Hoy todo me conduce a su contrario:
el olor de la rosa me entierra en sus raíces,
el despertar me arroja a un sueño diferente,
existo, luego muero.
Todo sucede ahora en un orden estricto:
los alacranes comen en mis manos,
las palomas me muerden las entrañas,
los vientos más helados me encienden las mejillas.
Hoy es así mi vida.
Me alimento del hambre.
Odio a quien amo.
Cuando me duermo, un sol recién nacido
me manche de amarillo los párpados por dentro.
Bajo su luz, cogidos de la mano,
tú y yo retrocedemos desandando los días
hasta que al fin logramos perdernos en la nada.
el olor de la rosa me entierra en sus raíces,
el despertar me arroja a un sueño diferente,
existo, luego muero.
Todo sucede ahora en un orden estricto:
los alacranes comen en mis manos,
las palomas me muerden las entrañas,
los vientos más helados me encienden las mejillas.
Hoy es así mi vida.
Me alimento del hambre.
Odio a quien amo.
Cuando me duermo, un sol recién nacido
me manche de amarillo los párpados por dentro.
Bajo su luz, cogidos de la mano,
tú y yo retrocedemos desandando los días
hasta que al fin logramos perdernos en la nada.
Angel González
Breves acotaciones para una biografía
Hermosura y sufrimiento.
ResponderEliminarMuxus
Si te gusta garcia montero te gusta angel gonzalez, eso es asi y es asi. Grandiiiiisima su poesia. No es mi opinion es asi.
ResponderEliminarMuaks
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ResponderEliminarLa llamada Generación de los 50, muy nutrida de catalanes, fue espléndida.
ResponderEliminarEste poema expresa algo que todos hemos sentido. Días o semanas que cuando pasan es mejor olvidar... sin olvidar del todo.
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EliminarDe acuerdo, NáN, que según la antología de Juan García Hortelano (cuya primera edición compré de adolescente y que guardo deshojada —no quiero reencuadernarla— como oro en paño) el grupo catalán era, como dices, nutrido: cuatro de los diez prologados.
ResponderEliminarPero también hubo (hoy sabemos que hasta doce) andaluces entre los que yo destacaría a los gaditanos Caballero Bonald y Fernando Quiñones (Por cierto, el primero que destacó a Quiñones fue alguien que quizá te resulte familiar: José Luis Cano, en Litoral, 1974).
Y es que la generación del 50, al menos en lo que a la lírica se refiere, es una caso curioso: conforme, por distintos rincones, se nos van muriendo poetas, los mismos van renaciendo como nuevos miembros de dicha generación. A mí ya me salen exactamente tres veces más (31, en concreto) de las voces que eligió Hortelano (y hablo de premios Adonais para arriba).
A saber:
- Doce andaluces: un granadino, cinco gaditanos (de ellos, tres arcenses y un jerezano), dos cordobeses (uno, ruteño), dos malagueños y dos sevillanos.
- Siete catalanes: cuatro barceloneses, un tarraconense, un targarí que fue a morir a Ginebra y un reusense.
- Dos asturianos, ovetenses.
- Dos castellanomanchego, un tomellosero y un ciudadrealeño.
- Dos canarios, tinerfeños.
- Un gallego, orensano, que, qué cosas, también fue a morir a Ginebra.
- Un madrileño.
- Un castellanoleonés, zamorano.
- Dos extremeños, un emeritense y un valentino
- Un alicantino, onilenco.
- Un valenciano, olivense.
De los 31 sobreviven nueve: Francisco Brines (valenciano), Antonio Gamoneda (asturiano), Rafael Guillén (andaluz), Caballero Bonald (andaluz), Carlos Murciano y su hermano Antonio (andaluces), Mariano Roldán (andaluz), Manuel Mantero (andaluz) y Julia Uceda (andaluza ¡y la única mujer* de la lista, grrr!).
¿Conclusión? Ni idea, no lo sé, pero se diría que los genes andaluces se agarran a la vida tela, o al menos más que la media: siete de nueve.
Bueno, y otra conclusión: sin duda Carmen Balcells y el Carlos Barral editor con su buen hacer hicieron mucho para que la rama catalana figurase entonces como la principal. Eso, y la figura imponente de Jaime Gil de Biedma, el cual, curiosamente y como no hace mucho y compartiendo su opinión recordaba Gamoneda: «El propio Gil de Biedma dijo que todo [se refiere ]había sido fruto de una operación de marketing».
