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31 mayo 2011

Barcelona: Las Arenas

El otro día estuve en el veterinario en Barcelona. Mientras le hacían pruebas a mi perrita me acerqué a ver el centro comercial que ha sustituido a la plaza de toros Las Arenas. Vaya por delante que yo prefería la plaza original y por supuesto las corridas de toros (eso daría para otro divague). Pues bien, a pesar de haber conservado bastante bien el aspecto exterior de la plaza, que a mi parecer es bastante bonito, no han sabido trasladar esa misma esencia al interior. Por dentro no deja de ser un centro comercial, sin nada de luz, sin asomo del ladrillo rojizo que caracterizaba la plaza y con todas las tiendas típicas, manidas y franquiciadas de siempre. Han intentado hacer unos pasillos circulares poco afortunados y como decía antes, echo en falta una buena cúpula con luz natural.

Lo que más me gustó es la planta superior, en la que se prevén abrir restaurantes y hay una terraza rodeando la plaza, como para hacer un paseíllo, desde la que se tiene una bonita vista de Barcelona de 360º. Sólo por la panorámica vale la pena la visita.









30 mayo 2011

Todos los perros van al cielo


Ahí estaba encima de la mesa, acusándome.

Unos minutos antes yo había firmado la hoja y el veterinario se había ido dejándola encima de la mesa. La hoja seguía allí. Yo desde lejos veía mi firma y me sentía como un verdugo mientras los ojos se me empañaban de lágrimas. Haces lo mejor, haces lo mejor, trataba de decirme mientras guardaba su collar en mi bolso. Todavía lloro al recordarlo. No he tenido valor de ver como acababa todo. Quería quedarme con otra imagen de ella.

Durante casi catorce años, mi perra ha sido fantástica: inteligente, divertida, rápida, alegre, juguetona, con una vitalidad desbordante. Nos ha servido de mantita en invierno y ha sido una fantástica compañera de juegos de los pollitos. En broma decíamos que era la hermana mayor. Fue la primera que llegó a casa y la que les enseñó, entre otras muchas cosas, a querer a los animales. De hecho una de las primeras palabras que aprendieron era su nombre y me enternece recordar como a media lengua la llamaban. Venía conmigo a todos los sitios, reuniones, viajes, bodas... La voy a echar tanto de menos....

Mi perra era capaz de detectar donde mi madre tenía los clavos en la pierna y lamerle en el sitio exacto, sabía comer fruta, pepinillos y sardinas y si alguien salía de casa le esperaba en la entrada hasta que llegaba. Era muy obediente excepto en una cosa: cuando veía un perro iba a por él, a darle un revolcón. Aunque nunca mordió a ninguno. Apoyaba su cabeza en mi hombro cuando conducía, sabía dar la pata, sentarse y hasta hacerse la muerta por un trozo de algo bueno.

Hoy sin embargo no se lo hacía. Después del chaparrón que parece ha calmado un poco mis lagrimones, Tito me ha hecho un favor y la ha enterrado en la granja. 



24 mayo 2011

Sapin and Todya

La culpa de todo la tienen mis padres, por no haberme enviado a aprender mecanografía. Yo a mi pollito lo tengo torturado con esa extraescolar que hace en el cole. Espero que así no le pase lo que a mi. Vete tu a saber.

Hay días que, en el teclado, escribo medio bien, rápido, la cosa fluye. A veces me sorprendo de mi destreza: tacatacataca tacatá. Suelo usar sobre todo dos dedos: el índice y el corazón. Aunque a veces si me "suelto" soy capaz de pulsar teclas hasta con el anular y el meñique. Flipa!! Sin embargo, otros días, mis dedos van por libre y me van haciendo putadillas. No se si será porque pienso más rápido de lo que escribo (como todos) o que simplemente estoy más torpe por lo que sea. Me decanto por esta última. No tiene nada que ver con le hecho de estar cansada o con tomar demasiado café. Es así y punto.

Hoy está siendo un día de esos. Lo curioso es que suelo caer siempre en las mismas palabras y aunque he intentado no hay forma. Vuelvo a tropezar y me da un coraje...

Por ejemplo:

Si escribo en español, me puedo encontrar con:

ahy - en lugar de hay
auqneu - en lugar de aunque
em - en lugar de me
emabrgo - en lugar de embargo

Si escribo en inglés:

Sapin - en lugar de Spain
todya - en lugar de today

Si escribo en swahili, 

nayma - en lugar de nyama
ng´omibe - en lugar de ng´ombei


Lo que peor llevo es lo del swahili por cierto....

21 mayo 2011

Pigs

El otro día visité una granja de cerdos. No me gustó mucho la verdad. Prefiero las de terneros. Creo que viven infinitamente mejor que los cerdos, por no hablar de sus madres. Es una cadena industrial en toda regla lo de la producción porcina. Pero divago, yo a lo que venía hoy es a colgar una instantánea de unos lechones recién nacidos .



20 mayo 2011

Malas semanas para la lírica

Desde que llegué de vacaciones, vivo sin vivir en mí. No es nada ni medianamente interesante (ni tan alta vida espero) sobre lo que se pueda divagar: es trabajo. De repente, se juntan deadlines (?plazos de entrega?, apologies por el anglicismo pero es que me gusta lo de dead-line, por el dead, se entiende), presentaciones que se aceptan hacer hace mucho tiempo en un día de esos lavidamesonríe (y que, sorprendentemente, el cabrón día llega), un curso de aquellos de ver DVDs soporíferos para puntúar (esto es el highlight, imagine), y más.

Pero... ta-rá, todas estas cosas, evidentemente, son para hacer por la noche porque a lo del día se le llaman "trabajos forzados". Y la noche (me podrán robar tus días, tus noches... también, que decía sabina), ese ratito que dedico a divagar, o a ver pelis, o a leer novelas, pasa a ser territorio tomado por el highflying.

Para muestra un botón. Ayer por la noche Di, llena de energía: "no divago, hoy me leo el plan del gobierno sobre el NHS en los siguientes 5 años para la presentación". La realidad es que Di y su carne débil acabaron buceando por internet, -al principio informándose, luego ya en franca obsesión-, intentando encontrar más y más datos sobre las movidas en las plazas españolas del grupo "Indignados/15M", incluyendo twitter (que de hecho casi solo uso para informarme, más que para comunicarme). Tal fue la movida que se leía, y no precisamente entre líneas que, en mi frenesí, hasta busqué a ver si los indignados fuertes en la Plaza del Pilar tenían ya su #acampadavetusta, y acabé siguiendo a un "Tomad las calles" que ya me sigue a mí (pobre).

Total que hace un tiempo hablé de las Revueltas en Londinium del pasado otoño, o de la mani en contra de los recortes de lo público de la que fui reportera en primera línea (no precisamnete de barrikada, pero hey). Y en múltiples divagues creo haber dejado claro que, de haber estado allí, espero haber tenido la fuerza de sentarme en las plazas como la que más, o de haberles acercado algo de pan y muchas rosas a los perroipads, como los han llamado en twitter.

