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13 febrero 2025

"Say nothing" ("No digas nada") de Patrick Radden Keefe: Una crónica periodística sobre Irlanda del Norte que se lee como novela negra

Son casi 400 páginas que son 400 golpes: "No digas nada" te deja llena de moraduras. Es imposible salir indemne, por un lado o por otro te va a tocar. Hace tan poco. Y luego está ETA en el trasfondo para los de la península de cierta edad, con la que es imposible dejar de hacer comparaciones.

El autor
Patrick Radden Keefe (a partir de ahora, Keefe) es un americano de origen irlandés que escribe en el New Yorker. Es un narrador increíble y una vez que empiezas, su escritura te atrapa y no lo puedes dejar. Es pura crónica periodística, de la que he subrayado muchísimo - aunque no frases de “belleza formal”, no es un libro literario. Leerlo es como ver un documental vs. una peli preciosista. La documentación que usa es impresionante: mi libro tiene 511 páginas, y la narrativa termina en la 396. El resto son referencias: cada uno de los artículos de periódico, los emails, las cartas, las entrevistas, y por supuesto la bibliografía que ha usado. Todas las historias -que son paralelas y se entrelazan- están basadas en hechos reales.

Historia 101: historia para dummies
Hay una cosa que he echado de menos en el libro, y es que dedicara un capítulo a la historia de las tormentosas relaciones entre Inglaterra e Irlanda, desde el principio. Tuve que estudiar la historia del Reino Unido para el repelente examen de ciudadanía, y lo que saqué en claro es que todas las guerras en este país habían sido por motivos de religión. Y esta no iba a ser menos. No sé si no lo ha incluido porque es de parvulitos que los ingleses han ido a colonizar, explotar y robar -también cositas para ponerlas en su British Museum- por medio mundo, así que intuitivamente se sabe por qué sus vecinos no quieren estar bajo su bota. Pero bueno, por si acaso yo hago un resumen, porque para algo me estudié ese estúpido libro.


Empecemos por San Patricio, el de los gorros verdes y los tréboles. A Irlanda llegó San Patricio en el 432 a introducir el cristianismo a los paganos. En 1169, la primera invasión de los anglo-normandos. En 1541 Henry VIII se declaró rey de Irlanda. En el SXVII les confiscaron tierras a los católicos para dársela a los protestantes. En 1649, Cromwell y sus brutales masacres. En 1690, la Batalla del Boyne en la que la victoria del rey protestante sobre el católico aseguró la dominación protestante por generaciones.

En 1801, Irlanda pasó a ser parte del Reino Unido. La innombrable "Gran Hambruna" (1845–1852) en la que por una infestación se perdieron las patatas -principal medio de subsistencia de los irlandeses- y los ingleses con todo su papo aplicaron políticas de “laissez-faire”, vamos, dejar que murieran. Muchos irlandeses emigraron a América y el país quedó diezmado, pero si ya la percepción de los ingleses era ciertamente tensa, la gestión de la hambruna solo llevó a que se desarrollaran más los sentimientos independentistas y nacionalistas.

La de veces que habré escrito en este blog que me aburren profundamente todos los nacionalismos, pero la historia de Irlanda ha sido una de tal opresión que encuentro justificado que quisieran dejar de vivir bajo el yugo de semejantes vecinos. Así que en 1916 en el “Easter Rising” (el Alzamiento de Pascua), los irlandeses se rebelaron con armas para terminar con el mandato británico. En 1921, con el tratado Anglo-Irlandés se creó lo que luego sería la República de Irlanda en el sur, mientras que su parte norte permanecería como parte del Reino Unido. A esta parte se le llama "Northern Ireland" (NI a partir de ahora), aunque en este libro he aprendido que los republicanos de pro la llamaban "North of Ireland".

Las razones que llevaron a esta situación son complejas, entre ellas que había una mayoría protestante que se identificaba con Inglaterra, que la zona estaba más industrializada -a los ingleses les interesaba económicamente- y que les venía bien acceder a sus puertos [el Titanic fue construido en Belfast]. Estas negociaciones las cuentan en la peli "Michael Collins", que vi en su día pero casi no recuerdo. Lo que todos sí recordamos es que las tensiones en Northern Ireland continuaron durante todo el Siglo XX, culminando en "The Troubles" ["Conflicto Norirlandés") que empezó en los años 60 y duró hasta 1998).

