La noche del viernes fue mágica. Por la tarde, pasear a la orilla sur del Támesis desde Londinium Bridge hasta Tower Bridge era una fiesta. El sol que se estaba poniendo daba unos tonos rojizos y una luz preciosa al famoso Puente de la Torre, que lucía los aros olímpicos. Bastante gente (pero ni la mitad que en el horror llamado Oxford Street cualquier tarde), una reportera de radio retransmitiendo desde su ipad-mesa-de-mezclas, una exposición de fotografía a los pies del ayuntamiento, y el césped de Potters Fields empezando a ser colonizado por familias y jóvenes bebiendo pintas de London Pride. Queremos ver parte de la ceremonia en la calle, es la mejor manera de ver estas cosas.
Sin embargo, oh, la tecnología, la pantalla gigante que habían instalado para ver la ceremonia en semejante escenario había hecho crack, así que cambio de planes en el último minuto. Nos vamos a la pantalla cerca de Sloane Square, en Chelsea, donde triunfadores altos, rubios con los cuellos de los polos (Ralph Lauren) levantados y jersey atado a la espalda estará bebiendo Pimms con fresas? O a Hyde Park donde las hordas de perdedores llevan esperando desde las 4 pm? Dispara: vamos a tomar un Strawberry Frapuccino al café-cadena más cercano mientras coloreamos un libro de pegatinas con Mini, y por lo menos veremos los fuegos artificiales en Tower Bridge.
Introito
Que no cunda el pánico: se improvisa una pantalla detrás del puente, y allí hacemos la cuenta atrás con el resto: 59 números robados de las calles de Londinium. Del nacimiento del Támesis nos subimos en una cámara voladora hasta llegar a Londinium, con música de los Clash o los Sex Pistols entre otros, de fondo. Sinceramente, si este comienzo no te deja WOW, apaga y vámonos: Boyle hace lo que domina con la cámara, darte esa sensación trepidante, hacernos sentir que estamos corriendo con Renton en la escena inicial de Trainspotting... Lust for life!!
El rollo bucólico me descentra
El centro del estadio es la famosa campiña inglesa: tan verde, tan bucólica, tan idílica. Animales granjeros, tema rural... tras los momentos exhilarantes del principio me encuentro algo confusa: dónde va esto? Unos niños en coro cantan "Jerusalem", un clásico que todos los ingleses conocen (versos de William Blake), pero que yo, 15 años en este país y no había oído en mi vida. Espero que la escolarización de Mini en breves semanas supla estos fallos de base que me impedirían pasar el examen de ciudadanía británica.
La Revolución Industrial y La Tempestad
Me replanteo de nuevo mi cultura general cuando aparece Kenneth Branagh interpretando a un tal Brunel, ingeniero padre de la Revolución Industrial. Vaya, en mi cole nos decían que fue Stevenson, el inventor de la Máquina de Vapor. Los logros de Brunel los conozco hoy (gracias wiki), pero en directo, con el sombrero de copa, el puro y los compinches que con él elevaban sus brazos a las chimenas que iban saliendo como falos enormes de entre la hierba mientras que los campesinos desarraigan a la Pérfida rural, me traía al estereotipo del capitalista de toda la vida: ese que sale en las viñetas de El Roto o Forges.
Y Branagh recita al bardo, el discurso de Caliban en "La tempestad". Yo estas cosas tengo que incluirlas. Shakespeare tiene una fuerza como no encuentro en ningún otro:
Be not afeard: the isle is full of noises,
Sounds, and sweet airs, that give delight, and hurt not.
Sometimes a thousand twangling instruments
Will hum about mine ears; and sometimes voices,
That, if I then had wak'd after long sleep,
Will make me sleep again: and then, in dreaming,
The clouds methought would open and show riches
Ready to drop upon me; that, when I wak'd,
I cried to dream again.
Me cuenta el Peda que no soy sola yo: que la web está incendiada de emoción por los tambores que comienzan a sonar entonces. Ya he contado en algún sitio cuánto me gustan unos buenos tambores (y esto incluye la batucada brasileira o incluso procesiones religiosas, yak!). Los de esta noche son espectaculares. Los lidera Evelyn Glennie, a la que sufrir sordera profunda no le impide ser una de las mejores drummers de este país. Toca descalza, para sentir la vibración, la fuerza, la energía. Impresionante: a mí me lo hace sentir igual con este "And I will kiss".
Feminismo: me empiezo a exaltar
Dicen que esta parte es "Pandemonium", citan a Milton, y me descubro disfrutando, como quien ve un buen musical, o una peli, que tiene poco que ver con el estereotípico espectáculo visual al que estamos acostumbrados en este tipo de eventos. Formalmente, chapeau. Y si tenía alguna duda sobre el contenido, entonces entran a paso firme las sufragettes, y yo, en trance. Danny Boyle, te has quedado conmigo: cualquiera que tenga el detalle de recordarnos a este grupo de mujeres victorianas con bandas laterales y pancartas, es mi hombre.
