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28 abril 2019

No pasarán!

La profesora de Mini nos pidió a otra madre española y a mí ir a hablar a los niños sobre le Guerra Civil. Esto es en el contexto de que van de viaje de fin de curso a Sevilla y que por ello "España" ha sido su proyecto del último trimestre. Han estudiado la geografía, arte y muy de puntillas la historia de nuestro país. 

Preparé un powerpoint con muchas fotos, y conté historias de los mayores, al fin y al cabo son niños de 10-11 años. No fue difícil dibujar el contexto cuando lo que han estudiado bien son las guerras mundiales y Europa. Tienen muy claro, por ejemplo, quienes son los "baddies" (malos) en la Segunda Guerra Mundial-no hay medias tintas como para algunos en España. 

Lo que quiero compartir hoy es algo que me impactó, nada más entrar en la clase: todo una pared con un Gernika hecho por los niños en la clase de arte, con un gran "NO PASARÁN" sobre él. 

En un día como hoy, qué hacer aparte de repetirnos NO PASARÁN como un mantra, y esperar lo mejor. 



PS. Y mi presentación...



20 abril 2019

Diferencias con compas de viaje que viven en la cuerda floja. Hasta pronto, Marruecos (M15)

Sábado, 20 de Abril de 2019: Fez-Londinium (Marruecos 16)
Hoy volamos a las 5 de la tarde, así que nos queda la mañana para dar un último paseo por la medina de Fez. Hace hoy más de un mes de ese día, y el Peda me comentaba anoche que su ciudad favorita había sido Essaouira, aquí ve demasiados turistas. 

Ya he puesto muchas fotos de las medinas de todas las ciudades, pero es que no puedo resistirme, porque cada una cuenta una historia diferente: elija sus caracoles (que trepan por un palo), pollos ahí sueltos (una no sabe si con el mismo objetivo que en La Jadida, o para anunciar huevos a la venta, o para dar un infarto a la turista ornitofóbica)...











Pero hoy el anecdotario del día nos lo va a dar nuestro espantoso kk-deluxe, ya se sabe que el momento de devolver un coche alquilado tras vacaciones es siempre uno de cierta ansiedad, pero hoy, además, tenemos que entregarlo "limpio".

Antes hay que salir de Fez, y ahí tenemos a Mustapha, como siempre esperando, al que pagamos y le damos las botellas de agua que nos sobran. El coche está mirando hacia una calle que te mete directamente en la boca del lobo (medina), queremos ir en la otra dirección. Mustapha que no hay problema, él nos dirige. Siempre me encantan esos hombres cuya pasión es indicar al que conduce. De hecho, cuántas veces le digo al Peda, "me bajo y te indico?" y él, 99.9% de las veces, lacónico: "no". Pero en las contadas ocasiones que me deja (o bien que estoy abajo), siempre hago esta pequeña imitación-homenaje a ese cuñado que dice, gritando: "sí, si, gira, gira, todo el volante, todo el volante, paraaa", a la vez que gesticula (mi favorito, con el dedo hacia abajo, giras el antebrazo, significando "todo el volante"). Total que Mustapha nos indica y giramos 180 grados, de cara a la civilización, pero oh, en el proceso creamos un atasco del diez. Parece que esta calle es de única dirección y ahí estamos nosotros, de cara a los coches, que nos miran con estupor y gritan en árabe. Pero todo puede empeorar: aparece la policía! Oh no, nos las habíamos dado de listos por haber evitado a los gerdarmes durante todo el viaje y qué, ahora nos van a multar -con toda la razón- por ir en dirección prohibida? Tan ufana le iba a decir a Fashion que nuestra sola presencia comanda respeto, que no somos unos milennials despistados como ellos? Estoy en estos pensamientos, cuando veo a Mustapha metiendo una de nuestras botellas por la ventanilla de la policía! (les trata de sobornar con nuestra agua!?) Y, oh no, la poli rechaza! Avanzan y cuando tengo al Capitán Renault a 50 cms, me grita algo en francés, negando con al cabeza y... tira para adelante... Loado sea Allah!!!!

La siguiente tarea que envuelve a kk-deluxe es ir a un lavado. Por supuesto vemos uno en una gasolinera en Fez, pero el Peda no lo considera adecuado, es una hombre que vive al límite, para qué hacerlo ahora, pudiendo pasar nervios más adelante por no encontrar? Al rato paramos en una gasolinera (sin lavado) para gasolina, pero nos vamos porque hay mucha fila-seguro que el Peda considera que "otra habrá más adelante". Por qué ir a lo seguro cuanod hay un vuelo que coger? Vivamos en la cresta de la ola. 