Geografía 101: geografía para dummies
Nota: llamaremos "Gran Bretaña" a la isla donde vivo, en la que están las tres naciones de Inglaterra, Gales y Escocia, y "UK" al Reino Unido que es Gran Bretaña + NI. "Irlanda" es la isla donde está la República de Irlanda y NI.


Y los counties (provincias) están aquí [el Ulster hace referencia a una región y contiene a NI, -las rosas- + Donegal + Louth]:

Terminología 101: terminología para dummies
Para aclaranos, los "unionistas o loyalistas" (estos últimos los más extremos), son los protestantes y los católicos son los "republicanos o nacionalistas". Yo a veces me hacía lío porque a saber a qué eran leales, o de qué nación eran nacionalistas, o qué unión querían los unos u otros. Al principio alguien -que no recuerdo- define a los unionistas de NI como "una sociedad más británica que los británicos, que a los británicos -de Gran Bretaña- les importan un pito". Eso a veces pasa con las comunidades de emigrantes.

Aviso para divagantes: atención, spoilers
Yo no conocía algunas de las historias que narra Keefe, y se leen en su mayoría como si fueran parte de una novela de misterio. A veces tenía curiosidad por saber si un personaje (digo, persona) aún vivía, pero lo último hubiera sido buscarlo en internet porque como digo, estaba leyendo un thriller. Siempre recuerdo que NáN lo primero que hacía al leer un libro era enterarse de la trama y del final, para así poder leer a gusto sin la ansiedad del "qué va a pasar". Sin embargo, como este libro no es ese tipo de literatura, creo que es mejor no saber exactamente qué va a pasar. Ah, y acaban de sacar la serie, así que si vas a verla o leer el libro, tal vez este divague te haga algún spoiler. He intentado hablar solo de “temas subyacentes”, pero no lo he logrado, creo.

Pero no será spoiler decir que hay dos historias principales que son el punto de partida: del secuestro de Jean McConville, y la de las hermanas Price. McConville era una viuda protestante que se había casado con un católico [algo realmente inusual, uniones de ambos lados], madre de diez hijos. Un grupo se la lleva de su apartamento de protección oficial (los famosos "Divis flats" en el oeste de Belfast) y la primera pregunta es ¿quién? ¿El IRA porque un día la vieron socorriendo a un soldado británico moribundo en la calle? ¿Los paramilitares británicos por haberse casado con un católico y tener diez hijos? Destejer esta maraña es parte de la trama.

Dolours y Marian Price son hijas de familia republicana extrema con historia de miembros del IRA por generaciones, que terminan en la organización y son parte del grupo que bombardearon Londinium en 1974. Ambas terminaron en la cárcel de Brixton (aquí cerca de casa) haciendo una huelga de hambre sonadísima que les dio estatus de “estrellas del rock del terrorismo”. Las acabaron alimentando por la fuerza -proceso traumático donde los haya, quien haya visto la película “Sufragette” lo recordará - y solo por eso no murieron. Esta práctica fue prohibida desde 1975 según la “Declaración de Tokio” de la Asociación Médica Mundial: es tortura. Más abajo hablaré de la huelga de hambre en la prisión de Long Kesh.

Epifanía de Dolours
En 1969 hubo una manifestación de Belfast a Derry que marcó el comienzo de los Troubles. La organizaba "People's democracy" y se pedía que se garantizasen los derechos humanos de todas las personas (en particular los católicos que eran sistemáticamente discriminados) en NI. Los manifestantes (católicos) fueron atacados en el puente de Burntollet a base de pedradas por los loyalistas (protestantes). En esa mani iba Dolours Price, que cuenta que miró en los ojos de uno de los atacantes "y no vio nada". En esos momentos, se dio cuenta de que su fantasía de resistencia pacífica había sido inocente. "Nunca voy a convertir a esta gente", pensó. Lo de poner la otra mejilla, por mucho que sean católicos y sea una enseñanza de su gurú, no iba a funcionar. Dolours fue en plan pacífico y salió de allí convencida de que la violencia era la única manera.

Pero Dolours había intentado salirse del camino que su familia, profundamente republicana, le había trazado. Pensaba que en su infancia había sido "adoctrinada". Tan fervientemente republicanos eran que su tía Crissie, que había perdido ambas manos y se había quedado ciega poniendo una bomba, era para la familia el mejor ejemplo de vida y de lucha, aunque se tuviera que pasar el resto de la suya confinada en una habitación. Dolours en sus años adolescentes se había replanteado ese dogma: se inspiraba en el Che y pensaba que Irlanda debería ser antes un paraíso socialista que católico, se identificaba más con un protestante de la clase trabajadora que, aunque tenían algunos privilegios por serlo, también tenían problemas de la clase trabajadora, que con un rico católico.