Por último, a Ricardo Defarges la Wikipidedia aún le da por vivo, cuando hace más de tres años que falleció; también la Wikipedia confunde a Gabriel Ferrater con el bacteriólogo Jaime Ferrán. Como pa’ fiarse…
Aclaración (pa' no borrar otra vez): con «[se refiere ]» quise decir «Se refería al propio concepto, a la realidad de dicha generación»
EliminarCierto, esa antología fue la que nos "trastornó" a todos. La sigo leyendo de vez en cuando. Y es muy catalana. Y era muuuuy catalana en porcentaje.
ResponderEliminarPero ahí no estaban todos los que eran, que se fueron sumando. Lo que cambia las cosas es que esos 4 eran amigos, con capacidad de catapultarse unos a otros. Y cierto, gracias sobretodo a Barral y a algunos editores y críticos, hubo un trabajo de marketing (muy necesario para darse a conocer). Pero es que Barcelona era muy activa en esos momentos. También desde allí se hizo un trabajo de presentación, el Boom latinoamericano, y tenía entre sus miembros a Vargas Llosa y García Márquez.
No tengo nada que objetar a esas operaciones: informan a los lectores de lo que hay.
Ah, el único que se negó una y otra vez a que lo "metieran" en ese grupo catalán fue Valente.
Quitando esta útil operación de marketing, esa generación nos dios grandes poetas, que ya has citado. Gamoneda, Valente y Hierro son mis preferidos.
ResponderEliminarY en cuanto a ese Cano que has citado, fue 20 años director de Adonais y hay que ver, entre los premios y los accesits, cómo acertó el comité del Premio destacando la obra primeriza de algunos de los que se convertirían en Grandes.
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EliminarNo conocía el poema satírico de las palomas-hipopótamos. Con esos dos últimos versos, no cabe la menor duda acerca de quién es el personaje al que se refiere.
EliminarAsí que te libraste de la secta, menudo notición. Cuánto hemos ganado aquí en donde la Di, gracias a que lo hiciste.
Evidentemente, la colección de poesía no recibía la menor interferencia de la secta y José Luis no era creyente. Pero no creas que es tan raro. Allí donde no tienen a alguien de los suyos y no es un tema económica y socialmente influyente, pueden meter a un ajeno si es el mejor. Y José Luis, como secretario de Ínsula, era el que tenía más posibilidades de descubrir a los mejores. También conozco a un catedrático de una de sus universidades estrella que no es creyente, pero no les importa ni le dan la lata para nada.
Así son las cosas: las palomas pueden ser hipopótamos y no les importa tener pulgas entre sus "empleados".
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Eliminar" Así que en realidad sois un preso fugado en la noche, un corredor de fondo que saltó la valla del presidio, un objetor de conciencia que abandonó la batalla con tal de no asesinar a un hermano, un alma libre que busca y que busca.
ResponderEliminarEnhorabuena, chiquillo, y bienvenido al Club de los ignorantes libres "
De la obra pøstuma del escritor murciano, Manolo González Calvo, alias " el pelucas ", cuyo título no recuerdo exactamente , pero cuya fama es mencionada con asiduidad en garitos, tabernáculos y antros de dudosa reputación pero de libre acceso.
Driver, a Manolo, al Pelucas, siempre se le citó con demasiadas licencias. Lo que dijo, literalmente, fue esto:
Eliminar«El presidio…
En realidad, me fugué del corredor de la noche del alma donde eran mis hermanos asesinos de las almas libres, donde presa en el fondo estaba mi conciencia como un objeto abandonado.
Pegué el salto, y vaya que desde entonces planté batalla: Desde entonces ya no busco, ¡ya encuentro!».
Observo que estas bien informado de los textos originales de Manolo el Pelucas.
ResponderEliminarReconozco que mi conocimiento de la obra de este gran poeta, se circunscribe a relatos orales escuchados en garitos nocturnos.
Y claro, entre el volumen de la música y la atención dispersa por la algarabįa generalizada, uno no solo tiene dificultades para recordar el texto primigenio, sino que tiende a olvidar las palabras exactas al tener la atención ocupada en menesteres más humanos que divinos.
Y es que como dijo el famoso Séneca, " no se puéstar en tó "