Los medios británicos se están haciendo eco (aquí The Guardian, aquí la BBC), y siempre es refrescante leerles, particularmente si se compara con los comentarios elevados de sesudos tertulianos peninsulares. Pero no todo es internet, aquí tambien está la vida. Ayer caminaba con Mini y una mujer en bici increpó a otra llamándola "egoísta". La increpada, con mechas no precisamente de L'Oreal y gafas de sol muy fashion, estaba al volante de un BMW descapotable, con dos niños rubios de uniforme, para su "schoolrun" de cada mañana, cuando la distancia al colegio es perfectamente andable. Aún así, la barbie elige molar en su cochazo y cerrarle el paso a una ciclista en una medio cuesta. Ante esa imagen, Di entra en tarifa-plana-de-divagandodivagando, yo solita, por la calle, e imagenes apocalípticas de este mundo que se nos cae a piezas pero que no estamos dispuestos a cambiar pasan ante mis ojos. Y es que la gente se pone histérica porque le bajen el límite de velocidad a 110, y en la oficina voy apagando luces que se dejan en habitaciones vacías, y en Vetusta han puesto un tranvía y tuve que oír, en una conversación de noche de copas a uos vetustianos que "a ver porqué no estimulaban la industria automovilística y hacían más aparcamientos en el centro, en lugar de un tranvía".

Cómo se relaciona todo esto con los #spanishrevolution, con los acampados, indignados, perroipads? Bueno, pues está claro. Pero es que yo me he propuesto el divague de hoy como el último en un tiempo mientras me tranquilizo y puntúo todos esos DVDs.

Malas semanas para la lírica, en todos los aspectos. Nos vemos en los bares.

19 mayo 2011

Soñar contigo

En mis sesiones de acupuntura para mi rodilla (que va mejor), el médico de Ana Curra me ha descubierto a Zenet para que me relaje, dice, que "vas un poco acelerada".

Me ha encantado Zenet. Una mezcla de tango y bolero con un toque andaluz. ¿Una fusión entre Pata Negra, Malevaje y... Caetano Veloso? No lo sé. Juzguen ustedes.

Actúa este año, el 20 de julio, en Pirineos Sur , aunque me da que debe de ser un artista de escenarios más íntimos.


18 mayo 2011

La caja negra. ¡Amos hombre!

Por el título se adivina que no me gustó. Es cierto. No le vi nada especial. Quizá como decía ayer mi cobloguera no era mi "momento caja negra", quizá no lo leí prestándole la atención que debía, quizá lo deje y lo cogí en demasiadas ocasiones, quizá lo había sobrevalorado, quizá... no valga la pena seguir leyendo. 

Están avisados.

Para empezar, tuve que comenzar a leerlo como 3 veces antes de aclararme de quién era quién y qué coño le decía uno al otro. No es que me molesten las epístolas famosas, es que al principio escriben todos y me costó hacerme un esquema de la situación (no doy para más).

En cuanto a los protagonistas, el personaje de Iliana me recuerda al de Belén Esteban: casada con otro (secundón) y siempre dando la vara para sacar pasta al primero, para lo cual no duda en recurrir a chantajes emocionales, juicios de valor y lo que sea. Sólo le falta un ¿mentiendes?. De entrada es una angustias, muy plasta, que ha tenido mala suerte y en dándose cuenta de ello, se acuerda de su ex y lo exprime. Bien es cierto que al final del libro se redime un poco cuidando a su ex a pesar de todo y pasando del insípido de su actual marido Michael.

Alex, el ex marido de la anterior, es un Señor con mayúsculas: sensato, sabe escribir y no entra al trapo. Además de cornudo, apaleado. Ha pasado de ser el marido del gusto a convertirse en el marido del gasto. Estoy de acuerdo con Di, en que gana por goleada en las cartitas. El pobre cede a los chantajes de su ex por el hijo que tienen en común (Boaz) y por lo poco que le queda de vida. No se le puede juzgar. Todo ello a pesar de las advertencias de su abogado, que es el único que tiene un poco de sentido común. Me cae bien. Hizo que sonriera en alguna ocasión.

Boaz, el hijo de la pareja, es un "soy rebelde porque el mundo me ha hecho asi", al que le gusta lo simple, vivir al día, echar la culpa de lo que le ocurre a su madre, un si me apetece te atizo y paso de trabajar que me canso. Al final del libro encuentra su lugar, volviendo a sus orígenes, restaurando su pasado y viviendo en plan comuna hippy. 

Michael Sommo, el actual marido de Iliana, además de no tener ni un duro (es el del gusto), lo poco que tiene lo destina a causas religiosas. ¡Hay que joderse! La mujer pidiendo y él,  como para otra cosa no vale, para lo que vale, ¡dale! Todo el libro yendo de digno... que cansino. Es un pelele con demasiado pundonor. Al final se le pasa tanto remilgamiento y acaba conviviendo con todos en la comuna hippy y mirando a las estrellas. 

17 mayo 2011

"La caja negra" de Amos Oz, o más vale tarde.

Nota: No suelo desvelar la trama de las novelas o las películas cuando divago. Esta es una excepción. Por si aún queda alguien ahí afuera que no la ha leído. :)

El bloguerío andaba incarnato con esta novela: no eran recomendaciones sin más, eran estados de semitrance. Uno de esos libros que había abierto en canal a algunos de los que habían seguido el consejo, y que había removido cosas que algunos no esperaban ni llevar dentro. En fin, que es de lo que va la literatura: no hay sensación mejor que ser el sujeto de ese estado de fervor/iluminación. Hace años que tengo cuidado con este tipo de recomendaciones, porque una tiene una edad, y ya he leído algo de lo que a otros les ha partido en dos, les ha mostrado la luz, les ha hecho mejores. Corolario: me he dado cuenta que las cuerdas que un autor toca en cada uno son mundos diferentes. Incluso lo que agita en uno mismo en distintos momentos de la vida. No sé, por ejemplo, para mí "Rayuela", novela con la que entré en ese no-tocar-el-suelo, es un libro del final de la adolescencia, y siempre permanecerá allí: mitificado, adorado. Que si lo hubiera leído ahora, no habría sido lo mismo, supongo. Ni para bien ni para mal, habría sido otra cosa.

Este era mi primer pero a leer "La caja negra". El segundo era la traducción. Y sí, lo sé todo: sé que me perdería obras monumentales de la literatura universal si no leyera traducciones, sé que soy neurótica, sé que debo cambiar el chip. Lo hemos hablado en este blog mil veces, pero así lo veo yo. Leo, claro, traducciones, pero tienen que ser clásicos inevitables o muy muy recomendadas. Como Oz. A este respecto, para quitarnos el fantasma del traduttore traditore de entrada, tengo que decir que he notado como, a medida que avanzaba en la novela, me iba relajando más y más (terapia de exposición, que le llaman, ves, Di? Tú puedes!). Al principio, me costaba, porque por mucho que insistan, sigo encontrando forzada la preadjetivación, "subir a las frescas montañas", me siguen chirriando expresiones tipo "tocaba tus atributos viriles", y sigo opinando que traducir "asno" en lugar de "burro" (seguro que literalmente era "asno", pero sinceramente, alguien que escribe vaca con b en castellano es un "burro") no es sabio. Bueno, no sé si me fui soltando yo o la traductora, pero la cosa medio fluyó.

El contenido, por dónde empezar: Oz toca muchos temas en esta novela epistolar. Las relaciones, el fanatismo, el poder. Sin duda, uno de los que ha dejado más tocado al personal (por lo que podido leer ahora, antes de escribir esto en los comentarios de los otros blogs) ha sido la relación entre Alex e Iliana. Para mí, personalmente, esta ha sido la parte que más me ha interesado de toda la novela. Pero no me ha impresionado por lo horrible, por el odio, por el veneno que destila. Para mí, desde el principio queda claro que es una historia de amor. Y todavía, dentro de los insultos, los silencios, las humillaciones monetarias y autohumillaciones con punto maso, rezuma una atracción a lo bestia, de las de "ni contigo ni sin ti", una pasión de novela, de película, de las que no resiste el sofá y los recibos, el lavaplatos y la lista de la compra (“nos quedábamos en la cama hasta las diez, maltrechos y exhaustos por la crueldad de la noche pasada (…) como un par de boxeadores entre asaltos”). Es una amor de esos que nos gusta leer, de los de polvo bajo la lluvia a lo Lady Chatterley, de los de grandes traiciones que son en el fondo sumisiones ("follaba con otro, pero pensando en ti", “me follaste de pie como si me acuchillaras”), de endorfinas perpetuamente en el punto ebullición.

