Nota: Qué casualidad, hoy es el 8 de Marzo, Día de la Mujer Trabajadora. Este divague lo escribí hace una semana del tirón tras "acontecimientos" del día. Había otras cosas sobre las que divagar, así que, casualmente, se publica hoy. Pónganse cómod@s....
Un martes cualquiera, en la City of Londinium, plena hora punta. Ha dejado a Mini en el cole y Di, nuestra ídolo de masas se desliza con su mugriento Mini, Wolfy, por las calles hacia su trabajo. Ha tomado un desvío porque en Brixton, justo delante del Dogstar (para el potencial turista, una de las "venues" mas tardíocanallas de la ciudad) han puesto uno de esos semáforos de obra. Nuestra heroína se mete por una calle llamada Shakespeare: sí, en serio, esto no es para dar ambiente british- eso, en estos tiempos de Brexit, me sobra.
Para ti, que eres Mujer Trabajadora
Un martes cualquiera, en la City of Londinium, plena hora punta. Ha dejado a Mini en el cole y Di, nuestra ídolo de masas se desliza con su mugriento Mini, Wolfy, por las calles hacia su trabajo. Ha tomado un desvío porque en Brixton, justo delante del Dogstar (para el potencial turista, una de las "venues" mas tardíocanallas de la ciudad) han puesto uno de esos semáforos de obra. Nuestra heroína se mete por una calle llamada Shakespeare: sí, en serio, esto no es para dar ambiente british- eso, en estos tiempos de Brexit, me sobra.
Shakespeare Road es, pobre bardo, inmunda. Es larguísima y en un punto hace una curva. Al principio no lo parece: estrecha calle residencial con coches aparcados a ambos lados y, típicamente londiniumense, de doble dirección. Oh sí, lo sé, pero así en conducir en Londinium: has de estar parándote cada nanosegundo a hacer sitio a otro, o levantar el dedito en agradecimiento si te han dejado pasar. Los flashes de luz también son aceptados, pero a mí a veces, aún me sale darle al limpiaparabrisas, con chorrito de agua y todo: no merece la pena este exceso mental; mejor seguir los consejos de Bill Bryson y solo dedito.
Cuando entro a esta parte inicial de Shakespeare veo que, allá en la lontananza- pero tristemente antes de la primera calle que la cruza- hay un camión descargando. No hay ninguna señal de calle cortada temporalmente, así que me acerco a ver si es cosa de 5 minutos. Hay un grupo de tíos blancos (y hago esta anotación porque si llegan a haber sido de otro grupo étnico esto habría sido anotado) monitorizando el cotarro: el camión tiene una de esas manos metálicas que agarra los tableros y los baja.
Tras unos minutos prudenciales decido bajarme del coche a ver cuánto tiempo van a estar. Mientras camino hacia ellos, noto una actitud que, pensándolo luego, no es nada nueva. Por lo menos en España ha sido el pan nuestro de cada día: pasar delante de un grupo de tíos en según qué circunstancia es, a falta de mejor palabra "desagradable". No sé si hace falta que describa porqué, o todos (todas) sabemos de lo que hablamos. Aquí, mientras camino hacia ellos, con gafas de sol, los tíos se van riendo, cuchichean, codazos, "mate", ese rollo. Al llegar, toda amabilidad y con mi tono de ingenuidad más blanco (ya lo hacía bien antes de Stanislaski, guapos) les increpo: "Buenos días, me podrían decir para cuánto tienen aquí por favor?"
Entonces las risitas ya pasan a descojono abierto- y no hay otro verbo mejor, lo siento. Uno de ellos, el más joven, está a mandíbula batiente (sí, pobre) y suelta: "Una hora!!"". Todos ríen.
Entonces las risitas ya pasan a descojono abierto- y no hay otro verbo mejor, lo siento. Uno de ellos, el más joven, está a mandíbula batiente (sí, pobre) y suelta: "Una hora!!"". Todos ríen.
Si ya venía mosqueada, aquí ya veo en rojo. Porque llueve sobre mojado: porque toda su actitud sucks, que dicen por aquí. Pero es que además, estos imbéciles se creen que pueden cortar una calle por tanto tiempo sin ningún permiso, sin un mal cartel? Se lo digo, ya bastante cabreada. "No haber entrado! No has visto las luces del camión?", "Date la vuelta!!" Y más risas.