Olímpica lluvia dorada
Aún no estoy recuperada cuando llega el momento, parece, favorito de los periódicos (o por lo menos lo que ha sido titular aquí de la mayoría): los aros olímpicos llegan al centro del estadio y se derriten en una lluvia de "sparkles", como diría Mini. Todavía tengo en mi retina el "caos ordenado" preliminar, una mezcla de "Tiempos modernos" con "Germinal".
Una chica Bond inesperada
El corto de James Bond y la reina hay que verlo en grupo. Nadie esperaba esto, y a los ingleses les pareció LO MAS que fuera la reina y no su doble la que se giraba y salía con Daniel Craig a coger el helicóptero... Mejor me salto a los milicos y banderas e himnos nacionales. Que la música militar nunca me supo levantar.
Pero la joya de la corona de este país es su Seguridad Social (NHS)
No será ninguna sorpresa que lo que sigue es la parte que particularmente me emocionó de la ceremonia. Trabajo para el NHS (National Health Service), y este blog está lleno de rincones donde he ido dejando mi pasión por esta institución, inventada por los británicos tras la Segunda Guerra Mundial. Me pregunto por qué Mr Boyle no cogió el teléfono para ofrecerme ser una de los 7500 staff que performaron el viernes. Lo hubiera dado todo.
Sin embargo, este NHS tan querido por todos, está siendo desmantelado poco a poco por Cameron y sus secuaces, a las órdenes de los del sombrero de copa y puro. Me pregunto si es un SOS, un mensaje en la botella de Danny Boyle al mundo: el NHS está todavía vivo, y los que tenemos la suerte de vivir aquí y disfrutarlo, debemos luchar por él. Sacar el GOSH (Great Ormond Street Hospital for Children) es una manera de hacerlo, como firmar esto: (están intentado cerrar el Royal Brompton, si quieres pararlo, firma aquí), como escribirlo aquí.
"Second to the right and straight on till morning"
Son las instrucciones que le da Peter Pan a Wendy para el "País de Nunca jamás". Resulta que su autor, J.M. Barrie donó los royalties del libro precisamente al hospital anterior (GOSH). Las pesadillas infantiles (y de todo padre, tener un hijo enfermo), que por fin son ahuyentadas por... Mary Poppins. Mini está que no parpadea. Mary Poppins es una heroína de esta familia.
Esas playas desiertas
Literatura infantil tickada, el homenaje al cine viene con "Chariots of Fire" y el ultraépico tema de Vangelis cuyos primeros acordes toca el Pedalista cada vez que se hace con un teclado (sí, lo sé). Del trozo de Mr Bean, solo comentar la escena de la playa de St. Andrews en Escocia: esa es también una de mis ideas de playa idílica. Esas que vas en invierno, bien tapada, y según el día que haga (y lo que te hayas metido), los ves correr, y corres tú también contra el viento destrozando a Vangelis.
Yo creo que los ingleses, solo con la música que tienen, se podían realmente relajar en esto de las ceremonias. Y efectivamente, cuando entra el mini y suena "Push the button" y "Enola Gay", es el pistoletazo para la sección más divertida de la ceremonia: imposible que no se te fueran los pies. Ahora, la cantidad de referencias tanto musicales como cinematográficas es masiva. Particularmente cercanas encuentro "Kes" (la primera peli de Ken Loach), "Billy Elliot", "Trainspotting" o a Hugh Grant diciéndole a Andie McDowell "I love you" al final de "4 bodas". Suenan los Stones, Bowie, Euryhtmics, Queen (ajj la "Bohemian Rapsody"!!!!).
Finale
Se hace tarde para Mini, así que aprovechamos el desfile para meternos al metro y llegamos a tiempo para ver demasiados países desfilando. Me meto en tuiter y sigo las líneas en inglés y en castellano. Me parece hilarante que algún español califique de "caspa" a esta ceremonia. My dear, no estás en el trocito de tierra del planeta adecuado para llamar a nadie caspa.
La ceremonia ha sido controvertida, y eso me ha gustado. Ha sido diferente, saliéndose de la zona-confort de hacer florecitas humanas que se transformaban en abejorros desde vistas aéreas. Ha costado un mogollón de pasta, pero aún así, menos de un tercio de la de Beijing, donde se pueden permitir tener a millones de chinos ensayando durante meses por un cuenco de arroz. Y en cuanto a contenido, ha logrado irritar a algún conservador que la ha calificado de "basura socialista". Prueba conseguida. Genial los trabajadores que construyeron los estadios con sus cascos de obra recibiendo la antorcha. Danny Boyle ha intentado explicar lo que es este país, con su pasado, de luces y sombras y, sobre todo, explicar el futuro que queremos.
Que lo sepa el mundo: no queremos trabajar por un cuenco de arroz y que el del sombrero de copa nos mande a la calle cuando enfermemos sin poder pagar la factura del hospital. La sanidad es un derecho. No es negociable.
Gracias Mr Boyle, por dejarlo todo tan claro.