Hoy es día 15, "la Virgen de Agosto", que se llamaba antes, y casi todos los pueblos de la península están de fiesta. En Céret nos despertamos con el voltear de las campanas maravilloso, que llena la habitación junto con el solazo cuando abro las ventanas y las contraventanas. Es una imagen que espero guardar para siempre, pura alegría.
Antes de despedirnos de este pueblo, vamos a dar un último paseo: la gente sale de misa y el cura cambia impresiones con los feligreses. Entramos en la iglesia, que se está vaciando, y Mini se sienta en el último banco mirando todo con curiosidad. La de horas y horas que yo ya había pasado a su edad en recintos como este, sin entender nada, aburrida perdida, desconectando. Me alegro de que no vea un conjunto escultórico, llamémosle así, de la Virgen muerta, con angelitos obesos alrededor. Nunca la había visto así a la pobre María. También, bajo el órgano en el coro, hay una enorme bandera catalana. Pienso en el libro que estoy leyendo ("Sapiens"), en el que se habla de las historias, todas inventadas, que nos contamos. Esas historias son tan potentes que son las que nos hicieron pasar de ser animales mediocres dentro del Planeta Tierra a dominarlo. Yísus, Espania, Catalunya. Buf.
Vamos a despedirnos y a dejar las llaves a Paul. Dos de sus hijos adolescentes pasan por ahí: fueron rescatados del frenesí de la isla para vivir en este pueblo. Qué van a hacer? Uno creo que va a enseniar inglés a los franceses. Adieu, Céret.
Nos dirigimos hacia el sur, volvemos. La Jonquera: qué lugar atroz. La calle principal es como una versión cutre de como recuerdo Andorra (y es mucho decir). Flashbacks de la aduana, cuando era pequenia, "había que declarar" si comprabas un transistor. Te metían la mano en el bolso, te hacían abrir el capó. Allí me compraron, creo que en el verano de 4 de EGB mi primer walkman. La primera vez que había usado uno fue precisamente aquel verano en Bellver: Judith, una amiga me puso los cascos y es algo que nunca olvidaré: me sentí como enmedio de un auditorio, maravillada. Se lo dije y riéndose comentó: "no grites!". Hoy no se tiene de nuevo esa sensación, porque estamos tan acostumbrados y los ninios ya crecen con cascos, pero para mí el walkman fue muy especial.
Pasamos un rato intentando atravesar la calle porque el tráfico pasa por en medio de las tiendas de outlets, todo a cien, tecnología y demás quincalla. La Jonquera da mucha impresión de "frontera", pero no de la que hablaba en Puigcerdá, hace unos días, cosmopolitismo y las peluquerías donde hablan fluido francés, catalán y castellano, sino de frontera canalla, espaldas mojadas, todo a la venta, Ciudad Juárez, intrusiones del gran "2666", o tal vez de Lucía Berlin. Todo esto se ve corroborado, para mi horror, al salir de ese horrible mercado de plástico de saldo, en la carretera: siguen los hipermercados donde solo se puede ir en coche y en alguna esquina están ellas. Un par sentadas bajo una sombrilla, otra, delgadísima, en biquini, sola. Una entrada en carnes y anios, de animal print, a la entrada de un camino de árboles. Mercado de carne. Pobres mujeres, pobres: qué asco lo que han de hacer, qué miedo esos caminos, qué espanto. Un día hablábamos de vender riniones, otro de la subrogación... otra manera más de vender el cuerpo, qué desgracia de sociedad.
Nuestro destino de la tarde es Besalú, un pueblo medieval que fue votado este anio como "el pueblo más interesante de Espania del que nunca habrás oído hablar" por el Los Angeles Times. Pasamos por Figueres, donde había estado hace siglos con el cole a ver el Museo Dalí y por fin llegamos a Besalú. Entramos por la parte de abajo (no el puente de peli), y las piedras pasarelas del río están rotas en algún punto y hay que descalzarse y vadear.. qué chulo! Hace mucho calor y en la plaza del pueblo recurro a mi método infalible para estas situaciones: meter la cabeza debajo de la fuente central, ante los ojos estuporosos del Peda y Mini (cómo si no me lo hubieran visto hacer antes). El pelo mojado actúa de ventilador para el resto de la tarde. En este caso, las imágenes valen más que mil palabras: divagantes, Besalú...
En la estación de Girona nos despedimos del Peda: nosotras cogemos el tren a Vetusta y él va al aeropuerto de vuelta a la Pérfida... se acaba el finde-largo tan chulo, que parece hace siglos que empezó. Nuestro corazón se ha quedado en La Cerdanya y prometemos volver...
Quincalla!
ResponderEliminarPero bueno, lo que aprende uno por estos lares. Hagamos pruebas.
