Hace tiempo que no hacía un divague así: un resumen de algunas de las ideas de un ensayo, sin dar las mías. Todo lo de ahora en adelante es de "The tipping point" de Malcolm Gladwell (salvo algunos paréntesis, que el divagante avezado -sí, pienso en ti- tal vez reconozca). Y es así por "culpa del contexto"... (y porque si entro al lío" me saldría un divague á la Snoid).
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En los 80, el nivel de la delincuencia en Nueva York alcanzó cotas epidémicas.
Sin embargo, llegaron los 90, y de repente empezó a dismuinuír. En general la delincuencia en todo el país empezó a bajar por varias razones: el comercio de cocaína empezó a declinar, la economía mejoró dramáticamente a la vez que la población envejecía. Pero esto no aplicaba a Nueva York: justo allí, la economía todavía no había comenzado a mejorar y la ciudad estaba haciendose más joven (por los inmigrantes), no más vieja. Además este declive en la violencia no fue gradual. Qué paso entonces?
La respuesta de Gladwell es la "Teoría de la ventana rota" (idea de Wilson y Kellig). Ambos sostenían que la delincuencia es consecuencia del "desorden callejero". Si rompen una ventana y se queda sin reparar, la gente que pasa por ahí concluirá que a nadie le importa. Pronto, se romperán más ventanas y esto lanzará el mensaje de que todo el posible en esa calle. En una ciudad, dicen Wilson y Kelly, "problemas pequeños como ese o el mismo grafitti son invitaciones a más y mayor delincuencia".
Esta es una teoría epidémica de la delincuencia. Las epidemias son sensibles a las condiciones y circunstancias del momento en que ocurren. La delincuencia es como una moda infecciosa: empieza con una ventana y contagia a toda la comunidad. El "tipping point" (la gota que colma el vaso) aquí no es una persona, es algo físico como el grafitti.
En la mitad de los años 80, Kelling aconsejó al transporte de Nueva York que pusieran en marcha la "Teoría de la ventana rota". Insistió en que el primer paso para terminar con la delincuencia del metro era terminar con el grafitti, porque era un símbolo del colapso del sistema del metro. Si una mañana aparecía un vagón con grafitti, ese día no salía hasta que lo limpiaban. Mandaba un mensaje claro a los grafiteros: si queréis pasar la noche pintando un tren, bien, pero vuestra obra no verá la luz. El siguiente paso fue ponerse serio con el gran número de usuarios que se saltaban las barreras y no pagaban. Como el grafitti, era otra "expresión de desorden" que invitaba a delincuencia mayor. Porque si hay unos pocos que no pagan, algunos de los que pagan acaban pensando que son idiotas, y siguen sus pasos. Si todos se escaquean, yo también, piensan muchos. En resumen, lo que parecen insignificantes delitos eran el tipping point para delicuencia mayor.
La "Teoría de la Ventana rota" y el "Poder del contexto" son lo mismo. Ambos se basan en la premisa de que una epidemia puede ser parada si se alteran los pequenios detalles. Eso es lo que hicieron en Nueva York, y funcionó. Esta es una idea radical si pensamos en las teorías que se suelen usar para explicar el comportamiento delictivo. Tenemos hipótesis desde el biologismo más puro (hay genes que predisponen a la violencia, "la personalidad agresiva", etc) hasta el "la sociedad le hizo así" (injustica social) pasando por "los fallos morales de esta sociedad, ya no hay respeto". Y es que, sorpresa sorpresa, resulta que la gente que crece en la pobreza, padre ausente y sufriend racismo no tiene el mismo interés en mantener las normas sociales que la gente esa que piensa que "ya no hay valores". Sus valores.
Pero la "Teoría de la ventana rota" sugiere que el delincuente es sensible a sus alrededores. Y comete más delitos según ciertas pistas que ve alrededor de él. "El Poder del Contexto" es una idea radical porque dice que el comportamiento es una función del contexto social. En lo que se diferencia esta teoría de las viejas citadas antes (la delincuencia es el resultado de la injusticia social, los genes, la negligencia institucional, etc) es que en esta para cambiar estos Grandes Problemas había que embarcarse en Grandes Cambios (básicamente, la Revolución). Pero el "Poder del Contexto" sugiere que hay que cambiar las cosas pequeñas, y que nuestros estados interiores son el resultado del nuestras circunstancias exteriores.