Me encanta esa independencia de Dolours, y también el contenido de su pensamiento en este momento. Si no llega a ser por esa confrontación en el puente de Burntollet -el IRA estaba en estado silente hacia finales de los 60–, igual Dolours no hubiera vuelto a su tradición familiar, la de coger un fusil. Aunque igual podría haber sido el detonante el “Bloody Sunday”, en enero de 1972 en el que soldados británicos dispararon a 26 civiles en Derry, y 14 murieron.

La personalidad de Dolours se deja entrever durante el libro: con esas contestaciones rápidas y su melena pelirroja, "en otra vida" habría sido tal vez alguien dedicado al teatro, una bohemia excéntrica. Todo lo que no se es por haber nacido en ese momento de la historia, en ese lugar. La cantidad de pérdidas personales, la familia que no había cambiado la ropa de cama del hijo muerto. ¿Qué habrías hecho tú?



No digas nada
En el oeste de Belfast una "pared de silencio" protegía al IRA. Una de las cosas que más me ha impresionado del IRA-y han sido muchas- ha sido su secretismo. Había familias en las que el padre lo era y no se decía, y el hijo se afiliaba, y se seguía sin hablar en casa. Nadie se hacía tatuajes, para no ser reconocidos.

Lo peor que podía hacer una mujer católica era liarse con un soldado británico: muchas tenían a sus maridos en la cárcel por la lucha.  Cuando ocurría, tamaña traición era castigada con una humillación que se remontaba siglos, el "tarring and feathering": consistía en raparles la cabeza, untársela con brea, y pegarles plumas. Entonces las ataban a un poste, y sus vecinos pasaban a insultarlas. Esto de rapar a las mujeres y hacerlas el hazmerreír era algo muy típico también en nuestra península en la Guerra Civil, como sabemos. Estos linchamientos colectivos me hacen sentir siempre muy incómoda- también los mediáticos de hoy en día, aunque la persona haya errado. 

Otra cosa común con los españoles era el absoluto desprecio por los informadores. Después de haber vivido en Gran Bretaña tantos años, me he dado cuenta que la cultura aquí es diferente: aquí se anima a los niños a informar del bullying que sufren, o a los adultos a reportar a colegas que no hacen bien su trabajo (“whistleblowing”). Yo no sé si habrán cambiado las cosas en la península, pero cuando iba al colegio, chivarse a la monja o a la profesora era Lo Peor. Había que tragar auténticos sapos, pero las chivatas eran una especie aparte, a denigrar. Tal vez esa actitud viene de que tenemos demasiado cerca de nuevo una guerra en la que había chivatos y delatores, y esto costaba vidas. Lo mismo en NI: a los informadores se les llamaba "touts" y durante siglos habían sido considerados como los traidores de peor calaña. Pero lo que más me ha impactado es que muchos no eran informadores solo por querer traicionar la causa del republicanismo: los unionistas "creaban" informadores. Cuando sabían que alguien les iba a resultar rentable desde el punto de vista de la información, se las arreglaban para que los echaran del trabajo, o perdieran su casa, o lo que fuera, para que estuvieran tan desesperados necesitando dinero que tuvieran que recurrir a esto. Me asfixia solo pensar en esa sociedad.

Como he dicho, el precio que pagabas por ser informador era tu vida. Tras matarlos ritualmente [con capucha, arrodillados, manos atrás], el IRA los dejaba expuestos para que sirvieran de "ejemplo". Hacer desaparecer a alguien sería un crimen de guerra: "Cuál es el sentido de matar y enterrar el cuerpo? Eso es solo pura venganza!". Esas cosas, los desaparecidos, pasaban en lugares salvajes como Argentina y Chile, no en NI. En los Troubles desaparecieron solo 16 personas en total.

Números
Digo “solo” en el contexto de la cantidad de muertos que se cobró este conflicto. 1972 fue el año más sangriento de los Troubles: 500 personas murieron como resultado -pensemos que el total de ETA fueron unos 829 (+ 27 de GAL). En total, en los Troubles murieron 3720 personas, de los cuales el IRA mató unos 1700 [o sea, aún mataron más los paramilitares protestantes]. Estos datos los he buscado yo [Keefe solo habla de los 500].