Era quincallero.Toda la vida entre cachivaches, sartenes y paelleras de diámetros espectaculares.
Bien.
Soñaba con ser ingeniero de la NASA, pero su mundo de hojadelata tenía alma quincallera. Era tan mañoso que un día con unas tijeras para chapa cortó una nave espacial capaz de atravesar la Galaxia.
Mejor, mucho mejor.
...
Los niños ya nacen con cascos, sí. Y supongo que con los dedos de las manos preparados para teclear a velocidades endiabladas mientras se avalanzan por las aceras sin ver y oyendo solo lo de los cascos.
ResponderEliminarPobrecitos. En el mundo que les toca si no lo cambiamos, no hablar, no ver y no oir es una ventaja competitiva de la adaptación.
Qué alegría volver a leer a Driver y a NáN en lo de Di; esto ya empieza a ser como dios manda.
ResponderEliminarEn mi a vuelapluma comentario de la entrada anterior no me di a entender. Fallo, Lo siento. Quise hacer una broma a cuenta de la nostalgia con el memorable Manrique y me salió un churro.
Pero éste de hoy lo lo tengo muy, pero que muy, pensado: las banderas son muy de depende. Son, obviamente, algo más que unos trapos: son unos trapos estampadosss. Pero como todo lo estampado, si lo pones asín, pues horizontal quedará, pero si lo pones no asín sino asín, vertical quedará… Pues eso es lo que tienen las siempre estampadasss banderasss, que depende. Y las cosas que dependen (aunque son muchas, de acuerdo) son simples pasatiempos que a nadie deberían importar siempre y cuando, claro, no nos toquen, ¡ojito!, ni a mi Betis ni a mi la Real.
Fuera de eso, fuera de lo importante, qué más da pecho(s) fuera, barbilla alta, mirada perdida, culo apretao gritar TODOS JUNTOS: ¡Visca España, Viva Catalunya… Viva Honduras!
«Mira (me dijo en un hospital el compañero Manuel, un paciente paciente y muy mayor que grandísima compañía, él tan malito, me dio, nos dio a todos —ojalá por él estuve yo alguna vez a su altura—) que esta vida son dos días… y la mitad de noche». Pues eso, que pa´ banderas estamos…
En cuanto a la prostitución, «Mira, Di, muchas la ejercen porque quieren, porque hacen así un buen dinerito fácil y se quitan de limpiar escaleras… Pero sabes qué, que cada una que haga lo que quiera con su cuerpo. Yo ahí no me meto» ¿No es asombroso la falta de psicología de los (muchos, incluida mi suegra) que hacen comentarios así?
¡Estás posteando tan rápido que no me da tiempo ni a leer! (¡Bieeen! Di en plena forma) Lo de los trapicos estampados y los santicos y todo eso...¿Qué se le va a hacer? ¡Somos un pueblo de idólatras! Donde estoy ahora hay un pequeño retablo dedicado a Santa Apolonia, patrona de los dentistas. Desde hace unas semanas llegaba un señor muy devoto y rezaba ante el altarcico ¡Todos los días! Anteayer llega, enfurecido, con un flemón espantoso. "¡Ya le podeis poner un cartel de AVERIADA a Santa Apolonia! Está claro que no funciona!"
ResponderEliminarTe agradezco la pregunta, C. S.: conozco perfectamente la figura de santa Apolonia y porqué es la patrona de los odontólogos.
EliminarLos soldados alejandrinos que capturaron a Apolonia, una mujer virgen de avanzada edad asín Tía Matilde o Joan (conca o conco), la torturaron con el objetivo de que se arrepintiera de su fe cristiana, pronunciase blasfemias contra Jesucristo y adorase a los dioses paganos. Sin embargo, ella se negó y padeció la ira de la turba soldadesca.
En uno de los crueles golpes perpetrados con martillos que sufrió perdió buena parte de sus piños y los restantes le fueron arrancados como tortura, sin anestesia y entre risotadas. Su perseverancia en defender la fe enojó más a sus atacantes y éstos la amenazaron con la hoguera pero Apolonia no se amilanó.
Es más, hizo ademán de que le librasen de las ataduras, lo cual interpretaron como que se rendía, pero, al verse libre, lo que hizo fue tirarse de bomba a la hoguera. Le iba la marcha. Pero pasaba el tiempo y Apolonia no se quemaba, la hiaputa resultó incombustible. Asín que permanecía con vida dentro de la hoguera, razón por la que finalmente optaron por degollarla para darle muerte. Pero los cuchillos no cortaban. Pensaron entonces en darle muerte a pellizcos trayendo para ello a una monja vieja de muy mala leche (como las feministas de hoy según decía ayer el hijo de Julián en una insufrible entrevista en El País). Pero nada. Le pegaron cosquis, le tiraron de los pelos, le hicieron rabiar haciendo chistecitos sobre su nombre… Pero nada. Nada de nada.
