vamos.
Por supuesto se equivoca: ahí esta el bus de Merzouga, la gente se baja como si vinieran de la travesía del desierto (nunca mejor dicho), y al final, abre un maletero donde hay algunas cosas más, y LA JAQUETA, ahí, esperando abrazarme. Que alegría, ven-my-baby, le damos diez euros y le pedimos que le de la mitad al del riad. Nunca más sabemos del riad, así que queda en duda si le llega la pasta.
Estamos tan cansados que para volver a casa pillamos un taxi, que nos pide 70 dirham, una tirada a la piscina, debemos tener cara de turistas alemanes (por mis dos compas) lelos. El Peda ofrece 30 y Mini, que ve que este duda y tal vez la hagamos caminar, lo sube a 50, que el tipo acepta de buen grado. Trabajo en "equipo". Mini, se nota que no conoces las reglas del regateo.
Paramos un poco antes a coger una pizza para llevar... nos hemos quedado con ganas de subir a cenar a la azotea. El pizzero es tan tan antipático que nos hace gracia, parece que está interpretando ser borde. Eso, y yogures, zumos y galletas en una boulangerie terminamos cenando bajo las estrellas encantados de la vida.
Nos vamos a la cama a las 23:30, y oigo a mis compas comparar los resultados de sus relojes cuentapasos: por lo visto hemos caminado más de 20 kms.
Tú has envejecido fenomenal. De hecho no has envejecido, estás jovenzuela total.
ResponderEliminarY hasta aquí mi aportación al tema. Ah, típico del Peda creer que no recuperarías la jaqueta, hombre de poca fe. Te buscaré frases de viajes, yo tengo muchas anotadas.
Me encantan esas fotos de calles estrechas con fachadas altas.
ResponderEliminarUna forma muy natural de conseguir sombra durante la mayor parte del día.
Allí la vida se divide en zonas soleadas y umbrías, peligro de a chicharramiento y cadenciosos silencios sombríos.
Y esa diferencia marca el ritmo de la vida, de los pensamientos y hasta de cualquier intento de porvenir.
ja ja ja MO... espero q te refieras al envejecimiento mental (el otro, no hay tu tía)... de los ojos del bereber a... Y sí, el Peda se tiene q tragar sus palabras tantas veces! Y sí a frases de viajes... gracjes!
ResponderEliminarDRIVER, esas calles son tan fotogénicas... y la gente! Las sombras como dices dan mucho juego... todo en ese país!
love
di
Di, sería muy interesante que escribieses un post sobre tus magníficas fotografías; que, repasándolas, nos dijeses no lo logrado —que es mucho y, como todo lo gráfico, obvio— sino lo que quisiste registrar. No valdría, te advierto, que nos dijeses que la instantánea estaba ahí, que tú no hiciste más que disparar, y bla, bla, bla… No, no, no: ¿Qué, habiéndolo visto, se te escapó? ¿Qué fotografía te sorprende a ti misma? No sé, que nos hablases de cosas así.
ResponderEliminarPor otro lado, ¿vergüenza por regatear; lo que me faltaba por oír, por favor…! Mira, Di, yo he llegado a conseguir (zoco de Agadir; año 2016) que por unas babuchas de cuero por las que me pedían 20 darahim o “dírhams” me hayan dado —tras mis tiras y sus aflojas, claro— 4 600 euros ¡por llevármelas! Acepté. Y, habiendo contado el dinero parsimoniosamente y poniéndolo a buen recaudo en mi riñonera, como soy un caballero, tras levantar lentísimamente y hasta donde pude la mano con la prendía el par de babuchas, las deje caer sólo separando un poquito, lo justo, el dedo índice del pulgar. Y allí se quedaron. Allí se quedaron tanto las pestosas babuchas en el suelo como el tendero, codicioso, exhausto, derrotado, por los suelos. Es lo que yo digo: allá donde vayas, hazlo con clase, que no cuesta nada, caramba.
A todo esto, Di, no dudes de que el conductor de Supratours —de nombre Ali— le entregó su parte al recepcionista —Mohamed—. Lo sé por ciencia infusa. Es más, soy capaz de transcribirte la conversación que mantuvieron:
—Salam Aleikum, Ali, ¿le devolviste la jaqueta a los alemanes de España que parecían ingleses?
—Aleikum Salam; sí, claro, y me dieron estos tres euros para ti, Mohamed.
—¡Venga, vamos…! ¡Seguro que para mí te han dado, como mínimo, siete!
—¿Siete! Te has pasado, Mohamed.
—¿Pasado! Mira, Ali, no me seas truhan, que fui yo quien en un descuido de ellos les robé la jaqueta, la guardé, y llegado el justo momento, haciéndome el nuevo, me comprometí a devolvérsela.
—Eso es verdad, Mohamed. Sólo por tu sagacidad, aunque sólo me hayan dado tres euros para ti… ¿te valdría con cinco?
—¿Cinco?
—Sí, cinco.
—Sea. Hace.
—Pues venga, ¡chócala, paisa!
Y tras estrecharse las manos se las han llevado cada uno a su propio corazón y luego a los labios, dándoles, apenas, un beso.
—Por cierto, Ali, ¿has visto la apartada mochila de esos australianos albinos completamente semidesnudos que pareciendo mormones son hinchas de la Real? ¿A por ellos?
