Tal Vez, Oh Mar
Tal vez, oh mar, mi voz ya esté cansada
y le empiece a faltar aquella transparencia,
aquel arranque igual al tuyo, aquello
que era tan parecido a tu oleaje.
Han pasado los años por mí, sus duras olas
han mordido la piedra de mi vida,
y al viento de este ocaso playero ya la miro
doblándose en las húmedas arenas.
Tú, no; tú sigues joven, con esa voz de siempre
y esos ojos azules renovados
que ven hundirse, insomnes, las edades.
Tal vez, oh mar, mi voz ya esté cansada
y le empiece a faltar aquella transparencia,
aquel arranque igual al tuyo, aquello
que era tan parecido a tu oleaje.
Han pasado los años por mí, sus duras olas
han mordido la piedra de mi vida,
y al viento de este ocaso playero ya la miro
doblándose en las húmedas arenas.
Tú, no; tú sigues joven, con esa voz de siempre
y esos ojos azules renovados
que ven hundirse, insomnes, las edades.
Rafael Alberti
(Poemas de la Punta del Este)
Hay ahí mucho amor. También una estratagema para mantener enamorada a María Teresa, pues los dos envejecieron siendo elegantes y atractivos: ahí está la trampa del poema.
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