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12 noviembre 2024

De cómo nuestra habilidad de recordar y olvidar influye en nuestra personalidad ("Únic@"- 3)

Construimos nuestra biografía a partir de nuestros recuerdos. Pero está más que demostrado que los recuerdos no son grabaciones objetivas, como una foto en nuestro teléfono: después de que los recuerdos se almacenan en la memoria, estos pueden cambiar, bien por posteriores acontecimientos bien en el proceso de recordar. Pasa todo el rato en las estaciones de policía: la gente cree recordar detalles que objetivamente no estaban ahí. Hay un sesgo que nos lleva a adaptar lo que ocurrió a lo que ahora sabemos: de esa relación que acabó mal no recordamos sus primeros buenos momentos con la misma alegría que en realidad fueron, por ejemplo.



Tipos de memoria
Hay dos grandes tipos de memoria y ambas contribuyen a nuestra individualidad:
  • La memoria implícita es aquella que adquirimos a fuerza de repetir una acción y se usa sin esfuerzo mental consciente (e.g. ir en bici). Sus recuerdos son más estables que los explícitos y se almacenan en distintos circuitos del cerebro.
  • La memoria explícita es aquella compuesta por los recuerdos que podemos traer a nuestra mente haciendo un esfuerzo mental consciente.  Está compuesta por tres subtipos:
    • Memoria de eventos, que a la vez tiene dos subtipos: 
      • la de campo (field memory): va de recordar un evento desde tu propio punto de vista, desde tu mirada, y ocurre con eventos recientes o altamente emocionales. 
      • la de observador (observer memory). En esta te ves a ti mismo en la escena interpretándola (no experimentándola), y ocurre con eventos más lejanos (por ejemplo, si te preguntan sobre tu infancia) o más de hechos (vs. emociones). 
                             O sea, la manera cómo recordamos depende de lo que recordamos.
    • Memoria de datos y/ o conceptos. Esta memoria suele ser más exacta que la de eventos. Hay gente mejor en recordar un particular tipo de datos, hay gente que recuerda mejor imágenes, otras sonidos.



La repetición de una experiencia la hace genérica para la memoria. Pero si una vez ocurre algo que te causa una gran emoción, lo recordarás específicamente. Has ido muchas veces a la playa, pero aquella vez que se te llevó la ola (o conociste a Fulanito) será recordada más vívidamente. Las emociones hacen al cerebro que guarde las memorias más fuertemente.

Nos gustan los recuerdos super-detallados de, por ejemplo, el lugar donde dimos el primer beso (recordemos, asociados con mucha emoción), pero son más útiles para la supervivencia los recuerdos genéricos, sin detalle, ya que aumentan la eficiencia del cerebro, que tiene capacidad limitada. La principal función de nuestra memoria es aprender, para incrementar nuestras posibilidades de supervivencia, e.g. no tocar el fuego o dar un paso adelante en el precipicio. En particular con estos dos ejemplos, ya nacemos con ellos codificados en nuestro genoma: esto se aprendió y codificó hace muchas generaciones. 


La mayor parte de nuestro comportamiento se compone de hábitos subconscientes con solo un leve barniz de decisión activa en su superficie. Aún así, nos creemos seres con libre albedrío, con detallados recuerdos que son los que nos han llevado a ser individuales, los seres que somos. Hace poco ha salido el último libro de Robert Salpovsky (del que ya divagamos a propósito de “Behave”) precisamente sobre este tema de la ficción del libre albedrío: “Determined: la ciencia de la vida sin libre albedrío”, se titula, y tengo muchas ganas de leerlo - y luego contarlo, tranquis.

Así que con fragmentos de memorias nos creamos una narrativa sobre nuestra vida, que no es exactamente cómo ocurrió, pero así nos lo creemos. En resumen: con respecto a nuestros recuerdos, estamos muy equivocados. Pero esto es muy difícil de asumir, porque la narrativa que nos hemos contado a nosotras mismas sobre quienes somos es probablemente lo más importante que tenemos.