Por último, Di, he estado dándole vueltas a lo de las «piedras pasarela» de tu penúltimo post y, quizá, el conflicto viene de la confusión entre nombre y adjetivo: no es lo mismo «pasarela» que «pasadera». «Pasarela» es nombre; «pasadera», adjetivo. Como sabemos, el nombre identifica o designa algo; el adjetivo, expresa una cualidad de ese algo nombrado. Digo también que es difícil (a no ser que el uso extendido lo impusiese) adjetivar un nombre (pasarela) sin emplear sufijo, preposición o adverbio alguno. En suma, se podría decir «piedras pasaderas» (sufijo –era), «pasarela de piedras» (preposición de para locución adverbial de modo) o «piedras muy pasarelas» (adverbio muy; admito que esta última posibilidad suena rara, pero sería como cuando se dice: «Fulanito es muy hombre»), pero «piedras pasarelas» resulta (al menos aún) extraño. Al respecto, si es que este marginal asunto siguiese siendo del interés de alguien, las acepciones 1ª, 7ª y 8ª de la voz Pasadero/a del DRAE son muy clarificadoras.
Di, a pesar de la magnífica lección de regateo que nos ha dado Lux, yo tampoco soy capaz de regatear. Nunca he sabido y me temo que ya nunca aprenderé. De modo que debo resignarme a ser estafada o renunciar a visitar los países done el regateo es común.
ResponderEliminarEstoy acuerdo con Lux en que el término correcto sin duda es "piedras pasaderas". Voy a mi libro de cabecera en estos asuntos, el María Moliner y, en efecto, aunque en letra más pequeña (como término poco frecuente) encuentro "pasadera: piedra, etc. para pasar".
Lux, tras consultar con la almohada (término árabe donde reposamos la cabezota), he pensado en darle un toque de movimiento al nuevo termino de "piedras pasaderas", no sin antes recabar tu opinión.
ResponderEliminarSi el verbo muestra acción, y el adverbio acompaña al verbo para formar pareja de baile, no será apropiado meterse en ese berenjenal y que salga el Sol por Antequera?
Veamos.
Piedra. Nada, no transmite ni acción, ni estado, ni movimiento.
Es un nombre anodino.
Usemos pedruscón, que transmite que por lo menos ha hecho falta el esfuerzo de hombretones para localizarlo, transportarlo y depositarlo.
Pedruscón huele a sano sudor y esfuerzo numantino.
...
Pasaderas?
Me deja frío. Huele la palabra a plataforma de acero inoxidable en la QuintaAvenidaconlacuarentaycinco.
Pasante? Estamos en un juicio?
Pasota? Acaso hablamos de una actitud no comprometida?
Bien. Ha llegado el momento de mojarse.
Franqueante.
Si, PEDRUSCON FRANQUEANTE.
Veamos si funciona.
Di tenía que atravesar el río,pues era perseguida por un grupo de bereberes que querían pedir un rescate.
La situación era realmente apurada, pues el caudaloso curso se desarrollaba con potencia desbordada.
Miró a uno y otro lado, encomendándose a loa Dioses en los que creía, e incluso a aquellos en los que no creía.
El destino quiso que encontrara unos PEDRUSCOS FRANQUEANTES, de cuyo origen, naturaleza, disposición y uso, ni ella ni nadie nunca supo.
Pero aquel día le salvaron su pescuezo, al permitir que salvara el obstáculo insalvable a priori.
...
Sí, veo que puede funcionar.
Las palabras es mejor probarlas en frases. Ése y no otro es su espacio natural.
Ay que muero... "¿le devolviste la jaqueta a los alemanes de España que parecían ingleses?", eres Lo peor, LUX, eres Luxifer!!! he reído mucho pero no quiero admitirlo pq solo hago contigo un R+ (positive reinforcement), y es justo lo q te falta! Hoy he leido, por cierto, q hay q regatear tb en el UK, pq en tiendas reputadas, tipo John Lewis (como el ECI de aqui), si les estiras, aflojan! No quiero ni pensarlo...te iamginas, ELENA< regatear en el ECI o en La central.. ay ay ay... NOOO
ResponderEliminarhttps://www.moneysavingexpert.com/shopping/how-to-haggle-successfully/
Sobre las fotos, te agradezco LUX tus exageradas palabras,, y precisam en el divague de maniana hablo de otra foto q no hice (ya hablé al salir del desierto), pero al terminar la serie, igual hago una d elas q no hice q tienen más historia, las q no hice a gente... Sobre mis favoritas, vale, igual hago otro más..
Sobre las PASARELAS (insisto, piedras fue una cortesía, hienas), ya no diré más... solo lo q dice fashion el otro día: "Di, los divagues los escribes q yo pillo las referencias, pero mucha gente leera el "reevnant" y no sabrán" y yo... "ah no, porque ya he hecho referencia antes, y he enlazado a dicaprio. Pues eso, QUE SOY DEMASIADO BLANDA CON VOSOTROS! Voy a empezar a mano dura, el equivalente a haceros cruzar el río sin pasarelas! a todos! (o tiraros una vez enmedio): sí, tb van ahí ELENA y DRIVER. Y culparé a los bereberes q os persiguen.
love
di