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25 abril 2021

"Una joven prometedora" y "The assistant": Hay que seguir cabreadas

 Dos pelis muy distintas que he visto recientemente, pero que tienen en común estar ambas en la estela de #Metoo son "Young promising woman" (jugando con el sintagma hecho "Young promising man"- "joven prometedor") y "The assistant"

La primera pone el foco en el tema consentimiento sexual y la "cultura de la violación" mientras que la segunda cuenta, de una manera mucho más contenida, lo que ya vimos en "Bombshell", la peli de Jay Roach de 2019 (creo que la tradujeron como "El escándalo", pero nótese de nuevo el juego de palabras, en inglés una "bombshell" puede ser tanto una mujer espectacular como un algo sorprendente por devastador o impresionante)- lo que sufren muchas mujeres en el mundo del cine y el entretenimiento.

Sí, "Bombshell" la protagonizaban tres mujeres espectaculares: Charlize Theron, Nicole Kidman y Margot Robbie. Nota: para mí Robbie es la actriz más guapa ever, y además si hay que ponerse una peluca pelirroja que la hace medio calva y la cara llena de viruelas para hacer de Elizabeth I, lo hace; y ahora que lo pienso, Theron también protagonizó "Monster" y Kidman se puso la prótesis nasal aquella para hacer de la Woolf. "Bombshell", como "The assistant" narra la historia del abuso de un magnate de la industria (inevitable no pensar en Harvey Wenstein) muy en tu cara: es muy dificil ver ciertas escenas de ese pavo asqueroso magreando a la encantadora Robbie. La peli (y quien la vaya a ver que se salte esta línea) está basada en hechos reales y básicamente va de cómo estas mujeres se unen y atacan, y todos sabemos dónde está ahora Wenstein. 

Por contraposición, en "The assistant" (Kitty Green, 2019), no hay sensación de triunfo de la sororidad, sino asfixia (no hay más que ver el cartel anunciador, la peli es toda de ese color). Porque todo lo que hace -en la mejor tradición de ciertos autores estadounidenses, como Raymond Carver, que terminan los relatos sin deselace, abruptamente - es mostrarnos un día en una de esas oficinas de una productora con magnate abusador desde los ojos de Jane, una chica con título de buena universidad que ha empezado hace poco como "chica para todo", con el fin de aprender y progresar en el mundo de la producción. Ella no es una tía buena y, como le dice el imbécil de Recursos Humanos "tranquila, no eres su tipo", pero es testigo de lo que hace este cerdo con la hilera de, estas sí, tías buenas que pasan por su oficina. 

La peli está ambientada en una época indeterminada antes de #MeToo, y comienza un día tan pronto por la maniana que es de noche.  Jane es la primera que entra en el edificio a preparar todo (y a adecentar la oficina del jefe, spray en fluídos orgánicos en la moqueta incluido) y la seguimos durante todo su día, mientras fotocopia mirando al infinito, se come las broncas de algunos clientes por teléfono, encubre al magnate cuando su mujer llama gritando y exigiendo dónde está-por supuesto, tirándose a alguien-, se calienta comida precocinada en el microondas, cambia billetes de avión de jefezuelos, y por fin, ya por la noche, es la última que se va. La claustrofobia que esta chica siente durante todo el día, viendo lo que está pasando y cómo todo el mundo es cómplice, empezando por otras mujeres y por ella misma, es compartida por el espectador. Es una peli dura pero muy necesaria: de una manera indirecta pone encima de la mesa lo pasó (está pasando?), lo que es el poder, y cómo son sus tentáculos. 


Como he dicho, otra cosa muy diferente -y con la que yo me lo he pasado mucho mejor- es "Young promising woman", escrita y dirigida (su primera peli) por Emerald Fennell: aquí la protagonista, Cassey (interpretada por Carey Mulligan) es perfectamente activa. Así como Jane es mera observadora y cronista para nosotras, Cassey tiene un plan. Así como a Jane, cuando intenta actuar le dicen, olvídate mona, tienes mucho que perder, lo estremecedor de Cassey, que fue una joven prometedora, ahora no tiene nada (y como todos sabemos desde el tío Karl, no hay mayor dinamita que solo tener tus cadenas por perder). Recordemos a "La novia" en "Kill Bill"-claro que hasta para ella cambian las cosas cuando se le pone el Predictor azul- pero esto no es el caso de Cassey, y eso la hace aún más terrorífica. Lo que tiene en común con "Kill Bill" es que es una fantasía, una vez más en contraste con el hiperrealismo de "The assistant".

La peli comienza (y termina) con una escena brutal, que te tiene el corazón encogido hasta que termina con un bang: una chica de treintaytantos vestida de ejecutiva en una discoteca, bordeando el coma etílico es evaluada desde la barra por un grupito de tíos. Parece una potencial candidata para el "necesitas ayuda", "ya te acompanio a casa" pero en realidad, "voy a hacer contigo lo que me dé la gana". Total, ni se acordará, qué importa que ella no tenga capacidad de consentir en esos momentos. Pero lo que podía haber sido una peli sobre este horror desde el punto de vista de Cassey, despertarse al día siguiente, el mundo se cae encima no es tal: la peli da un giro super-interesante y la víctima deja de serlo. De entrada simplemente por dejar de interpretar el papel de pedazo de carne comatoso y pasar a ser una persona con voz. 

