Cuando yo era pequeña tenía, como todo el mundo, unos patines Sancheski, de aquellos que se ataban a los zapatos con unas tiras de cuero y hebillas. Se regulaban a medida que te crecía el pie, así que duraban prácticamente toda tu etapa escolar. Les puse un poco los cuernos con un monopatín naranja chulísimo (la niña Di prometía como skater) pero el romance no duró demasiado: en 2 de EBG me caí de él (y no precisamente haciendo la "pipe") y tuve un derrame de líquido sinovial de la rodilla. Es, creo, mi primer recuerdo en un hospital: agarrándome a mi padre y gritando como loca cuando el médico aquel sacó la jeringa para aspirar lo que había convertido mi rodilla en un huevo de avestruz (o eso me parecía).
Así que dejaron mi monopatín en un altillo y volví a los Sancheski. Patinábamos mucho en el recreo y nuestro sueño dorado era tener unos patines de bota. En aquella época, no como ahora que creemos que estamos en las "vacas flacas", no nos compraban los de botas hasta que nos había crecido el pie "del todo". Uno de los mejores regalos de mi infancia (y vida, por qué no) fueron mis patines de bota. Que verdaderamente llegaron cuanod mi pie creció "del todo".
Corría 8 EGB y ya no nos limitábamos al patio del cole; ahora íbamos los sábados por la tarde a patinar a una pista que había en el centro de Vetusta, donde además había... chicos! Era como el "baile encantado bajo el agua", pero en Vetusta. El grado de machoalfismo se medía en los crío de 15 por su velocidad, su seguridad en las curvas y que supieran patinar hacia atrás. Esas cosas importantes.
Estas Navidades, Santa dejó en casa de mis padres unos patines de bota para Mini. O sea, sin acritud, pero a mis padres no les importa ahora eso de que "le crezca el pie, que tiene 4 años y enseguida no le valen las botas". No: para la nieta, lo que haga falta. Así que por favor, comparen en imagen los patines de la madre y de la hija. Sé que aman los míos, vintage total (de cuatro ruedas en lugar de en hilera!!!): aún no tienen 30 años, pero poco les falta...
El sábado Mini y yo, cada una con nuestros patines, fuimos al parque a patinar. El Pedalista, siempre atento, nos mandó para "una pista qe hay hacia el norte, al lado de la cancha de baloncesto". Nos aproximabamos, y ya de lejos, veía a los adolescentes volar: no solo había skaters, sino también con bicis de esas pequeñajas (sí, tienen un nombre, a saber cual) y algún ninja sacado de peli de Ang Lee ("Croaching Tiger, Hidden Dragon"-una de mis pelis favoritas, he de dar la referencia). Ahí llegamos Mini (de rosa hasta el casco) y la que firma (sin casco, sin conocimiento), y ... en fin, ridículo no es la palabra: los chicos nos acogieron con ese cariño con que se adopta a un perrito mojado.
Lo mejor fue la vuelta, patinando por los caminitos (llenos de peligros como piedras y palitos) que surcan el parque. Es verdad que no se olvida lo de patinar... solo que se desarrolla "prudencia" en la velocidad. Vaya, que los peatones pasaban como rayos.
Pero espérate y prepárate Londinium... ahora que tengo hija empatinada, lo siguiente es la roller-disco.
Yo también tenia esos patines!!!
ResponderEliminarCuando mis padres compraron la casa de Los Molinos, habia una pista de frontón que nosotros adoptamos como pista de patinaje y nos pasábamos las horas..me encantaba. AHora creo que me da pánico o es que soy más consciente de la vulnerabilidad de mi culo.
Me quedé en los patines con tiras de cueros... En mi pueblo no había pista para patinar ni nada parecido. Las aceras era lo único patinable y lleno de baches. Jamás tuve los de bota. No sé patinar... snif, snif...
ResponderEliminarAún así, ¿me dejaréis ser del club?
Sanchesky es casi tan mítico como la bolsa de Copy...
ResponderEliminarpor Júpiter!! Hay "gente de patines", como la Di & Daughter. Y luego estamos los patanes. Tienes 5 segundos para averiguar a qué grupo pertenezco.
ResponderEliminar¡has dicho estamos! ¡te has delatado!
