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14 abril 2022

"Tránsito" de Rachel Cusk: Escribir es persuadir a un extraño de que se quede.

  "Tránsito" es el segundo de la trilogía "A contraluz" ("Outline") de Rachel Cusk. Parece que este está siendo mi año de las trilogías: Barea, Fante y ahora este. Leí el primero que da título a la trilogía el verano pasado y el divague ["A contraluz": Metaliteratura, Atenas y cantar "Carmen" en la ducha] está aquí, por si os quedáis con ganas ya que este es sucinto. Va, ahora en serio: si fuera capaz (o tuviera algún interés) en escribir divagues como los de los bookstagramers, de mil palabras, podría quitarme el tema con este párrafo. En el primero la protagonista, - se llama Faye pero solo lo dice una vez en todo el libro -, va a Grecia y tiene conversaciones con distinta gente que conoce en el avión y allí.  En "Tránsito", Faye se muda con sus dos hijos a Londinium tras su divorcio, y como en "Outline"  (y supongo que la tercera, "Kudos" tendrá la misma estructura) la narradora va encontrándose con gente, con la que habla y las reflexiones que suscitan esas conversaciones y sus observaciones son el motor de la novela. No "pasa nada" y pasa todo. Pero, ¿quién quiere acción cuando tienes duda, transformación, nostalgia, soledad, replanteamiento del concepto destino y besos imprevistos en la puerta de tu hotel?

Volver a Londinium: riqueza obscena

Una de las cosas que choca de esta ciudad, no importa la cantidad de años que lleves viviendo aquí, es la cantidad ingente de riqueza acumulada, barrio tras barrio, calle tras calle, casa tras casa. Por supuesto que las partes pobres exceden en mucho a estas, y a menudo están mezcladas (puede haber un "estate" que es una especie de urbanización inmunda de vivienda social, al lado de casas de millones de libras - cómo olvidar la Grenfell Tower, claro ejemplo de esto), pero lo que choca, en una ciudad tan grande, es la enorme cantidad de zonas de "dinero viejo" (dinero de siglos, todo hecho sobre la sangre de esclavos de sus colonias, sin ninguna duda). 


La propia Cusk observa, cuando pasa por uno de estos barrios respetables que "los setos perfectamente recortados y los brillantes ventanales siempre me causaban sentimientos tanto de seguridad como de absoluta exclusión". No podría describir mejor mis sentimientos cuando voy en bici por esas calles. El otro día, toda sudor y casco, me senté en las cuatro escaleras que culminan  en unas columnas tipo dóricas -sencilla entrada principal de un casoplón en Chelsea - a comerme un plátano y hablar por teléfono. En ese momento, paró un Porche (hasta los que no sabemos de coches, nos suena de algo) y salió un tipo que debía ser el dueño de las escaleras y por extensión el casoplón. Fue amabilísimo, by all means, no te muevas, parece que era él quien me afrentaba por intentar entrar en su casa, que a Cusk le da seguridad y exclusión. Yo pensé en lo que habían robado sus antepasados, aunque también fui impecable y no se lo recordé. Todos amigos. 


"Y es que en Londinium hay demasiada ironía: todo es una imitación de ello mismo". 


Encontrase con un ex, educación de los hijos

En otro capítulo aprovecha Cusk para hablarnos de "tipos humanos": este antiguo novio que se quedó algo tocado, y que "odia el exceso y el derroche" (ex, me representas). El pobre había crecido bajo la mirada de unos padres violinistas y la impresión de que "su amor por él dependía de que él conformase con sus deseos" e intenta no repetir patrones con su hija (incidentalmente lleva la funda del violín de la niña al hombro). 


"Las niñas no tienen tantos hobbies como los niños", esto me ha dado que pensar. Como siempre, necesito datos, y no los tengo: si fuera cierto, sería un drama. Pero me gustaría que mi hija tuviera muchos más hobbies, y entonces tengo que intentar que no transpire o podría parecer "el amor que depende en su aquiescencia con nuestros sueños, nuestros deseos".  Si total, solo queremos que sean felices, ¿por qué Mini me dice a veces "mummy, por qué tienes que hacer una lección de vida de cada cosa?". Si le cuento que el ex de Faye opina que “nos enseñan la doctrina de la auto-aceptación" pero él aboga por prestar atención a las cosas en las que no somos buenos o no nos sale natural, las que nos resultan difíciles: "entonces la idea de rehusar a aceptarse a una misma se convierte en radical". Revolucionario, ya vale de la generación “snowflake”.