Y sigue dando ejemplos, como el terrible de la Cárcel de Stamford, que todo el mundo conoce. Estudiantes elegidos por su resiliencia mental acabaron comportándose como malas personas y abusando a otros. Qué haríamos cada uno de nosotros puestos en esa situación? El contexto cambia a alguna gente. A casi toda la gente: en un aeropuerto las mismas personas es mucho más probable que se paren a ayudar a un accidentado si no llevan prisa, que si se le escapa el avión. Otro estudio con los alumnos copiando en un examen retaba el concepto de la "honestidad a muerte": la conclusion fue sorprendente, porque los estudiantes copiaban (o sea, era deshonestos) según la situación (casa, colegio, tipo de test) más que según un atributo interno de "honestidad". Llegaron a la conclusión de que la honestidad no es un "rasgo unificado", como la mayoría de los otros.
Cuando pensamos en atributos personales, pensamos que esa persona es siempre así. Pero según los autores, esto es erróneo: la gente cambia según la circunstancia específica de cada momento, aunque todos preferimos explicar el mundo basándonos en supuestas características intrínsecas del sujeto. O sea, estamos programados para ser más receptivos a pistas personales que a pistas contextuales... es más fácil de entender el mundo haciendo suposiciones sobre rasgos de las personas que actúan de una determinada manera (a esto se le llama el "Fundamental Attribution Error"), que a la situación que les rodea en ese preciso instante.
Conclusión: el carácter depende mucho del contexto, y la razón por la que la mayoría de la gente parece tener un carácter consistente es porque somos buenos controlando el ambiente que nos rodea.
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Esta soy yo otra vez... contextualmente, me caigo de sueño, así que la Di opinadora se va a dormir. Pero volveré.
Si el contexto me lo permite.
Di, plas, plas, plas.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo en que el caracter depende del contexto, por muchas cosas, algunas tan sutiles como que nuestra percepción del color depende del contexto: http://apod.nasa.gov/apod/ap070717.html (A y B son el mismo color). Así que si nuestro cerebro funciona así, es que funciona así.
El contexto social es una cosa que tiene muchos más parámetros que la luminosidad y matiz de color del dibujo que he puesto, ahí es donde me digo lo del metro vale para n.y, gente joven que se desanima porque lo suyo no se ve, pero no vale para un psicópata que tiene ilusión por saber qué se siente al matar, y sabe callar durante años y años. Hay que saber a qué lo aplicas.
Mi yo opinador se va a coger las llaves del coche.
Di, me ha gustado muchísimo.
ResponderEliminarSobre la violencia en NY hay un ensayo / articulo de Joan Didión en su libro "Los que sueñan el sueño dorado" muy interesante, cuenta la violación de una joven en cCentral Park y como se acusó a unos chicos negros simplemente por ser negros y estar por allí y a partir de ahí desarrolla todo el tema de la violencia en NY.
Yo tengo clarísimo que depende del cotexto sería capaz de cualquier cosa, no me hago falsas ilusiones de bondad sobre mi misma. En el contexto actual puedo (más o menos) responder sobre mis actuaciones... pero se que no sería así en otro contexto y se además que no me justificaría, sabría que lo hago es malo pero lo haría igual sin justificarme.
A ver, me quedó por decir, lo de la ventana es una teoría que surgió como autodefensa, y es una observación muy perspicaz. Si no quieres que vayan por ti no demuestres que eres vulnerable, y el toque maestro fue decir, lo mismo vale para una persona que para una ciudad. En fin, que no sólo es prota el posible delincuente, también la posible victima tiene parte en esta historia. Y no estoy diciendo que quien es victima es por su culpa, no. Estoy diciendo que los vulnerbles no son cosas inanimadas, también se buscan las artimañas, si saben por donde les puede venir el peligro.
ResponderEliminarUn par de cosas más. De acuerdo con Molinos, y lo generalizo. Todos podemos ser malos según cuando y como. Todos lo sabemos. Nos queda la duda de hasta qué punto de malos. Yo no quiero saberlo, no quiero estar en la situación en que lo llegue a saber.
ResponderEliminarPero me gusta mirar a la parte que puede ser agredida. Hace años vivíamos en un ático. Entró un ladrón colgándose por las ventanas del patio interior. Pedimos permiso a la comunidad para poner una reja de hierro en el pasillo común, las que había eran de aluminio, y la nuestra estaba rota. Nos dijeron que el hierro se podía cortar igual, que la estética, etc. Les dije que se cortaba antes una de aluminio que una de hierro. Si el ladrón veía la de hierro, se iba a las aluminio. Pusimos la ventana a cargo de la comunidad, y poco a poco muchos nos imitaron.
Tres. Hay quien se especializa en vivir en el márgen, sin trabajar, sin aportar, sin hacer nada más que ser un marginal profesional por generaciones. Y esos están también en el contexto.
