an

17 octubre 2021

Serial 36. Dime en qué idioma piensas y te diré quién eres. Constelaciones. Y una de ellos (gooble gobble).

Es medianoche en Banderley, cuando en teoría nada pasa; cuando pasa todo lo que merece la pena contar. Un grupito de cuatro, armados de linternas y mochilas, susurros y alguna risa, salen por una puerta lateral, herrumbrosa y abrumada de hiedra, que un día alguien se olvidó de cerrar. Debía ser usada para entrar el carbón, o como acceso al bosque. Han dejado atrás el engendro, entre catedral y fortaleza, que es la fachada frontal de Banderley-Central, iluminada por focos de luz cálida. Al grupo le sobra un miembro para ser la "Bande á part
Los de Bande á Part corriendo por el Louvre
" godardiana, pero podrían encajar perfectamente con la imagen de delincuentes corriendo
 por el Louvre como críos, los nueve minutos de rigor. Nuestra banda sigue por caminitos, a ratos casi cerrados por helechos gigantes, que se meten en las tripas del bosque, en la boca del lobo. Todos llevan jerséis -pese a ser 23 de Junio, cosas de la latitud- y ganas de sentir la insignificancia del ser - ese ejercicio ineludible cuando una se planta en cuasi-soledad bajo un cielo estrellado. No hay luna, y a medida que el grupito avanza en la noche, las luces de Banderley son solo un recuerdo. 

 Esto voy pensando mientras avanzamos, ahora ya en silencio, escuchando de fondo lo que deben ser animales, tal vez pájaros nocturnos. Y así es como voy a empezar a escribir lo que pase esta noche, y de ahora en adelante, todo lo demás. Tengo que, de alguna manera, empezar a anotar lo que ha ocurrido en todos estos meses que llevo en Banderley: para no olvidar, para pensar y, en plan ambicioso, quizás para entender. A esta band á parte nos une el delito del paseo astronómico de Richard, interesado y autodidacta de las estrellas. La formamos, aparte de nuestro guía, Isabel Archer, la que quiere ser psiquiatra solo como una vía para escribir ficción,  Will, con el que tengo algún asunto pendiente, y yo.

Es oficial: el bosque, tan de noche y una vez dentro, da miedo. Nos encaminamos hacia una pradera en un claro, subiendo la montaña. Ellos han hecho esto otras veces: siguen unas señales fluorescentes que nos flashean cuando las iluminamos con las linternas.  Detrás hemos dejado el camino por el que fui a hacer supervisión aquella mañana con Steen. O eso creo, imposible determinarlo con exactitud: la noche es otro país, otro continente del día.

 Isabel y Will son de la casa verde y Richard les cuenta lo que es vivir en la amarilla, con Duncan y su obsesión con los psicópatas, con Morgana, y con el caso clínico Sandip. Y conmigo, a quien acaba de conocer de otra manera desde que me escucha algunas tardes hablar por teléfono, que está en una esquina del salón, con Wences. Parece que "soy otra persona". 

 - Y además -continúa- los españoles habláis demasiado rápido. Hice A levels de español, y no pillo ni una palabra de lo que dices.

 -Los británicos siempre habéis hecho A levels de algún idioma europeo, y nunca habláis ni entendéis nada. -digo-  Lo tenéis demasiado fácil: el resto se esfuerza en entenderse con vosotros.  Y lo de la velocidad, yo no lo noto...

 -Pues dicen que es el segundo idioma que se habla más rápido en el mundo, por detrás del japonés. Por lo que he leído -Isabel lo ha leído todo- las palabras y las expresiones en español suelen ser más largas que en inglés. O sea, es un idioma "poco denso" y para decir lo equivalente a otros en el mismo tiempo, hay que acelerar. En inglés, masticamos más las palabras... es para darle sentido a cada palabra corta.

 -mmm, no lo había pensado, es cierto, -digo- en inglés se prefiere la brevedad, por ejemplo: "first come, first served"... estas cuatro palabras capturan algo que en castellano hay que decir de una manera muy larga: "el primero que llegue -o que se apunte, o lo que sea, porque aunque sea metáfora de restaurante, esto se extiende a todo- será servido en primer lugar".