Lo sé: os ha encantado (ejemplo de la narrativa que me estoy contando a mí misma). Pues esperad a la entrega de mañana en el que vamos a ver los complejos factores que influyen en nuestra identidad sexual y nuestras preferencias sexuales. Este blog es también un servicio público para tod@s los cuñad@s, que se acercan las cenas navideñas y hay que ponerse al día con tus “opiniones”, por ejemplo sobre las personas transgénero.

11 noviembre 2024

La aleatoriedad de los procesos biológicos y quién eres hoy ("Únic@"- 2)

Como decíamos ayer cuando "no nos salían las cuentas" de genes + ambiente= yo, hay un tercer factor importante en tu individualidad: además de la heredabilidad (nature) y la experiencia (nurture) tenemos a... ta-tááá, entra la estrella invitada de hoy: la “aleatoria naturaleza del desarrollo”. Recuerda esta fórmula: “tu individualidad es la heredabilidad interactuando con la experiencia filtraba a través de la inherente aleatoriedad del desarrollo”.

Esta aleatoriedad -particularmente el cómo se ha organizado el cerebro y sus trillones de conexiones– es gran parte de lo que medimos en los estudios de gemelos que hablábamos ayer (en la categoría de “ambiente no compartido”). Las instrucciones genéticas para la formación del genoma no son como las instrucciones de una receta, totalmente precisas (a menos que seas como mi suegra que dice “no sé, lo que admita”): esta es la principal razón por la que los gemelos idénticos que comparten el mismo ADN y casi el mismo ambiente uterino no han nacido con cuerpos o temperamentos exactamente iguales.

Esto requiere algo de explicación y para ello, bajemos un momento a nivel molecular (en serio, un momento). Casi todas las células de tu cuerpo contienen tu genoma entero (aunque no todas son exactamente iguales por un proceso que se llama “mosaicismo” por el cual las células van acumulando mutaciones), pero en cada una de ellas, solo algunos de estos genes se activan para dar instrucciones de producción de una determinada proteína. A este proceso llamamos “expresión de los genes” y a la regulación de la expresión de los genes llamamos epigenética.


Por ejemplo: en las neuronas (esas bonitas células nerviosas de arriba, en dibujo de Cajal que ya he puesto antes en el divlog porque me encanta) hay miles de genes que nunca se expresan (unos 6000) y la manera para conseguirlo (o sea, “hacer que no se enciendan”), es vía un proceso químico llamado “Metilación del ADN”. Hay algunos que siempre están “apagados” pero hay otros que se pueden encender y apagar en distintas épocas de la vida: por ejemplo los relacionados con el crecimiento en la infancia, luego se apagan o seguiríamos creciendo. Lo importante de esta epigenética es que no cambia la secuencia de los nucleótidos de los genes (As, Cs, Ts, Gs… os suena del cole?).



Pero además la metilación en una región del ADN ocurre también por ejemplo cuando hay una respuesta exagerada a un potencial estrés (la metilación suprime la expresión de un receptor de gen glucocorticoide en ciertas partes del cerebro). Esto incrementa la producción de la hormona CRH (hormona liberadora de la adrenocorticotropa), importante hormona del estrés, que da lugar a una cascada de consecuencias físicas en nuestro organismo. Esto por ejemplo les ocurre a los niños que sufrieron adversidad temprana (negligencia, falta de amor, disciplina inconsistente, etc), que luego se puede manifestar con desórdenes del neurodesarrollo o de salud mental -como la ansiedad, depresión- o físicos -como problemas gastrointestinales o inmunológicos.

O sea, todos estos términos como apego, cariño, emociones, negligencia, bullying, todos, no deberían sugerirnos que esto opera en un espacio espiritual donde la biología no aplica. Cuando todo lo anterior afecta a tu comportamiento (e individualidad) de adulto lo hace siempre por mecanismos biológicos que afectan al cerebro. Sí, hasta cuando luego la terapia hablada te ayuda a mejorar, igual que la medicación, lo hace cambiando tu cerebro.