Por fin, una lavado! Es un sitio de chavales que lo hacen a mano y se lo toman (demasiado, a mi juicio) en serio (por €5 le pegan un repaso como nunca le hemos dado a Wolfy o a cualquier coche que haya pasado por nuestras manos). Para mí que el nivel de detalle excede el sano amor por su trabajo, media hora pasamos allí! Hay una tienduca al lado y compramos unos yogures, porque pequeña anotación, estamos sin comida, aparte de unas almendras que hemos comprado en la medina. Otra fuente de ansiedad para mí. 

El tema: aún hay que poner "sopa" (este slang lo aprendo de los jóvenes kuñaos) y, efectiviwonder (aquí ya he enterrado cualquier intento anterior de jerga-modelna, lo sé), llegamos al aeropuerto y no hemos encontrado ninguna gasolinera... vuelta para atrás, a aquella que antes tenía mucha gente (yo no digo nada, solo estoy respiranod en una bolsa), donde hay un tema que si no aceptan tarjetas habrá risas, pero el Peda no me dice nada en ese momento, o me hubiera infartado por enésima vez hoy (los pollos en tu cara, juego de niños).  

Llegamos al aeropuerto, devolvemos el kk-deluxe sin incidencias, inmaculado tras 2.169 kms. Hay que esperar para las tarjetas de embarque, porque como dije en Air Arabia no existe el check-in online. Ya no me pregunto qué lleva la peña en esos maletones, gracias a esta serie de divagues, los divagantes me han indicado que se llevan mudas para cada-día! Y venga el proceso interminable de enseñar el pasaporte como 37 veces. Eso sí, luego no te hacen sacar líquidos o portátil en el escáner. Y en la puerta de embarque a Londinium hay que enseñar el pasaporte, otra vez más

Al despegar, nuevas oraciones a Allah desde megafonía, a las que me uno: oh Allah, gracias por haberme traído a esta asiento, con compas de viaje como el Peda para el que siempre hay una gasolinera con lavado y supermercado orgánico en el horizonte, y ya que estamos, oh Allah, que no me dé un ataque de hambre,  que vamos solo con esos tristes almendrucos, y oh Allah, que no venga nadie a atrás (y se cumple, con lo que me echo y creo que duermo un rato). 

Es un vuelo muy corto, tres horas, para el país tan exótico y remoto en el que hemos estado. Un mundo aparte, del que nos despedimos, unos con más pena que otras, esperando volver algún día: al sur, que me encantó, al norte, tal vez cruzando en ferry desde Andalucía. Un viaje que no terminó el 20 de Abril, sino hoy, 25 de Mayo. Porque si antes un viaje no acababa hasta que se revelaban las fotos, hoy no concluye hasta que no se escriben sus crónicas.

Y, last but not least, como siempre mil gracias a los divagantes que, pacientemente, han tenido al amabilidad de leerlas. Espero haberos podido llevar un poquito a ese lugar que tenéis tan cerca, tan lejos. Hasta el próximo que está... demasiado cerca. 

19 abril 2019

Ciudades en enclaves espectaculares, La Paz, Río, Donosti, Fez (M14)

Viernes, 19 de Abril de 2019: Fez (Marruecos 14)

Es nuestro último día completo en Marruecos, volamos mañana de vuelta. A las 5 am, el moezzin berrea. Qué pesados dice Mini. Yo recuerdo en mi adolescencia vestústica ser regularmente despertada por un gallo afónico. Yo crecí en las afueras de Vetusta, en una zona de casas unifamiliares. Por no dar la idea equivocada, esto no era ninguna urbanización del pijerío vetustil, los vecinos de atrás (su jardín estaba al otro lado de nuestro cobertizo), cuando aún no eran tiempos de orgánicos ni bo-bos, tenían gallinas supongo que para huevos y un puto gallo que me despertaba... de noche! Y qué mal cantaba el condenado. Si hubiera tenido, no sé, una recortada, como propone Vox, pues yo hubiera disparado gustosamente a putogallo, y el subidón de adrenalina habría sido tal, que no hubiera podido volver a dormir, es así. Esa mañana, porque todas las siguientes... ahhh. 