 - De todo esto que habláis, lo que me interesa más es cómo hablar uno u otro idioma afecta a nuestra manera de pensar. - comenta Will-  Tuvimos un colega griego aquí hace un tiempo, ¿te acuerdas Richard?, que su manera de hablar y particularmente de escribir era tan retorcida, le costaba tanto llegar al centro de la cuestión, que yo me preguntaba si es que su idioma les hace pensar así...

-Bueno, eso tal vez aplica a mi lengua materna –les digo, pensando si somos retorcidos- Desde que estoy aquí me he dado cuenta de que el castellano puede ser en algunas cosas menos preciso, más ambiguo... en algunas cosas, eh, en tiempos verbales os ganamos en precisión. El inglés es más explícito, directo.. emm... más económico. He leído por ahí que necesitamos el 15% más de palabras en castellano para llegar al mismo nivel de estilo y exactitud comunicativa que en inglés...

 -Pobres traductores... los libros tendrán más páginas, claro -dice Richard que va el primero de la expedición pero está escuchando- Y además tenéis esa cosa tan curiosa de dos verbos diferentes para "to be", ¿no? 

 -Ah claro, "ser y estar" -digo en castellano- Con ellos se implica un estado permanente o transitorio: "ser aburrido versus estar aburrido", por ejemplo. O también se puede implicar ser más activo: "estar durmiendo versus estar dormido". Tú haces las cosas, no solo ellas te pasan. Aunque “estar enamorado", por ejemplo, no sé si pertenece al ejemplo de la transitoriedad o a que es un acto de la voluntad.

-Quiero pensar lo segundo -dice Will, y como no le veo la cara no sé si está siendo irónico.

 -Ahhh qué romántico Will -dice Isabel con una carcajada que me suena forzada - yo creo que con según quién, hay que esforzarse mucho para eso, hay que ser activo. Pero también hay gente que pasivamente se deja querer... 

-Esto lo aprendiste con Austen, ¿no? - contesta Will. Menos mal que no nos estamos viendo las caras. 

-Ermmm, precisamente, Will: recuerdo una anécdota sobre comparativas culturales de idiomas, una frase de aquel rey español, Carlos V - bien por Richard y su esfuerzo ímprobo por desviar el mal rollo.

 -No la conozco, cuenta! - mi voz suena demasido entusiasta.

-Este rey decía algo así como que... si era necesario hablar con Dios, usaría el español; si con amigos, el italiano; en actividades amatorias, por supuesto el francés, y si lo que quisiera es amenazar, el alemán.

 -Ahh, sí, sí... yo la conocía distinta: con su caballo hablaba alemán- digo, y todos se ríen. Prueba conseguida. 

 -No hablo español -dice Isabel- pero al oído me suena, no sé, ¿más poético, más lírico?

 -Bueno, yo no puedo ser objetiva - y me paro un momento - pero al ser la estructura menos rígida que en inglés, puedes dar matices a una palabra según dónde la pongas en la frase: esto es un gran recurso en nuestra literatura. 

-¿Y en qué idioma piensas? - este es Richard, y esta pregunta me la han hecho muchas veces.

 -Si hablo en inglés, en inglés... sin acento, eh? - y me río - y... también he recordado algún sueño en inglés.

 -Qué interesante...

- Y por supuesto,  hay cosas que puedo decir en un idioma y no en otro, me pasa con ambos.  Hay sentimientos o ideas que no tengo en el otro idioma. Y tienes razón, Richard, con lo que dijiste al principio de esto: creo que soy un poco diferente persona cuando hablo uno u otro... 

 -Total que convendremos que el inglés es más un idioma de negocios, de ciencia, de tecnología. Ir al punto sin perdernos, sin desviarnos… -resume Will.

 -Y el español es más retórico, lleno de redundancias...

 -Hey, chicos, aquí es! - nos grita Richard, que se ha adelantado.