Volviendo brevemente al mosaicismo del que hemos hablado antes (cada célula del cuerpo ha acumulado mutaciones y por tanto tienen distinto genoma entre ellas). Si ese mosaicismo ocurre en una célula que no sea gameto (óvulos y espermatozoides) se llama “mosaicismo somático”. Sabemos que hay casos de mosaicismo espontáneo somático que da lugar a enfermedades neurológicas o a diferencias entre la cognición o la personalidad en personas sanas. Estos cambios aleatorios en tus células no reproductoras (recordemos, mosaicismo somático) no se las pasarás a tus hijos, por tanto aquí se puede entender por qué no debemos liar el concepto genética y el de heredabilidad: las mutaciones somáticas son cambios genéticos, pero no son heredables porque una célula de la piel, por ejemplo - en contraste con los óvulos/espermatozoides-, no se la vas a pasar a tus hijos. Esta infografía lo resumen bien:



Hace poco se puso de moda esto de la “herencia epigenética transgeneracional”, o sea, que si podías heredar el trauma de tu abuela. El modelo de transmisión sería epigenético (modificación del patrón y el momento de la expresión de un gen) vs genético (como pasa en las mutaciones). Han hecho unos 50 estudios y ninguno de calidad, así que ahí lo dejamos, a la espera de que esto se pruebe con buenos estudios.

Pasemos a cosas que sí tienen estudios con mucho poder estadístico como el mes en el que naciste. Puede parecer astrología, pero no lo es. Por ejemplo, bebés que nacieron hacia finales de primavera tuvieron la mayor parte de su embarazo en invierno, cuando hay menos sol (luego menos vitamina D) y esto es un factor de riesgo para ciertas enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide y el lupus. Los bebés que nacieron en verano o en otoño, época top para los ácaros del polvo tienen más posibilidades de tener rinitis y asma de adultos.



La gripe también afecta al desarrollo del feto y también tiene un patrón estacional. Se estudió a los hombres cuyas madres habían estado embarazadas durante la pandemia española de 1918 y, de media, eran 1 mm más bajos, tenían un 20% más de enfermedad cardiovascular, tenían peor resultados en los test cognitivos y su tasa de esquizofrenia (que es del 1% generalmente) era del 4%. Ciertos virus en el embarazo han demostrado en investigaciones posteriores que incrementan las posibilidades de esquizofrenia y autismo - probablemente vía el sistema inmune.



O la microbiota de tu madre durante el embarazo (bien mucho Lactobacillus pero potenciales problemas si mucha Gardnerella, Prevotella y amigos). Este es un tema fascinante que está aún en mantillas, pero tengo pendiente de hace tiempo divagar sobre ese nuevo “órgano” que como quien dice se descubrió ayer, los trillones de microorganismos que viven la vida loca en tu intestino. Cuando termine esta serie... 

De momento os dejo hasta mañana, que nos espera otro aspecto fascinante de que nos hace nosotr@s: los recuerdos. 

PS> No sé si este último par de divagues se han hecho áridos, no sé si habré logrado hacerlos verdaderamente divulgativos. Son necesarios para entender lo que viene. Pero a partir de ahora son más accesibles y entretenidos: prometo!


10 noviembre 2024

Heredabilidad: cuidado, igual estos cuatro conceptos cambian tu manera de ver la vida (Únic@ 1)

La heredabilidad es “la medida de la importancia de los factores genéticos en la variación de una característica o rasgo (físico o de comportamiento)”.  Esta variación se mide dentro de una población entera no en individuos. Se entiende mejor con esta pregunta: ¿Cuál es la proporción de la variación en un rasgo dentro de una población que no se explica por el ambiente o la casualidad, lo aleatorio?

