Domingo, 25.08.19- Addo (SA14)
Este va a ser un divague-haiku porque, qué se puede escribir de un día pasado íntegramente en el coche yendo para arriba y para abajo de una parque natural con el único objetivo de ver bichos entre los matorrales?
Pongamos las cartas sobre la mesa: nunca me gustó "El hombre y la tierra". En aquella época de pantalla única, como mi padre era fan (también "Jara y Sedal" o cualquier otro documental de la 2: sí, habéis encontrado a la única persona en la península que ve esos documentales de la siesta), alguna vez de pasada veía a los saurios devorándose y otras lindezas, y nunca me llamó quedarme. No recuerdo haber ido a un zoológico con uso de razón, y nunca iré, porque pobres animales, pero además porque pobre Di, se aburre. Para Mini, sin embargo, este día y medio que pasamos intentando encontrar elefantes, cebras y leones en este inmenso parque es la pera, y el primer día nos hace levantar al alba porque parece que algunos de ellos van a cazar a esas horas. Señorrr. A mí, mi religión me impide madrugar (qué causa de fuerza mayor puede haber?) y además tengo flashbacks de una vez que nos despertaron de noche para ver el famoso cóndor (pasa) del Valle del Colca. El Peda y yo siempre lo recordamos ahora como aquella excentricidad de juventud, que nunca mais: "te acuerdas de cuando nos levantamos para ver el p... cóndor (pasa)?" Pues bien: hoy reincidimos, un ejemplo más de los extremos a los que puede llegar el amor de madre.
Pero ver bichos, ver bichos... ya habíamos tenido nuestra inmersión la noche anterior. Nota: lo dejé para hoy porque el divague de ayer se me estaba haciendo largo, y el de hoy estaba claro que no iba a tener mucho tomate. Como contexto, las cabañas de dentro del parque tienen el techo de paja (detalle a la izquierda). Tras los restos de las salchichas que no quedan pegadas a la sartén y el yogur, ya a punto de ir a dormir, de repente sale un ser de la noche que revolotea por entre las vigas, y se esconde quién sabe dónde: un murciélago! Mini está aterrorizada, se pasa a nuestra cama y asegura que no va a dormir nada, que tenemos que capturarlo como sea. Pero qué dice? Nunca hemos sido capaces de capturar al Ratón Caramelón de turno que periódicamente visita mi casa (pero ni siquiera Bernardo, un amigo colombiano que ya se sabe son duchos), así que, cómo hacerlo con un ratón volador? Intentamos tranquilizarla, pero yo también estoy asustada: quién no ha oído esas historias de murciélagos que se pegan a tu cabeza? Díganme que es una leyenda urbana! A mitad de noche, parece que Mini lo oye en la viga sobre mi cabeza y se vuelve a su cama con cajas destempladas.
A las 6 am, cuando nos levantamos, nos hace ir a recepción a ver si pueden hacer ellos algo. Allí nos encontramos con unos blancos haciendo el check-in, y una mujer muy alta y segura de sí misma le dice que no se preocupe, que son buenísimos para comerse los mosquitos, que había muchos en su internado, y que venga, vale de tonterías. Así que, tras nuestra primera aventura superada, nos vamos a explorar el parque.
Lo primero que vemos son elefantes, por algo se llama Addo Elephant Park. Admito que quedo fascinada con cómo comen con esa trompa esos matorrales tan duros. Hay bastantes bebés, que son muy monos, y cruzan las carreteras por las que vamos los coches como Pedro por su casa. En un punto, mucho más allá durante el día, los vemos en una especie de lago-lodazal donde algunos se están bañando y un par "juegan". No colgaré el video porque dudo que sean apropiadas en un blog familiar como este: yo sinceramente creo que esos dos elefantes se estaban enrollando duro, con posibilidad de sexo oral (sin confirmar, no sé bien cómo será esto en elefantes). Y yo ahí, con Mini, la inocencia personificada, con cara de póker.