Por fin hemos dejado atrás el bosque y estamos en un claro, arriba en la montaña. Richard está mirando al cielo mientras da vueltas sobre sí mismo, hasta que se para. Nos sentamos en el césped, apagamos las linternas. Sigue habiendo ruidos que no identifico, tal vez crujir de árboles. No hay viento, no hace frío. Huele a tomillo, a espliego. Se ve negro el brezo que de día es violeta. Especie protegida, muy hermanas Bronte. Will e Isabel abren las mochilas: cuatro vasitos y una botella de líquido transparente. Era una sorpresa, me habían dicho: un licor de Yorkshire hecho con enebro, de esos que te quema la garganta. Para ver estas estrellas no hacía falta haber subido hasta aquí. Ellos se toman cuatro seguidos. Yo me paro al segundo, el efecto es el mismo.

 Ahí estamos los cuatro, echados sobre el césped. Mirando al cielo en una isla no conocida precisamente por sus observatorios astronómicos. ¿Quién dijo noches de cielos claros?  Richard ha debido leer mi mente:

-Dentro de todo, la costa este que corre paralela a donde estamos, el Parque Nacional de los Páramos del Norte de Yorkshire, como sabéis, es de los mejores lugares para ver estrellas. - parece un verdadero profesor. Se hace un silencio, y sigue- Dicen que en algunas circunstancias, de septiembre a marzo, se puede ver desde aquí hasta la Aurora Boreal... aunque claro, lo mejor es ir hacia el norte, a las Shetland. Pero para estrellas, el bosque de Dalby o los acantilados de la costa entre Saltburn y Scarborough pueden ser una fiesta: ¿os animaríais a ir otro día? 


Nadie contesta. No puedo hablar por los demás, pero yo estoy tirando a hipnotizada (enebro e inmensidad allá arriba mediante). No quiero pensar en nada, solo que siga hablando. Si este momento tuviera banda sonora sería "Starman".

There's a starman waiting in the sky
He'd like to come and meet us
But he thinks he'd blow our minds

- Mirad, la galaxia Andrómeda es el objeto más lejano que se puede ver a simple vista desde los páramos. La doncella encadenada. Está a dos millones y medio de años luz... ¿veis, parece como unos rayitos así muy tenues bajo aquella constelación zigzag que es... Casiopea, otra galaxia espiral, similar a la nuestra, con 300,000 millones de soles y la tira de planetas.

 Richard se para un momento. Casiopea: siempre me gustó ese nombre, siempre me gustaron los nombres griegos, sus sonoridad: Cassandra, Calíope, Hipatia, Atenea, Hermiona, que suena un poco como Mariona... 

There's a starman waiting in the sky
He's told us not to blow it
'Cause he knows it's all worthwhile
 

  -Sabréis que las lluvias de meteoritos pasan en épocas definidas del año, por ejemplo, las Perseidas en agosto, las Oriónidas en octubre, las Leónidas en noviembre y Gemínidas en diciembre. Pero hoy lo que podemos ver -ya habréis visto alguna, ¿no? - es un montón de estrellas fugaces, causadas por detritus de cometas y asteroides cuando se chocan con la atmósfera terrestre, haciendo que se evaporen.

 Había que pedir un deseo, al ver caer una - y yo he visto millones en los eternos veranos de mi infancia. En aquel pueblo de vacaciones, por las noches, jugábamos a la goma o al descanso, o lo mejor, a polis y cacos con linternas por callejones oscuros, e incluso hacia la huerta. Si me tocaba con la amiga adecuada, que se atrevía a alejarse lo suficiente, llegábamos hasta el molino y nos echábamos junto al río a mirar el cielo. En la adolescencia, nos reuníamos en una casa vieja deshabitada, "la peña". Allí se hablaba, se jugaba al Trivial toda la noche, al póker de dados, se aprendía a beber y a besar.  Yo seguía queriéndome escapar de esas cuatro paredes para ver las estrellas y sentir lo mismo que siento hoy: que nada importa, en realidad, tanto.

I had to phone someone so I picked on you
Hey, that's far out, so you heard him too
Switch on the TV, we may pick him up on channel two

-Cuando miro al cielo una noche, pienso en cuánto han cambiado las ideas de las personas que lo han mirado décadas, siglos, milenios antes que yo -este es Will, que me ha devuelto con su voz a los páramos, a través de los años y los kilómetros.

