"Booksmart" es una peli dirigida por una ex-actriz a la que yo no conocía (no creo haber visto ninguna de sus películas), Olivia Wilde. El guión, que es de lo mejor de la peli, está escrito también por un equipo de mujeres. Y las protas son dos chicas, una Beanie Feldstein, a la que ya vimos en "Ladybird" el año pasado, la otra Kaitlyn Dever. Dicen que es una versión de "Superbad" protagonizada por chicas: sin comentarios porque no he visto Superbad. A la que sí que me recordó es a "Bridesmaids" (2011), una cinta que puede parecer que va de incidencias cómicas alrededor de un bodorrio, pero en realidad de lo que va es de La Amistad, y esto lo convierte en tragicomedia: la sensación de pérdida de tu mejor amiga cuando esta se casa, el pánico tratando que eso no pase.
Al igual que en Bridesmaids, yo me emocioné con el final de Booksmart... y quien no lo haga, que se vaya con Dorothy a Oz a buscarlo que le falta. Pero pero pero, antes de nada, acabo de descubrir que en castellano la han titulado "Superempollonas". Socorro. En serio: alguien me ayude. Porque las dos protas, grandes amigas durante todo BUP (vale, en América es High School, y aquí en UK Secondary School, y en Ejpein ahora a saber si ESO, EPO, EPIC... para mí siempre será BUP) son las típicas ratonas de biblioteca, lectoras ávidas, interesadas en política, y en llegar a una univeridad de las Ivy League (Yale, Harvard, Stanford...). Unas chicas interesantes, hoy las llamarían "geeky" o "nerdy", no sé cómo se las llamaba en la época de BUP.
O como se nos llamaba, porque quién fue una de ellas? Paso adelante. A ver, tampoco un caso extremo, gafas culo de vaso, carpeta sobre el tórax, clearasil y mínimo contacto visual: esa no era yo, como tampoco lo son Molly y Amy, estas dos chicas. Pero, como ellas, tampoco estaba en el grupo de las "chicas malas" que en BUP ya lo estaban probando todo, y que traían de cabeza a las monjas. No: yo era el sueño de las monjas (me arrepentiré de haber escrito esto, lo veo ya), estudiosa, metida en todas las movidas escolares, participativa en clase (todavía, supongo con ideas aceptables por el establecimiento monjil), ganadora sistemática de concursos de relatos Navideños. Había una monja anciana, que ponía mi nombre y el de mi amiga debajo del mantel del altar "para que nos diera vocación". Madre mía, si me vieran (o leyeran) ahora, pobres monjas; mi amiga de entonces no, esta ha acabado con una perfecta familia cristiana, tres ninios, gente de bien (a quién votará, me pregunto; los papelitos de la monja llegarían ahí de lejos?): aún se la encuentra mi madre en la misa de 8 de domingo en El Carmen, donde van todos los pijos de Vetusta.
Conmigo no hay que aclarar que el papelito lo petó. Y además que, siguiendo el dicho "el caballo que de joven no trota, luego galopa", luego hubo que recuperar los años perdidos (corramos un tupido velo), como las protas de la peli, que lo intentan hacer en una noche. Ah, esas noches míticas que empiezan casi sin querer y por la que pasan los lugares y la gente como si en una barra de sushi, y sobre las que opera, a la mañana siguiente el proceso de mitificación clásico y anios después su épica ya alcanza a la Eneida, y todos los involucrados participan de la narrativa y al final, es lo que pasó. Porque eso es la memoria: no lo que pasó, sino lo que nos contamos que ocurrió.
Y aún no he contado porqué me emocioné, pero igual lo dejo para el divagante que vea la peli. En la infancia y adolescencia, la amistad es tan importante, vertebra tu vida, te valida, eres tú. Y no sé si fue eso, la separación de esa persona que lo ha sido todo para ti, o más bien lo que tiene el final de la peli de cambio de etapa, de "coming of age", de "bildungsroman" (sé que esto es novela, pero me encanta esta palabra y la iba a meter igual). Una etapa enorme se acaba.