Me voy toda cabreada, y he de reconocer que, en mi camino al pobre Wolfy se me levanta la mano con el anular extendido. Murmuro "fuckers".
Como se ha montado fila, les digo a los de atrás que den la vuelta, que los fulanos estarán aún una hora. La gente, pacientemente, comienza a dar la vuelta en ese horror de calle (concepto "maniobra" nivel leyenda). Cuando voy a mitad de la mía, el de la furgoneta de reparto de Ocado de atrás me señala para que mire: los oligofrénicos están recogiendo; el camión, de hecho se va.
Como se ha montado fila, les digo a los de atrás que den la vuelta, que los fulanos estarán aún una hora. La gente, pacientemente, comienza a dar la vuelta en ese horror de calle (concepto "maniobra" nivel leyenda). Cuando voy a mitad de la mía, el de la furgoneta de reparto de Ocado de atrás me señala para que mire: los oligofrénicos están recogiendo; el camión, de hecho se va.
O sea: me han mentido, solo por el cachondeo. Alucino. Ideas no-reproducibles pasan por mi cabeza.
Y en estas estoy, cuando ya enderezada y dispuesta a seguir por la parte "industrial" de Shakespeare le veo. El joven, el imbécil que más se reía y que me ha mentido se planta en medio de la calle, justo delante del capó de mi coche, bloqueándome. Todo serio y me mira. Tengo un flashback de "Nocturnal animals", la peli de Tom Ford en la que hay una escena de auténtico terror que incluye gente con coches intimidándose. Pienso: no, Di, estás en Londinium, no en la mitad de West Texas por la noche, son las 830 am, y tienes la furgoneta de Ocado detrás. La calle está desierta, por eso, el de Ocado tal vez se haya dormido.
Y entonces el tío que me bloquea el paso eleva sus dos dedos centrales (más o menos como hice yo, vale, soy o no una líder?) y sigue ahí parado, mirándome con odio, sin dejarme pasar. En un punto empieza a hacer ese movimiento de la mano que sugiere "masturbación". Es repulsivo. Y en estas circunstancias, siempre intento fingir un bostezo, es siempre bien acogido, pero esta vez solo puedo gritar "LOSER". Finalmente se va, y yo acelero, metiéndome en las profundidades de Shakespeare Road.
Y en estas estoy, cuando ya enderezada y dispuesta a seguir por la parte "industrial" de Shakespeare le veo. El joven, el imbécil que más se reía y que me ha mentido se planta en medio de la calle, justo delante del capó de mi coche, bloqueándome. Todo serio y me mira. Tengo un flashback de "Nocturnal animals", la peli de Tom Ford en la que hay una escena de auténtico terror que incluye gente con coches intimidándose. Pienso: no, Di, estás en Londinium, no en la mitad de West Texas por la noche, son las 830 am, y tienes la furgoneta de Ocado detrás. La calle está desierta, por eso, el de Ocado tal vez se haya dormido.
Y entonces el tío que me bloquea el paso eleva sus dos dedos centrales (más o menos como hice yo, vale, soy o no una líder?) y sigue ahí parado, mirándome con odio, sin dejarme pasar. En un punto empieza a hacer ese movimiento de la mano que sugiere "masturbación". Es repulsivo. Y en estas circunstancias, siempre intento fingir un bostezo, es siempre bien acogido, pero esta vez solo puedo gritar "LOSER". Finalmente se va, y yo acelero, metiéndome en las profundidades de Shakespeare Road.
La primera fase consiste en pasar bajo las vías del tren, y aquí aún estoy temblando de ira. Avanzo un poco y estás prácticamente en una zona semi-industrial, donde hay un cole gigante del que nunca sale nadie (serán las traseras? me pregunto en un alarde), y casas de la beneficencia en calles con nombres tan bonitos como "Pablo Neruda Close" (de verdad creéis que hay un theme aquí con los nombres de las calles?) Todo contribuye a que parezca que estoy en un sueño, en una película de Guillermo del Toro, en un episodio de depersonalización. Al llegar a Loughborough, saliendo de este backstage que es Shakespeare Road, dejo de ser un Nocturnal Animal y en solo ese punto empiezo a pensar algo más claro: y me doy cuenta que no he copiado la matrícula -al fin y al cabo, el camión se fue antes de la performance de este patán-, y desde atrás no se veía la compañía.