Lo primero que vemos son elefantes, por algo se llama Addo Elephant Park. Admito que quedo fascinada con cómo comen con esa trompa esos matorrales tan duros. Hay bastantes bebés, que son muy monos, y cruzan las carreteras por las que vamos los coches como Pedro por su casa. En un punto, mucho más allá durante el día, los vemos en una especie de lago-lodazal donde algunos se están bañando y un par "juegan". No colgaré el video porque dudo que sean apropiadas en un blog familiar como este: yo sinceramente creo que esos dos elefantes se estaban enrollando duro, con posibilidad de sexo oral (sin confirmar, no sé bien cómo será esto en elefantes). Y yo ahí, con Mini, la inocencia personificada, con cara de póker.
Comiendo |
Papá, mamá, Goldilocks |
Cortejo elefantil? |
Eso en cuanto a elefantes. Luego, mi animal favorito de la selva, decido, es la cebra. Hay un montón y son preciosas, esa piel es una locura verla de cerca. Como pequeño homenaje, me compro un fular de cebra-print en el aeropuerto (recordemos placer culpable-siempre he tenido debilidad por el animal print, en especial de cebra). Allí también vemos una pareja de yankis comprar una piel de cebra entera real como alfombra!! Eso no, veis? Tener al pobre animal ahí a mis pies... no. Aunque dirán que han muerto bajo los dientes de un león, y confirmo que vemos la carcasa del tórax de una por ahí tirada. O sea: hay acción cazadora en este parque, algunos animales mueren porque el rey de la selva necesita su ración. Suena como a capitalismo.
Este de los cuernos se llama kudu (antílope), y el de abajo, tan poco agraciado, es un warthog (en castellano, atención, un "jabalí verrugoso"). A mí me suena de haberlo conocido primero como dibujo animado. En las avestruces ni entro, tenemos en este blog un máster.
Kudu |
Jabalí Verrugoso |
No todo es conducción por la estepa esta: también puedes ir al "campamento principal", que está hacia la parte norte, y tomarte un "desayuno inglés" tras tres horas de incansable búsqueda, o no comprar nada en la tienda de quincalla africana pija donde, eso sí, tienen sellos para nuestra postal al Naufrago de las Ostras (que luego nunca llega). También puedes parar en unas zonas así en lo alto, donde hay carteles edificantes como el de abajo: "Cuidado con los leones. salga de; vehículo bajo su propio riesgo" (cómo no salir y jugarse la vida para hacerse la foto, así como rugiendo?). Luego está la "zona de picnic de Jack", que es exactamente eso (y baños), y que está perfectamente vallada, con gente dentro equipada para las madres de todas las barbacoas (no entiendo cómo no hay filas de leones al otro lado de la valla). Aquí tenemos un incidente: la puerta corredera de hierro por la que se entra se nos cierra encima y nos raya el lateral del coche, y casi levanta el espejo. Me siento como en una peli de Indiana Jones o en aquella de La Guerra de las Galaxias con una pared que se te aproxima, sin salida, va a aplastarte.
Durante el día vemos muchos más animales: bufalos, tortugones, monos, tal vez un lince, diversos tipos de antílopes o ciervos y según un folleto que nos dan, un montón de bichos intraducibles, entre los que se encuentran algún otro de los dibujos animados (el meerkaat), pero que no vemos. Tampoco tristemente vemos ningún felino, y eso es una pena: ni leopardo, ni león, ni tigre. Ya lo imaginábamos, que para esto hay que ir al Kruger, pero hay malaria.
Volvemos a la cabaña a leer un poco y que el Peda tome su chute diario de dopamina via el maldito correr. Mini y yo nos quedamos tiradas y recuerdo conversaciones interesantes en las que Mini parece sorprendida de que yo también fui un día niña, y tuve amigas, y hubo "dramas". Escucha como quien está suscrito a un podcast de historia: veamos cómo estos seres de la antiguedad solucionaron problemas.
Aún salimos un poco más para ver el atardecer: es totalmente la imagen de Africa que todos tenemos en la cabeza. Los bichos, eso sí, están todos ya durmiendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comenten bajo su propio riesgo, sin moderación. Puede ser divertido.