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10 marzo 2025

Pulserita en Macy's. Quiero ese ático en Tribeca. Espantoso Calatrava. Sunset en Brooklyn. Empire la nuit (NYC4)

 Lunes, 17.02.25 (NYC4): Bryant Park-Macy's-Bajando por la 6th Av-Cazafantasmas- Ground Zero- Puente de Brooklyn -Dumbo-Empire State Building 



Hoy es lunes: se inicia la verdadera jornada laboral del turista y como tal, nos vamos a pegar una paliza del diez. No hay excusa posible: ha salido solazo y por tanto perdonamos los menos 8 grados ("real feel" -16 por el viento). Divagantes: no hay dolor. ¿Quién dijo frío habiendo capas? -y por muchas que te pongas, seguirás siendo esbelta en este país.

El plan de hoy es bajar hacia Lower Manhattan y el Distrito Financiero caminando, por eso de "vivir la ciudad" y esas chorradas del turista de tercera generación. Ni que decir tiene que empezamos por Bryant Park y como no doy puntada sin hilo, esta foto de la plaza la incluyo para que se aprecie una ambulancia americana-hospitales no hemos visto, pero en esto es donde los llevan:

El Empire State nos observa desde casi toda Nueva York, pero a veces lo tienes más encima que otras. 



En la 34 con la 6th Av está Macy's, un centro comercial de los clásicos donde Mini acaba comprándose un "charm" para su pulsera de Pandora -regalo de mi madre- que, si no sabéis qué es, os felicito. 


El negocio consiste en que le puedes ir colgando "charms" (Intraducible, encantos no me sale) y yo, que ni corto ni pincho porque no soy ni de joyas ni de bisuta, me he visto ya demasiadas veces "aconsejando". Aquí vuelvo a hacer ese rol, ayudando a elegir entre distintos motivos inpiración neoyorkina y al final se queda con uno que tiene una manzanita, un taxi amarillo y un mini estatua de la libertad -solo me gusta el taxi. Aquí no os haréis a la idea, es muy pequeño -afortunadamente. 


Seguimos avanzando hacia Lower Manhattan -el sur- por la 6th Av


Entramos en un Trader Joe's porque a mis compas les gusta ver súpers, por alguna razón. Me planteo que esa gente realmente vive allí y están haciendo la misma fila que yo hago en Tesco. Mi única observación es cómo está de "género bueno" este lugar (ya hablo como una profesional). La fruta y la verdura, me refiero, y me recuerda a otros países por los que he viajado en los que los súpers son desoladores: estantes vacíos, fruta pocha.


Esta es la Jefferson Market Library , seguimos en la 6th.


No sé en qué punto entramos de nuevo en esa inmensa calle que cruza la ciudad llamada Broadway, pero hacia la derecha nos observa este edificio que me encanta. Le hago mil fotos y ahora aprendo que lo llaman el edificio Jenga (como el juego, razones obvias), que es el más alto de Tribeca (la zona) y que es diseño de los suizos Herzog & de Meuron, del año 2017. Está en 56, Leonard St, y si alguien quiere ver la piscina en la planta 9, aquí tenéis el enlace. He leído que el ático más caro se ha vendido por $47m, ehem. Por dentro, el edificio es también maravilloso... qué escaleras!

Ya muy abajo en Tribeca, aparte de casas con sus escaleras de incendios tan fotogénicas...


 ...tenemos la estación de bomberos de los Cazafantasmas (Hook & Ladder Company 8): para los que éramos niños en los 80 y vimos la primera, os suena esta foto? A mí sí, y no la he vuelto a ver:

Ya estamos en "Ground Zero", la zona donde estaban las torres gemelas. Recuerdo cuando vinimos en 2004 que todavía era una zona en construcción, mientras que en 1998 habíamos subido al tejado de una de las torres. De aquella visita recuerdo la estación de metro, que estaba debajo de las torres y tenía un centro comercial, y el viento huracanado que hacía arriba. Las vistas eran espectaculares. Lo que han hecho ahora... más edificios brilli-brilli como estos:


 y dos agujeros gigantes que son unos lagos que terminan en otro agujero, muy feo. A mí me recuerda a un monumento conmemorativo del holocausto o similar:

Alrededor están escritos los nombres de todos los fallecidos. Cuando es su cumple, les ponen una rosa. Da mucha pena. Veo a alguien con mi apellido. Nos sentamos en unos bancos y tres sonrientes de Hong Kong -el hombre tiene la mayor necesidad de ortodoncia que he visto jamás- me piden que les haga una foto. Por una vez, no sonría. Hay una ardilla superconfiada que, sin ofrecerle yo nada, casi se me sube por la pierna. 


