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10 agosto 2024

Vespertina lluvia tropical en mis "25 años de servicio"

Hará cosa de mes y medio, un email que me pone de frente con mi provecta edad: una invitación de mi trabajo para celebrar mis "25 a
ños de servicio para el NHS" (Seguridad Social). Que estoy en la lista para recibir un "Long service award", atención: "The long service awards celebrate the outstanding individuals who have dedicated their working lives to the NHS". 

 Y no es que sean 25, es que el pasado 6 de agosto fueron 27: aquel día en el que aparecí en el hospital con un traje azul marino que me había comprado para hacer entrevistas y me metieron en un cuarto a "pasar consulta". El Peda aún alucina de la audacia de esa gente: dejar a una veinteañera que no había ejercido en su vida sola ante una lista de personas con sus dolencias. Recuerdo hacer Mental State Examinations (MSE) como decía el Kaplan, revisar efectividad de las medicaciones y efectos secundarios como decía el British National Formulary (BNF), intentar hacerme al acento de la zona escuchando las historias de los incautos que iban pasando y, cuando no sabía algo, pasar a la consulta de al lado, y preguntarle a mi jefe qué hacer con aquel hombre que quería un cambio porque no se le levantaba. En esa consulta conocí a algunos de los pacientes que más me han marcado, o por lo menos a los que no he olvidado: aquel pintor con el que hablaba de Goya, aquel banquero que se quedó encerrado en una caja fuerte... se me pone una sonrisa en la cara, pienso dónde estarán.

Luego estaba la planta de ingresos, donde pasaba la mayor parte del tiempo. Y como colofón, las guardias: una noche cada cuatro, a veces, si había alguien de vacaciones, una cada tres, o dos. Cómo olvidar esas maratones sin dormir y yendo a currar al día siguiente, cosas que solo se pueden hacer con veinte años. Un mundo diferente: sin ordenadores, con fajos de notas clínicas, con llamadas al laboratorio, con cartas de echar al buzón, con llamadas muy breves a casa (24 p el minuto), con la Yaya diciendo, como le enseñé, en inglés "exténsion five four five one" a la de la centralita para que me pasara la llamada. Qué pena no haber escrito todo eso: claro que, no tenía tiempo. 

El día 8 aparecí en la fiesta en la que se celebraba que un grupo de compañeros habíamos "resistido", nada más. O sea, esto no es un premio por una publicación, por un concurso, por haber hecho nada especial. Simplemente, por haber estado ahí. Para gente menos romántica en lo político que yo esto debería significar nada. Para mí, llevar 25 (27) años trabajando a jornada completa en la pública está chulo. No me engaño, pueden venir tiempos chungos que me obliguen a abandonar el barco, pero de momento, aquí estamos. 



La "garden party" (tuvo lugar en el jardín del hospi) fue quintaesencialmente británica y aún más NHS. Vi de lejos unos cuantos tetras de zumo concentrado y supongo que habría jaffa cakes y custard creams. No lo sé seguro porque llegué tarde: no habían pasado ni 24 horas desde que había aterrizado de otro mundo, paseado por varios husos horarios. Llevaba desde el lunes a medianoche en aviones y durmiendo en aeropuertos, y ya no sabía quién era. Mi careto de jet-lag es patente en la foto en la que sostengo el diploma y la placa entre dos señores trajeados muy importantes. Uno de ellos fue Miembro de Parlamento por los Lib Dems hace años y le freí a cartas para que me ayudara con los problemas de financiación de mi equipo, porque había expresado un interés sobre mi grupo de pacientes. El hombre estaba muy interesado en preguntarme sobre Vetusta -habíá estado!- y no me pareció el momento de recordarle, "sabe? aquella de las cartas que espero le pasara su asistente personal era yo".

Entretanto, sonaba reggae a demasiado volumen de fondo que me impedía entender todo lo que la gente que hacía tiempo no veía explicaba (sonreír y asentir) y, siendo Londinium en agosto, el cielo estaba encapotado y enseguida se puso a llover. Lo cual tenía sentido: es la lluvia de cada tarde en los trópicos, a la que me he acostumbrado en el último mes. Qué detalle de la diosa de la metereología hacerme este guiño: volvía a estar refugiada en un café esperando que pasara el diluvio bebiendo un agua de coco. 

Ah, qué ha pasado ese último mes? Enseguida os lo cuento: muchas ganas. Mientras tanto, por unos años más (no 25!) en el NHS...

Un abrazo

di

6 comentarios:

  1. Veinticinco años más claro que no, pero unos diez más sí. Y luego, tumbarte a leer todo lo que quieras. En alguna isla griega o... tienes dónde elegir.
    Un beso.

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    1. Muchas ganas de pasarme una jubilación como la tuya, leyendo y leyendo, escribiendo mis tochos, baniándome en la isla griega un rato y paseando por la Zurriola otro :)

      Más besos

      di

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    2. Por cierto, me olvidé de reseñar que tu privación de trabajar en la privada es una auténtica medalla, de esas que no tienen ni The Beatles...

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  2. menos mal que has vuelto... aunque sea desde La Conchinchina... un nombre que leí en revistas serias y escuché por la radio en mis años mozos... no me van ese tipo de viajes, pero son los que me quedan en estes años de jubilata... aunque prefiero leer lo que de ellos me dejes...

    Bicos viajeros, aunque sean virtuales...

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    1. Muchas gracias MV, qué amable! Y gracias especiales pq has estado aquí durante este mes de ausencia, leyendo divagues antiguos... A ver si la serie está a la altura.. espero escribir todos los días pero hoy por ej tengo una fiesta de despedia y ya no podré.... España cierra en agosto pero UK está más q abierta! :)

      bicos

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  3. llego tarde pero enhorabuena por haber resistido. Ya nos queda menos para jubilarnos. Quiero ver tu foto con los dos señoros

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