En ese duelo epistolar y vital, en mi opinión, a Iliana se la come Alex, sin guarnición. Su silencio, al principio, y sus cartas frías, yendo al grano, pidiéndole, por favor, que corte el rollo dramático (“te apremia representar el papel de heroína clásica”), la hace parecer aún mas histérica, más desequilibrada, más necesitada. Sus actitudes de esclava sexual, que según leo han estimulado las fantasías de algún lector, son propias de la fantasía de un escritor. Masculino. Oz usa su voz literaria a través de ella, diciendo cosas de belleza desgarradora, pero su identificación con lo que cuenta está en otro personaje. Iliana no me parece una persona interesante ella sola: demasiado egoísta, inmadura, siempre en relación con los hombres con los que se relaciona. Poco puedo decir de su personalidad, aparte de sus claros rasgos de trastorno límite, cuando las de los hombres son muy marcadas: ella vive en relación a ellos. Es ex-mujer, madre, mujer, pero quién es ella?

Sabemos mucho de Alex, el personaje mitificado por Oz a lo largo de la novela (“Tu cuerpo de gladiador (…), tu expresión de príncipe torturado, el poder de tus ojos grises, el resplandor de tu atormentado espíritu, el escudo helado de tu voluntad de hierro”). Y a quien no le atraiga, por malo, por listo (“y tú, guadaña en mano, siegas la discusión con una o dos frases”), por frío, por generoso, por enamorado, por tal-vez-no-tan-malo, que de un paso adelante. Es, al cabo, un héroe byroniano, un Mr Rochester del Siglo XX. Que habla poco (eso echo de menos), pero para decir cosas como “sus labios aran el menguante vello de mi pecho”. Y, para colmo, cuando vive en Londinium, su dirección es en Hampstead Heath. Dan ganas de ir a volar cometas con él.

Oz también nos hace un retrato al óleo (por no decir un examen del estado mental) de Michel Sommo, el segundo marido de Iliana. Y de su mano entra el segundo tema de la novela: el fanatismo religioso (en este caso, judío) al que claramente representa, por contraposición a Alex, que es la razón, la inteligencia, la coolez. Como en lo único que soy tan cool como Alex es en este escaso aprecio por fanatismo religioso, sea cual sea, ver cómo Oz lo vapulea en cada una de las cartas que escribe Sommo es de lo mas cómodo. Oz demuestra ser un escritor que conoce lo básico de su oficio: no masticándonos el tema sino simplemente dejándole hablar (en este caso, escribir). Y esto puede parecer una obviedad, pero es que estaba leyendo una novela terrible recientemente que me regalaron en la que el autor se permitía aclararnos ciertas cosas, en lugar de dejarnos concluir a nosotros con lo que pensaba/sentía/hacía el personaje.

Lo cierto es que leyendo la visión del mundo de Sommo (“está escrito”), una piensa: "no hay solución" (“hace tiempo que acabé con los que son como usted y me dediqué a tipologías más complejas”, le dice Alex). Pero hay un factor que le redime, y es otra de las partes interesantísimas del libro: su relación con Boaz, el hijo de Iliana y Alex. “El vikingo beduino” (qué preciosa descripción), el hijo pródigo, el vástago producto de las limitadas habilidades-ahora está claro-para las relaciones de su madre. El crío abandonado por su padre. Boaz es el personaje, para mí, más positivo de la novela: un chico dejado por sus padres, que crece sin necesitar a nadie (“se rodea los hombros con los brazos cruzados. Este es el abrazo de los que no tienen a nadie”) y que esta a punto de acabar en el arroyo, pero que logra salir gracias a su inteligencia, el apoyo de Sommo y su manera particular de ver la vida: "vive y deja vivir", “pasarlo bien” (“esta idea, es la fuente de todo pecado”, le dice Sommo). Alejándose de todo dogmatismo, sin aceptar demasiados consejos (aunque sí el dinero de Alex porque, como él dice “no ganó el dinero con su esfuerzo. Creció de los árboles”)). Su paciencia con Sommo parte de su superioridad cognitiva: en el fondo ve, como el lector, que Sommo es un buen hombre, limitado en su inteligencia, fanático, torpe, pero buena persona. Durante la lectura, a ratos suspiras exasperada por sus reacciones, pero en otras ves que el pobre tiene buena intención. Para él, la vida es un valle de lágrimas, y su objetivo es recuperar la tierra prometida. Todo esto hace totalmente incomprensible que Iliana, que ha estado con alguien como Alex, haya acabado casándose con este pobre mendrugo. Pero así es Iliana: lo convierte en “un humilde violinista de restaurante a quien le ha sido permitido tocar un Stradivarius”.

Dicen que uno lee libros para, entre otras cosas, ver cómo los demás solucionan problemas vitales que nos podrían, disfrazados de esto o aquello, pasar a cualquiera. Por eso personalmente suelo ser reticente a los finales que el autor soluciona con la enfermedad o la muerte. Evidentemente, ambas parte de la vida, pero es algo con lo que no contamos en nuestro programa “solucionar conundrums”. Eso no nos pasará (aunque nos haya pasado), pensamos, y correctamente, porque uno no debe confiar en que la vida decida por uno. En la novela, la enfermedad terminal en uno de los personajes clave va a dar con un final no elegido, sino condicionado. No es lo mismo quedarse a cuidar a un moribundo (“velar los espasmos de la muerte”) que decidir vivir con alguien que rebosa energía. Muchos factores entran en juego en una decisión como esa, y me quedo con la duda de saber qué es lo que ellos hubieran hecho de haber podido dirigir el rumbo del final.

Me gusta una frase de Alex cuando escribe a Sommo sugiriendo que tal vez haya sexo de nuevo entre Ilinana y él, para concluir, unas líneas más abajo: “Duerma tranquilo, su esposa le es fiel. No hay salidas nocturnas (…) salvo en la imaginación de nosotros tres. Donde no pueden entrar ni los carros de combate ni las escaramuzas de la redención.” Es en nuestra imaginación donde por fin puede brillar otro final. Pero a un autor que escribe cosas como esta: “y en la ventana había una puntiaguda luna musulmana velada tras siete capas de niebla”, se lo puedo perdonar casi todo.

16 mayo 2011

Divagando con los pollitos

Sin duda, una de las mejores cosas que tienen los pollitos cuando llegan a estas edades (9 y 7 respectivamente) es que con ellos se puede empezar a divagar en condiciones. Aunque cada edad tiene su momento bueno, he de confesar que esta etapa me está gustando.

Nina: espíritu libre, casi 7 años.

Conversación 1

- Mamá, ¿sabes quien es David, el profesor de natación?
- Sí, ¿que pasa con él?
- Que es "expresionante"
- Y eso, ¿qué quiere decir?
- Pues que es muuuuuy guapo - me comenta como diciendo que no me entero de nada.

Ni que decir tiene que es cierto. Hay que ver a David y que desde entonces "expresionante" forma parte de mi vocabulario habitual.

Conversación 2

- Nina, ¿sabes que te quiero con locura? - Yo soy de las que creo que estas cosas hay que decirlas, sobre todo cuando las sientes de verdad.
- Si, yo también - me comenta ella.  Pero la otra mamá que tenía yo en Rusia no me quería y por eso me dejó. 