Vivir-la-vida-loca, varias décadas después

Esta es una conversación que Faye tiene con su peluquero, en ese momento de la vida en la que una va a teñirse el pelo por primera vez en una especie de desafío a los años que galopan. Este es otro personaje que me es tan familiar, que he conocido más o menos similar en diversas latitudes, que me pregunto si es un arquetipo, si todos hemos tenido ese peluquero que ama la noche y las fiestukis y con el que sientes que no has vivido. 


Cuando vivía en Vetusta tenía al que fue el pico del peluquero-crápula. Acabó siendo una institución en casa porque también era amigo de Fashion y alguna vez llevamos a la Yaya y hablaron en catalán. Él acabó en el hippismo, le vimos en un canal local en el equivalente de "callejeros de la noche vestústica" bailando (estará esto en Youtube me pregunto) y hoy sabemos que está jubilado en un pueblo costero. Nuestros peluquero, claramente no estaba en la fase "de bajada” del peluquero de Faye que opina que "la vida de fiestas es repetitiva, no te lleva a ningún sitio, porque lo que representa es libertad". Pero si tú ejerces tu libertad, con tu liberación, generalmente impones cambios a otros, e igual luego es para terminar con otra versión de lo que ya teníamos:


... when people freed themselves they usually forced change on everyone else. In fact, the first thing people sometimes did with their freedom was to find another version of the thing that had imprisoned them. Not changing, in other words, deprived them of what they'd gone to such trouble to attain (freedom).”


"Hay un error que consiste en pensar que la transformación es lo mismo que progreso. Las cosas pueden parecer muy diferentes, pese a permanecer igual. El tiempo parecía que había alterado todo menos la cosa que de verdad tenía que cambiar (...) El paso del tiempo cruelmente meticuloso".


Se puede progresar, se puede regresar. Se puede andar en círculo 360 grados y llegar donde estábamos. Qué bonita la frase del tiempo cruelmente meticuloso: solo a ciertas edades la empiezas a entender.


Festival literario

Faye es invitada a un festival donde comparte mesa redonda con tres tíos, a saber: El moderador, el típico encantador  y encantado de haberse conocido con traje hecho a medida, slim-fit (la palabra en inglés, por si a alguien le interesa, es "dapper") y dos escritores que están en el "circuito saraos festivales literarios", ya se conocen de previos y por ello saben que cuentan siempre lo mismo. Uno escribe de sus traumas infantiles, para él "todos los escritores buscan llamar la atención" y "la escritura es una venganza" (en su caso, de su abuso, aunque valora que "la crueldad es una manera de que te hagan caso"). Contar historias es terapéutico porque "tú controlas la historia, que es mejor que ella te controle a ti". Hazte con la narrativa, hazte con el poder. Es una de esas personas a las que les encanta escucharse, y apenas deja espacio al otro escritor, un nerdo de garaje,  que "sufre de deficiencia de vitamina D de tanto estar en tu sombra'', le bromea. Este segundo tipo escribe novelas donde "no pasa nada, o por lo menos nada que la gente reconozca que merece la pena escribir" (inevitable no ver a Cusk aquí) y cuando empezó a escribir su novela en su cuartucho mal ventilado no quería que nadie supiera de él. Luego su libro explotó,  él fue expuesto, aunque "no sabía si podría escribir de nuevo - su relación con el mundo no era lo suficientemente dinámica". [Volvemos a Bukowski-vive y luego lo escribes]. 


Así que ahí tenemos el escenario: tres tíos y Faye, que queda para el final y a la que casi no dejan tiempo. ¿Suena familiar? Ella, en lugar de hablar, de escucharse a sí misma, lee un trozo de su obra. Menos mal que alguien le dice: "no sé cuándo escribiste eso, pero es a mí a quien estabas describiendo" (esto nos ha pasado tantas veces como lectores, y me puedo imaginar la ilusión de que alguien te lo diga como escritora). Si no llega a ser por ese momento, se sufre por ella.