Por ejemplo, la altura es 85% heredable, pero esto no quiere decir que los genes son responsables del 85%(*) y el ambiente del 15% en un individuo puntual, sino en la población entera sujeta al estudio. No es lo mismo en una población rica en la que la heredabilidad de la altura es verdaderamente el 85%, que en una rural empobrecida en la que es el 50%. ¿Por qué? Sin buena alimentación y acceso a sanidad, los pobres no pueden alcanzar su “potencial genético” en altura. Ni en educación ni en tantas cosas: los pobres no es que lo sean porque son más tontos, sino porque no pueden alcanzar su potencial, justo lo contrario de lo que piensan ciertas tendencias políticas.

Pero la altura es de lo más fácil de estudiar. Hay algunos rasgos que son más complicados de estudiar que otros, entre ellos los psicológicos. Los factores ambientales de algo físico como la altura, la obesidad, ciertas enfermedades son factores más o menos objetivos y medibles como la alimentación, la sanidad, la exposición a ciertos químicos, etc. Pero con los rasgos psicológicos, tenemos complejos elementos culturales que añadir. Por ejemplo, si te centras en la timidez, un japonés va a ser diferente que un italiano.

(*) No os aburriré sobre cómo se llega a esta cifra: hay complicadas ecuaciones envueltas y se estudia con gemelos adoptados por familias no relacionadas biológicamente (“adopted away”). El estudio más grande es el MISTRA (Minnesota Study of Twins Reared Apart) que tuvo lugar durante 20 años y estudió 81 pares de gemelos idénticos (monocigóticos) y 56 de mellizos (dicigóticos).

Con MISTRA se concluyó que la mayor parte de los rasgos humanos (no importa si son físicos o de comportamiento) tienen un componente heredable que generalmente va del 30 al 80%. Muy raras veces son los rasgos enteramente heredables o enteramente no heredables.



Otra conclusión (atención a esto, qué interesante) fue que la variación en rasgos como el CI (Coeficiente de Inteligencia) es heredable al 22% cuando haces el test a los 5 años y 70% de los 12 en adelante. La variación del CI explicada por el ambiente compartido (e.g. hermanos) es 55% a los 5 años (casi todo el ambiente ha sido la familia) y 0.001% a los 12 (o sea, casi nada cuando se “sale al mundo”). Si hacéis las sumas habréis visto que la variación explicada por la heredabilidad y el ambiente compartido no suma 100%. Esa diferencia es el “ambiente no compartido”, que también incluye los "procesos del desarrollo aleatorios". Randomness, que dicen ahora los teens.

Durante décadas el pensamiento dominante en psicología y en la sociedad era que la parte más determinante de tu personalidad era la influencia de tu familia, especialmente de los padres. Esta idea venía del conductismo puro, que defendía que los humanos venimos al mundo como una tábula rasa (lo mismo que defendían Rosseau o Locke), pero estos estudios de gemelos contradijeron esta teoría, ya que demostraron que el 50% de la variación de la personalidad puede ser explicada por heredabilidad. Luego estudiaron el “ambiente compartido” y se vió que explicaba el 10% de variación en medidas de personalidad. Esto es muy fuerte: aún hay gente que va sacando pecho por ahí de “lo bien que le han salido los hijos” gracias a sus dotes parentales. Lo que hoy sabemos es que, aparte de un mínima atención de los padres, una atención extra no produce grandes efectos en la personalidad



Os podéis imaginar qué shock cuando el estudio MISTRA encontró que había un componente muy fuerte heredable en rasgos conductuales complejos como la “búsqueda de novedad” (novelty seeking), el ser tradicional, la inteligencia. Esto no fue bienvenido por los conductistas pero los resultados de este estudio MISTRA han sido replicados muchas veces. Tenemos que recordar que hace 50 años el alcoholismo o las cardiopatías se creía eran causadas solo “por estilo de vida”, o la esquizofrenia por “la madre esquizofrenógena”. Ahora, se está empezando a destapar incluso que la obesidad no es únicamente el comer mal.