Los tíos de turno -que ella va haciendo tick en su cuaderno- reaccionan de distintas maneras, la fiesta se ha acabado cuando tienen a un ser racional y, cómo no, lleno de furia delante de ellos. Aquí entra la parte fantasía: y si solo fuera verdad que cuando estás con un tío sola en una habitación pudieras tener la confianza para hacer lo que Cassey hace sería maravilloso y toda esta mierda no tendría lugar. Tristemente, con un tío sola en una habitación, un callejón o un descampado, seguro que eres la que más tienes que perder si la cosa se pone violenta. Qué chulo sería poder invocar a la Beatrix Kitto que llevamos dentro y hacer comer el polvo, como hace Cassey.

En Espania, el tema del consentimiento en mujeres que no tienen capacidad de consentir tiene un ejemplo tristemente cercano en aquellos violadores de sanfermines que se autodenominaban "la manada". Hasta no hace mucho aún había una mentalidad de "si va intoxicada, ella se lo ha buscado". Aquí en UK hay un escándalo de abuso sexual en los colegios de secundaria, desde chicos montando aplicaciones para puntúar a las chicas (en 2020, en serio? es esto una feria de ganado?) hasta violaciones en fiestas (contemos que en UK se bebe aún más que en Espania, y ya es decir).  Por todo eso es importantísimo que se hagan películas como "Una joven prometedora". 


Carey Mulligan: gran actriz
Aún habrá unos cuantos por ahí, los del "no todos los hombres", a los que potencialmente escandalice la peli. Pero sinceramente, lo que me escandaliza a mí es el proceso paralelo que ha ocurrido con respecto a Mulligan, a la que ojalá den el Oscar (no porque los Oscar impliquen calidad, solo que más gente verá la peli). Resulta que el crítico de la revista "Variety", la biblia donde todos van a leer el dictamen de calidad de una peli se permitió comentar que "no tenía claro la elección de Mulligan como femme fatale, que él habría puesto a Margot Robbie" (que es incidentalmente productora-pero no actúa- de la cinta). En primer lugar, niego la mayor: Cassey no es una mujer fatal, es más que evidente para cualquiera que haya leído el fondo de la peli, sus motivaciones y dónde está anclada, de prometedora médica a mujer sin futuro. Pero es que además, ding-dong, crítico de Variety: no le pagan por criticar la película? Como dijo Mulligan en una entrevista: "básicamente, dijo que yo no estaba lo suficientemente buena". Que, en fin, en una peli como esta es para decir, siga hablando, crítico, siga, para probar mi punto. En un gesto inusual, Variety se disculpó por las opiniones de este palurdo: "Variety sincerely apologizes to Carey Mulligan and regrets the insensitive language and insinuation in our review of “Promising Young Woman” that minimized her daring performance".

La peli tiene una fotografía muy interesante, una manera de mirar especial, y sentido del humor, pese al horror del tema de fondo. Para ilustrar esto último -y con esto termino, en serio-, incluyo una escena monísima que no puedo evitar ver con una sonrisa y que, para mí, pasa ya al olimpo de las escenas de baile de cine, casi al nivel de Uma y John en "Pulp Fiction" o Emma y Ryan en "La la land". Contexto: Pese a toda la marejada en la vida de Cassey, en un punto se lanza a una especie de relación con un tipo que conocía de la facultad de medicina, uno que de entrada parece lo opuesto a un malote (ha acabado de pediatra, imaginen), encantador en su torpeza, buena gente. En un punto van a comprar algo a una farmacia (en los EEUU, como aquí, es un concepto que combina la farmacia en una esquinita con el supermercado nocturno de la peor ralea) y el tío se pone a cantar (y bailar) Paris Hilton, la canción más cheesy del mundo ( clip abajo). Sinceramente, con un tío que se pone a bailarte así en una farmacia, no hay elección, salvo dejarlo todo.  

Menos el cabreo, chicas. Con esto hay que seguir, y con libros y con canciones y con pelis y con entradas de blog sucintas como esta. 

2 comentarios:

  1. The Assistant no te la recomendé yo?

    La de La joven prometedora quiero ir a verla con mis hijas, veremos. Y esta es mi aportación hoy, estoy tan cabreada con la política que no tengo mucho más que decir.

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  2. The Assistant me sale cada vez que entro en Filmin y, aunque estoy segura de que es buena, no puedo evitar que el tema me desanime un poco, supongo que acabaré viéndola. La otra también, sin duda. Pero bueno, estos temas me alteran: ¡que a estas alturas haya que luchar por lo evidente! (y por la pinta, tendremos que seguir luchando muchos años más)...

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