-Cierto -dice Richard- la mayoría de las culturas antiguas vieron imágenes en las estrellas del cielo nocturno, pensando que estábamos en el centro del universo. Todo revolvía alrededor de nuestro pequeño planeta: por él ocurría todo, salían y se metían las estrellas. Las más lejanas dibujaban animales, dioses o personas gigantes en el cielo. Eran distintas según las estaciones. Hacían crecer a los animales, traían lluvias, decían a la gente si era bueno cultivar o casarse o matar a los animales. Decidían tu vida.

Ahora estoy en segundo de BUP, en latín con aquella profesora bajita y parlanchina que nos contaba historias de la mitología al final de cada clase. Como que Hefesto creó el escudo de Aquiles, sobre el cual hizo la tierra, el cielo y el mar, el sol y la luna, y todas las constelaciones. O que en el siglo V a.C., ya la mayoría de las constelaciones se habían asociado con mitos, y las estrellas ya no se identificaban simplemente con ciertos dioses o héroes, sino que se percibían como divinas. Recuerdo cuando nos hablaba de Ptolomeo de Alejandría, el primer catalogador de estrellas o de que, aunque usamos sus nombres latinos, los mitos detrás de las constelaciones se remontan a la antigua Grecia. Aquella profesora era una cuentacuentos nata, como lo debían ser aquellos griegos que empezaron a inventarse historias mirando al cielo en las noches de Creta o el Peloponeso.

Look out your window, I can see his light
If we can sparkle he may land tonight
Don't tell your poppa or he'll get us locked up in fright

-Los planetas. Primero Mercurio, solo 116 días por año; cuando morías, te enseñaba el país de los muertos. Venus, que te hacía enamorarte del primero que pasara por la calle. Marte, el dios de la lucha, joven y loco. Júpiter, el más fuerte de todos los dioses y su padre, Saturno, que controlaba el tiempo...

No sé cuánto tiempo pasa hasta que comienza a hablar de nuevo, he perdido la noción del todo y de todo. Entonces nos cuenta que, hace un par de noches fue el solsticio de verano, la noche más corta del anio. Y yo caigo que, precisamente, esta es la noche de San Juan. Richard habla de la magia asociada al solsticio y yo siento nostalgia (¿se puede tener nostalgia de algo que nunca se ha tenido?) tremenda por la noche de las brujas en una playa. ¿Por qué no fuí a La Lanzada -donde has de nadar siete olas-, aquella vez? Re-escribo: nostalgia de una noche de San Juan en una playa sin nadie: ¿eso existe? Esto son unos páramos perdidos al norte de Europa, pero lo importante: estamos solos. Richard está hablando de Stonhenge, donde se celebra en esta isla el solsticio: hordas -luego, no iré- de hippies abrazando las piedras. Parece que uno de los objetivos de los qu elo construyeron, hace 2500 anios, era crear un reloj o calendario, ya que alinearon las piedras cuidadosamente con los movimientos del sol. Aunque los cambios graduales de la precesión del eje rotacional de la tierra supone que los antiguos no veían el mismo cielo que se ve hoy.

 La entonación que ha usado Richard también es de cuentista, no se la había escuchado antes. No sé, de nuevo, si será el enebro, pero he sentido que me acunaba, que iba acompasada con el bum-bum de mi corazón. Luego sabré que lo que ha pasado se llama "pentámetro yámbico", un tipo de verso muy usado por Shakespeare. Cada uno suele estar compuesto de dos sílabas, no acentuada y acentuada, sin rima, y suena algo así como "da DUM da DUM da DUM da DUM". Es muy reconfortante: el galope de un caballo, o el retumbar de tambores de procesión dentro de tu caja torácica. Y así me encuentro, siguiendo su ritmo con mis dedos sobre el esternón. da DUM da DUM da DUM. Y Starman, claro.

Ruido de vidrio me devuelve a la noche a ras de suelo de los páramos. Isabel está sacando la otra botella y aunque es obvio que no lo necesito, bebo como los demás. Enseguida se ha roto la magia del espectáculo sobre nuestras cabezas, la mitología en clase de latín, las noches en el molino a reventar de estrellas fugaces.  Todos nos estamos riendo de un juego de palabras ni tan gracioso: es la fase en la que todo es hilarante. Lo siguiente es Will aullando,  Richard sobre él, pretendiendo reducirle, e Isabel llenando los vasos de nuevo. El licor es impresentable: ya no hay duda. Estado liminal, en el límite, en la barrera entre la desinhibición y el intento de control, gana la primera:

 -¿Sabéis una cosa? - les digo. Y ellos paran el forcejeo y se vuelven a sentar- He empezado a escribir.

