COMO LEVE SONIDO
Itaka |
hoja que roza un vidrio,
agua que acaricia unas guijas,
lluvia que besa una frente juvenil;
Como rápida caricia:
pie desnudo sobre el camino,
dedos que ensayan el primer amor,
sábanas tibias sobre el cuerpo solitario;
Como fugaz deseo:
seda brillante en la luz,
esbelto adolescente entrevisto,
lágrimas por ser más que un hombre;
Como esta vida que no es mía
y sin embargo es la mía,
como este afán sin nombre
que no me pertenece y sin embargo soy yo;
Como todo aquello que de cerca o de lejos
me roza, me besa, me hiere,
tu presencia está conmigo fuera y dentro,
es mi vida misma y no es mi vida,
así como una hoja y otra hoja
son la apariencia del viento que las lleva.
Luis Cernuda
(La Realidad y el Deseo)
¡Cernuda! ¡Qué bello y que triste! Lo de tu presencia "como rápida caricia"...no sé: hasta he podido sentir esa caricia...
ResponderEliminartest
ResponderEliminarLuxindex ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Tu presencia está conmigo fuera y dentro":
ResponderEliminarEl sevillano Luis Cernuda le dedicó las dos (o tres, no sé) primeras impresiones de Como leve sonido al coruñés Serafín Fernández Ferro, el amor de su vida: «A Serafín F. Ferro», escribió. Pero los poetas, ya se sabe, son muy exagerados con lo suyo y muy cabales con lo del prójimo, con lo nuestro. Se diría que tanta es su oscuridad como la luz que nos proveen.
Bueno, el amor de su vida duró un año o un año y pico, pero es otra historia. El caso es que durante ese poco tiempo también le dedicó, o creyó hacerlo, la vida. Pero, ya digo, pronto se separaron y, lo que son las cosas, hoy yacen los dos en la ciudad de México (donde nunca hicieron por verse pese a ser tansterrados desde la misma patria —cosa que tanto une o lo contrario—), en tumbas y cementerios separados.
En otro poema que escribió pensando en Ferro y que se tituló Mi Arcángel (juas, recordemos que Ferro se llamaba Serafín) escribió unos versos que, y es a lo que voy, vienen, creo yo, hoy nos vienen como anillo al dedo a lo que hoy motivó a nuestra Di a transcribirnos tan bellísimo poema:
«No solicito ya ese favor celeste, tu presencia;
[…]
Como la vida misma vas conmigo».
Eso dice, eso digo, que como la vida misma ella va contigo.
Y eso es un tesoro nada común. Un tesoro perfecto. Un tesoro del que uno no tiene que pedir perdón.
Darlings, muchas gracias. Otra vez no se están publicando los comentarios, o qué? El de CESI sí ( qué magia, verdad, la de cierta poesía, poder sentir la caricia) pero el de LUX no (pero vamos, ya te lo he publicado yo como Anonimo).
ResponderEliminarLUX, no conocía la historia de Cernuda y Ferro, y qué bonita es "mi arcángel" también. Muchas gracias por compartirla y, si su amor duró un anio, en realidad, con esto q dejó escrito, duró para siempre. Y qué bonito lo q dices del tesoro, te lo agradezco, y la frase "como la vida misma vas conmigo". Claro.
Love
di
esa es la cosa con Cernuda: que su amor verdadero apenas duró un año y medio. Y ese resignado amor al desamor es lo que resulta tan espantosamente conmovedor...
Eliminar(como blogger me odia desde hace tiempo y no publica mis comentarios lo pongo como URL e intento convencer alo de Di de que no soy un robot por ver si cuela, que a veces lo hace)
CESI, hay graves problemas con blogger.. no solo tú. Pero se ha publICADO!
EliminarNo sé si es la resignación, yo lo q veo (o me atrae) es mucha pasión así desgarrada, y sobre todo muy sensual...
No me entusiasma Cernuda
ResponderEliminaraunque quizá sea
porque no lo he leido
demasiado, digo suficiente.
TXELOS, a mí me pasa con los poetas q enseguida veo sin me van a gustar, y pocas veces me equivovo. La voz es inequívoca, y o es para ti, o no...
EliminarPero no sé cómo no te entusiasma por ejemplo...
http://divagandodivagando.blogspot.co.uk/2010/08/libertad-no-conozco-sino-la-de-estar.html