Hoy pasamos el día explorando Fez, y como tengo una colección de detalles de azulejos impresionantes, los usaré como ribete, y las fotos irán todas al final. Qué reto, lograr que el divagante no se duerma solo con la pesadísima narrativa del diario de viajes! Porque un viaje que se limite a contar los lugares visitados es un tostón inmenso; gracias que siempre se infiltra la vida, y nos rescata. Uno de los momentos que, sin darme cuenta que iba a ser estrella del viaje, se tomó la justicia por su mano y se erigió como rey, fue la cacareada colada, y la necesidad de tenderla a veces keroucamente,  "on the road". Hoy, ya casi terminando esta serie me doy cuenta que parece que no os he tenido al día sobre esta parte del viaje, pero nada más lejos: es que ya apuramos las últimas antes de volver. Que no somos bárbaros, pongamos que viajamos con 4-5 mudas cada uno, así que ahora ya estamos haciendo bola y a la bolsa. 


Pero no lo retrasemos más: hagamos una lista de los elementos visitados hoy, así nos lo quitamos cuanto antes, y podemos seguir divagando de lo que verdaderamente importa, como las bragas. 

Vamos caminando hasta el Palacio Real. Nos cruzamos con un colegio, y al llegar nos hacemos unas fotos en unas puertas magnifients-en un punto somos parados por un poli. Quiero que el divagante se fije en una que hice pensando en vosotros, y que cuenta con uno de los protagonistas del viaje: El Revenant. Marruecos no habría sido lo mismo sin ti, Reve. 

El barrio judío es otra visita obligada en esta ciudad. Mini insiste en entrar en una sinagoga, porque siempre está interesada en los judíos por lo que han estudiado de la Segunda Guerra Mundial. No deja de sorprenderme las cosas que sabe, por ejemplo que esa bañera que hay bajando por unas escaleras angostas es la mikve, y ahí se meten las mujeres en un baño ritual antes de casarse.  También vemos donde guardan la Torah enrollada. Una chica joven en la puerta es la que nos abre y nos explica alguna cosa. Cuando subimos a la terraza por un pasillo de escaleras empinadídimas veo que hay dos habitaciones sin ventanas a los lados: una es una especie de cocina con un hornillo, y la otra un dormitorio-salón. La chica vive aquí, qué tristeza me da solo pensarlo. Al final de esas escaleras está la mezzanine desde la que se ve la iglesia, donde solo pueden estar los hombres, así que en ese altillo están las mujeres y, como es natural, también hay juguetes para los niños. Qué asco de sociedad. 

Volvemos a la terraza del riad con un zumo callejero a descansar y leer un poco, y entonces salimos para lo que la guía describe como "si hay un solo edificio en todo Marruecos que has de ver, este será la medersa Bou Inania". Nos cuesta encontrarla la vida, vueltas y más vueltas. Cómo haberla perdido, con los grupos de japoneses merodeando por ahí? Qué decir, que es espectacular, y tal. 

Yogur en sitio infecto, presentado en boles, pero lo terrorífico es entrar a tomarlos al recinto (que es la trasera de la tienda). Salud e Higiene no es prioridad en este país. 

Justo fuera de la medina, separada por una carretera están las las Marinid Tombs. Hay que salir y subir un poco y, guau, cuando llegas arriba tienes una de esas sensaciones que ocurren con pocas ciudades en el mundo: está en un escenario privilegiado. El paisaje es tan verde, el cielo tan azul, las nubes tan blancas, la tormenta del fondo tan gris...  Fez está ya en el podium de La Paz y Río: ciudades que dejan ver el espacio natural que ocupaban antes de que el hombre las intentase dominar. Fez es la ciudad que más me ha gustado de Marruecos.

El resto del final de la tarde transcurre en lo que más odio de las vacaciones: comprar. Ultimamente tengo ya a toda la familia bien aleccionada, no traigo nada, pero esta vez me había comprometido a traer un bolso a mi madre, y lo resumiré en dos palabras: Fue horrible. Mini se descubrió como una regateadora implacable, y yo como una persona con síndrome de ansiedad social sin medicar. Menos mal que acabamos cenando en aquel sitio del segundo día- aquel que me daba fiabilidad porque ponían en la olla agua de una botella, que entonces constatamos rellenaban del grifo-, su especialidad, la tajina con patatas fritas!!! 

Palacio Real

Revenant
 

Barrio judío


La Torah se guarda aquí

Las mujeres y los ninios... en el altillo


 Por las calles...






