El otro día estuve en el veterinario en Barcelona. Mientras le hacían pruebas a mi perrita me acerqué a ver el centro comercial que ha sustituido a la plaza de toros Las Arenas. Vaya por delante que yo prefería la plaza original y por supuesto las corridas de toros (eso daría para otro divague). Pues bien, a pesar de haber conservado bastante bien el aspecto exterior de la plaza, que a mi parecer es bastante bonito, no han sabido trasladar esa misma esencia al interior. Por dentro no deja de ser un centro comercial, sin nada de luz, sin asomo del ladrillo rojizo que caracterizaba la plaza y con todas las tiendas típicas, manidas y franquiciadas de siempre. Han intentado hacer unos pasillos circulares poco afortunados y como decía antes, echo en falta una buena cúpula con luz natural.
Lo que más me gustó es la planta superior, en la que se prevén abrir restaurantes y hay una terraza rodeando la plaza, como para hacer un paseíllo, desde la que se tiene una bonita vista de Barcelona de 360º. Sólo por la panorámica vale la pena la visita.
Una nueva visión del mundo: consumir sin dolor
ResponderEliminarCou,
ResponderEliminarA mi lo que no me gusta es, primero que te prohiban nada, segundo que el chiringuito se lo repartan entre unos cuantos y tercero que encima quede feo (por dentro es muy feo).
Estoy segura de que hasta la fecha no está siendo nada rentable. Que les den!
Creo que la última vez que estuve en esa plaza de toros fue para ver un circo, cuando mis hijos eran pequeños. ¡Cómo cambian las cosas!
ResponderEliminarSaludos
Yo no había estado nunca. Pasar cerca sí. Esta vez fue mi primera vez.
ResponderEliminarYo pasé por ahí la última vez que estuve en Barcelona y pensaba que podría quedar algo bastante bonito, pero ya veo que no.
ResponderEliminarNiño,
ResponderEliminarNo te pierdes nada. Lo único que vale la pena es la terraza.
Palabrita.
Diva, ándate con cuidado, se empieza pidiendo que no prohiban nada y se acaba reivindicando la legalización de Bildu...
ResponderEliminarPor lo que cuentas parece que han hecho un centro comercial.