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06 marzo 2025

¿Dónde están los taxis de las pelis? Domingos en todas partes. Alargar el rato en interiores. Puertas giratorias. Central Park nevado. The Dakota (NYC3)

Domingo, 16.02.25: Times Sq., Grace Building & Whole Foods (Bryant Park), NY Public Library, Grand Central Station, Rockefeller Center, St. Patrick Cathedral, MoMa. Central Park, The Dakota, Shakespeare & Co


Turistear lloviendo es la deprimencia máxima: no solo por el día desagradable en el que te has de forzar a salir, cuando en tu casa te quedarías felizmente a leer, sino porque las fotos necesitan luz, y poco se puede hacer cuando esta es tan limitada. Este fue el peor día de nuestra estadía en la ciudad-que-nunca-duerme, y las fotos son un dolor. 

Como casi siempre, salimos pasando por Times Square. Como ya dije, esta plaza es tal derroche de luz, que incluso por la noche parece de día. Sin embargo, ni todos estos lúmenes logran hoy iluminar la plaza por la mañana: es severo. 


También es domingo, y quién iba a decir que NYC iba a ser la desolación que son muchas ciudades de provincias en este día: pues ahí tienen...


Los taxis han perdido mucho. En mis anteriores visitas aún eran aquellos de las pelis. Ahora son todos peque
ñas furgonetas. Tendrían que haber aprendido de los "black cab" londinenses, donde los nuevos han logrado imitar el espíritu de los antiguos. También tenemos unos modelos de autobus que imitan a los antiguos maravillosos Routemasters (solo algunas líneas, cada uno valía £355,000) también chulísimos.  Bueno, Londinium es la capital del diseño en el mobiliario urbano: cabinas, buzones, mojones...


Este edificio, el Grace, está en la mítica calle 42, tiene "solo" 50 pisos, y en esta foto no se ve la inclinación que tiene la fachada por los primeros pisos


pero sí en la de abajo. La razón por la que lo incluyo -no es uno de los clásicos bonitos, ni uno de los espectaculares de cristal- es porque tengo una historia. En 1998 estábamos en casa de nuestro amigo que vivía en Flushing y que hacía aquí la tesis. Cuando digo aquí, quiero decir que tenían las oficinas de la universidad en este edificio. Un día nos dijo de quedar en el centro y nos subió a su oficina: recuerdo en el ascendor diciéndonos que no había vistas. Cuando nos abrió la puerta: buahhhhh. Era de noche y fue espectacular. Nos ha hecho mucha ilusión reencontrarnos con el Grace, 


Está en una plaza llamada Bryant Park, donde hay gente patinando en su pista de hielo. La foto de arriba está tomada desde el "Whole Foods", una cadena de supermercados muy pija de la que nos hicimos superfans cuando estuvimos en la costa oeste. Aquí puedes comprar comida cocinada al peso y comértela en unas mesas que tienen a tal efecto. Aquí en Londinium también hay algunos, pero nada que ver -aunque yo logré encontrar acelgas, ni que decir tiene que a doblón. 


Al otro lado de la plaza está la New York 
Public Library, otro edificio maravilloso donde pasarse las horas pero como es domingo está cerrada - no hemos venido a luchar contra los elementos, es la gran frase que me repito en varios momentos del día de hoy. 


Empieza a llover ya fuerte (jarrea, como dicen en la Vetusta del Peda) y como no creemos en paraguas, nos mojamos. Nuestros equipos antárticos protegen de alguna manera, pero lo que resulta un fiasco son las "samba" de Mini (se trata de unas deportivas nuevas que acaban haciendo el sonido chof-chof). Nos resguardamos en la Grand Central Station, una maravilla de lugar, donde me pongo hasta arriba de fotografiar detalles. Me he reído viendo el video de Mini que dice algo así como "Waterloo Station, no tienes nada que hacer"- tal vez una muy digna competidora es la estación de St. Pancras, esa sí...

Esta foto es terrible, pero la incluyo para anotar que esa cosa borrosa a la derecha es el Chrysler Building, el más bonito de toda la gran manzana, pero que hoy está entre brumas...


Los relojes de época me han perdido: 


 Pero te giras y tienes una bandera ahí, sin venir a cuento. Llega un momento en el que las dejas de ver, así que igual se lo deberían hacer mirar.


