La mejor novela que he leído en lo que llevamos de 2020, la que más me ha gustado, ha sido "El domingo de las madres "(Mothering Sunday) de Graham Swift. Así que mi segunda de este autor -ambas recomendadas por la divaganta Marisa- lo tenía difícil.
Y como profecía que se auto-cumple, "El país del agua" (Waterland) (1983) me ha gustado menos, bastante menos, aunque he atravesado fases. La terminé hace quince días y no me lancé a la piscina del divague porque estaba entonces con las crónicas de la semana en Yorkshire. Esto ha contribuído a que la tenga aún más nebulosa que cuando la terminé, pero supongo que esto hará que me salga un divague mucho más acorde con el libro, que transcurre en una especie de cuento de hadas-y esa parte sí que me ha recordado a "Mothering Sunday".
Y como profecía que se auto-cumple, "El país del agua" (Waterland) (1983) me ha gustado menos, bastante menos, aunque he atravesado fases. La terminé hace quince días y no me lancé a la piscina del divague porque estaba entonces con las crónicas de la semana en Yorkshire. Esto ha contribuído a que la tenga aún más nebulosa que cuando la terminé, pero supongo que esto hará que me salga un divague mucho más acorde con el libro, que transcurre en una especie de cuento de hadas-y esa parte sí que me ha recordado a "Mothering Sunday".
El libro ha sido por ahí clasificado de "enciclopédico", y a mí este calificativo para una novela siempre me recuerda a "Moby Dick", mi novela tótem, en la que Melville de repente se para un capítulo entero a hablar de la anatomía de la ballena, o del color blanco. Aquí Swift se va de la narración y nos habla del aparato reproductor de las anguilas, de la fermentación de la cerveza, o de la Revolución Francesa. Eso me gusta (claro que ningún tema puede ser tan apasionante como la anatomía de la ballena, tenía que decirlo), sería terrible en un blog llamado divagando al cuadrado que no se aceptara el salirse del cauce y hacer extraños meandros.
Fenland |
Cuando escribo sobre libros, suelo intentar evitar la trama, y en su lugar elaborar sobre los grandes temas subyacentes, así como yo los veo. En estos momentos, no tengo ni siquiera claro cuales son estos grandes temas de "Waterland"; lo único que sé es quién es el gran protagonista: los Fens. Allí es donde está enmarcada la novela, en los Fens, o Fenland, una parte del este de Inglaterrra, zona pantanosa, que se ganó al mar hace siglos, como en Holanda, con un sistema de canales, esclusas, acequias y diques. El paisaje de la zona es peculiar y tiene una ecología interesante, no solo por los múltiples pájaros, peces y demás especies sino también por sus habitantes, cuyo modo de vida depende de que el mar no reclame lo que fue suyo. Por ejemplo, el padre del protagonista, cuida una esclusa como trabajo oficial, mientras que paralelamente, captura anguilas: todo gira alrededor del agua. En la introducción del autor de mi edición (2008), Swift comenta que antes de "Waterland" no consideraba la localización de una novela como algo de peso, y que lo que importaba era el drama humano. Sin embargo, con esta novela, se dio cuenta no solo del potencial del ambiente físico de los pantanos, sino también de su potencial metafórico. El había elegido los Fens arbitrariamente, como un no-lugar plano y desolado donde desarrollar su historia. Pero el no-lugar se le rebeló. Todos tenemos en mente novelas que son ciudades, o zonas fronterizas, o páramos, o el mar: son las mejores? Habrá de todo, pero estoy con él que (y lo he de poner en inglés, por el juego de palabras) "the apparent background became a foreground": el escenario se hizo protagonista.
Así que en esa casita en medio de una zona pantanosa (the cottage, "a boat that creaks and groans, seems more like a ship far out at sea that has lost its rudder"), viendo al vigilante, crece nuestro protagonista que cuenta su infancia, desde flashbacks del futuro, cuando es profesor de historia ya en Londinium, curiosamente en Greenwich, donde está el meridiano cero, una convención totalmente inventada por el hombre, en contraste con la fisicalidad real de las Fendlands (esta es otra reflexión del autor en su introducción de 2008). Me ha gustado esa introducción más que el propio libro: aquí se mete con su propio estilo, admite que el libro tiene mucho de presumido y pretencioso (show-off), pero en general, no se siente lejano a algo que escribió hace 25 años. Eso es un gran logro. Yo no quiero pensar cómo me sentiré dentro de tantos con respecto a este blog: ahora leo alguna entrada del principio y no es que me cueste reconocerme del todo, pero algo. Sobre todo en la extensión de los divagues: me he hecho desesperadamente pesada no sé si también en la forma pero desde luego en la longitud.
No he subrayado tanto como en otras novelas, pero sí que tengo frases e ideas que han gustado mucho y que no quiero olvidar, como cuando llama al psicoanálisis "una forma de magia todavía no inventada" (mientras relata una historia de sus antepasados), o "si construyes un escenario, el show debe continuar", o cómo, con ciertas pérdidas, "la vida se para pero tú debes continuar viviendo". O este canto a la curiosidad:
“Children, be curious. Nothing is worse (I know it) than when curiosity stops. Nothing is more repressive than the repression of curiosity. Curiosity begets love. It weds us to the world. It's part of our perverse, madcap love for this impossible planet we inhabit. People die when curiosity goes. People have to find out, people have to know.”
Porque en un punto el profesor de historia deja de enseñar la historia de los textos y se dedica a contarles su propia historia y la de su familia, que es también parte de la gran Historia. En inglés hay dos palabras: "history" (que es la historia de los manuales) y "story" que son las historias que nos contamos. Sus reflexiones todas me han gustado, y ha sido curioso leer ciertas cosas, como este párrafo sobre la fragilidad de lo que llamamos "civilización" en estos momentos de incertidumbre y colapso que nos encontramos:
"Children, there's this thing called civilisation. It's built of hopes and dreams. It's only an idea. It's not real. It's artificial. No one ever said it was real. It's not natural, no one ever said it was natural. It's built by the learning process; by trial and error. It breaks easily. No one ever said it couldn't fall to bits. And no one ever said it would last for ever."
O el fin del mundo, que si no existiera, habría que inventarlo
"Once upon a time people believed in the end of the world. Look in the old books: see how many times and on how many pretexts the end of the world has been prophesied and foreseen, calculated and imagined. But that, of course, was superstition. The world grew up. It didn't end. People threw off superstition as they threw off their parents. They said, Don't believe that old mumbo-jumbo. You can change the world, you can make it better. The heavens won't fall. it was true. For a little while - it didn't start so long ago, only a few generations ago - the world went through its revolutionary, progressive phase, and the world believed it would never end, it would go on getting better. But then the end of the world came back again, not as an idea or a belief but as something the world had fashioned for itself all the time it was growing up. Which only goes to show that if the end of the world didn't exist it would be necessary to invent it".
En su introducción, Swift habla de sus fases escribiendo la novela, todas comunes a la mayor parte de los escritores: desde la desesperación hasta la excitación máxima, cuando el escenario se le proyectaba con tantas posibilidades, en las que confiesa que creyó que "I could get away with anything", que podría salirse con la suya, hacer lo que quisiera, que nada le pasaría factura. Ahí es donde personalmente ha hecho aguas la novela para mí: incesto, descubrimiento del sexo, locura... en algunas partes en mi opinión se pone ridículo, y da rabia porque ese escenario de las marismas, la infancia y el misterio no necesitaba tanto oleaje . El barco no se ha hundido, pero a ratos, para mí ha ido a la deriva. Lo que no quita que haya pasado buenos ratos sumergida en esta lectura.