Es curioso y a la vez es bueno, como van saliendo las cosas. Te pillan desprevenida y hay que saber estar a la altura. La verdad es que me dejó helada con su comentario. Yo jamás le he hablado de otra mamá, sino de una señora que la tuvo en su tripa, pero claro ella ya ha atado los cabos y me pone en bandeja una buena oportunidad de ahondar en algo que quizá le inquieta.

- Quién te ha dicho eso? ¿Alguien del cole?
- No, nadie -  me dice. Pero no me quería.
- Pues resulta que no es verdad. Hay mamás que no pueden cuidar a sus bebés, puede ser que estén enfermas o que simplemente no sepan o que tengan tantos problemas que les sea muy difícil. Además es imposible que no te quisiera porque no te ha conocido. Sólo se puede querer a alguien o no quererlo si lo conoces.
- Entonces, ¿no me podía cuidar?
- Seguramente no.
- ¿Y era guapa?
- Pues no lo sé porque no la conocí, pero viendo lo preciosa que eres tu, creo que sí debía ser guapa.
- Pues tu lo eres más todavía.


Rey: bueno por naturaleza, 9 años y medio

Conversación 3

- Papá, ¿sabes qué?
- Díme.
- Que estoy enamorado. - Así, sin rodeos ni nada...
- ¿De quién? - Consuerte flipa, ya que hasta la fecha las chicas eran unas "blandas" para pollito y no quería ni oír hablar de un posible noviazgo.
- De la chica más inteligente de clase.
- ¿Cómo se llama?
- María
- ¿Se lo has dicho?
-
- ¿Y qué te ha dicho?
- Que siga soñando...
- Tienes que hacerte el duro. No le hagas mucho caso - apunta Consuerte , hombre de mundo...


Conversación 4

Partido Real Madrid - Barça. 
Consuerte y Rey a punto de ver el partido.

- Papá, ¿tu quien quieres que gane?
- El Madrid por supuesto.
- Yo el Barça - dice pollito que es fan de Messi y desde que tiene conocimiento no ha hecho más que oír las glorias del club blaugrana, para escarnio de su padre.
- Oye papá....
- Dime
- Que si tu quieres me hago del Madrid.
- El otro día Consuerte y pollito visitaron el Camp Nou. Consuerte le compró una camiseta del barça al pollito y por la noche colgaban juntos la bandera del Barça de la ventana.

12 mayo 2011

El Peda, según ellos

El Pedalista, mi compañero de piso, cumple hoy 40 años. Como todo lo que yo pudiera escribir sobre él es de todo punto impublicable, se me ocurrió preguntar a unos cuantos así-llamados amigos y familiares, por ver si había más suerte. Desde ya oigo sus amenazas (y no son agradables)... pero, de qué van las sorpresas? (Cumpleanios fatal, que lo pases muy mal!-esta es la versión que a él le gusta). Aquí va algún corte de lo que escribisteis
/escribieron... muchas gracias por todo y porque, sorprendentemente, aún había alguna carnaza desconocida para mí (que explotaré convenientemente).

El BABY PEDA (o ahora entiendo a quién sale mi hija)
El baby Pedalista conoció la luz un 12 de mayo de 1971 en la Bella Easo, y, desde pequeñito, ya apuntaba maneras... su andadura académica comenzó con tres años en la "Guardería de las monjas mexicanas", cerca de la Zurriola (ah, esa playa!). El primer día le dijo a su madre: "no quiero ir con esa monja porque tiene barba". Por la calle, cuenta mi suegra con horror, "temía yo que pasara alguien con alguna minusvalía visible porque se ponía a imitarlo" (o sea, a cojear: lovely). Lo de meterse en los charcos de su hija, se confirma que es genético: "Cuando andaba en la txirrista hecho un cristo y al llamar a la puerta con las manos a cada lado de la cara me decía: No me des paliza, eh".Y lo de tragoncete, también. Para obtener esa segunda ración le decía a su madre "dale más al pecosillo" (isnt't he lovely?).

PRIMEROS EJEMPLOS SUBVERSIVOS
Su tío Abel recuerda que, poco antes de la primera comunión, su madre le explicó que en la consagración, “el pan y el vino se convierten en el cuerpo y la sangre de Jesucristo". Entonces, nuestro héroe, haciéndole un "corte de mangas" le respondió: "y yo que me lo creo!". Su tío Félix anota que a su prima Karmentxu la llamaba “Lapechu” (oi, qué mono).Y su tía M.Carmen relata extensivamente cuando se fueron juntos a Madrid a ver una exposición de Monet, el Peda adolescente, y se colaron a unas “viejecitas” (esas son las más fáciles). Nota: El Peda fue un pintor de éxito, pero ahora no se prodiga porque “necesita grandes espacios”. Veremos lo que puedo hacer.

“LICENCIA DE HACHA” PARA EL CAMINO DE SANTIAGO
Iñaki: "Nos paró la Guardia Civil a punta de metralleta y preguntaron si teníamos licencia de hacha: buen principio para la travesía de las tres etapas del camino de Santiago donde acabamos durmiendo bajo un puente y yo, abrazado a una botella de whisky, declamando versos del Estravagario de Neruda (“y la ventaña”)". Qué imagen, Inaki, por qué la has introducido en mi cabeza!

EL PEDA ATLETA
El Peda comenzó su carrera en el atletismo con Abel e Iñaki, "y para comer siempre pedía de postre queso con membrillo” (no me pregunten la relación, soy una mera amanuense). Ahora sigue corriendo en soledad: la vez que le acompañé fue un reto para nuestra relación ("no te paressssss!")

EL PEDA INGENUO, EL PEDA DEVASTADOR DEL MEDIO AMBIENTE
Inaki: "Trabajando en aquella entidad financiera de Vetusta Sub Y nada más terminar la carrera tuvo varios eventos memorables: de entrada, le timaron un cheque (nunca olvidará el nombre de la timadora). Pero la mejor: pidió folios y se lió con la cantidad. Le mandaron tres palés y luego tuvo que apañarse para distribuirlos por todas las oficinas".

TEMA RECURRENTE: EL PELO DEL PEDA, MOTIVO DE ESCARNIO, JOCOSIDAD Y ENVIDIA
Eneko recuerda las andanzas del “jodido irlandés” del que aprendió "algo de euskera, a ser de la Real, y que llevar el pelo largo en un cole del Opues era cuestión de principios". Elogios para el pelo, que no deja indiferente a nadie (Rob y Laeti) o el shock de Kate al rapárselo. Una vez se lo tení de rubio pollito y a su madre casi le da un infarto al volver en Navidad.

SUFRIMIENTOS REALÍSTICOS
Todo el mundo sabe ya que el Peda es de la Real, de la que se lleva intentando "quitar" un tiempo por las cardiopatías asociadas. La única vez que he estado en un campo fue disfrazada de la Real (Nou Camp, perdimos). Eso es amor (lo mío): las miradas en el metro a la salida fueron (ehem) interesantes. Aunque muchos de mis corresponsales son realistas (Eneko, Aitor, Lucía, mi suegra et al), otros se meten con él precisamente por ser de la Real (Xavi Xar) y algunos tienen un desorden que se llama Osasuna (Litros, Sanferman).

DESFASANDO
Aitor (volvemos a la adolescencia espero): "con la ventana abierta del coche, se dedicaba a ladrar a los pobres viandantes, ancianos en su mayoría, con el fin de que éstos terminaran en la cuneta, producto del shock y del paro cardíaco".

Lucía: "a las 6:00 de la mañana después de una noche de jolgorio, saludó desde el telefonillo del portal, eso sí, muy educadamente, a mis padres, profundamente dormidos hasta entonces... y otro día ambos nos dedicamos a ir saludando uno por uno a todos los participantes en el Alarde, intentando reventar la fiesta. De esos lodos vinieron años después las arenas movedizas de los Alardes mixtos".