Yo encuentro todo esto apasionante, ¿se nota? Todo en la vida es política, pero esto más que nada. Porque si quieres mejorar las vidas de las personas, lo primero sería asegurarse de que sus necesidades básicas están cubiertas para poder conseguir su “potencial genético”. Un niño pobre con mala alimentación, mínima sanidad, sin colegio ni acceso a libros no solo no podrá llegar a su potencial de altura, sino tampoco de CI. Como hemos dicho, los componentes heredables (nature) y del ambiente (nurture) no se suman simplemente para darnos como resultado tú: lo hereditario interactúa con el ambiente, dando la potencialidad de un rasgo, pero las condiciones ambientales influyen sobre si ese rasgo será logrado en su plenitud.



Mañana seguimos con algo tan difícil de aceptar como que un proceso químico a nivel celular es uno de los responsables de por ejemplo, tu creatividad, tu pasión, tus ganas de novedad, tu mal genio.

09 noviembre 2024

"Único: La Nueva Ciencia de la Individualidad Humana" de David Linden: Se inicia una serie apasionante

"Unique: The New Science of Human Individuality" (Única/o: La Nueva Ciencia de la Individualidad Humana) tiene como autor a un neurocientífico de la universidad John Hopkins, y quien deje de leer aquí porque piense “ni de coña, mi individualidad no tiene que ver con neuronas, ni sinapsis, ni neurotransmisores ni nada de eso” habrá perdido una oportunidad de salir de su error. Siento ser la portadora de malas noticias pero sí, hasta la magia tiene una explicación. Que sí, que lo entiendo, que lo más intuitivo es pensar primero en la parte ambiental que también nos define, pero lo que pasa es que no es la única, y este libro se centra más en la menos conocida, la biológica. Y habla de genética, de plasticidad del sistema nervioso, de hormonas y neurotransmisores … en fin, de los sospechosos habituales.

... porque eres única


El libro comienza desmontando uno de los sintagmas que más he repetido yo en este blog desde que me lancé a escribirlo: alguien recuerda el debate nature-nurture(ese discernir si algo nos viene de serie o es producto del ambiente). Nada suele ser una cosa u otra 100%, sino producto de su interacción, pero hay más factores involucrados: Linden cree que ese debate está obsoleto y acabado. Porque los genes (los que traemos de serie) están construidos para ser modificados precisamente por la experiencia. Y la experiencia no es solo lo obvio (e.g. cómo te han educado tus padres), sino cosas como qué pasó antes de que nacieras (e.g. enfermedades que tuvo tu madre tuvo cuando estaba embarazada de ti, lo que que comió, alcohol que bebió, estrés que sufrió), cosas que te han pasado a ti luego durante tu vida (e.g. lo mismo: enfermedades, lo que has comido, las bacterias que viven en tu cuerpo) o cosas tan curiosas como la temperatura del lugar donde creces. Luego, por supuesto, gran parte de esa nurture (“medio ambiente”) es la cultura y la tecnología en la que nos movemos (e.g. heteropatriarcado, el capitalismo, tu clase social, pantallas por todos los sitios, etc). Y de todo esto, habrá algunas cosas que se podrán cambiar y otras que no. Ojalá todo fuera 100% social porque sería relativamente más fácil de abordar. 

Decidir qué es innato y qué es social lleva separando a la derecha política de la izquierda desde hace más de 150 años. Ya sabéis lo que dice una y otra tendencia. Pero a veces los datos te pueden fastidiar lo que querrías creer (yo, por ejemplo, querría creer que es todo social, ambiental, y que somos tábulas rasas). Es un tema tan fascinante que creo que aunque tu trabajo sea registrar la propiedad en Murcia o dar clases de literatura en Teruel vas a seguir leyendo.