Y dejo la frase ahí, a ver qué pasa. Como si supiera que eso iba a desencadenar algo. Como si no hubiera tenido elección, porque algo me decía que eso era la llave para abrir cosas. También aquel candado que alguien me regaló para Navidades. Pero tic-toc, tic-toc, interminables, no sé, ¿cinco segundos? Y solo se oye una lechuza y las ramas y los grillos y  cuando ya es insoportable, Isabel dice:

 -¿Por qué? ¿Por qué ahora? - ¿es agresivo, o me suena solo a mí? Como si la estuviera ofendiendo por algo, como si tuviera ella el monopolio de la escritura de Banderley. 

- Porque este último año ha sido... em, duro. La escritura me habría ayudado a entender por qué ha sido tan difícil.

 -¿Has escrito antes? -pregunta Will.

 -Sí, siempre he escrito, pero al llegar a Banderley cometí el error de no seguir. Estaba sobrepasada por todo, sin tiempo de nada. Bueno... excusas y un error.

 -¿Y para quién? - sigue Will. Y se da la vuelta sobre el césped hacia mí, sujetándose la cabeza con el brazo. Isabel y Richard siguen de espaldas mirando a las estrellas.

 -He escrito muchas cartas, y luego algún texto suelto para revistas en la uni. El resto, escribía para mí. 

 -Si no publicas, si no compartes, no eres escritora - dureza en la voz de Isabel, que no se ha molestado en mirarme.

 -Es que yo no quiero ser escritora, yo quiero escribir - le contesto, incorporándome. 

- Tener la valentía de dejarlo ir, que no sea solo tuyo. Que pase a ser de otros, que harán con ello lo que quieran. Y se transformará en otra cosa: de eso va escribir. 

 -Gracias, Isabel por la breve intro a la filosofía de la escritura -le digo, igual un poco agresivamente- Pero mepregunto por qué cada vez que he sugerido hacer un taller de escritura en Banderley, o se cambia de tema o alguien me quita los carteles.

 -¿Estás lista para una historia? -dice Will

 -Will... -le reprocha Isabel, que se acaba de sentar. 

 -¿Qué pasa? Mariona ya puede saber esto... es una de los nuestros. 

"Gooble Gobble Gooble Gobble
We Accept Her
We Accept Her
One of Us One of Us!".

 "She's one of us, she's one of us", pienso. Otra freak, como ellos. La escena de "La parada de los monstruos" destierra a Starman de un plumazo. Gooble Gobble Gooble Gobble. Soy una de ellos, una de ellos, una de ellos...  caigo de nuevo sobre mi espalda y vaya: a la vez que yo, cae una estrella fugaz. 




14 comentarios:

  1. Creo que leyendo me he mareado un poco con ese bebedizo que describes. Será Mariona una estrella en el firmamento? Starman muy ocurrente.
    Tal vez en la segunda lectura me aclare.

    ResponderEliminar
  2. ​Hola ANONIMO 17:16, ​no habíá pensado en Mariona como estrella del firmamento, pero está claro q es nuestra super-estrella de "Serial"...jajaja. Lo siguiente, el Walk of Fame de Hollywood. Me pregunto quién la interpretaría... mmm, cuando me haya tomado yo un par de tekilas, igual me aventuro con la lista. Tú por si acaso, tomátelos también antes de la relectura, seguro que ayuda ::):)

    Muxus y gracias y hugs,

    di

    ResponderEliminar
  3. Pues me ha gustado. Tuve una amiga que estudiaba, hace mil años, "mecánica celeste", que debía de ser una asignatura de alguna carrera, física, quizás. Y mi sobrino controla perfectamente todo el cielo, sabe, por ejemplo, y nos lo enseña, cuándo y por dónde pasa la estación espacial, o una de las estaciones. Y la vemos, lo que es más sorprendente.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  4. Qué envidia me da, ANDANDOS, ese sobrino q os ensenia la estación de la NASA!!!Me encantaría saber de verdad del tema. Yo tengo un amigo q se sabe orientar y una vez se medio perdieron en el desierto y por las estrellas supo salir. Estrellas y desierto, qué magia... tantas cosas por aprender y solo una vida... sigh.