Este despropósitode abajo es la estación de metro/tren que construyeron, y no sé si me parece tan horrible porque la diseñó Santiago Calatrava. Con todos sus tics habituales: costó una burrada y en un punto dijeron, vale, que no se abra por arriba que se va de presupuesto, y en otro, hay un problema de seguridad... vamos, muy él. Pero esto lo he sabido luego: ya me disgustó cuando llegué ahí virgen y que si un pájaro volando (repite idea del aeropuerto de Llodio), que si más bien un tipo de dinosaurio. Pero vamos, toda la zona es fea, por ese lado no desentona...


por dentro, mejora algo, por eso; parece una iglesia de esas modernas que a saber quién paga (solo falta que se caiga el crucifijo sobre el cura á la Alex de la Iglesia):

"Yo no quería", lo de entrar al museo del 9/11, pero Mini insiste. Al principio te meten un vídeo sobre lo que pasó en el que yo acabo llorando, el Peda diciendo "propaganda yanki" y Mini perpleja "mummy, cómo te afecta todo". Es terrible ver eso, pensar en Gaza y en la cantidad de vidas que ahora deberían estar como estamos nosotros, frente al ordenador perdiendo el tiempo, o en la calle jugando al balón, o yendo en bici, y que hoy no están. 

La visita al final no está mal, por lo menos para nerdos como yo que difrutamos viendo obras [un día puedo llegar a ser el jubilado ideal, mirando cómo ponen la estructura de los edificios, con los brazos detrás]. No entro en las salas donde están las fotos de las personas que murieron, o volvería a salir muy afectada, pero hay mucho de historia, de contexto, hay vigas carbonizadas, camiones de bomberos, escaleras por las que escapó la gente, fotos, hay una pared enorme con una frase bonita, que no sé bien qué significa, "Ningún día os borrará de la memoria del tiempo", pero por lo menos me alegro que hayan elegido a Virgilio: 

Y hay, por supuesto, muchas fotos de las torres, que no tenían nada especial, y que simbolizaban todo lo que no me gusta, pero a las que relaciono con la Di de 1998... todo ha quedado muy vintage, muy Stranger Things... 



Por fin salimos de ahí y nos encaminamos al puente de Brooklyn. Qué decir de esta maravilla, de cruzarlo con este sol de la tarde... hacemos mil fotos porque es lo que tiene Nueva York, como lo has visto tantas veces en las pelis, no te puedes creer que estés ahí. 






Escucho el "Rhapsody in Blue" en mi cabeza y no puedo parar de pensar en Woody Allen, todas sus pelis que me han traído aquí. Mini dice "me cae mal Woody Allen": aunque ha visto alguna peli en el pasado conmigo, ahora lo conoce vagamente por sus escándalos, y pienso que puestos a buscarnos héroes, es mejor pillarlos muertos-aunque quién sabe, también les pueden sacar (nunca mejor dicho) muertos de su armario. 



Desde el de Brooklyn, este es el puente de Manhattan y he hecho un zoom para que se aprecie la skyline (nota: el siguiente puente es el de Williamsburg, que es el que cita Vivian Gornick en "Apegos feroces", y al que yo hubiera querido ir como friki, pero recordemos que este no ha sido un viaje para mis rarezas...



Nada más cruzar el puente hay una calle en Brooklyn llamada Dumbo desde la que se ve el puente de Manhattan tal que así:


En el arco inferior se ve el Empire State. Hay muchos turistas e influencers haciéndose fotos. Todos ridículos a nuestra manera. Yo yo yo, yo estuve ahí: bobadas, a nadie le interesan. La siguiente anécdota tampoco, pero cuando tenga 97 años y relea esto desde mi chamizo griego (la IA o Matrix o la demencia senil lo habrá logrado, esto y más) me reiré: Entramos en "lo que parece" un auténtico italiano (ya hay que poner ese disclaimer entrecomillado porque quién sabe) a comer algo y tengo que ponerme unas tiritas porque los kms es lo que tienen. Como llevo: 1. medias, 2. leggins peludos y 3. pantalón lana, esta operación no es sencilla y hay que ir al baño a hacer los honores. Solo hay uno y mientras espero, miro fotos de los famosos que sonríen con el dueño: que si Whoopy Goldberg que si nomeacuerdo. Viene una chica detrás y nos ponemos a hablar en inglés y, por supuesto, es mexicana. Me pregunta si llevo mucho rato esperando y no solo le confirmo sino que le advierto le va a tocar esperar también a ella-y le cuento mi vida (sí, soy de las que cuenta su vida, esto ya lo hemos hablado). Total que ella amabilísima, que no me preocupe, que las rozaduras son lo primero. Entro y comienza el proyecto, que ríete de Calatrava con esa estación: esto es ingeniería alemana a su alcance. Oigo voces, movimiento, portazos: ya he hecho un pie, me falta el otro. Qué hacer? Rendirme ahora? No puedo volver a las calles con esa rozadura. En fin: que cuando salgo, tras lo que a todas las luces debió ser un motín, ya no hay nadie. Mis compas no saben dónde meterse y exageran seguro con la fila que se ha montado y lala.

Cuando por fin salimos del italiano -nos deben hacer la ola-, nos encaminamos al Parque del Brooklyn Bridge, donde intento hacer una reproducción del cartel de "Manhattan"una solitaria Diane Keaton (quién necesita a tipos como Woody Allen?) pero nótese que el puente del cartel es el de Queensboro.



Está atardeciendo y, pese al frío, la experiencia es maravillosa:






Eso del fondo es la estatua de la libertad, sin y con zoom:




Pensábamos cruzar de vuelta a Manhattan en ferry y coger allí el metro, pero hay que ir a comprar el billete a nosedónde y luego esperar una hora, así que cogemos el metro al hotel, directamente en Brooklyn. El metro en casi cualquier ciudad es un festival, pero aquí es todo siempre más. Es muy antiguo, y recuerdo el contraste con e de Washington (ciudad que visitamos ya que teníamos allí unos amigos en 1998). 

Muy innecesario, para mí denota mucha inseguridad:

Cuando dije que el Revenant había quedado en triste becario aquí, espero que se entienda que no banalizaba- atención al tipo de abrigos que lleva la peña. En esta estación también veo a un perro con un arnés como aquellos que llevan los perros-guía "no me toquen, estoy trabajando", pero en este pone "perro de salud mental". 


Llegamos al hotel en un estado de extenuación tal que la idea de salir a nada más se hace intolerable. Pero bueno, un té me hace renacer tipo Ave Fénix, y al rato ahí estamos de nuevo en las calles hacia el Empire. Ya habíamos pasado por la mañana pero había fila en la calle, y en principio no hacemos filas. "Elegiste mala ciudad si no haces filas", me digo a mí misma; hemos ido varias veces a un "diner" recomendado donde cantan musicales y todas nos hemos ido porque no queríamos esperar. Pero el caso es que ahora, al llegar: no hay! Acabamos de comprar las entradas con el teléfono, vamos de listos y... en cuando entras, ahí sí que hay fila. Yo no recordaba esto en absoluto, por supuesto hay seguridad, influencers y familias enteras, pese a la hora. 

Termino con fotos desde arriba que me recordó a cuando subimos a la Torre Eiffel y nos echaron a medianoche porque cerraban: aquí ha sido lo mismo, solo que el cierre es a las 10. En el ascensor de bajada vamos solos con el ascensorista, que por supuesto es latino, y nos pregunta de qué parte de Ejpein somos. Cuando el Peda le dice que vasco, él comenta: "ah, entonces no eres español, hay que ser políticamente correcto". Nos echamos unas risas y concluye: "los vascos me dicen que lo único español que tienen es el pasaporte". Más risas. 

El Empire por fuera es chulo, pero por dentro a mí me encanta: es todo art deco y tiene una exposición de momentos icónicos (King Kong), de gente famosa ahí arriba (sí, hasta Taylor Swift) y te puedes hacer fotos metido en la mano del mono gigante. El viento ahí arriba es tipo cara norte de Annapurna, y lo dice una chica de Vetusta. Miro hacia el sur donde se acaba la isla y ahí estaban las gemelas, donde una vez hizo también todo el viento del mundo: pero aquí hemos venido a jugar.












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