Prometo que no va a ser arduo, pero para que se entienda, no podrá ser corto. Así que he decidido separarlo por capítulos. Cuando os ponga los títulos entenderéis lo irresistible del tema:

1. Heredabilidad: cuidado, igual estos cuatro conceptos cambian tu ideología
2. La aleatoriedad de los procesos biológicos tambien dan forma a quién eres hoy 
3. De cómo nuestra habilidad de recordar y olvidar influye en nuestra personalidad.
4. Los complejos factores que influyen en nuestra sexualidad y nuestra identidad sexual
5. De cómo influye nuestra biología y experiencia en cómo formamos relaciones
6. De cómo lo que elegimos comer nos hace únicos. Eres lo que comes.
7. El sueño: cuál es tu cronotipo?
8. Racistas del mundo: leed (esto)!



Mañana empezamos con la heredabilidad... igual te sorprende. 

07 noviembre 2024

Roc en Halloween: momentos de felicidad personal en medio de atroces turbulencias

Parece frívolo y carente de toda empatía escribir sobre una semana feliz en lo personal enmedio de una semana de tanto sufrimiento. Cuando mi padre habló de unas pocas decenas de fallecidos pensé que se había equivocado. Luego fueron subiendo, igual que la ansiedad y la tristeza. Algunos de mis ingleses me contactaron para ver si todo estaba bien con mi familia: "no viven en el levante -les agradecí-pero además están todos aquí" - habían venido a celebrar el cumple de Fashion. También puse yo algún mensaje a conocidos de la zona, aunque no tengo muchos. Cuando por fin me senté ante el blog pensé en quienes estáis al otro lado: una nunca sabe en este medio si hay alguien más que los cuatro que conozco porque han comentado alguna vez. Seguramente no habrá nadie -abro el mapa al azar-, de Burjassot, de Alaquás, de Catarroja (qué bonitos nombres) o de cualquier otro lugar afectado, pero, si lo hubiere, un abrazo enorme y sentido. 

Como decía, una se siente casi culpable de los momentos de felicidad, pero los que paso con el sobrinísimo son casi todos así: son descubrimiento, sorpresa, alegría y muchas risas. A carcajadas como pocas otras cosas las provocan en estos días miserables. Y mientras releo esto antes de darle al publicar, Trump: otra catástrofe para ese país a la deriva y de rebote para el mundo. La última vez que estuve en EE.UU., en 2014, me quedé en shock al ver la pobreza que hay en los márgenes: desde el coche a menudo veíamos un país tercermundista. Rompe el corazón que muchos de ellos son los que votan a ese individuo. Pero en este divague voy a hablar de pequeños momentos de felicidad personal, que es lo que nos queda a los que tenemos la suerte de no haberlo perdido todo, desde seres queridos, hasta objetos personales pasando por derechos. Si hay una moralina que puedo sacar de todo esto es que hay que estar siempre alerta de los momentos en los que estamos siendo felices y no nos damos cuenta, los tomamos por dados, y no es así. Suena a manido, pero tener agua en el grifo es prodigioso, poder ir a urgencias cuando te encuentras mal una suerte inmensa, y suma y sigue. Ya lo dejo, y sigo con el queridodiario del sobrinísimo, o uno de mis reductos de alegría.

El domingo volvió Roc a Barcelona después de ocho días aquí en casa. En estas fechas suelo ir yo por allá pero este año la comisión de festejos decidió mover los fastos del cumple de Fashion a Londinium por aquello de unirlo con Halloween. Resulta que Roc está entre fascinado y horrorizado por las brujas (debe saber que uso a Maléfica como avatar) y a sus padres les pareció una gran idea que viera a unas cuantas en acción la noche del 31. 