EL PISO DE DONOSTI, ESE PICADERO (ÚNICAMENTE) ETÍLICO
Todos los amigos del cole y la uni recuerdan hazañas en el piso de Donosti: Litros, por ejemplo, "cuando jugó la Real con Osasuna en “el vetusto Atotxa” un Carnaval e íbamos disfrazados de rojo, claro" (zzzz, peazo pesaos los de osasuna).

Kate habla (traduzco) de cuando fue encontrado semicomatoso encerrado en nuestro coche tras una barbacoa en al que ambos acabamos con sus reservas de José Cuervo. Misión cumplida: el Peda había extendido su cirrosis fuera de la península.

SU ACENTO, SU VERBO
Mushy Peas (traduzco) nunca podrá olvidar su primer día de trabajo en el que el Peda le pareció que trabajaba “en los mercados rusos” (y el P45!) y su pronunciación en “pipping hot”. Mejor no entramos en la COLESLAO (Marisa) o el suco de laranja (Di).

En cuanto a contenido, Depablo: "envidio su capacidad para soslayar problemas en pro de la revolución, sin perder alegría de ánimo ni la ironía en la conversación!". Un Depablo, Catalunya por favor!

FAMOSAS QUOTATIONS
"Los Navarros nacemos donde nos da la puta gana” (el Maestro)

Que tal la paternidad?" (pregunta Iñaki): "Aburrida", contesta. Iñaki sugiere darle una voltereta a Mini como nuestro héroe le dió a Irati, su hija, hace unos años en nuestra casa (se comió el suelo) para animar la paternidad con una visita a urgencias.

"Cuánto sabes aitá!" (Mini, recientemente, tras que él le contestara a lo que son las "cuentas" de un collar). Ya sé que no es suya, pero...

PASIÓN 1-: El TE
Mendía recuerda su llegada a la entidad donde hacían como que trabajaban en el spot más codiciado de Londinium como una “ posibilidad de cotilleo y despedazamiento del nuevo”, pero “no resultó presa fácil de roer” y acabó a sus anchas entre ellas, que son todas malas. “El único rumor del que se hizo responsable fue del aumento de gastos de la cuenta de entidad, ya que el muchacho nos consumía lo menos 10 bolsitas de té diarias, a lo que añadiremos el agua y la electricidad de esa kettle. Hoy aún duran las reservas de te que se adquirieron durante la estancia del Peda entre nosotros, la salida nos pilló por sorpresa y acabábamos de recibir 2 sacos de 500 bolsitas cada uno”.

La otra mala es Angela, con mensaje cifrado: “Aquel Verano que vivimos peligrosamente... junto con el agente Casinello. Especialmente memorables fueron las operaciones "100% católico" y "oído cocina". Esa cocina que-añado yo-se hizo famosa para mi por contar con un hermanito del Perito Moreno a todo color. Ah, que fiestukis de Navidad las de C.

PASIÓN 2: TAGLIATELLE
De las manzanas al tagliatelle. Ciccio, genovés con el que compartió piso: "Our evenings were filled with love, tagliatelle, gorgonzola and red wine. Life could have not been happier……" Ilkse (su mujer) y yo asumimos nuestro papel secundario en este "Brokeback Pasta".

UN PAR DE RECOMENDACIONES PARA ESTA EDAD TAN DIFICIL
Jose Antonio, desde México: "este verano vete a la India como hice yo, preferiblemente a meditar unos cuantos días en un ashram, creo que los 40 ya son una buena edad para dejar ese camino de perdición (me refiero al ateísmo y todo eso) y para que encuentre a Dios o por lo menos a Khrisna, ja ja”.

Nan: “Que sepas que el momento de la rubia, el champagne y el descapotable, ¡es ahora! Podría decirte que no vale la pena, pero como no tenía descapotable, la experencia no fue completa.” Eso Nan, tú dando ideas.

UNO QUE RECUERDA CUANDO SE CONOCIERON (flashbacks traumáticos)
Danielito desde Budapest, con su acento húngaro-porteño hablando el castellano : “ Para que muchos años despues (por suerte NO frente al pelotón de fusilamiento) acordemos aquella tarde remota en que viajamos por el altiplano de Bolivia, cruzando el salar de Uyuni. El momento cuando tuvimos que cambiar la llanta, y mientras los chicos trabajaban duro, Di y yo les cantamos las canciones de ABBA...”

OTRO (ALEMÁN TENÍA QUE SER) QUE POR FIN ES ESCUETO
Wolf: Amiga,
Lo que envidio del Peda: que mi novia lo llama "hombre impresionante".
Lo que recuerdo del Peda: que olía de pollo (en Nottingham, hoy día huele de dinero).
Lo que me hace risa pensando del Peda: Que los mexicanos pensaban que es un alemán (y vos también) (honor inmerecido).

Que disfrute sus últimos semanas como gente joven!

APÉNDICES

1. Oda al Paje (por Sanferman

Monárquico con anclaje
por subditez windsorista,
por sus hechuras de paje,
y su pasión realista.

Antisistema en sistema,
estructurado anarquista,
jornalero multitema,
banquero y sindicalista.

Responsable por lo tanto,
no inocente sino pillo,
-cuña anticapitalista-
del asombroso quebranto
de la crisis del ladrillo.
Del ladrillo caravista.

Así es nuestro amigo Pedalista,
siempre peca de optimista,
y dice ser triunfador,
ser el amo de la pista,
en la Excel del amor.

2. Síndrome de Ghi – Pu – Chí.
Author: Dr. Zicco Gascón
Terelu University (Spain)

El primer caso de este síndrome se describe en 1971. Se trata de niños que nunca dejan de serlo, aunque crezcan y tengan apariencia adulta, ya se gradúen en Económicas o lleguen a formar algo parecido a una familia.

Su nombre se debe al inminente psiquiatra donostiarra Ghi-Pu-Chi que describió a estos niños como: joviales, inteligentes, pero entregados al juego y a la irresponsabilidad de una manera crónica. Cursa con cambios en la apariencia (crestas, rastas o cardados, según el perfil), compulsiones de jugar en cuanto pisan un parque infantil o se encuentran con niños, los cuales puede huir despavoridos ante un adulto de dos metros que pretende luchar-jugar con ellos (Vagando & Cols., 2005).

Precisamente la Dra. Vagando (del Saint Per of Traka Hospital) lleva desde hace años el estudio de un caso que pretendía rehabilitar y afirma que ha logrado grandes progresos. No especifica cuáles. Más allá de que puso al sujeto a trabajar de cajero y lo hizo padre, parece ser que su grado de madurez sigue en la línea base.

(Fernández A, Gascón S, Gascón J, Gascón I, 2007) realizaron un amplio estudio de campo con uno de estos niños, corroborando los datos de (Vagando, 2005 y Vagando 2006). El síndrome no tiene cura ni tratamiento, ni farta que hace, concluyen estos investigadores.

References:
El rincón del vago: Síndrome Ghi-Pu-Chi (2000)

09 mayo 2011

45 horas en Madrid. Carnaza bloguera. Física y química.

"Andábamos sin buscarnos, sabiendo que andábamos para encontrarnos"

Julio Cortázar, Rayuela.

Me encanta Madrid. Bajar por la calle de Alcalá en un día soleado en sandalias, mientras todos los madrileños de todos los colores y confines del planeta van con botas, chaquetones, e incluso bufanda, me hace sentir Absolut Turist, que es lo que soy. "Te veo con confusión", me dijeron más tarde, cuando ya se había puesto el sol, y al principio perdí el "con" y me quedé con la "fusión" (¿vestimenta estilo fusión?), o tal vez efusión. Pero es que así me sentí esas horas demasiado breves en la Capital del Imperio, donde se nos trató TAN bien.