Vista la inversión de tiempo pensaron en cobrarle los servicios, qué menos. Fue entonces cuando la indestructible Apolonia preguntó: « Esto… ¿con IVA o sin IVA?» Y la soldadesca, bruta pero con mucho sentido cívico, aclaró: «¡Con IVA, con IVA!».
Y ahí («¡Con IVA, con IVA!») es cuando mataron a Apolonia que, desde entonces, es la patrona de los odontólogos (autónomos).
Quisiera resaltar (es decir, saltar varias veces sobre el concepto) que las profusas explicaciones del compañero Lux se enmarcan en una corriente muy concreta del pensamiento español.
ResponderEliminarEn cual?
Me gustaría responder a tan profunda cuestión con datos objetivos y argumentaciones perfectamente armadas.
Pero va a ser que nones
...
Tan solo apuntaré que su aparente desvarío no es sino una faceta del más prolijo sentido del humor castizo, que tomando del mango a la crítica social, hace uso de la ironía siguiendo la larga tradición hispana de D. Quijote, Sancho Panza y Mariano Rajoy.
No exclusivamente en ese orden.
DRIVER, bromeas, en serio que no conocías quincalla? que es también otro vetustismo? Muy apropriada la NASA y la basura espacial.
ResponderEliminarLos ninios, no sé, NáN, yo era optimista y pensaba q todas estas cosas nuevas eran en el fondo adaptaciones de lo de toda la vida (por ej, nosotros nos pasábamos horas en el teléfono con las amigas y ahora los adolescentes chatean, o lo q sea q hagan via la pantalla)... pero me lo estoy replanteando. Me parece preocupante q los crios quedan para jugar y acaban, si el adulto no se lo impide, con una pantalla. El otro día escuché una charla TED de todas las cosas q hacen los ingenieros de los algoritmos de FB, o google, youtube, o lo que sea para mantener lo mas preciado en estos momentos: nuestra atención. Y da miedo.
A mí lo de las banderas, LUX, bufff, a mí me gusta mucho más esa bandera si es vertical, ya q la historia del dragón es muy vistosa y eso. Lo de las pobres mujeres en los arcenes...lleva razón tu suegra y todos los cuniados del mundo: saquemos una gran verdad, y las de lujo, qué eh? esas q viven en Park Avenue y todo? Que de eso no se habla....
CESI, es q este finde he estado de solterismo ya q el Peda se fue a buscar a Mini al Reino junto al Mar (donde le salió lluvioso, como sabrás)... de ahí q me dijera.. o terminas las minivacaciones o qué. Además tengo el "Sapiens" por divagar y, más importante a Lugones visto por Yacaré y va Nan y se me adelanta!!!! Arghhh Sobre Sta Apolonia ya sabía yo q no podía decir nada, pero menos mal q tenemos a LUX para cualquier descosido de estos y nos ha iluminado. Todo en orden.
Muy bonito veros a todos y los q se esconden q ensenien la patita, aunque no digan nada.
Muxus, hugs y tal
di
Entonces, aceptando como verídica la historia de Apolonia, los que hacen anuncios de dentistas, ¿son apolojetas?
ResponderEliminarNáN, someto a tu formado juicio lo siguiente: Dado el caso, ¿no sería, en puridad, más que apologeta, apoarreglapiñojeta? El prefijo apo- (del griego, aparte, fuera, lejos, con), arregla (rēgula, del latín, regla, norma), piño (vulgo, diente), más el sufijo –jeta (del árabe jaṭm, caradura); Apoarreglapiñosjeta: «Aquel que, incomprensiblemente sin rubor, habla en defensa de los siempre sin IVA sacamuelas».
EliminarEs verdad que Apoarreglapiñosjeta suena a un personaje de Astérix visita a su odontólogo. Se le podría, por tanto y si no queremos complicarnos, llamar publicista, o adman (en inglés todo suena mejor), o creativo, que es lo más.
Por una vez, querido Lux, me da el espíritu contradecirte. Los que hacen anuncios de clínicas dentales no haces sino apología de endeudamiento por una sonrisa blanca y sólida (sin huecos). Siendo Apolonia la Madame del asunto, serían apologetas. Y la "j" viene de puta madre por los precios que hacen los de la Santa Hermandad de los Apolonios.
ResponderEliminarTu propuesta, sin embargo, es excelente para Asterix y los suyos.
Bueno, NáN, bien, algo es algo. Yo, esforzarme me he esforzado, que conste. Pero es que tú eres muy dificilito....
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