Aún así, cuando llego al trabajo, lo único que me aplaca es escribir todo esto en la página de la policía, sección de "asuntos que no son emergencia". Solo pido que una uniformada fuera a visitar a este tío, a darle una pequeña charlita, nada terrible, noooo, algo tranquilo y amable, algo que le hiciera pensar, en la línea:
"?Qué te parecería que le hicieran esto a tu madre?"
~~~~~
Epílogo: hace unos días vi este video de una ciclista a la que los tíos de una furgoneta están asqueando. No supe si era un montaje o de verdad había ocurrido. Vi un pequeño debate sobre si lo que hace la chica era o no acertado. Cada uno opinará lo que sea. Yo solo digo que la misma pregunta que he sugerido le haga la agente a mi payaso particular, yo se la haría igual a él, o a estos de la furgoneta, o a tantos otros, añadiendo solo una minima palabra:
"?Qué te parecería que le hicieran esto a tu puta madre?"
Te he leído y me he ido indignando. Lo malo es que nosotras siempre somos más educadas y las replicas se nos ocurren tarde. La chica del video lo hace genial, hay que devolverles dónde los duele, sus amados coches.
ResponderEliminar¡Bien hecho, chica ciclista! Y tiene toda la razón Mo: ¡En sus amados coches! (No es violencia: es una medida educativa para que ese gañán pueda percibir de forma aproximada cómo se siente una...)
ResponderEliminarMientras no vuelvan a inflarte a hostias, Mo.
ResponderEliminarNo hablo por hablar, en una ocasión, tenía yo 14, un paquete de una moto me dio una hostia en mi muy redondeado culo (claro el tener el culo redondeado es pedir que te lo soben, desgraciadamente no sólo para simiops primitivos sino también para algún honrado ciudadano de aspecto muy normal que andaba por ahí) y a continuación salieron pitando. Nadie me ayudó, y me quedé yo vociferando y con el culo dolorido.
Se nos ocurren las réplicas tarde porque no son cosas que se enseñen en los corrillos del cole, en los seminarios de empresa, y mucho menos en las películas.
La chica hizo bien?, según el ambiente. Londinium y tráfico lento, puede ser. Una calle despejada de noche, más le vale a la chica saber algo de autodefensa y pedalear como una loca.
Las cosas apestan, pero prefiero ser realista.
Este suceso que cuentas demuestra que no sólo en España hay gilipollas (sí, es que alguien parece que intenta demostrar eso).
ResponderEliminarY divago ¿es sólo un problema de educación? Si ese grupito de indeseables del camión hubieran sido ingenieros ¿actuarían de la misma forma con una mujer? Me temo lo peor.
Y otra cosa al volante ya no hay diferencias entre hombres y mujeres porque todos somos igual de estúpidos.
Morning divagantes,
ResponderEliminarMO, se me ocurrió una replica, curiosamente relacionada con el Brexit (quiero q veáis lo afectados q estamos los europeos aquí por este tema), pero no bajé la ventanilla para gritárselo por miedo… como digo, no habia mucha gente alrededor.
Pero como dice CESI, lo q hizo la chica no es venganza, es mera Teoría del Aprendizaje Social: igual s elo piensa otra vez, pq, joder, no soy impune, hay tías con un par. No se si estoy con Cesi en q el tío “vea cómo nos sentimos”… supongo q ese imbécil no lo verá… pero q vea q hay consecuencias.
IRE, y claro q si la circunstancia no es favourable no puedes hacer nada.. yo pore j me sentí asustada, como digo arriba. Tu anécdota del culo me recuerda aquel divague en el q conté cómo en unos campamentos, con 8-9 años un niños se atrevió a hacérmelo a mí, y la patada en el suyo q le di luego. Pero estaba protegida por mi grupo. Lo q cuentas ilustra q casi todas las mujeres tenemos “anécdotas” de estas. Asqueroso.