Antes de intentar resumir todas los últimos hitos de Roc, que el día 8 cumplirá 2 años y medio, una nota sobre "lo de las brujas". Insto al divagante a hacer memoria sobre los métodos que usan/usaban para "persuadir de hacer lo correcto" a la prole, cuando debido a la temprana edad la razón todavía no funciona: en nuestro caso (y no me preguntéis cómo llegamos hasta ahí) eran "los basureros". Por ejemplo (tras varios intentos de buen rollo): "Mini: si no cierras ya ese paraguas..." -que pese a infantil iba a sacar un ojo a alguien- "se lo llevarán esta noche los basureros". Nota: solía funcionar con más éxito que confiscar el móvil, el nuevo "basureros para adolescentes"). Decía, el método de los padres de Roc, aka Jekes -que a mí me parece preconstitucional-, es "cierra ese paraguas o vendrá la bruja que vive en el castillo de la montaña" (el Tibidabo se ve desde su casa).  Creo que Fashion tomó al pie de la letra a nuestros amados Les Luthiers en los "Consejos para padres" de "La gallina dijo eureka", alguien lo recuerda? (es genial, en el minuto 2 de aquí, pero por si acaso ahí va):
"A los chicos hay que decirles siempre la verdad. A los chicos no hay que asustarlos con cocos, brujas, ogros... temibles personajes imaginarios. Llegado el caso háblele de cosas más reales: el lobo, una araña, una buena víbora... Parece mentira, pero todavía hay madres hoy en día, en pleno siglo dieci...veinte, que todavía le dicen a sus hijos cosas como: "Mirá nene, si no tomás toda la sopa, voy a llamar al hombre de la bolsa". Señora... ¿y si el hombre de la bolsa tampoco quiere tomar la sopa?"
Así que Roc vive confuso en un mundo de temor por la bruja del Tibidabo, pero a la vez amor e interés desmedido porque, ¿acaso hay personajes más fascinantes? Creo que les dediqué una de las primeras series del divlog: "Encantada con las brujas", allá por 2010, cuando yo aún escribía corto. A mí, como a él, siempre me gustaron y en las obras de teatro, siempre quise ser la mala.  El caso es que aquí Halloween todavía no es el fenónemo de los EE.UU., pero hay bastantes casas -sobre todo de gente bien- en las que se lo curran muchísimo. Esto ya lo habíamos visto el domingo anterior de paseo en el que nos encontramos muchas casas con telarañas, calabazas, arañas y... Bruja. 


Lo pongo en singular y mayúscula porque Bruja, después de ella, solo hay una. Íbamos tranquilos admirándonos de las decoraciones (Roc: "otra casa de brujasss! toma ya!!!") cuando, al lado de la puerta del jardín de entrada nos encontramos con un muñeco tamaño natural que claramente tiene un sensor porque cuando intentas coger uno de los paquetitos de -una quiere suponer-caramelos, comienza a hablar, a moverse, y a flashear sus ojos con láser rojo. Damos todos un salto y Roc alucina. Por supuesto ha sido una de las conversaciones recurrentes de la semana, esta bruja Y el payaso. Porque al día siguiente, supongo que viendo el éxito pusieron a este otro favorito del terror, también con sensores. 





La noche de Halloween propiamente nos difrazamos con distinto grado de entrega y compromiso con esto del susto (o el "trick or treat", como dicen por aquí): algunas vamos a darlo todo, otras, como Fashion, solo se ponen una diadema con gorrito de bruja y tul muy favorecedora. JAL se maquilla unas ojeras y luce un hacha que le atraviesa la cabeza (y logra cargarse al final de la noche). Mini va de negro, con orejitas de gato y capa roja. Somos Roc y yo los que damos el do de pecho: él de negro, una capa de Harry Potter de cuando MIni era peque y un gorro de bruja; yo, con todo lo que encuentro en el baúl de los disfraces, una cosa encima de la otra: un vestido rojo de Mini de cuando se disfrazó de gótica en el cole, medias a rayas horizontales blancas y negras, capa de Harry Potter (otra!), por encima capa plateada (de Frozen, creo), y peluca roja de quita y pon (como mi pelo ya es algo Cruella de Ville la peluca es innecesaria, un poco un show-off). 