Famosa Puerta Azul a la Medina


Medersa Bou Inania
















Yogur infecto


Tumbas Marinid-vistas de Fez

I love u Fez


18 abril 2019

Volubilis, Moulay Idris y vuelta a Fez. Pocas anécdotas, un divague de fotos (M13)

Jueves, 18 de Abril de 2019: Fez (Marruecos 13)
Hay jarra de zumo de naranja para el desayuno: un festival! Lo que no tienen es té negro: los marroquíes no son mucho de ese té, más de café. Me meto en la cocina porque la señora no entiende lo que pido, y acabo buscando yo misma por los armarios, pero no encuentro. He dicho alguna vez que soy "la única española a la que no le gusta e café"? Esto me lo dijo alguien hace años en la isla. Por lo visto los espanioles sois "muy cafeteros".



 





Breves fotos de la salida de Meknes, por su genial zoco...




Hoy vamos a Volubilis, lo que fue una ciudad romana impresionante, a 40 minutos de Meknès. Nada más entras hay un museo con unos mapas gigantes con esos nombres romanos tan chulos, que he adoptado para llamar a mi ciudad de adopción, Londinium.  La ciudad es grande, y tiene todos los básicos de una ciudad romana: aquí estuvieron las termas, aquí el templo, mira qué columnas (sobre una hay cigüeñas), y espectaculares mosaicos. Serán de verdad lo que hay en el suelo, expuestos a los elementos? Cómo pueden dejar algo que tiene más de 2000 años ahí, a la intemperie? Y además, madre mía cómo están los elementos hoy! El cielo se pone super-negro en un momento, y empieza a llover enloquecidamente. Y luego, los elementos humanos en-la-higuera: sí, yo, qué pasa, pegada a mi cámara, acabo caminando por encima de lo que debía ser la sala de estar con mosaicos... la cuerda de no entrar se había caído!  

 









cielodrama en volubilis


De ahí a un pueblo llamado Moulay Idris, muy fotogénico: desde la carretera, con las casitas blancas trepando por la montaña. Intentamos llegar a la parte de arriba, para las vistas, pero tenemos que terminar trepando en una pared vieja para ver algo. Hemos de pasar por calles estrechas, en concreto al lado de un burrito. Por qué los burros nunca se sientan? No sé si he planteado esto hace días, pero sigo sin tener respuesta. 





De nuevo abajo, en la plaza, pasamos por un montón de casinos, llenos de hombres. Es ahí donde hago una de mis fotos más chulas, yo la llamo "El pensador".  Mini come uno de sus bocatas de kefta.


 

 La carretera a Fez, que es comarcal, está preciosa: recuerdo mucho amarillo y el drama del cielo nublado, jugando al escondite con el sol. Al llegar a Fez, una siente como que el viaje termina un poquito, aunque nos queden dos noches. Hemos cerrado el círculo, y somos más sabios, lo que no impide las escenas habituales con el tema aparcamiento. Hay un chico, Mustapha,  con el chaleco amarillo que nos indica, y con el que acabamos colegas al final. El pobre mete ahí innumerables horas al día. No sé cómo se gana la vida con lo que nos pide a nosotros por 48 horas. 









Esta vez estamos en un riad más de nuestro estilo, igualmente en la medina, y también tenemos suerte de estar en la azotea. De hecho, hay que salir a la terraza, atravesarla, y nuestra habitación está allí, como una casita. No es nada del otro mundo, acostumbrados a tanta morisquería. 


Ya es de noche y salimos en plan aventura por la medina. Como si no supiéramos que esto es el mayor laberinto de Africa. No nos importa, vamos sin prisas y simplemente vamos adescubrir una nueva parte de la medina. Sin embargo, se nos vuelven a pegar distintos tipos que nos quieren "ayudar". No gracias, no gracias, no gracias. Uno persiste, y es muy pesado, pese a dejárselo claro. Cuando por fin terminamos en la calle principal, por el pesado en nuestar chepa, nos pide dinero. Chato, que llevamos aquí dos semanas, y nos manda literalemente "al carajo". Cenamos en el Café Clock, una cadena para el turista, dodne dan hamburguesa de camello. Parece un riad muy estrecho, subimos mil escaleras hasta la terraza, hay un grupo grande de espanioles hippies. Cuando nos ponemos frente ala carta, nadie se siente con fuerzas de comerse al camello. Tal vez recordamos los ojitos de aquellos que nos llevaron, hace ahora un siglo, en el desierto?