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ResponderEliminarMuy interesante. Santo Tomás proponía algo similar cuando hablaba de que, tanto el bien como el mal son difusivos. ¿Será verdad? Porque si una ventana rota es el origen de la delincuencia epidémica es posible que arreglarla sea el origen de una bondad epidémica. ¡Las pequeñas cosas! No sé si habeis visto una peli de Trueba llamada "el milagro de Candeal", donde se cuenta la experiencia de Carlinhos Brown en la favela de Candeal. Allí no hay tráfico de drogas, ni delincuencia ni crimen. Todo el poblado es como un gran conservatorio de música en el que participan todos los habitantes. ¡Parece que sí que es posible!
ResponderEliminarOs pongo un resumen (¡Me encanta como suena ese idioma!)
http://www.youtube.com/watch?v=FT0FYCv5fKA
Lux, yo hice la prueba con photoshop, porque tampoco me lo creía. Hay más ilusiones de ese tipo, como la de tamaño:
ResponderEliminarhttp://www.wyrmcorp.com/galleries/illusions/size.shtml
En percepción visual nuestro cerebro actúa comparando elementos cercanos y se deja engañar por la posición y el color de los objetos.
Cesita, y Lux, pues eso de las pequeñas cosas es una forma de entenderlo muy interesante, y gracias por la historia de Candeal -no la conocía-. Una cosa que no me gusta de nosotros mismos es que cada vez más vamos a lo que es estrictamente nuestro. Antes, si un niño hacía una trastada en la calle, pongamos quitar el tapón de la rueda de un coche, la gente se paraba a decirle cuatro cosas. Ahora, si no son tuyos ni el niño ni el coche, cada vez hay menos gente que les llame la atención. Y si se la llama, probablemente venga la madre del niño a montarle un escándalo. Es un ejemplo tonto, pero de lo que hablo es que antes había cierto sentido de cohesión entre la gente, y cada vez menos. Y eso es terrible, porque cuesta mucho meterle patrones morales a los críos, porque cada vez te ves más solo para criarlos, y los débiles, llámalos viejos, niños etc, están cada vez más solos.
Luego, sacais un tema que me interesa mucho. Si la moral es única, hay unos patrones morales que son absolutos -aunque sean muy pocos- o depende de las circunstancias. Por ejemplo lo que dices Lux sobre esas personas, no me cabe la duda de que son grandes personas, pero siguen estando en el contexto de nuestra sociedad, aunque en distinta posición, supongo que las estarían pasando canutas. Tal vez en otra sociedad lo que se entendiera como bueno es hacer otras cosas. O tal vez no, O sea, la pregunta que me hago es qué conceptos morales son universales, y atemporales.
Esa, Ire, es la pregunta del millón...
ResponderEliminarTardo en comentar porque leo el divague y no sé qué comentar. Demasiadas ideas puestas en un post pequeño. Me lío, así que casi voy a tratar de explicármelo a mí mismo... desordenadamente.
ResponderEliminarCreo que los que pasamos por aquí somos “buena gente”, no dudo de que si la sociedad se fractura por causas mayores que hayan llegado al punto de no tener arreglo (pienso en el avance mundial de la desigualdad y que estamos en las primeras etapas del proceso; y pienso en el imparable, por falta de voluntad político-económica, proceso de cambio climático), si nos vemos en una sociedad de supervivencia, nuestros instintos primarios (lo de los que escribimos por aquí) nos convertirían en personas muy violentas. Es el contexto. “De momento” somos personas pacíficas, preocupadas por las personas y las situaciones sociales, que quieren formar parte de la solución.
La Teoría de la ventana rota también me parece incuestionable, pero por Tutatis, llevarla a la práctica es jodidamente difícil. Sabemos la cantidad de tiempo que dedicamos a mantener nuestra casa limpia y ordenada. A una escala mayor sucede lo mismo, pero elevado de potencia. Si la teoría es cierta, y creo que lo es, pensemos en las zonas periféricas dejadas de la mano de dios (los ayuntamientos van gastando menos desde las zonas céntricas hacia las zonas exteriores, y el dinero es importante; también lo es que quienes toman las decisiones no pisan esas zonas periféricas). En consecuencia, hay jóvenes que crecen en el desorden, con muchas ventanas rotas, pandillas, violencia. Y estos jóvenes tienden por fuerza a reproducir ese desorden, a expresar lo que son. Pensemos en las favelas de Río. No solo los habitantes bajan a la ciudad, acostumbrados a otros valores, sino que cuando las cosas requieren (por cualquier motivo) la entrada de la policía, entran cuerpos especiales y se producen tiroteos y muchos muertos.