Tenemos un amigo colombiano, Bernardo, al que conocimos en medio de la nada boliviana, con el que viajamos un tiempo, y con el que seguimos comunicándonos vía email. Luego, fuimos buscándonos para encontrarnos en diversas latitudes: en Londinium, en Colombia, en Barcelona y ahora, en Madrid. No podíamos faltar a la cita para verle y, junto con otro par de amigos comunes, paseamos por el barrio de las letras, hablamos de libros, de "Incendies" (Denis Villeneuve, 2010) y tapeamos calamares (El Brillante, 2011). Estuvo rebién.

En Madrid también viven algunos de los personajes que pueblan el universo blogueriano. Con todos ellos, el proceso ha sido la imagen especular del de Bernardo, al que primero conocimos físicamente. Con los blogueros fue un rollo parcialmente cortazariano, porque andábamos sin buscarnos y la casualidad hizo que nos topáramos en algún punto de la web. Nos conocimos en la lejanía, no sabíamos cómo miraban, la cadencia de su voz o si habría aquello tan mágico que algunos llaman química, cosa que se sabe tan pronto enmedio de la pampa boliviana tras un encuentro físico. Y es que es evidente que puede haber química a través de la pantalla, "quien lo probó, lo sabe" que decía Lope.

Pero, ¿y la física? Que era el hueso de COU, iba pensando cuando me encaminaba a la cita. Pero ¿qué sería deseable decir, "eres justo como te imaginaba" o "no eres para nada como te imaginaba"? (esto último se lo dijo una antigua colega del Peda tras meses de emails y teléfono, y su jefa británica apuntilló: "Peda, tú siempre decepcionando" ;)). ¿Cómo lidiar con la situación de encontrarte con un extraño al que llevas leyendo un tiempo? Es raro.

A NáN ya lo conocía por foto, así que fue fácil. Nos esperaba en el Café Comercial y fue, ¡zas! comenzar a hablar, como si nada. Vestía de negro, como sabía, y hablaba pausado, como imaginaba. Llevaba una camiseta del estadio de Beijing, diseñada en una tiendita de Malasaña de la que es fan el mismo Jim Jarmusch, a la que nos llevó para hacernos un regalo. La que elegí es una referencia andante, un mensaje cifrado sólo para unos cuantos (En la imagen: NáN, cuando aún no vestía de negro, y Di, con el pelo corto, hace unos años en las calles de París).




Precisamente de las referencias habíamos divagado con la Fashion y el Joven Artista Local unas noches antes, ambos críticos de "esa gente que aspira a enseñar sus plumas de cultureta con referencias tipo el batería que tocó con Hendrix en aquel concierto hizo un cameo en la peli de culto de Fulanito, es en el fondo como el que enseña su Ferrari". Yo aún soy de las (¿ingenuas?) que creen que estas ocasiones (pavorrealinas) son las menos, y que la gente comparte referencias por el placer per se. Pero ese es otro divague. Así que, gracias NáN. Y también por "Tipos Infames" y por Luichico, "ese señor" que comparte nuestra pasión por "Tasio" (Montxo Armendáriz, 1984) y por cambiar el mundo.


Por la noche, la cena con tres de las autoras de otros tantos blogs seguía planteando los terrores arriba planteados: ¿fluiría la cosa o sería un pantano cenagoso? En un punto de la noche, una de ellas preguntó cómo la había imaginado. Yo ya sé cómo todas me soñaban, así que más que nada para animar la cosa con un poco de disonancia me dejé el palestino y los pins reivindicativos en casa. No me había planteado cómo imaginas a la gente que has leído hasta entonces, pero el otro día llegué a la conclusión de que el pelo es un dato fundamental. Al llegar al bar yo buscaba un flequillo, porque esto es lo único que sabía de Annie: y sí, lleva flequillo y le queda muy bien, y debajo tiene unos ojos expresivos, simpáticos. Y buscaba un look venusino, pelo rubio con ojazos azules de Amanita: y es así, el pelo corto, como ya nos había dicho. Y el descoloque era con Molinos, pues no le ponía coleta o pelo suelto, pero al verla, supe que era ella: basta con ver una foto que colgó de cuando era peque y es exactamente igual: cara traviesa y ojos vivarachos.

Hablamos sin parar, y era como entradas de blog. Algunas referencias ya las teníamos, porque ya sabíamos que el Ingeniero cuida gamusinos, confirmamos que Amanita va armada, y que Anniehall cualquier día se lanza al negocio de las pipas de girasol. El Pedalista fue vilipendiado como merece por no leernos ("chusma") y NáN preparaba su plan de ataque en una esquina, mientras decía que él nunca pone cara a los que lee. ¡Pero se quedaron tantas cosas en el tintero! como chequear mis progresos con el eyeliner con Amanita, quedarme con la receta del tiramisú de Annie, o hablar de hombres, de mujer a mujer, con Molinos.

Y es que al día siguiente algunas trabajaban. Es lo que tiene: pobres. Entonces NáN nos secuestró en un taxi de vuelta a Malasaña para el ritual de la mezcalería. Para todo mal, mezcal, y para todo bien, pues también. Les dió igual que yo explicara que lo mío era el tequila, que había hecho un reflejo pauloviano con el mezcal tras mi dolor de muela, que sin gusano, nada. El rito, los tres juntos, ¡¡¡buá!!! y luego fuí la única que necesitó gajos de naranja (¡en vena!), en los que el camarero había tenido a bien espolvorear chile (¡rebuáa!).

"La Manuela", un café con encanto donde se gestó una parte de la movida NáNiana desde hace 25 años, nos recogió para unos mojitos. El contenido de esa conversación comienza a estar un poco nebuloso. Espero que para ellos también.¿ Ocurrió que al meternos en el taxi NáN dijo algo así como os quiero y nos vemos mañana?

Qué noche más estupenda: física, química y combinatoria. Porque andábamos-sin-buscarnos, y sin-saber-que andábamos-para-encontrarnos.

07 mayo 2011

Sobre héroes y Sábato

Sábato ha sido uno de mis héroes literarios, sin duda. Sábato, el que quemaba por las mañanas casi todo lo que escribía por las noches. Su trilogía que comienza con "El túnel", sigue con el genial "Sobre héroes y tumbas" y culmina con el, para mí, fastuoso "Abbadon El Exterminador" marcó mis años por la universidad.

Intento dormir la siesta tras una noche de esas de Vetusta en las que se cruza el río casi a nado a las 4 de la madrugada, en pésimas condiciones físicas y mentales. Pero la sed y las intrusiones sobre los libros sabatianos y sus imágenes no me dejan cerrar los ojos, que vagan nerviosos por las esquinas de la habitación. Uno de los lujos de estar en mi antigua casa es poder perderme en la librería y rescatar las novelas de aquella época. Libros ya subrayados, comentados y machacados en rojo. "Sobre héroes" me lo regaló Iñaki, allá por el 95. Y me lo dedica: "Con la ilusión del primer regalo, el primer libro. Para que puedas cubrir las largas horas de vacío intelectual que te dará el Peda con su compañía. Por el futuro, la autocrítica, la revolución, el sinsentido y el pueblo". Me hace sonreír: ah, éramos tan jóvenes. El propio Sábato se lo dedica a una amistad "que ha resistido todas las asperezas y vicisitudes de las ideas". No todas lo hacen.