Son o no adorables las taquillas? Y vi a gente -a menos que fueran actores contratados por el ayuntamiento- comprando!

 Personalmente, esto de los antiguos era un exceso tras otro (de dónde sacaban la pasta?):


No es por meter el dedo en la llaga, pero imaginen por un momento el indicador del pasillo de bajar a la vía en la RENFE de su ciudad, y luego vean este. No es justo. 

Lo que sigue es un guiño al Náufrago Ro: cuando estuvimos con él en 2004, fuimos un día a comer un "clam chowder" (una sopa espesa blanca de almejas) en el "Oyster Bar" (Bar de ostras) de la estación. Era un sitio chulísimo, bajo los arcos, en el subterráneo, y creo que lo tomamos en la barra. Esta vez solo conseguimos verlo a través de los cristales porque, claro, está cerrado. Otro microfracaso del día. 


Pero en una esquina del techo me encuentro con un homenaje inopinado a Banksy: oh las pequeñas cosas de la vida. Este es tal vez mi obra favorita del artista. Dios aprieta, pero no ahoga. 





Y para terminar con la Grand Central Station, qué gran publicista el del carrito del helao': "Una vida sin nada bueno está mal". 


Estas dos siguientes fotos son del Rockefeller Center, en cuyo hall empezó Diego Rivera su famoso mural ("El hombre controlador del universo") que enseguida fue acusado de propaganda anticapitalista (quién lo iba a decir, de una comunista?) y lo acabaron destruyendo (como era fresco sobre pared, solo quedan un par de fotos en blanco y negro).  Siempre han corrido malos tiempos para murales comunistas en EE.UU., imaginemos ahora...


El de abajo es el 30 Rockefeller Plaza, otro bonito ejemplo de art deco.



La catedral de St. Patrick está justo enfrente, entre la Quinta Avenida, Madison Av, y la 50. Es la mayor catedral neogótica de los EEUU y yo pensaba que aquí se había casado JFK, pero no.  Es muy bonita pero la razón por la que pasamos tanto rato recorriéndola y luego sentados como empapándonos en el ambiente es por lo empapados que empezamos a estar nosotros.  
Por dentro es una mezcla de turistas que se mueven entre los arcos y gente rezando. Parece que va a haber misa, para la que hay un protocolo que se han olvidado de quitar tras la pandemia, que incluye no darse la paz ni cogerse de las manos durante el Padrenuestro (esto último en mi época no se hacía), y se aconseja tomar la comunión con la mano (les harán poner las manitas así, una sosteniendo a la otra como a nosotras?), pero que ni cura ni feligrés podrán llevar guantes. Qué grotesco, pienso, aquello que hacíamos de sacar la lengua y el cura te metía la hostia. 


Los cuadros de Jesucristo son como siempre, muy camp, muy LGTBiQ+. El Peda pone una vela sin pagar, como hace a veces para fastidiar- a mí me da mal rollo, supersticiones. Bueno, ya no podemos alargar más esta farsa, hay que salir. 


Convenimos en la necesidad de meternos en un museo así que nos encaminamos al MoMa. La foto de abajo la he puesto para ilustrar que esa imagen de vapor/humo saliendo del suelo en Nueva York es real. A veces se ve saliendo de las rejillas del metro -cómo olvidar la icónica imagen de Marilyn en "The seven year itch", pero en otros sitios cuando hay más hemos visto hasta pequenias chimeneas naranjas que lo expulsan más para arriba. 




Lo del MoMa es terrible: parece que todo el mundo ha tenido la misma idea, y el hall parece un centro comercial de las afueras. Hordas de gente fea hablando muy alto, que han dejado sus paraguas a la entrada -igual hay 300. Por lo menos llevan paraguas, no como nosotros. Solo recuerdo una cosa de mi visita previa a este museo, "Las señoritas de Avignon", en una sala casi sin gente (será cierto?) y al que hasta le hice una foto. 


Recordemos que en aquella época las fotos eran de papel: nos costaban dinero. Claro que no teníamos todo al alcance las manos como ahora: tenías que recurrir a un libro para ver este cuadro cuando salieras del museo. Era como las canciones: yo grababa de adolescente de la radio porque no tenías acceso a todo como ahora. Cuando sonaba una canción que te gustaba, una ilusión! 