Síndrome de estrés postraumático
Con esas cifras, no extrañará que NI era el lugar donde más ansiolíticos se recetaban de todas las islas británicas. En aquella época se llamaba el "Síndrome de Belfast" a lo que hoy se llamaría Síndrome de Estrés Postraumático, debido a "vivir en constante terror, donde el enemigo no es fácilmente identificable, y la violencia es arbitraria e indiscriminada". Curiosamente, lo sufrían menos los que estaban en primera línea de la lucha, que tenían más nivel de agencia que los niños o las mujeres.

Gerry Adams
En mi mente, Gerry Adams era ese señor sonriente con barba y gafas vintage que salía en la prensa en papel -la única de la época- y que había sido artífice de la paz en NI. En este libro, Keefe describe a alguien mucho más afín con la tríada oscura - tristemente vista demasiado en gente que es atraída por la política de alto nivel- que con la palomita de la paz.

Keefe comienza contrastando su figura con la de su gran amigo Brendan Hughes. Hay una foto mítica de los dos jóvenes: Hughes era parte del “brazo militar" del IRA, un “soldado” que no pedía hacer nada a ninguno de sus subalternos terroristas que no estuviera él mismo dispuesto a hacer. Adams era el “brazo político” que más tarde, cuando fue MP por el Sinn Fein negó que hubiera sido parte del IRA, cuando todos los que estaban dentro le habían responsable de muchas de las decisiones “militares” -como las bombas de Londinium, e incluso el secuestro de la madre de diez hijos. El siempre lo ha negado.


En Gran Bretaña odiaban a Adams, y con su talante erudito y su voz tranquila, era considerado una figura peligrosa, un elocuente y carismático defensor del terrorismo. Thatcher, tal vez asustada por sus poderes de seducción prohibió que se le oyera hablar por la tele, así que aunque salían sus imágenes y el contenido, no se podía oír su voz y le doblaba un actor. Fantástico

Huelgas de hambre en Long Kesh
Adams salió de la cárcel de Long Kesh en 1977 y desde ese momento se puso manos a la obra de diseñar un nuevo camino para NI. Brendan Hughes se quedó en la cárcel, donde había otro tipo de lucha: hacia finales de 1975, había terminado el “internamiento”, por el que los presos del IRA perdieron su estatus de “prisioneros de guerra” (así se consideraban ellos, porque lo que estaban luchando era para ellos una guerra) para pasar a ser convictos normales.

Comenzaron a protestar negándose a llevar el uniforme de los presos con una "blanket protest", desnudos, se cubrían con la manta. Luego se pasó a la "dirty protest": no se lavaban, y terminaron frotando su excrementos por las paredes. La cosa era mantener el pulso al gobierno británico.


Y luego estaban las huelgas de hambre. A mí me sonaba el nombre Bobby Sands que lideró la huelga de hambre en la que se dejaron de comer diez hombres escalonados en diez semanas para crear mayor presión y los diez, uno tras otro, DIEZ, fueron muriendo. Por algo la llamaban "la dama de hierro". Dr Ross el médico que los cuidaba en la cárcel terminó por pegarse un tiro.



El que no se inmutó, según Keefe, es Gerry Adams, que con su sonrisa puesta calculó que el hecho de prolongar la huelga de hambre le iba a aumentar la base de apoyo republicana y no le importó el juego largo en el que mandó a varios hombres a una muerte innecesaria, porque le iba a salir rentable para su negociación política posterior. Total, solo eran unas cuantas vidas.

Cuando Hughes salió por fin de la cárcel dijo aquello de que "nunca realmente dejas la cárcel". Tanto él como Dolours Price vivieron el resto de sus vidas con las consecuencias mentales pero también físicas de las huelgas de hambre: Price nunca volvió a tener una relación normal con la comida y sufrió de anorexia, aparte de todo tipo de adicciones.

El Acuerdo de Viernes Santo
En 1998 se llegó al "Good Friday Agreement" (GFA), del que tengo vagos recuerdos: yo llevaba unos meses en este país, vivía en mi Banderley particular, dentro de un hospital donde las noticias nos llegaban solo por la radio y los periódicos -era pre-internet!- y ahí estaba Tony Blair y otros dirigentes sonrientes mientras firmaban. Yo pensé que estos irlandeses siempre tienen que hacer todo coincidir con Semana Santa (recordemos el "Easter Rising" de 1916), esa época de sufrimiento y penitencia y dolor.

Adams jugó un papel importante en estas negociaciones, precisamente por su ambigüedad y juego de cintura, pero el acuerdo no fue suficiente para los de la línea dura como Hughes o Price, los que más se habían involucrado: para eso habían luchado, se habían dejado literalmente la piel? Hughes cambió irónicamente las siglas "GFA" por "Got Fuck All"(nos quedamos sin nada, en slang maleducado).