Abro por el comienzo y leo mi primer subrayado: "Existe cierto tipo de ficciones mediante las cuales el autor intenta liberarse de una obsesión que no resulta clara ni para él mismo. Para bien y para mal, son las únicas que pueso escribir". Un escalofrío me recorre la espalda: esta sensación es de las mejores que conozco. La trepidación por lo que viene después, la emoción de la conexión, una especie de gratitud exultante. Pero, cómo no iba a revolver todo por dentro a una recién veinteañera un libro que comienza con la noticia preliminar de una joven que, tras matar a su padre con cuatro balazos se encierra en su habitación-mirador y le prende fuego, optando por quemarse viva en lugar de por la bala?

El libro está tan subrayado que la idea de siquiera entrar a un breve análisis, en una tarde lluviosa de resaca se me hace imposible. Y lo mismo me ocurre con Abbadón, éste sin dedicatoria, con una poesía de Rilke copiada en rojo en la contratapa. Leo, busco, me engancho y por fin logro encontrar el capítulo que ha quedado entre nosotros como una broma interna, el titulado "A la mañana quiere escribir", el la cual Sábato (que es un personaje del libro) se lanza a una papelería a comprar material, sin tener del todo claro lo que quiere.


Busco, miro, me engancho en gugel y encuentro a alguien que ha colgado el capítulo. Para quien no haya leído a Sábato, será, sin duda, el catalizador para inciarse. Porque el sentido del humor (y el sinsentido, del que hablaba Iñaki), la inteligencia, la genialidad, se escurren entre y en la líneas.


Gracias, querido Sábato por todo lo que no quemaste.
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A LA MAÑANA QUIERE ESCRIBIR
pero la máquina sufre una serie de desperfectos: no anda el margen, se atranca, el carrete de la cinta no vuelve automáticamente, hay que rebobinar a mano y finalmente se rompe algo del carro.


Desesperado, resuelve ir al centro a distraerse y camina por el barrio sur. En la calle Alsina, entre Defensa y Bolívar, decide comprar una carpeta de anillos, para escribir a mano. Algo nuevo, algo simbólico, que le permita escribir en un café, a pesar de las dificultades con su letra, del cansancio que le produce lograr algo inteligible. Es probable que así rompa el maleficio.

Un empleado cansado y desagradable lo atiende y se fastidia de modo casi evidente porque busca una carpeta así y así. Lo manda al diablo y sale con creciente mal humor. Decide ir hasta la Librería del Colegio, en la esquina de Bolívar y Alsina. Su ánimo se levanta al pensar que en esa gran papelería podrá encontrar lo que busca. Pero entonces ve, a través de la rejilla de una vieja casa, una enorme rata que desde la oscuridad del sótano lo observa fijamente, con sus ojitos rojizos y malignos: le trae el recuerdo de la entrevista con el joven del Busto y los murciélagos del fortín almenado de don Francisco Ramos Mejía, en Tapiales: ratas aladas, inmundas y milenarias. Trata de alejar esos recuerdos y se dirige a la librería con energía. ¿Con energía? Bien, hasta cierto punto. Digamos, para ser exactos y objetivos, que lo hace con cierta energía. Con el temor que siempre le producen los vendedores, va hacia un muchacho alto y flaco, de pelo largo. Aunque advierte que lo reconoce, trata de mantener un aire neutro e intenta superar la timidez que ese reconocimiento invariablemente le produce. Piensa que las cosas se complican, le da vergüenza explicar lo que necesita (algo lleno de requisitos, de tal tamaño, de color negro afuera y colorado adentro, etc.), pero superando las resistencias a medias le dice qué necesita, aunque reservándose los detalles por falta de coraje:

—Una carpeta de anillos —dice, con torpeza.

El empleado le muestra algunas que están lejos de ser lo que busca: no quiere ni una carpeta demasiado grande, que le resulta antipática, que lo intimida con sus enormes y desagradables páginas, tipo sábana; ni, por supuesto, una demasiado pequeña, en la que no podría escribir con holgura, en la que se sentiría como dentro de un chaleco de fuerza. Claro que no le da estos detalles, limitándose a decir que "querría otra cosa".

El empleado comienza a mostrarle otras carpetas, pero por desdicha cada vez más alejadas del modelo ideal que tiene en su mente. Mi maldita costumbre de entrar sin haber localizado antes con absoluta precisión lo que quiero, piensa. Después se ve obligado a llevar las más desagradables o inútiles invenciones. Con amargura, cavila en el armario destinado a ese objeto, lleno de camisas inllevables, medias muy cortas o excesivamente largas, lapiceras de punta demasiado fina o en extremo gruesa, cortapapeles con un mango de conchillas que en colores dice "RECUERDO DE NECOCHEA", un juego de castañuelas que no puede recordar cómo se vio obligado a comprar, un gigantesco Quijote en bronce que valía una pequeña fortuna y hasta un florero cromado que se vio obligado a adquirir en un bazar donde por equivocación entró a comprar un llavero. Eso en cuanto a los productos guardados. Pero más lo amargan los que lleva consigo en virtud del maldito espíritu europeo de economía que le inyectó su madre, con tanto esfuerzo como la sopa pero que, también como la sopa, algo deja en el cuerpo, aunque se la haya tragado a regañadientes: un pantalón sport que detesta, una campera, un pañuelo horrible; nada más que por no tirarlo a la calle, o no guardarlo en ese museo de los objetos monstruosos. Y en especial ese pañuelo de un rosado sucio con florcitas coloradas que de tan repugnante se ve obligado a usarlo con extrema cautela, cuando nadie lo mira; viéndose en la difícil situación de soportar durante largo rato el deseo de limpiarse la nariz nada más que por la gente que lo rodea. Le mostró algunas carpetas que estaban bastante lejos de ser lo que había soñado en sus últimos tiempos de meditación.


—No —comentó vagamente—. O sí, claro. Pero no sé...


El empleado lo miró interrogativamente. Reuniendo todas sus fuerzas, pero sin mirarlo a los ojos, agregó:


—No sé... sí, no está mal... pero quizá un poco más chica... algo así como una libreta grande...


—Ah, entonces usted no busca una carpeta sino una libreta —observó el empleado con ligera severidad.


—Eso es —respondió Sabato con desaliento y falsedad—. Una libreta...


Y en el momento en que el vendedor se daba vuelta, agregó con vergonzosa ambigüedad:


—Pero una libreta que sea más bien como una carpeta.


El muchacho, sin dar vuelta su cuerpo, que ya estaba dirigido hacia la mesa de las libretas, volvió su cabeza y lo consideró con un notorio incremento de su severidad. Sabato se apresuró a precisar que sí, sí, lo que quería era "más bien" una carpeta.


Siguió al empleado hasta la mesa a través de cuya cubierta de cristal se podía advertir, con desalentadora nitidez, que nada de lo que allí se exhibía era lo que él necesitaba, ni de lejos. Pero ya estaba hecho.


El empleado fue sacando y mostrando varias que eran increíblemente inadecuadas: no sabía si porque ya había olvidado lo que acababa de explicarle acerca de que "más bien" se trataba de una carpeta, por simple idiotez de vendedor o por secreta irritación por sus vacilaciones. Sabato iba haciendo un gesto negativo, aunque modestamente negativo. Y por una especie de desgracia, en lugar de ir subiendo en el tamaño aquel sujeto iba descendiendo. Claro que podía haber detenido ese descenso mediante una enérgica negativa, ¿pero con qué cara? Terminó por ofrecerle una libretita infinitesimal, que sólo podía servir para escribir telegramas muy caros o para nenas de corta edad, esas nenas que seriamente van en la calle al lado de su mamá llevando un cochecito de juguete con un bebé de plástico en su interior. Una libretita para hacer como que anota los pedidos para su hogar microscópico.