Derrotados por esa masa de gente y el día en general, decidimos retirarnos a dormir la siesta a los cuarteles de invierno. Lo más divertido que recuerdo del momento es que salimos por unas puertas giratorias, nos damos cuenta que diluvia y en un nanosegundo decidimos esperar dentro. El Peda sigue avanzando por la puerta 360 grados en lugar de salir, para meterse, y un guarda de seguridad empieza a gritarle "ese hombre, ese hombre, no se puede entrar por ahí!", con lo cual nuestro héroe sigue girando hasta acabar en la calle. No sé si lo he sabido explicar, pero yo estoy aquí sola a carcajadas: un puro ejemplo de la slapstick comedy, una mezcla de Buster Keaton, Cantinflas y Chaplin. Ay. 

No cuento la siesta -maravillosa- que incluye secador para las botas (las samba de Mini no tienen solución, se pone las otras). Bajo a la cafetería a pedir agua hirviendo para los tés y me hago amiga de Joana, una chica de unos 20 con melena larga teñida de rojo de origen latinoamericano, que es la que me va a poner agua el resto de los días. Diría que todo el personal del hotel son latinos o de otras minorías. Esto va a sonar a estereotipado, pero los blancos de una talla normal que se ven en esta ciudad (o por lo menos, con los que yo he hablado) son holandeses, alemanes, españoles. Los americanos son en general de esas obesidad mórbida que hemos visto en la tele. 


Salimos a Central Park, que está unas manzanas más arriba del hotel. Seguimos sin luz que anime las fotos, pero está muy bonito, todo nevado. 




Muchas ardillas americanas. Esto lo digo porque en UK eran autóctonas las ardillitas rojas y fueron poco a poco desplazadas por estas grises americanas. Esto lo estudió hasta Mini en biología el año pasado. Siguen siendo monas, pero menos.


Central Park tiene 0.8 kms de ancho y 4 kms de largo (va desde la calle 59 a la 100). Son 340 hectáreas vs. las 140 de Hyde Park, el más grande de Londinium. Yo aprendí las distancias en Vetustilla de la Torre, porque íbamos en bici a todos los sitios: el pueblo de al lado eran 2 kms, el de más allá 4, y suma y sigue. Así que las distancias cortas las pienso desde ese lugar infantil en bici, pero algo falla porque si me planteo que Central Park es como ir al segundo pueblo.... no me parece tanto, lo he hecho andando varias veces. Para hacerme otra idea, he encontrado una página web que te ponen todo Manhattan justo encima de Londinium y... tela. Me haría eso en bici sin problema... caminando es otra cosa. Esto solo será de interés si hay alguien que vive en Londinium (manifiéstense, raskales!)



Salimos a la altura de la calle 72, en el lado oeste de Central Park, una zona llamada "Strawberry Fields" porque justo enfrente está el emblemático The Dakota. Dicen que su estilo es neo-renacentista alemán, pero a mí me suena a ese neogótico que tanto me gusta. Aquí vivía John Lenon -de aquí que el ayuntamiento llamase así a ese trozo de parque- que el 8 de diciembre de 1980 durante el día se hizo en su apartamento una sesión de fotos con Yoko Ono desnudos -la autora, la famosa fotógrafa de Rolling Stone Annie Leibovitz-, y por la tarde, cuando salió de casa, le firmó un autógrafo a un fan, un tal Mark Chapman. Por la noche, cuando salió a cenar, Chapman le disparó unos cuanto tiros y cuando le arrestaron, leía "El guardian entre el centeno". Llevaron a Lenon al Roosevelt Hospital, donde murió. Esto me ha llevado a pensar que en todos estos días no hemos visto ni un solo hospital (ni colegios)... sé que el Mount Sinaí no está lejos, pero no lo hemos visto. Por terminar con el Dakota, decir que está encantado, y varios fantasmas se pasean por él. Aquí también rodó Polanski "La semilla del diablo" [mejor no entro en el spoiler monumental del traductor ya en el título; el original es "Rosemary's baby"], así que razones para que dé miedo, hay unas cuantas. 

Caminamos hacia el oeste y ya se ha hecho de noche. Entramos en una librería llamada "Shakespeare & Co", como la de París, en la 69-70 con Broadway, donde puedes comprar libros sorpresa...