Banderas en las ventanas
En 2015, dos décadas tras el Good Friday Agreement, Belfast parecía en la superficie una ciudad normal, con el ocasional incidente, pero la sociedad seguía dividida. Me ha impactado que había paradas de autobús "protestantes y católicas" y la gente caminaba a la siguiente si no era la de su grupo. El 90% de los niños iban a colegios segregados y los barrios seguían muy separados. De las ventanas de los protestantes colgaba la Union Jack (bandera británica) y de las de los católicos la tricolor republicana o la Palestina, en solidaridad con otra sociedad ocupada.

Cuando voy a España y veo banderas colgadas de los balcones se me revuelve la tripa: hubo una época en la que había más, cuando a los que estaban en el poder les interesaba instigar ese odio para pescar ellos. Jugando con la gente, como hacía Adams con las huelgas de hambre de los demás.

Psicopatología del terrorista
A menudo leyendo este libro me preguntaba -deformación profesional- qué sentían estas personas que lo dejaban todo por una vida de disparos y bombas.

¿Hay que tener necesariamente cierto déficit de empatía para hacer las cosas que hacían? (llevarse a un compañero que había caído en desgracia por informador a pegarle un tiro en el campo, o lo que ha contado del "tarring an feathering" a las mujeres) ¿O eran gente con corazón, que luchaban por sus ideales (a menudo, socialistas) y que perdían la perspectiva?

Es imposible saberlo, y de hecho no hay buenos estudios que hayan establecido qué rasgos son típicos de la personalidad de los terroristas. Keefe comenta que Hughes y algún otro se sentían culpables por sus crímenes, y que el hecho de que "se hubieran conformado con tan poco” con el Good Friday Agreement les hacía sentir mal porque habían matado en balde. Como el “Bloody Friday” (20 bombas explotaron en una hora en Belfast y murieron 9 personas, julio 1972), los bombardeos en Londinium en 1974 se suponía que iban a ser "simbólicos": no querían matar gente, sino lanzar un mensaje con las localizaciones (e.g. enfrente de la Old Baily]. Pero con explosivos, a veces es difícil planear… Me ha alucinado que antes de ajusticiar al informador de turno, llamaban a un cura y había ciertos curas que estaban acostumbrados a la llamada a altas horas de la noche. Imagina: estar “de guardia” para esa labor.

Pero hasta el mismo Brendan Hughes dijo aquello de "Todos los ejércitos atraen a psicópatas", y cuando empezaron a tararear "The death march" del Saul de Handel cuando a una chica la dejó libre el juez mientras condenaba a los otros que con ella habíán puesto una bomba me pareció muy fuerte.

Finale
Al terminar la novela, me queda algo que hacer: ir a Belfast, pero más cerca ir a visitar 96 Cheyne Walk, SW10 0DQ y hacerle una foto para ponerla aquí (ocurrirá, pero no he tenido tiempo). Allí ocurrieron unas de las muy preliminares conversaciones entre Gerry Adams y el gobierno británico. La pegaré aquí:

Desde la portada del libro, Dolours Price mira desafiante a la cámara. Cuando compré el libro, pensaba que era un chaval. Cuántas vidas de chavales terminaron durante los Troubles, pero este libro te ayuda a entender la complejidad de las razones del conflicto. Nunca suele haber soluciones simples para problemas que vienen de lejos y cuya base, al final, es algún tipo de injusticia. Cuando empezamos a normalizar, como se está haciendo ahora, ciertas injusticias evidentes, estamos poniendo el germen de situaciones que ni hoy podemos imaginar.



8 comentarios:

  1. Que buena recomendación! A mi me fascinó y aterrorizó cuando lo leí. Adoro Irlanda y quiero pensar que van camino de reunificarse. El rugby (deporte en el compiten juntos con mucho éxito últimamente), la bonanza económica de Irlanda y el clima que se respira en el museo de los Troubles te incita a pensarlo. Después te paseas por según qué barrio de la capital de Irlanda del norte con sus murales y te entran serias dudas. Lo que queda claro es el daño que hace educar generaciones en el odio y el rencor. Un hecho común en los nacionalismos de todos los colores.
    Besos

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    1. Gracias Anónim@... en 2022 los católicos ya superaron a los protestantes, y los jóvenes están por la reunificación... es un tic tac...

      https://www.theguardian.com/world/2022/sep/22/catholics-outnumber-protestants-northern-ireland-census

      Un amigo q estuvo en Irán en 2023 me dijo q "casi ninguna mujer <40 en las ciudades lleva velo, el gobierno no sabe dónde meterse, cualquier día explota aquello" y es otro tic tac positivo, como el de Irlanda... dentro de toda la negatividad en q estamos sumergidos, se agradece.