Es raro que los escritores no tengan miedo de estos eventos porque escribir y leer son "transacciones no físicas". Igual que me planteo ese "qué harías tú" en situaciones descabelladas (y, sí, también, en una ataque preventivo de la URSS), también alguna vez he pensado si yo iría a hablar "de mi libro" (o incluso de mi blog) en este tipo de foros. Al final, mi conclusión ha sido siempre no. Y hay una frase de Cusk que me ha encantado y que me lo ha corroborado: "Escribir es persuadir a un extraño de que se quede"


"To be reminded of the fundamental anonymity of the writing process, the fact that each reader came to your book a stranger who has to be persuaded to stay".


Y además de persuadir a un extraño, lo que pasa es que gusta ser una extraña también para ellos. La idea de que alguien te lea sin saber nada de ti, que sea la escritura puramente, tus historias, lo que les persuada a quedarse. Ahora recuerdo que, menuda coincidencia, aquel programa de radio que hacía yo en la época de la uni se titulaba "Quédate" (porque la sintonía era el "Stay" de Maurice Williams & The Zodiacs):


… Stay, ah just a little bit longer,

Please, please, please, please, please,

Tell me that you're going to

… Come on, come on, come on, stay...


¿Captará el divagante cierta disonancia aquí? Porque yo leo sobre la vida de los autores,  me interesa saber desde dónde escriben. Vale, touché, qué más da. Todo esto son hipótesis tipo qué-harías-tú-si-pudieras-ser-invisible. Juegos mentales. 


Y ningún festival o congreso que se precie puede terminar sin El Final Enloquecido, ese momento de despersonalización en el que te ves desde fuera, como una actriz en un escenario y piensas, ¿esto está pasando? Desde terminar bailando en una jaula de discoteca en traje, hasta acabar "crashing" en una habitación con colegas que son en realidad extraños a las 5 am, hasta algo moderado como lo de Faye, que acaba siendo besada por el dapper en la puerta de su hotel: 


"sentí su ropa cara y su piel caliente debajo. Se separó y me dijo "eres como una adolescente", y me siguió besando mucho rato". 


Albañiles albaneses: todos tenemos uno

Igual que todos hemos tenido un peluquero "del mundo de la noche", todos en Londinium hemos tenido un "builder" albanokosovar.  Como estos divagues de libros son en realidad una excusa para contar mi vida (tenía un borrador de un divague titulado "narcisismo de la vida real vs, narcisismo bloguero”, lo cual demuestra mi profundo insight), ahora viene cuando debería escribir de Sokol y Armando, cuñados y residentes en Londinium, albanokosovares que acamparon aquí en casa más tiempo del planeado y que dieron un juego impresionante para potenciales entradas de blog, que nunca escribí. Teníamos serios problemas de comunicación, sobre todo por whatsapp.  Sokol, que era el fluido, decía "Chííís" al final de cada frase (chís es su versión de Yísss, Yísus, Jesús, Jesucristo). También me llamaba madám (afrancesado, qué chic), parecía mucho mayor que yo (siendo menor). Venía en bici algunos días con tablones al hombro, no sé cómo no acabó en comisaría por suponer un peligro al tráfico, y la ataba con una cuerda, literal.  Aspiraba todo fenomenal, incluso el pasillo comunal (había oído las llaves de Rose un día, y eso bastó). Al final de la obra descubrí que era un negacionista de las vacunas porque "Dios le ayudaría" y "era de un pueblo de las montañas, gente fuerte, chís". Hice lo que pude -nivel tengo un póster provacunas en mi ventana y pegatinas-, sin éxito. A la vuelta de Navidades hablamos y me dijo que había estado "muy mal, con la gripe". Cuando sugerí si era covid, "no, chíííís, madám, no" y además, de qué me había servido a mí vacunarme si (yo sí) lo había cogido. En fin, que tenía que haber escrito las historias de Sokol porque era una fuente inagotable de diversión.