Ya me he referido a los que viven en condiciones precarias y reproducen el desorden (a lo que se unen otros jóvenes que viven precariamente en barrios muy habitables). Me he referido a gente como nosotros. Y con lo de Rio me refiero a una tercera fuerza de gran importancia: los que consideran que esto es más barato solucionarlo con violencia y represión.
Y lo dejo porque estos es muy largo y tengo la sensación de no haber empezado a decir.
Solo recordar algo que tardé muchos años en entender. Por ejemplo, el Distrito 94 de París, donde como protesta por un asesinato de la policía empezaban a quemar los coches... ¡de sus vecinos! Las soluciones no llegaban, porque no había dinero para invertirlo en igualdad. En estas elecciones europeas, la abstención ha sido del 74% y el vencedor clamoroso ha sido el lepenismo.
Me he quedado muy pillada con este divague. He estado pensando que la mayoría de los movimientos sociales suelen dejar de lado la balleza por considerarla algo frívolo y propio de las clases altas. Y este ha sido uno de sus grandes errores. Me pregunto qué pasaría si un día Pablo Iglesias, el lider de Podemos, decidiera hacerse un peinado sensato, plancharse las camisas y usar buenos modales. Seguro que mucha gente de las bases pensaría que está echándose a perder. ¿Por qué? ¿acaso el desaliño tiene algo de revolucionario? ¿por qué la gente cree que las feministas deben ir descuidadas y hablar como estibadores? Nos parece importante que los niños aprendan a leer y matemáticas y ciencias y a cuidar el planeta para que este mundo sea mejor. ¿por qué no parece tan urgente que aprendan buenos modales y que tengan una educación estética? Es algo que no alcanzo a comprender. Estoy convencida de que, como insinua Malcolm Gladwell, un contexto estético adecuado mejoraría el contexto ético una barbaridad.
ResponderEliminarCS, a mi también me tiene pillada el post.
ResponderEliminarCesita, en lo de hacer apreciar la estética estoy de acuerdo contigo. Fíjate, del todo. Me parece importante también. Aunque rompo una lanza por Pablo Iglesias. Los videos que yo he visto le muestran hablando en tono bajo, sin gritar ni desencajarse como mucha de la gente con la que le ponen a discutir en esos programas. Aunque lo único en que estoy de acuerdo con él es en que hay que hacer una auditoría de la deuda.
Y seguro que no le interesa a nadie, pero como no veo la tele, me enteré de quien era justo el mismo domingo de las elecciones.
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Nán, creo que te entiendo. Sólo que te vas a hablar de los barrios de París, y de Brasil, y es que hay mucho que explicar para quien no sepa cómo son esos sitios. Yo estuve en Sao Paulo, en la época que hacía videojuegos -hace más de cinco años, ahora soy vieja para esa industria ;)- aluciné mucho con las diferencias sociales, con los barrios de medio pelo con seguridad privada, con muchas cosas. Y eso que no he visto las alambradas interminables de los latifundistas. Son cosas que no se imaginan desde aquí, no hay en España paralelismos conocidos que se puedan poner de ejemplo.
ResponderEliminarEs verdad que en zonas donde el descuido estético es mayor, una degradación del entorno y mayor pobreza pueden conllevar problemas de delincuencia. Sin embargo la teoría habla del poder del contexto en general y esto no debería ser aplicable solo a la delincuencia “convencional”, la de navaja y rotura de cristales, paredes manchadas (hasta que algunos snobs decidan que no es mancha sino arte) o quema de coches Si un tesorero de partido ve que en su contexto los sobres vienen y van con alegría, adoptará como forma normal de funcionar los pagos en B y las ingenierías contables. Y no te digo nada de los banqueros y sus preferentes......
Contra lo que dices C. S., muchos de estos delincuentes crecen rodeados de camisas planchadas y buenos modales, pero sin ética ninguna. Esta delincuencia responde a otro tipo de explicación, porque de estética van sobraos, sus pelos son sensatísimos, pero cuando te dejan en la calle con la niña y el perro y se quedan con tu piso, su ética debe estar de vacaciones.
No creo que hoy día haya mucha gente que piense en esos términos. Hay feministas que responden a muy diferentes estilos y nadie juzga por ello que sean mejores o peores y entre los "revolucionarios" los hay desde alternativos al jabón a gente de corbata. Sin embargo, creo que otras formas de entender el mundo pueden llevar a otros modos de estar en él, otras maneras de vestir o de presentarse ante las personas.
Naturalmente, Marisa. Pero yo hablaba de educación estética ADEMÁS de ética, no EN VEZ DE ética. Hacen falta las dos cosas.
EliminarHola panda... como prometí, maniana más sobre el tema... ya esta programado!
ResponderEliminarmuxus
di