Cuatro o cinco amigos de Mini se unen al itinerario porque "querían conocer a Roc". Nos roba el corazón un tal Stanley, que va de rana, y no hace falta besarle para darnos cuenta que lleva debajo un príncipe de la simpatía. Pasamos por casas de las que sale gente con gorro de bruja y cuencos llenos de caramelos, otra con una careta de monstruo gritando, que se la quita de inmediato al ver a un niño tan pequeño con cara de estupefacción ante su puerta. Hay casas de las que no sale nadie pero que tienen un sistema de vapores de colores como esos que salen de los cementerios en las pelis, otros tienen lápidas y otros motivos mórbidos. Por fin, en la casa de La Bruja y El Payaso, sigue sin haber nadie. La noche termina en casa de unos amigos a los que les ha sobrado de todo porque han tenido pocos niños llamando a su puerta.  Mini y sus amigos que se van a un "gathering" a una casa y los demás nos quedamos a cenar allí.

El resto de los días están llenos de actividades para disfrute de Roc y/o su madre (adivinen de quién): visita a grandes almacenes en busca de ropa en Oxford St, Brixton-la-nuit-, visita a la granja urbana de Vauxhall. Este es momento especialmente emotivo porque habíamos estado hace unos 10 años con Mini cuando los Jekes vivían en Londinium. Sigue habiendo cabras, ovejas, cerdos, conejos y las míticas llamas (al fondo en la primera foto). 





Hablando de llamas, por las noches introduzco a Roc a algunos de los clásicos de ayer-hoy-y-siempre... sí, exacto, "yo y mi llama, pues llámase llama" de Ábrete Sésamo (así se llamaba el primer Barrio Sésamo, el de mi época, que salía en "Un globo, dos globos, tres globos"). Al díá siguiente me dice (me lo como): "tía, ponme yo y mi llama puesllamasellama"). Como Roc canta una canción dedicada a un tal Pepe, le pongo otro de los grandes hits que tengo grabado a fuego de ese gran programa: alguien se acuerda de "Tiopepe y Tiapepa"? Excelso. Ah, y la "Bohemian Rhapsody" de los teleñecos, que no existía en mi infancia, pero lo descubrimos juntos y  Roc se ríe mucho con la parte de "mamáááá". También introduzco a Roc (con ayuda de mi super-proyector) a una de las pelis de la infancia de Mini, "Mary Poppins" (mapoppins! como decía ella) que le encantó.  Otro fan. 

Bajamos del desván el escalextric, pero en lugar de jugar con los mandos se pone a correr para interceptar los coches. Le gusta jugar con la cesta de las muñecas de Mini, en particular una Nancy (modernizada desde mi época) a la que quita los calcetines y se los intenta poner a una Barbie. Uno de sus juegos favoritos (y que venga una psiquatra infantil a diagnosticarlo, ya!) es saltar por un lateral al centro de un sillón, salir por el otro brazo, y vuelta a empezar. Ahora querría hacer un largo párrafo sobre sus frases porque desde la última vez, su lenguaje ha despegado y me ha sorprendido mucho con expresiones muy complejas que no son comunes en críos de su edad. "Eso me encanta", "aún no" y... maldición, las tenía que haber apuntado, pero ya no me acuerdo...

Y termino con unas fotos de la mañana del día del cumple de Fashion, que la pasamos en su parque favorito de Londinium: Brockwell Park. Tenemos muchos recuerdos felices de este lugar, de cuando los Jekes vivían aquí y de volver siempre para ver la ciudad desde lo alto -es uno de esos parques de los que a veces hablo (Hampstead Heath, Greenwich Park) que están en una colina. Tengo dos vistas favoritas: una hacia el sur, con toda la pradera y al fondo la aguja de una iglesia, y otra hacia el norte, donde ves los rascacielos de la City y Canary Wharf donde la gente compra-compra-vende-vende, escribe mentiras, hace política, camina deprisa... Pero desde aquí arriba, la paz que se respira lo hace imposible: todo está bien. Aunque no lo esté, aunque sea todo atroz y dantesco y cualquier otro eufemismo de una mierda. Solo nos quedan a algunos los pequeños momentos: sepamos verlos.