JOTA, esto no es para q respires viendo q hay mierda en todos los sitios, q la hay. Te diré q (y esto no es científico, solo mi experiencia personal), yo he vivido aquí ese tipo de actitud muchos menos q en España, y desde luego, nunca por parte de los tíos con educación media-alta. Aquí, si son ingenieros, en mi experiencia no hacen eso: lo siento, pq quiero estar con lso trabajadores, pero es así. Y de nuevo, datos personales, NI DE CONIA son lo mismo al volante las mujeres q los hombres. Hay algunos q los ves venir.
Feliz dia feministas!
di
Efectivamente yo no busco el mal de muchos consuelo de tontos.
EliminarMe temo que aquí ingenieros y licenciados tampoco están a la altura de las circunstancias a veces. Igual sólo cunado beben. Tenemos a un líder del partido más progresista (?) y profesor de universidad que refiriéndose a una conocida periodista decía que la azotaría hasta hacerla sangrar.
No he podido ponerlo antes, coincido contigo, no pedimos leyes, sino gente que reaccione cuando ven estos abusos, no como el del coche de detrás tuyo que estaba "despistadillo" mienstras el capullo te acosaba.
ResponderEliminarAhora mismo hay una campaña contra el acoso escolar muy buena en Sp, con una canción del Langui cuyo estribillo "se buscan valientes" anima al grupo a involucrarse contra los acosadores.
Pues también es acoso lo que sufren muchas mujeres cuando están en inferioridad de circunstancias, y también es necesario que "los demás" tomen partido.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarIre, obviamente me refería a las circunstancias en los que lo hace la chica. De día en una calle. Ya sé que en otras circunstancias, lamentablemente, mejor huir. Yo también soy mujer y sé lo que pasa.
ResponderEliminarA mí ya no se me ocurren las réplicas tarde, se me ocurren en el momento y las suelto. ¿Paso miedo? A veces sí, me da subido de adrenalina sí... pero creo que debo hacerlo. P
Sí, estamos de acerdo :). Pues se me ocurre una idea para un post, Mo. Una docena de réplicas para los capullos que quieren amedrentarme :).
EliminarYo creo que para soltarlas con facilidad hay que hacer cierto entrenamiento, para que te salgan en el punto justo que lleguen a su destino y la capten y se queden cortados, pero que a la vez la que las suelta no se quede temblando de rabia.
Una vez intenté escribir algo en homenaje a la mujer trabajadora.
ResponderEliminarDemasiado arriesgado, pues ni soy mujer, ni sufro las consecuencias de ser trabajadora.
Así que me lo inventé todo.
Y esto es lo que salió.
No se si conseguí el objetivo inicial, y en realidad no me preocupa.
Lo que me importa es describir que la mujer trabajadora fuera de casa no es diferente de la que es trabajadora dentro de casa. Y que la mayoría lo son dentro y fuera.
Y que la teoría que afirma que se pierden cosas de la vida, es falsa y prejuiciosa.
Y ése era en realidad mi reto. Intentar transmitir esa emoción.
...
de 2012
LA DERROTA
LA DERROTA
Los humanos nos equivocamos, día sí y día también.
Puedes ser capaz de reconocer tus fallos, incluso con el tiempo aprendes a escuchar, pero la sensación de derrota no te la quita ni un amanecer naranja.
Entonces, más vale tenerlo cerca.
Un piano y un acariciador de teclas.
...
Aquella madre libraba la batalla de la educación.
Varios adolescentes aguerridos que desparramaban los calcetines y los consejos por cualquier rincón de la casa.
Por más que intentaba imponer su sentido común, los hijos cabalgaban al galope por el calendario.
Se comían las semanas con la misma voracidad que tragaban hamburguesas.
Aquellos cuerpos, invadidos por un ejército de hormonas, bailaban la samba con los consejos familiares.
La madre lo había intentado todo.
Ser flexible, inflexible, elástica, rígida, semirígida, permeable, impermeable.
Todo, lo había intentado todo.
Y pasaba lo que pasaba.
Los calcetines y los consejos campaban por los rincones, olvidados.
No sólo parecía que la comunicación era imposible.
Era imposible.