Admitió que la libretita era muy linda, y hasta hipócritamente hizo como que probaba el funcionamiento de sus anillos, la flexibilidad de su tapita, el papel.


—¿De cuero? —preguntó, pensando que un dato tan preciso revelaba que no estaba desinteresado de ningún modo en la compra de la miniatura.


—No, señor. De plástico —respondió el muchacho con sequedad.


—Ah —comentó, volviendo a probar el cierre de los anillitos.


Mientras realizaba esa inspección apócrifa sentía que su cuerpo se iba cubriendo de transpiración. ¿Cómo decirle, a esa altura de los acontecimientos, que aquel juguete era casi exactamente lo contrario de lo que buscaba? ¿Con qué cara, con qué palabras? Por un momento estuvo casi dispuesto a comprarlo, para guardarlo más tarde en el mencionado museo de objetos estériles; pero sintió que si lo hacía era un ser despreciable. Decidió entonces superar su debilidad de modo terminante.


—Muy linda, verdaderamente muy linda —comentó de modo casi inaudible—, pero lo que necesito es una libreta grande. En realidad, casi una carpeta.






El vendedor lo observó con severo rigor.

—Entonces —dijo secamente— lo que usted busca es una carpeta.

Sospechando de antemano que le iba a ir peor que con las libretitas (que al menos son agradables), asintió de modo equívoco. El empleado, con decisión que a Sabato le pareció excesiva, se dirigió hacia el anaquel donde se alineaban los monstruos de la especie. Con premeditación, era evidente, buscó la más grande, algo gigantesco y repugnante, uno de esos artefactos que deben de usarse en los ministerios para enormes papeles burocráticos, y con pregunta que más bien era una orden dijo:

—Algo como esto, supongo.





Se miraron durante un segundo, pero ese segundo a Sabato le pareció una eternidad. Un ejemplo casi escolar para establecer la diferencia entre el tiempo astronómico y el tiempo existencial. Era una especie de grotesca instantánea: un vendedor durísimo enarbolando una repelente carpeta para mamuts, frente a un parroquiano avergonzado e intimidado.

—Sí —murmuró Sabato, con voz apenas perceptible y con extremo desánimo.

Con esfuerzo, el empleado envolvió el grosero artefacto, le preparó la factura y se la entregó: era una suma tan enorme como el paquete. Con esa suma, calculó en el trayecto hasta la caja, con amargura, podía haber comprado tres o cuatro carpetas como la que buscaba.

Salió poseído de tenebrosos pensamientos: era indiscutible que todo estaba en contra.

Cuando llegó a Santos Lugares, desenvolvió el monstruo y tratando de no reexaminarlo lo colocó en el armario de las adquisiciones frustradas, entre un calzoncillo con rayas amarillas y el florero con brillantes aplicaciones cromadas. Luego se sentó a su mesa y ahí permaneció algunas horas en silencio, hasta que lo llamaron para comer. Después miró una de esas series de televisión que lo animaban: entre tiros y patadas en la cara de individuos ya medio muertos en el suelo, se prometió sin embargo llevar a cabo algo decisivo al día siguiente. (...)"


(“Abbadón el Exterminador”, Edición de Seix Barral, págs. 352-7)




03 mayo 2011

¡¡Feliz cumple!!!









Once a year we celebrate with stupid hats and plastic plates,
the fact that you were able to make another trip around the sun.
And the whole plan gathers round' gifts and laughter do will bound,
we let out a joyful sound and sing that stupid song.
Happy Birthday, now your one year older.
Happy Birthday, your life still isn't over.
Happy Birthday, you did not accomplish much.
But you didn't die this year i guess that's good enough.


So lets drink to your fading health, and hope you don't remind yourself
your chance of finding fame and wealth decrease with every year.
Dose it feel like your doing laps, and eating food and taking naps,
and hoping that some day, perhaps, your life will hold some cheer.


Happy Birthday, what have you done that matters?
Happy Birthday, your starting to get fatter.
Happy Birthday, it's downhill from now on.
Try not to remind yourself your best years are all gone.


If cryogenics were all free then you could live like Walt Disney and live
for all eternity inside a block of ice.
But instead your time is set this is the only life you get,
and though it hasen't ended yet some times you wish it MIGHT!


Happy Birthday, you wish you had more money.
Happy Birthday, your lifes so sad it's funny.
Happy Birthday, how much more can you take?
But your friends are hungry so just cut the stupid cake.


Happy Birthday, Happy Birthday, Happy Birthday, Dear.....
(muttering)
Ralph, Bill, Graphton, Stanley, Frank, Skippy the Butch Kangroo, Bob,
Starts with a G.. G.. Blah! Blah! Blah!

01 mayo 2011

Cuando Mini cumplió un año...

Cuando Mini cumplió un año, escribí estos malos versos mal rimados para que se echaran unas risas los comensales en su fiesta de cumpleaños. Hoy cumples tres: Felicidades mi amor.


Hace exactamente un año
siendo el día del trabajo.
nació una princesita
en un país muy lejano.


Era noche de Walpurgis,
la última antes de Mayo
aquella en la que las brujas
vuelan en su escoba un rato.


Y érase aquí una brujita
a Walpurgis no invitada,
pero que a eso de las cinco,
empezó ya a dar patadas.


Cuando su padre llegó
y me encontró en la ventana,
escéptico se rió,
y añadió que “esto no es nada”.


Nos pusimos a cenar,
algo con mucho pimiento
a fe mía para un parto
esto no lo recomiendo.


Eran ya eso de las ocho
cuando esas contracciones
me hicieron, querida hermana
colgar sin contemplaciones.


De las matronas aquellas
seguimos las instrucciones
aitá contando segundos
y yo las respiraciones


A las doce de la noche
viene Ailsa la matrona
que enseguida dictamina
una vez que ella me explora:


“Llamemos a la ambulancia,
pues la niña ya está aquí.
Llevas ya ocho centímetros,
lo siguiente es parir!!”


Y cómo disfruta el padre
en el relámpago ambulancia
el Big Ben, el río Támesis...
hubiera seguido hasta Francia.


Al hospital de St. Thomas
llegamos en un momento,
os prometo que no veo
ni las casas del Parlamento.


Una vez en paritorio
miren, qué descubrimiento!
parece que tantos centímetros
eran al final un cuento.


Aquello de las contracciones
no duele ni un poquito
yo exigí la epidural
sólo por mi feminismo.


-“El señor anestesista
se encuentra en una emergencia".
-"Me esta diciendo, matrona,
Que esto es sólo una estridencia?”


Y a las tres de la mañana
le hubiera dado propina
al colega salvador
por la inyección de morfina


Las princesas primorosas
siempre se hacen de esperar.
Lo tuyo, querida Mini
fue para desesperar.


Por el este amanecía
y tu seguías durmiendo
Te pincharon varias veces
por si estuvieras sufriendo.


Por fin casi al mediodía
“A esta niña hay que sacar,
al padre dadle un pijama
que a quirófano ha de entrar”.


El pobre padre confuso
no sabe muy bien qué hacer
por encima de su ropa
la estéril se va a poner.


Y durante la cesárea
se porta y no se desmaya
y al final me trae la hija
envuelta en una toalla.


Qué preciosa, qué pestañas
está toda tan perfecta!
Llama a casa, di a todos
que por fin llegó la estrella.


Desde entonces, cariñito,
qué decirte, esto es un sueño.
No me canso de mirarte
siendo algo tan pequeño.


Eres graciosa, eres lista,
y hasta un poquito traviesa.
No cambies nunca brujita,
no cambies nunca princesa.


Tu madre, 1 de Mayo de 2009