Como decía, Faye también tiene uno y una amiga suya, que está en una fase perdida de la vida, incluso se lía con el suyo. Esta amiga cubre otro de los capítulos: llega tarde al té con Faye, aparece llena de polvo blanco de vivir en una obra permanente, y le cuenta a Faye que se acabó liando con su albañil (o más bien el que manda al albañil qué hacer, este país es así), un hombre mayor que, ella reflexiona "incluso una mujer independiente como yo había caído en la trampa de ser cuidada". Faye le habla de otra amiga común, casada con un tal Dan, que es el hombre perfecto, pero según ella estos hombres no existen, "están todos pillados, son posesiones... como una pintura cara de museo". La pobre habla de cosas tan desoladoras como "tener la sensación de ser el testigo invisible de la soledad de otra persona".


Cusk siempre mete puyitas a los corredores, lo recuerdo de "Outline" y eso a mí me gusta, porque a mí me gusta meterles puyitas a los corredores. No lo puedo evitar: me caen mal, y más durante la pandemia en que los llamaba los "aerosoles ambulantes", que te respiraban encima. Aquí está la cita de los corredores de este libro:


"Todo el mundo que conozco está corriendo maratones para ONGs, pasan su tiempo entrenando y comiendo saludable, y yo comiendo comida precocinada y teniendo la vida emocional de una adolescente. (...) Igual la gente corre maratones para poner en práctica sus fantasías de escapar".


Volviendo a los albañiles albaneses, uno le cuenta a Faye cómo en el pasado, cuando trabajaba en una terminal de Heathrow, los despedían cada viernes, y re-contrataban el lunes. Es el mercado, amigos. Le contaba cómo veía reunión tras reunión de familias [quien quiera llorar puede ponerse una peli de domingo por la tarde, o verse el final de "Love Actually" en las "Arrivals" de Heathrow. Bobadas, por hacer daño de verdad, si quieres llorar ponte el principio de "Up"... yo no puedo]. Decía que la pobre cuadrilla de albañiles viendo abrazos de madres y padres e hijos, mientras sus familias están en Albania, a ver cuándo ahorran para ir. Qué bonito se puede hacer una arenga en literatura sin que lo parezca, verdad? No me lo digas, demuéstramelo: eso es escribir bien. 


Flecos

Como me pasa a veces escribiendo estos divagues locos sin lógica ni concierto (me hace gracia la gente que dice "no me lo leo porque planeo leer el libro". As if), me quedan unas notas sueltas que no sé dónde meter. En realidad, podría hacer un párrafo entero con cada una de ellas, creedme, pero quiero publicar esto hoy, por razones de agenda vacacional. Así que al lío con las frases, sin desvaríos míos adjuntos (bueno, máximo una línea):


“Hay gente que sabe lo que quiere escribir, pero no cómo hacerlo"

 Son los que van a los cursos de escritura creativa. Otros inconscientes se lanzan sin saber ni qué ni cómo. Si os contara. 

"El Mal era un producto de la derrota, de dejar el esfuerzo, abandonar la autodisciplina cuando tenemos el deseo delante. Era un estado de pasión."


Yo digo: Viva el Mal, Viva el Capital.  


“I had started to desire power, because what I now realised was that other people had had it all along, that what I called fate was merely the reverberation of their will, a tale scripted not by some universal storyteller but by people who would elude justice for as long as their actions were met with resignation rather than outrage.
No hay que dejar que se salgan con la suya, Hay que patalear, no hay que resignarse.

“Loneliness, she said, is when nothing will stick to you, when nothing will thrive around you, when you start to think that you kill things just by being there.”
Esta de la soledad da mucha pena.

"Con qué frecuencia la gente se traiciona a ellos mismos, nos dicen cosas de ellos mismos, por sus observaciones de otros".

Conversación interior: Imagina, Di, lo que traiciona elegir unas citas y no otras cuando escribes de libros. 

Por terminar con un clásico: si alguien ha llegado hasta aquí, mis respetos, mi admiración y tal vez incluso os podría extender una receta. Feliz Semana Tonta, divagantes. Ah, y leed a Cusk.

11 comentarios:

  1. Caray no sé que pasa hoy que anda el paseo vacío... Salud y República, que no em gusta celebrar nada, pero esta fecha (como la del 11 de septiembre/Allende los mares) sigue siendo fundamental... y como yo digo, sin salud no hay lo otro y sin lo otro no hay lo uno... en fin, el Hamlet lo diría mucho mejor, pero no más certero...

    Bicos libertarios (porque con la forma republicana no llega, mira en la "romana obelixca")...