...comemos pizza en un sitio familiar que parece muy auténtico-otro díá descubrimos que es una cadena....


y de camino al hotel pasamos por "Target" una tienda que Mini conocía por internet donde los bombones de San Valentín están ya rebajados... el amor de saldo...


Y esto no es Blade Runner, es Nueva York vista por mi objetivo cansado... night night.

03 marzo 2025

Andando por la "High Line". Nieva en la casa de "Friends". El Flatiron y Rizzoli. No hay "tea facilities" (NYC2)

Sábado, 15.02.25: High Line, West Village, Washington Sq, Broadway


Antes de empezar: este mapa vagamente aproximado del recorrido de hoy es parte del problema de NYC - es difícil hacerse a la idea de las distancias. Si alguien piensa que este recorrido es "darse una vuelta" (un voltio, si eres de determinada generación) cae en el mismo error en el que caímos el Peda y yo la primera vez que vinimos a esta ciudad y nos decíamos "ah, sí, acerquémonos, que está solo a unas pocas manzanas". Claro. Manzanas mi caballo: nada tienen que ver con las de casi cualquier otra ciudad -eso sí, por lo menos han tenido el detalle de no hacer chaflanes como en Barcelona. 

Este es el primer día y, aunque este es el jet-lag "bueno" (hacia el oeste), todavía no estamos a tope. Además, hemos desayunado por encima de nuestras posibilidades en el hotel con buenas intenciones -llenarnos de energía- y hemos acabado en esa situación de "boda gallega" ya a primera hora de la mañana. Salimos sobre las  11:30, y si alguien se pregunta porqué recuerdo este dato, es porque me he visto el vídeo diario que Mini hace para la familia. 

Estas son las vistas desde nuestra habitación. Si volvemos al mapa, nuestra habitación mira hacia el río Hudson, a la izquierda. Si tuviéramos la habitación hacia la otra calle, una de las avenidas (recordemos: las avenidas bajan paralelas a la longitud de la isla de Manhattan, y las calles, transversales), ya se verían todo rascacielos, pero esta parte hasta el río es una zona de casas tradicionales típicas de Nueva York, como de tres o cuatro plantas. Una tarde bajamos a visitarla-ya lo contaré. 


Mini se ha encargado de todo en este viaje, y así lo hemos dejado: este era Su Viaje. Si hubiera sido el mío, creo que ya lo dije, me lo habría pasado todo haciendo frikadas de las mías, como hice el domingo por la mañana con la bici aquí (fuí a Cheyne Walk a la casa donde se iniciaron las negociaciones del IRA, tras "Say nothing"), pero entiendo que mi mundo no es el de una teen de 16 años, y todas las turistongadas que hemos hecho, yo también las hice en su día. Total, que hoy se empieza el día caminando la "High Line". De camino allá, por supuesto, vemos el Empire State Building:




Que os vais a cansar de ver en las fotos, no solo porque es imposible evitarlo, sino porque es un edificio chulísimo art deco -aunque mi favorito, también de este estilo es el Chrysler. Me lo ha corrompido de alguna manera cierta marca de perfume que lo saca en todos su anuncios y cuando lo miro, incluso aquí, desde la calle, pienso en un anuncio. Maldito publicista. 

Ya he dicho muchos veces que me encanta la arquitectura -hay hasta un distintivo- y este viaje es un festival. Me encantan los rascacielos, pero los que más, los antiguos de principios de SXX. Algunos me recordaron a una de las ciudades que más disfruté en ese aspecto: Moscú. En aquel viaje que hice con toda la familia, todo el mundo quedó extasiado con el preciosismo de Leningrado, mientras que el Peda y yo no salíamos de nuestra apoteosis con la arquitectura estalinista: en concreto las "siete hermanas", siete mazacotes de rascacielos, inspirados precisamente en el Empire, el Chrysler et al. Aquí voy a incluir edificios que me gustan mientras paseamos, no solo los clásicos. 



Ah, la pizza: una pizzeria en cada esquina, a cual más guarripona. En una, salió de Mini ponerle la servilleta de papel por encima para quitarle el aceite: ese nivel. Yo solo diré que Tim Spector (el epidemiólogo venido a gurú de la alimentación aquí en UK) hubiera llorado mucho en este viaje. 