Igual estoy algo nostálgica porque la semana que viene será la última de Mini en primaria. La pasarán ensayando la obra de fin de curso, que será el penúltimo día. Tal vez recuerde el divagante de la primera fila que el año pasado Mini fue una "Alicia-FridaKalho" genial en "Alicia en el País de las Maravilas"; este año será Tallulah en "Bugsy Malone" (e incluyo su solo abajo "My name is Tallulah": nota: cómo se pega esa canción y Jodie Foster da mucho miedo). En Septiembre, Mini comienza BUP (o EPIC, bueno, no exactamente, pero se me entiende). Ninguno de sus amigos irá al nuevo cole pero espera seguir en contacto con alguna de sus amigas. Se acaba una etapa y ella dice, "creo que el último día voy a llorar". Y yo creo que también.
Pero por no terminar de bajona, Mini me informa: "mummy, hay una regla no escrita de que en la última fiesta del colegio, si una chica y un chico se gustan, han de besarse". Y, aunque no se me permite decir nada, solo un titular: buscoaunhombrellamadojack va a ir a la fiesta (!)
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ResponderEliminarja ja ja LUX...mmm . NO no es recomendable para todos los públicos... aquí la describían como "feminista",no te digo más... pero me ha gustado lo de la "delicitiva adoelscencia", o tal vez delincuente?
ResponderEliminarLOve desde un pozo
di
Yo también pienso verla. Y se nos llamaba empollonas, Di. No finjas que no te acuerdas. Te diré que las oraciones de la monja SÍ que surtieron efecto: la vocación es deseo de ayudar a los demás, y lamento decírtelo, tú estás marcada. (Otra cosa es que, por suerte, a tí no te haya tocado prestar esa ayuda disfrazada de Mariana de Austria en tocas de viuda, no sé si por la infinita misericordia de Dios o por tener una hermana que se llama Fashion. En cualquier caso es algo muy de agradecer). Enano también ha acabado....el cole entero. Tiene hasta el lunes para decidir qué hacer y matricularse en algo (de ciencias que no de asco)...el terror es tal que lleva un mes saliendo a cazar Pokemon. (¡Qué paciencia, Dios mío!)
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ResponderEliminar¡Hay, Lux! Es que he tenido una temporadita del horror: primero, un virus maligno de los que no matan pero te hacen pasar las de Caín. Luego, mi madre se fue a una fiesta ultramarina con otros hijos de exiliados de varias guerras compañeros suyos de cole. En medio de la fiesta, decidió dejarnos para siempre (Es una mujer que siempre ha sabido entrar y salir a lo grande de los sitios). Tuvimos que ir a buscarla a un lugar en medio de la selva. después, el virus volvió al ataque: esta vez para echar a perder no sé qué glándula (no debe ser tan importante como dicen, porque a mí ya no me duele nada. Bueno: nada físico. Lo de mi madre me tiene frita ¿Cómo hago yo ahora, sin nadie para reñirme y mimarme?)
ResponderEliminarAsí que ya ves: y ¿quién quiere arruinar uno de los relatos vacacionales de Di con todas estas historias de mal rollo? Esto se puede contar en un post sobre adolescentes, porque es el momento de quejarse. Da igual de lo que sea. En la adolescencia quejarse no sólo no es de mal tono, sino que casi es comportamiento obligado por la etiqueta enanil.
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ResponderEliminarDarling CEsi
ResponderEliminarMe uno a LUX para enviaros un gran abrazo a todos. Qué grande tu madre, de aventura hasta el último momento. Lo siento muchísimo, pero también me uno a tu tono celebratorio, de alguna manera: es lo q todos querríamos, una vida vivida a tope hasta el fin.
Millones de besos
di
Un abrazo grande, CS.
ResponderEliminarSaber irse a lo grande duele pero sinceramente creo que es mejor que una despedida eterna. Bien por tu madre...que seguro que te está regañando desde donde sea, yo estoy convencida de que mi madre lo hará para siempre desde cualquier lugar.