Nota: El tono soez de este divague puede herir la sensibilidad de ciertas almas.
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Hoy era el Gran Día para la fauna brexitera: hoy, 29 de Marzo de 2019, el Reino Unido se salía de la Unión Europea. Mientras escribo esto, una representación de esa fauna está montando jarana en Westminster porque, oh, no han tenido su juguete. Todavía.
Pero es que su juguete no era de esos que venden los chinos: una muñeca que berrea mientras mueve la cabeza, con luces a ser posible, un esperpento que lo miras y ya. El juguete es un lego o un puzzle o una partida de ajedrez complejísima, seguramente sin solución, y que sus representantes no saben, evidentemente montar, hacer, resolver.
Pero no solo por las imágenes de esa panda de oligofréncios estoy hoy cabreadísima y espantada. En las últimas semanas he tenido la oportunidad de adentrarme un poquito en sus cabezas, y lo que he visto es incluso peor de lo esperado. Estas últimas semanas he tenido que estudiarme uno de sus argumentos: la jodida historia de este jodidamente "ilustre país" (así se autodefinen en el capítulo segundo de ese engendro, el libro "Life in the UK", que hay que estudiarse para el examen de ciudadanía. Libro, por otro lado y como indica su contratapa, subvencionado por la Unión Europea-surreal). Su puta historia que me ha sacado erupciones a medida que avanzaba: estos gilipollas viven "glorias" (si se puede llamar gloria a la explotación sistemática de países pobres), de cuando eran El Imperio.
Yo no quería. Odio los países, los pasaportes, las identidades nacionales, los nacionalismos, no me siento española ni de ningún sitio. Soy de la gente que quiero. Así que yo no quería, pero el Peda insistió que deberíamos hacerlo, que con tanta inseguridad quién sabe lo que iba a pasar, y que por lo menos así podríamos decidir nosotros, sin depender de visas ni historias, que Mini podría ir a la universidad (ya una extorsión si eres británico, pero si eres internacional atraco a mano armada-siguen siendo piratas) sin tener que empeñar un riñón, y que si nos teníamos que ir del país por un tiempo, luego podríamos volver. Con la nariz tapada, acepté, y me empecé a estudiar el maldito panfleto.
El Peda, como queda claro Master Mind o Capitán América de la Operación, eligió la fecha: dijo que hacerlo precisamente hoy, 29 de Marzo de 2019, podría estar bien, metáfora curiosa; el día que estos se iban, nosotros intentábamos quedarnos. Yo elegí el lugar del crimen: Lewisham, un barrio del sur de Londinium a tomar por culo cuya calle principal tiene lo peor del tercer mundo y ninguno de sus encantos. La gente que espera que abran la Oficina de Correos o la casa de apuestas son todos tróspidos (a falta de otra palabra más científica- una sabe que allí la endogamia insular ha alcanzado el máximo exponente, los desórdenes genéticos rampan a sus anchas). Las palomas hacen su festín por el suelo de la tristísima calle peatonal, que huele a aceite de churrería reusado aunque el carrito expenda "comida tai" o "pollo caribeño". El atasco de autobuses y furgonetas blancas con bandera llenas de brexiteros es permanente, y todas las calles tienen una flecha que te obliga a girar hacia el lado que la intuición pensaría que no, que por el otro sería todo más fluido. Esto también es Londinium. Y apesta.
Así que llevando la metáfora al extremo, esta mañana el Peda y yo hemos llegado a este fin del mundo a examinarnos sobre importantes cuestiones como cuándo fue la batalla de Bosworth Field, por qué ejecutaron a Catherine Howard (tenía amantes!) y si era prima de Ana Bolena (tenía amantes!), cual era la población en 1851, cuantos Miembros de Parlamento hay en Gales, cual es el santo patrón de cada uno de sus países, con su bandera, su flor (el cardo borriquero es la de Escocia, en serio), su fecha, su plato nacional (me quedo con curiosidad sobre el llamado "Fritanga del Ulster", Ulster Fry) y su canesú. Sin olvidar cuándo se anexionaron los distintos países, con qué reyes, en qué año, única satisfacción cada vez que los escoceses les daban por ahí a los ingleses (Batalla de Bannockburn, Go King Robert The Bruce!).