Esta estructura se llama "the vessel" y está en Hudson Yards: es una escalera a ningún sitio (un poco metáfora de los US en estos momentos, tal vez del mundo) que ha sido comparada a un donner kebab,  a la que no entramos.



 Está ya justo al lado de donde empieza "the High Line", que tiene una historia chula. Para mí, lo que diferencia una gran ciudad de una de provincias es "que van los trenes por arriba". Me pasa mucho en Londinium, que voy paseando pongamos por Brixton, o en bici por Battersea, o cruzando un puente, y entonces tienes un tren que pasa por encima y pienso, uala: es que una chica de Vetusta no se acostumbra a estas cosas. Pues bien: en NYC había una de estas líneas de tren que quedó en desuso y acabó creciendo ahí una pequeña jungla. Cuando se decidió qué hacer con ella, a alguien se le ocurrió la gran idea de hacer un "parque lineal elevado" y aquí tenéis su recorrido: cliquen. Abrió en 2009 -por tanto, no la había visitado antes- y tiene 2.3 kms. Hay nieve entre los raíles, y se ven vidas de la gente como esta:


Por supuesto, les ha tocado la lotería a los que vivían allí porque se han revalorizado sus casas. Ahora, seguro que sale el finolis que se queja porque les miran. Si fuera yo, no me pondría cortinas porque pase la gente. Sí, que también prefiero que no me miren, pero si el precio que tengo que pagar es no ver yo, pues qué vamos a hacer: pasen y vean. Mucho menos si viviera en el típico loft neoyorkino de abajo:


Arte callejero desde la Line, nos sigue observando en el fondo el Empire. Atención al grafitti de la derecha: yo alucino con que aún haya gente que no se haya enterado de lo de la psicopatía de Teresa de Calcuta. 


La cantidad de "W" que nos ha dejado el Watusi en New York ha sido ingente: tanto es así que en un punto dejé de hacerles fotos. Pero bueno, hoy es el 1er día...


 Nos encaminamos a "Litttle Island" (o "pequeña isla"), en el Pier (muelle) 55, otro parque creado en 2021 a orillas del Hudson. Son como un conglomerado de gigantes pistilos en los que hay vegetación y demás...



Esto es una de esas cosas hipnóticas que dan vueltas como los ojos de Kaa, la serpiente... 



Aún no he comentado el frío que hace: vemos unos turistas con unos paquete de camisetas termales de la misma marca que se compró el Peda en Londinium. Aprendices. El ambiente es como en esas pelis de miedo en las que no hay una gran nevada, que siempre es acogedora- sino que hay restos de nieve por las cunetas. Yo veo esa nieve y pienso, como la optimista interior que soy "ya ha pasado lo peor del invierno".


 
Seguimos downtown (hacia el sur) caminando hacia el West Village, que es la parte que más me gusta, porque es eso, precisamente "un village", una parte más personal, con tiendecitas gentrificadas y cafés monos. Pasamos por "Magnolia", que es una bakery que me sonaba y no sabía de qué. Hoy lo sé: la hizo famosa la serie "Sex & The City" que yo no había visto nunca por principios ("cuatro pavas buscando marido sobre stilettos"), pero que en el vuelo de vuelta me forcé a ver un par de trozos y comentaré en ese momento. Bueno, pues Mini y yo entramos en Magnolia, que parece bastante auténtica -vieja, guarrinchi-, aunque ni eso hace que compremos.

Luego nos pasa algo divertido en una tienda de una marca de ropa llamada "Félix": una marca que apuesta por las calidades, para el hombre urbano y dinámico. Mientras le hago a Mini una foto en el escaparate señalando al nombre sale uno de los dependientes sonriendo y no sé qué dice, pero le contamos que "su abuelo se llama así", ante lo que nos dice que esperemos, y se va corriendo. Tras unos minutos, aparece con una tote bag de la tienda, con el nombre a todo color y nos la da. Qué simpático! Le damos las gracias profusamente, y ahora espero en Marzo, para el cumple de mi padre, poder hacernos una foto y enviársela.

Hacemos parada técnica en un café de modernos, look preppy, llamado St George's Cafe, West Village Es mucho mi estilo (todo de blanco "distressed"), si no fuera por las banderas. No entiendo nada porque el ambiente parece de jóvenes wokes: en absoluto parecen trumpies o similar tipo de enloquecido. Hay que suspirar mucho. También porque pido un chocolate en lugar de té, tras unas dudas, y no está nada bueno.