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  2. Decir unas citas u otras no indica nada sobre la calidad humana del citador/a/e... y por eso yo digo que, mientras no se demuestre lo contrario , somos todos "algoritmos" (en internet!).

    Si no conocemos el argumentario usado por un cerebro humano, para saber la razón (o sinrazón) de su elección (de citas), todo es como un brindis al sol (que, por cierto, me acaba de dar un pallá, como que no viene muya cuento la "cita")... en fin, que digas las veces que digas, que eres Mariona la del Benedetti, sigo sin tener más allá de un 0'001 % de probabilidades de acertar, si llegara a considerar que tu sí eres Mariona la del Benedetti...

    Pero acaso, ¿estaba más seguro el Odiseo, de que tenía un posible affaire (y poder seguir vivo ) con la misteriosa Circe?

    Bicos citantes...

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  3. Son como un ninguén, pero teño que dicir que o de "perro malo", que recomendas na túa quinta columna da dereita, ten de fabuloso ata as meninges dun zombi en horas bajas... y acabo de darem cuenta que se me fue el idioma... ahí lo dejo!

    Bicos galeguistas...

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  4. Tengo muchísimas ganas de leer este y el anterior. Yo leí despojos y me fascinó.

    Y si, este lo he leído entero porque se que a Cusk no se la puede spoiñear. Y menos mal que has dicho lo del ataque preventivo. Wue se note los años que tenemos

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  5. Uf, Uf, vaya ataque preventivo de la Rusia neozarista y estalinista... me acabas de dar en plena rodilla, con un certero disparo... hay tanto para arar en ese buen artículo de Letras Libres, que más que buey me siento toro.. pero no sabría muy bien ser distante... así que me conformo con esta "movida muy parcial"... porque, suele pasar en España, y más desde que los montadores de tiendas se hicieron con las plazas, que falta mucha mucha lectura, se hable de lo que se hable... en fin... bicos lectores!!!!!

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  6. Darlings, breve... estoy en la Inglaterra profunda, ese lugar, de ahí mi pobre counicación. Pero volveré... cargada de munición, ríete de los ataques preventivos...

    Muxus

    di

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  7. Aprovechando lo del Pisuerga y que estás en la profunda Inglaterra, mandamos otra andanada desde la Galicia profunda... esta vez sobre el nuevo "pie" (tarta de...?)del blog... porque si algo le va bien a ser más de dos es que se consiga añadir a la manifestación, a fin de cuentas toda escritura es manifestarse, a otro ser humano que buenamente "pasaba por allí"... recuerdo como muchos manifestantes antifranqusitas hacían escapar a los humanos voyeurs, por dirigirse a ellos con imprecaciones imperativas... como si les debieran algo y los manifas estuvieran "trabajando"... en fin, que la izquierda aún tiene mucho mucho que aprender (y los adolescentes "de izquierda" ya no digamos!!!)...

    Bicos manifestantes...

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    1. GRaxias MV, me alegro q te guste el nuevo lait motif del blog... como ves,ya estoy de vuelta, a seguir persuadiéndoos de q os quedéis. Espero q lo hayas pasado bien.

      bicoxx

      di

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  8. Bueno, al grano. Supongo que debe haber muchas, pero eres, tú o tu voz poética/crítica de las pocas personas que aprovechó las indicaciones sobre cómo leer y qué, cómo y qué mirar en un museo, qué mirar en las personas, cómo redactar... etc. Y mira que se emplea tiempo, sobre todo, en enseñar este tipo de cosas, y mira cuántos estudiantes pasean los museos y leen, o lo parece, libros, y cuántas campañas hay y habrá para culturizarnos, pero interesan, en general, más bien poco.
    Y ya está. Todo subjetivo.
    Un abrazo

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    1. Qué tal ANDANDOS, espero q todo bien. El otro día leí q no se podía tener "buen gusto" para todo, q había gente q lo tenía para la música, otros para la distribución de espacios, y suma y sigue. Me pregunto qué es el buen gusto. Te agradezco tu comentario, pq me haces sentir un poco como al perosnaje de Cusk cuando le dicen "me estabas describiendo", pero bueno, este texto es, salvo un par de anécdotas, todo de Cusk, es su mérito, no mío... :)

      Abrazos

      di

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  9. Quería decir: "de las pocas personas que conozco".

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