      Ganas de ir a Belfast ... en el libro creo q hablan de los murales.

      Y otro tema en común con los nacionaismos es el victimismo... aquí habla Keefe de q se crecían en el desastre. Suena familiar, lo del pobrecito de mí.

      Besitos

      di

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  2. Me impresionó cuando lo leí, un ensayo q se devora como una novela absorbente si no fuera porque aún quedan muros en Belfast y aun se nota la diferencia del nivel económico según en q calle estés. Y eso solo a vista de turista. Muy, muy recomendable

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    1. Gracias Anónim@... y qué curioso amb@s comentaristas habéis estado en Belfast! Me dais más ganas de ir. En mi edición sale un mapa de la zona que más se describe en el libro y me la voy a recorrer...

      Hugs

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    2. Soy la anónima Marisa, olvidé firmar y enviar muxus

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  3. 400 Uf... hoy solo una apreciación... cuando un prisionero, más si está siendo maltratado, busca la libertad, incluso matando al carcelero no tiene que ser nacionalismo (es simple ADN)...es luchar por la libertad(tuya o de tu puebo... y repito, simple ADN).. cuando se introduce el virus nacionalista en la mente del "luchador por la libertad de tu pueblo", entonces ya tenemos otra cosa... una especie de alien mental, que irá mutando hasta dar el terrible Alien Imperialista... que no puede dejar ser libres otros pueblos, porque todos tienen que gozar de "TU" libertad... y no pongo ejemplos, porque considero que son obvios... de hecho todo nacionalismo exacerbado (incluso pasaría con el erlándés!!!) es un imperialismo en potencia, no hay límites... y no quiero exagerar, pero los irlandeses en modo trumpiano acabarían por reclamar la posesión de los USA, como provincia autónoma de la Gran irlanda... (eso si son capaces de soportar algún tipo de autonomía política).

    Bicos llenos de libertad (pero nada de ácratas, libertarios... y menos libertadores en modo actual trumpista tan tan siliconados).

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    1. Ahora salto al final, porque siempre se pensó que los guionistas de Holywood podían pasarse imaginando cosas... pero ahora sabemos, con Gaza, que nunca podrían imaginar lo que realmente está ocurriendo allí... cuando se dejó hacer a Hitler (al leerlo) también parecía imposible...

      Los Huhgues y los Adams son aves del mismo corral... pero déjame con un Adams, para llegar a alguna parte menos negativa... de hecho suelen provocar menos afluencia psicopática, aún en sus momentos de más mortandad (las posibles bombas de Londinium)... poner una bomba es tremendo, pero dispararle un tiro en la nuca a una persona arrodillada y con la cabeza ensacada es de un sadismo tan voraz como pornográfico... ya no se vuelve igual a la "trinchera"... es una diferencia básica entre ser soldado o terrorista, que disfruta con su sadismo (aunque no lo reconozca e incluso le vitoree la manada)... se hace un mero asesino en serie... a partir de ahí nada lo diferencia de un Ted Bunny cualquiera...

      En cierto modo y aunque no parezca conexo, acabo de ver la serie sobre Leonard Cohen (So long...) y encuentro similitudes con el caótico egoísmo (egolatría más bien) de los llamados artistas "de verdad" (los grandes perdidossss, los megassssufridores)...

      Bicos más bien reposados... aunque sea en una terracita de Hydra...

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  4. ¡Ya era hora! Patrick es de los mejores escribiendo no ficción. ¿Esuchaste su podcast Wind of change, no? Fui a la presentación de su siguiente libro Empire of pain (que es peor que este porque le sobran 250 páginas) y contó que él considera que hay que aprenderlo todo y estudiarlo todo pero que luego, su trabajo como escritor de no ficción, consiste en destilarlo para hacerlo apasionante para el lector pero siempre sabiendo que no te inventas nada y por eso hay todas esas notas a pie de página.

    Me dijo: ¿has visto alguna vez un pato nadando? Parece que no hace esfuerzo, que solo flota pero por debajo las patas no paran de moverse. La no ficción buena es como ese pato, y las patas son las notas a pie de página..

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