    Y como siempre, muchas gracias por leer y comentar Serial,

    Y otro abrazo

    di

    ResponderEliminar
  5. Estrellas y desierto. Cuando era joven quería ir, algún año, al festival de música celta de Ortigueira. La música celta me daba igual, yo quería ir a la otra punta de España a ver el mar, aunque Gwendal, con los que coincidimos una vez en el escenario, me habían dejado boquiabierto. También quería ir a Atacama. En otra vida, me temo. Un abrazo

    ResponderEliminar
  6. ... me gusta el ir buscando excusas para ir a sitios a ver el mar, Andandos. Yo lo tengo claro: cada vez soy menos de festivales y màs de mar, pero serà eso hacernos mayores? Eso y pensar q hay cosas q seràn "en otra vida", como sugieres.... Las mùltiples vidas q nos habrìa gustado vivir... (suspiro)

    Besos

    ResponderEliminar
  7. Bueno, hacerse mayor parece ser muchas cosas, en general una lenta decadencia que unos asumen bien, regular o mal. Y aprender muchas cosas que implican más el no que el sí: no opinar, no esperar apenas nada de los demás, no discutir, no hablar mucho, no quejarte, no molestar, no vivir demasiado... muchísimas cosas que veo en sexagenarios como yo y a veces en mí. Pero hablo en general, ya sabes que no busco polemizar.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  8. Siendo más preciso creo que hacerse mayor es ver cómo el mundo se va alejando de ti. E intentar conservar la serenidad, más que la lucidez.

    ResponderEliminar
  9. Oh ANDANDOS, tu última frase, lo de "intentar conservar la serenidad más q la lucidez" la tengo q pensar: yo creo q si tengo q elegir me quedo con lo segundo. Y además, tú crees q no se es el viejo del adulto q se fue? Igual acentuando los rasgos, pero la misma persona? Esa persona mayor q describes no son todas las personas mayores. Quiero creer q habrá algunas q serán incluso más libres, con menos ataduras del qué dirán, de tener q ser aceptados... El problema es la falta de libertad q te quita lo físico, eso es lo jodido de envejecer, q te falle esta maquinita llamada cuerpo (y la falta de medios, pero esa es otra historia)... yo no creo q tú suscribas lo q has escrito, lo de "no vivir demasiado"...

    besos

    di

    ResponderEliminar
  10. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  11. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  12. 36 capítulos no son una ocurrencia, requiere más cosas, al menos disciplina. También es significativo de lo que no se escribe, y revelador. Bueno, estas dos cosas me dijeron a mí aplicado a la música, exactamente eso. Bueno, y alguna cosa más. Una amiga de la que me fío.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  13. Gracias ANDANDOS. Esto me recuerda... que tengo q escribir Serial! (esa disciplina...) Es q tenía libros y cosas y se me amontonaban, pero lo siguiente va a ser esto q, no te creas, me cuesta, casi no me acuerdo de lo q pasó, bueno, gracias a ti con estos comentarios q me has recordado lo de las estrellas...

    Sobre lo q no se escribe!!! Hay tantas cosas... no se puede abarcar todo. Me imagino q te refieres a cosas q eliges no escribir pq no sabes (a mí me pasaba con el tema sexual y salí por donde pude, pero no me resulta fácil-ya lo dije). En música se referirá a q no se escribe o no se interpreta cierta musica?

    besos

    di

    ResponderEliminar
  14. Perseverancia, rutina para escribir creo que tienes, y lo alabo.
    Lo de no escribir sobre ciertos temas quiere decir que hay escritores que escriben sobre temas que no tocan los demás y eso ya les hace diferentes. Compositores o intérpretes de música contemporánea, por ejemplo, hay pocos, y para piano solo todavía menos. Creo que no es mi caso, pero entiendes lo que quiero decir.
    Un abrazo!

    ResponderEliminar

Comenten bajo su propio riesgo, sin moderación. Puede ser divertido.