Para preparar esta bazofia he perdido tiempo de divagar (lo sé, lo sé), he hecho miles de tests y mala leche, y me he tragado pelis históricas. La última "Elizabeth La edad dorada" con Mini (a la que, preocupante, le encanta esta morralla, el proceso de lavado de cerebro por la propaganda escolar ya ha comenzado) sobre Elizabeth I, la reina virgen, la de la Armada Invencible, o la más reciente "Mary Queen of Scotts" sobre la vida de María Estuardo, reina de Escocia, prima de Elizabeth, que fue acusada de matar al marido (con el que se casa tras un cunnilinguus parece que épico-always a winner), pero que luego -el marido- se lía con el bufón de la corte. En fin: que ha sido horrible.
Pero la escena de hoy en Lewisham ha logrado superar mis expectativas del horror. Palomas, tick, gente fea, tick, grasa ambiental, tick... pero con lo que no contaba es con que nos iban a echar del examen; mejor dicho no nos han dejado ni entrar.
Como todo divagante de pro sabrá, aunque mi nombre para vosotros, en confianza, es Di, mi nombre de pila completo, el que figura en mi pasaporte no es otro que "Di de Todos los Santos Patrones incluso el del Cardo Borriquero". Uno de mis documentos identificativos es el pasaporte. Primero me hacen pasar a una oficina con un tipo regordete, con camisa "blanca", pendiente y corte de pelo tipo castaña (como Beckham, pero en Lewisham) que me hace quitar el reloj, el pañuelo del cuello, y entonces añade, "ah, pero no vas a poder hacer el examen". Ja, va de broma. No, que va en serio, y recita como un loro: "el nombre registrado no es el EXACTO de tu pasaporte, tu nombre registrado es "Di Todos los Santos Patrones incluso el del Cardo Borriquero", sin "de". Ya, pero es que ese "de" es castellano no significa nada y de hecho se quita y se pone, y tengo viejos pasaportes sin ello, y ... Le da igual. Mire, tengo el DNI, no hay "de". No quiere verlo. Llamo al consulado, que se lo explican. No quiere hablar. Por favor. No escucha. Oigo voces de fondo. Me cabreo. Las voces se hacen más altas: es el Peda. Que tampoco puede pasar, también hay una irregularidad con el orden de sus apellidos o algo. No hay nada que hacer: hablamos de la importantísima Home Office (Ministerio del Interior), esto ha de ser todo nítido y no se acepta ni una coma cambiada. Me dan ganas de referirle a los periódicos para indicar la nitidez y el saber hacer de este país en general. Llama a su jefe, que nos lleva a otra oficina para reiterar la misma rigidez, que raya el autismo. La metáfora de ir a hacerse inglés a este agujero para que este par, un redneck de la Inglatera profunda y un descendiente de esclavos explotados por los antepasados del otro ("Acta de Emacipacíon", 1833, abolición de la esclavitud en el imperio, veis que bien me lo sé?), nos manden de nuevo a la calle grasienta que representa todo lo que es el declive de este país me parece casi poético.
Conduzco hacia el oeste con una ira que no debe ser saludable. El Peda es mi copiloto, pero aún así nos logramos meter en unas cuantas calles que no te dejan girar, atrapados en un loop de tráfico e ideas kafkianas. El que no conoce su pasado está condenado a repetirlo, aquella famosa frase de Santayana con la que nos animábamos a estudiar la historia, para que las cosas no volvieran a pasar jamás. Pero en estos días, hay gente que se mira por encima la historia para sacar conclusiones que enardezcan su nacionalismo, y no hace falta irse a Elizabeth I, miremos el Siglo XX y lo que ocurrió por la escalada de los nacionalismos. Es todo mentira: en el UK te dicen que Sir Francis Drake venció a la Armada Invencible de Felipe II en 1588, y que los españoles eran La Inquisición, y así empieza la Leyenda Negra. Recuerdo que en mi cole de Vetusta estudiábamos que la armada se hundió por una gran tormenta ("No he venido a luchar contra los elementos"), y Francis Drake era un pirata. Ni una versión ni la otra, trazos gruesos donde los haya, pero nos movemos en un mundo de trazo grotescamente grueso, y la gente vota así: quieren que no se vuelva a poner el sol en nuestro imperio, o bien usan la Leyenda Negra para explicar porqué el otro ens roba, o se les pone dura cuando hablan de Waterloo o Trafalgar.
Llego al oeste sin haber chocado el mini con ninguna furgoneta ni dado de hostias a nadie. Se puede considerar el éxito del día.