ResponderEliminar¡Jo! ¡A mí nunca me compraron patines de bota! Sólo sancheski. A mis hermanos sí, porque jugaban al hockey (el equipo llevaba una absurda concha de plástico para protegerse los cataplines de la que mucho nos descojonábamos los de los sancheski)
mmmmmm... ¡Sí!
EliminarAh, MO, el frontón de los pueblos... en Vetustilla había uno q era donde se hacía "el baile"... luego hicieron más paredes y se transformó en el "pabellón", pero el seguíamos llamando el frontón. MOlan nuestros patines...
ResponderEliminarDIVA, serás del club, sobre todo cuando hagamos "disco-roller-diva"
VIVEIRO, la bolsa de Copy es lo más... no te veo patinando allí cerca de Copy, pero hubiera sido lo más...
"Di & Daughter, Patinadoras"... me gusta garcias NáN. Yo q pensaba q ibas a comentar en las vacas flacas. Quiero anotar q a mi me parecía aquello mucho más sano. Las familias tenían una camara de fotos familiar, ahora todo el mundo tienen varias, y suma y sigue. Tanto plástico (miras las botas de MIni, sonc omo de esquiar) nos va a comer.
CS, qué imagen impagable me has dado con la concha de peregrinos en los "cataplines" (hacía tiempo q no escuchaba esa palabra, qué chula).. si hubiera fotos...!!!!
muxus
di
Yo ya conté por ahí me experiencias patinadoras. Los de bota fueron mi regalo de comunión. Regalo comunitario de toda la familia. Lo malo es que luego sí me creció el pie. Así que este verano, para acompañar a C, me compre otros. Tuvieron que ser en línea y casi me mato...
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ResponderEliminarAunque he sido y soy una de las personas más torpes del mundo -no quise Vespino jamás porque sabía que era muerte segura- con los patines de correas no se me daba mal, me caía muy poco para ser yo y lo pasaba bien, no como con el resto de juegos y deportes. Los míos eran de ruedas amarillas, creo que eran translúcidas. Eso que lo de la rodilla no me ha pasado nunca. Ouch.
¿Así que creías, Di, que iba a comentar sobre las vacas flacas? Solo estoy un ratito al día con el Modo Guerrero On. La vida hay que vivirla y disfrutarla. Sino, ¿para qué cambiar las cosas?
ResponderEliminarPreciosos los patines vintage.
Supervillano Patán
Je, qué lindas. Comprendo que después de lo de la rodilla te de respeto los de línea...pero, los veteranos de los sancheski tenemos mucha capacidad de adaptación, yo con los nuestros -había que pillar despistada a la mayor para calzarte los sancheski, y luego broca, enana, ya me has encogío el patín, son de todos, son míos porque pego más fuerte;aquellos maravillosos años, etc- saltaba a la comba en Cuatro Caminos. Luego después volvimos a pelearnos por el monopatín sancheski, tremendo ingenio, totalmente barnizado para que te resbalaras mejor de la tabla, tabla totalmente lisa para que te resbalaras mejor, tabla y ruedas pesadas para que cuando te resbalaras y te pegaras contra ella, te quedara un buen recuerdo. A mi, una leche del copón me dejó con seis puntos en la barbilla.
ResponderEliminarDi-vertíos y atrévete, despues de los sancheski, todo los patines son de crema.
Ves, Annie? En aquella época eran como regalos de comunión, un gran evento (anota Villano Patan, no te nos distraigas). Por cierto nunca he patinado en línea, aparte de sobre hielo, claro... q no me parece especialmente más difícil, pero con ruedas confío en ti ...
ResponderEliminarXISCA, muy sabia ocn el vespino pq se puede ser no solo peligro para una misma, sino tb para el resto de la población. Hoy he oído en las noticias q cierta música se asocia con más accidentes q otra... no sé, me imagino q el "Dont stop me now" de Queen?
XAQUÍ, me ha encantado lo de "todos los patines son de crema tras los sanchesky"... y la historia de compartirlos con lso hermanos (otra belleza del sistema-extensión). Parece q no soy la única damnificada del monopatín.. 6 puntos!... estas son heridas de guerra de las q presumir, sin embargo, eleva la barbilla! Eso sí, yo ahora con monopatín creo q no me atrevo, ni snowboard ni esas cosas.. ya hablo con una abueleta... :)
muxus guapas
di