…
Las fiestas del pueblo.
Los jóvenes desgastaban zapatillas en carreras, bailes, aventuras y persecuciones.
La madre estaba cansada.
Muy cansada.
Así que cerró la agenda y se dio un respiro.
Se puso los vaqueros y la camisa blanca.
Dejó el móvil y la lista de tareas sobre el microondas.
Y se fue sin rumbo.
…
Al cabo de media hora estaba tomando un café en un pequeño tugurio del pueblo.
Un bareto de segunda, silencioso.
Entre las callejas encendidas por el reflejo de una lejana verbena.
El dueño del local la reconoció al momento.
Tras observar el gesto cansino de una madre, optó por ser prudente, sirvió el café y permaneció callado.
Los dedos de la madre se pusieron nerviosos, comenzaron a golpear con ritmo el velador de mármol.
...
Un grupo de adolescentes entraron atropelladamente en el local.
Repostaron cerveza, evacuaron, pagaron y se fueron.
Todos menos uno.
El rezagado.
...
A veces pasa, eres madre, golpeas nerviosa una mesa cualquiera, en un bareto perdido, y el dueño del local, empresario de oficio y músico de beneficio, se acerca al piano y empieza a tocar.
Sin más.
El rezagado sale del aseo.
Aturdido por el ambiente festivo del pueblo.
Se sienta en la silla de mimbre y escucha al dueño del bareto.
Que ya no era el dueño del bareto, ahora era el mismísimo Cool Porter, o el teclista de Supertramp, o el auténtico George Greswin.
Allí estaban los tres.
Uno bailando con sus dedos sobre el pentagrama.
Otra cansada, muy cansada.
Y el adolescente rezagado, aturdido, impaciente, desobediente, rebelde, y todo eso que se suele ser con menos de veinte años.
El rezagado mira a la señora.
Guapa, piensa.
Muy guapa.
Casi sin esfuerzo, como lo más natural del mundo, se acerca a la señora y sin pedirle permiso la coge de la mano y la saca a bailar.
Cool Porter ataca una bella melodía.
Ya no es empresario de un bareto de segunda.
ResponderEliminarAhora es Cool Porter, porque toca como él, se divierte acariciando las teclas como él, incluso siente la música como la sentía él.
Observa complacido cómo su cerebro se anticipa al juego de sus dedos.
Hacía tiempo que no tocaba tan bien.
Y mientras tanto, de refilón observa como una señora baila con su hijo adolescente.
…
Los humanos nos equivocamos día sí y día también.
Puedes ser capaz de reconocer tus fallos,
incluso con el tiempo aprendes a escuchar,
pero la sensación de derrota no te la quita ni un amanecer naranja.
Entonces, más vale tenerlo cerca.
Un piano y un acariciador de teclas.
…
El sonido de un viejo piano es así.
Saca brillo al alma.
…
No hables de derrota.
Mientras que puedas bailar, no hables de derrota.
Baila.
...
Atentamente: Driver .
Bueno, en mi opinión es algo en lo que hace falta un trabajo personal, el de cada una de nosotras para atrevernos a enfrentarnos a ciertas situaciones, y ciertas agresiones, y el de la sociedad en conjunto para ver de una vez esas agresiones y respaldar a la agredida, como el caso que cuenta Di.
ResponderEliminarEn fin, que me da rabia que le vayamos pidiendo a los chavales que sean valientes y se unan para respaldar al niño que es acosado (que es lo lógico) pero al mismo tiempo pasemos de largo cuando vemos como un grupo de tíos se chulea con una mujer.
Pero también si eres una chica joven y crees que ya está todo solucionado y que no vas a tener que enfrentarte algún día a algo parecido, abre los ojos y trabájate eso de ser fuerte y superar estos momentos.
Y, leyendo lo de Lux, pues también me fastidia, es una trampa en la que caen algunas, copiar lo peor.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarA mi un tipo me siguió con el coche, y luego me lo rayó por los cuatro lados. Si lo veo, me gustaría preguntarle si ya se lo contó a su madre, que no deje de hacerlo, y también a sus hijos si los tiene, y sino cuando los tenga, que no olvide contarle la "azaña" que hizo su papá, lo valiente que fue.
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