Nuestro siguiente objetivo es "el edificio de Friends"... sí, de la serie, que es el de abajo. De nuevo, yo esta casa no la había visto en mi vida porque -llámenme ornitorrinco- nunca he visto esta serie. Sí, 5 minutos aquí, 5 allá... y he escuchado sus risas enlatadas mucho más de lo deseado de fondo porque Mini sí que se los ha visto todos, pero yo no le he terminado de encontrar la gracia. Mi sentido del humor y el de Mini son prácticamente conjuntos disjuntos: hay muy pocas veces que le enseño alguna cosa que a mí me tira por los suelos, y ella: "that's so lame". Terrible.


Aquí no se ve, pero mientras estamos tomando los GBs de fotos para la niña, comienza a nevar. Claro, lo peor del invierno ya había terminado, bla bla. Caminamos bajo la nieve, hasta Washington Square Gardens. El cielo está gris y las fotos salen como una patata, por eso no incluyo foto del arco de la plaza.

Inasequibles al desaliento, tiramos uptown (o sea, ya estamos volvienso) y, sin pensarlo, nos encuentra uno de nuestros edificios favoritos del primer viaje, el "Flatiron": seguro que te suena porque es icónico y se llama así porque su forma triangular recuerda a la de una plancha (iron). Esta vez está cubierto de andamios, así que no le vamos a poder hacer fotos [también en un viaje a París La Tour estaba de obras!]. 


Yo ya he dicho que si por mí fuera, me habría pasado ese viaje de librería en librería. Entramos en Rizzoli en Broadway, según ellos "la librería más bonita de N. York", y aunque me propongo ir cada día a una para comparar, ya adelanto que no lo consigo: la ciudad es tan grande que es complicado salirte de tu visita para encontrar las de mi lista.  Lo cierto que es preciosa, un lugar para perderse y pasar muchas horas...






Horas que no me dejan mis compas, así que se sigue callejeando ahora con las esperanza de llegar al hotel para poder crash unos momentos antes de salir a cenar. 





Times Square está cambiada con respecto a mis previas veces: antes había unas cuantas pantallas y vallas publicitarias tradicionales, de papel. Hoy ya no hay de esto, y son todo pantallas tan luminosas que al entrar en esta plaza siempre parece ser de día. En esa foto de abajo no se capta, pero los kw que se consumen ahí son demenciales. 


Otro Watusi, esta vez con bandera y los copitos de nieve. Con muchas ganas de llegar al hotel para entrar en calor. 




Uno de los primeros conceptos que aprendimos al llegar a vivir al UK fue el de "tea facilities". Teníamos una amiga inglesa llamada Pam, una señora que en aquella época tendría nuestra edad actual, que nos contaba siempre unas historias enloquecidas (la acabamos llamando "ideas-de-bombero-Pam"). Pero enseguida nos introdujo aquello de que no querían llegar a un hotel en el que no hubiera estas "tea facilities" o sea, su pequeña tetera, con sus tacitas y demás parafernalia para poder tomar un té en la habitación. Esto, que en su día nos pareció una marcianada, hoy tras casi tres décadas en la isla, se nos antoja derechos humanos básicos, una de las bases de la pirámide de Maslow. Pues bien: en nuestro hotel NO hay tea facialies, fuerte varapalo cuando lo descubrimos. Una señora de la limpieza me dice que hay algunas teteras en unos armarios del pasillo, y me señala uno de enfrente donde leo claramente "Plumbing cupboard" y se debe abrir con un destornillador gigante. No digo yo que no, pero se me hace raro que en un armario de fontaneros tengan teteras. Por fin otra persona me indica que puedo bajar a la cafetería y allí me darán agua hirviendo, que es todo lo que necesito porque yo, como Isabel II, viajo con mis bolsitas de té [en realidad, ella viajaba también con el agua, dicen].

En fin, que luego salimos para cenar, y que estamos parece ser en una gran calle de restaurantes, pero la zona se llama "Hell's Kitchen" (la cocina del infierno). Para mí evoca imaginería de diablos rojos con tridente pasándolo muy bien...