En su última versión, durante el pasado mes vacacional en la península, los Pedalistas han pasado a ser los "Pies Negros".
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Naoko. o sillón japo que se nos oculta |
Ya no queda nadie en el divlog que sepa o recuerde dónde nacieron
Los Pedalistas -creo que aquel divague, de los primeros, solo lo leyó una tal Diva porque le iba en el sueldo (al fin y al cabo, fue de ella esta idea del divlog)-, pero en un punto de las pasadas vacaciones nuestros héroes fueron degradados (qué mal queda en castellano, dejémoslo en
demoted o downgraded) a "Pies Negros". Ni que decir tiene que fue cosa de la nombradora oficial, Fashion, que tras constatar que en Vetusta "íbamos por casa siempre descalzos, medio desnudos, con el pelo revuelto, hechos unos hippies", nos bautizó así y comenzó las preparaciones para nuestro aterrizaje en su casa la semana siguiente. Lo que viene siendo ya un clásico: cubrir un sillón dicen japonés, dicen de
Habitat, dicen tan bonito, dicen tan cómodo, con la primera tela que pillan, dicen que para evitar tener que tapizarlo luego. Yo solo puedo dar fe de lo último, porque jamás lo he visto: ni cuando no existían los Pies Negros.
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Sí, esto es Donosti |
Los Pedalistas nacieron viajando, y este mes de vacaciones ha sido todo lo contrario: hacía muchísimos años que no pasaba un mes (32 noches!) seguidas en la península. Habrá gente que opinará que haber dormido en cinco camas diferentes en este mes no significa exactamente estar estáticos; aunque acostumbrados a ser nómadas de una o un par de noches, esto ha sido inusual. Pero he demostrado algo a mis compas: cuando en el pasado he planteado si podríamos alguna vez pasar un mes de vacaciones en un lugar, sin movernos, El Peda siempre aseguraba que él sí -con esa estoicidad suya, o de los vascos-, pero que yo no - con ese hedonismo o culoinquieto de los de ningún sitio. Que yo, una vez visto lo que hay que ver, querría "siguienteee!!!". Pero estas semanas se ha constatado que con libros y un teclado podría hacerme un hueco en cualquier sitio. Con vistas ya sería la pera.
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La Zurriola-neopreno o batamanta necesarios |
En este mes que hemos pasado haciendo una especie de parábola torcida del noroeste peninsular, hemos vivido casi las cuatro estaciones. Nunca nadie imaginó que allá abajo, en el mes de julio, una tuviera que ir con jersey a la playa, pero esas cosas pasaron mismamente en la Zurriola, donde la gente pasea a gran velocidad playa arriba, playa abajo. Este es un fenómeno que no se observa tanto en la Costa Brava, pongamos. En playas de ambas costas he leído y me he bañado, con olas altas de esas de saltar, y con aguas frescas, que no frías, como dice el querido Oso, "si no hay que romper el hielo para entrar, no es fría".
La hipotermia viene a ser ya un clásico de los viajes, cuando se hacían (cuéntanos algo que no hayamos leído antes, Di), pero la novedad de este verano ha sido, -agárrense-, Comer (la mayúscula no es una errata). Entiendo que soy rara avis: no viajo para comer, sino viceversa. Entiendo que haya gente que haga "foodie destinations" y "turismo gastronómico": viven para comer, no comen para vivir. Pero el tiempo es limitado, y aún más de viaje, y quien quiera usarlo en buscar dónde comer, aúpa; yo prefiero otras cosas. Una vez asumida esta anomalía -son hordas estos foodies, gourmets o palizas-del-buen-comer, como se llamen-, he de contar que no se puede explicar cómo y cuánto hemos comido este mes. En primer lugar: no hay comida como la de esa península, en ningún sitio del mundo. Punto, no hay debate (una vez, recién llegada a la isla un indio -que luego nos enseñó a hacer arroz- me dijo "los pakistaníes son los mejores cocineros del mundo" y yo: plonkkk, mandíbula al suelo). Además, es la comida de la infancia, -las madres, las yayas,- con la que nada puede competir, pero luego es el País Vasco y mi suegra, esos monstruos. Y por último, los Jekes, esos pesados cuñados -en el mal plan de la palabra- foodies o gourmets o palizas-del-comer, que se conocen todos los restaurantes y chiringuitos de la zona que sea. Corolario: todos nos hemos vuelto con un par de kilos más (hasta el Peda, pese a sus carreras diarias, 22 kms su récord) pero el consenso ha sido que nos dejaron en el aeropuerto mucho mejor de lo que nos encontraron - creo que porque estamos supermorenos, pese al SPF50. Mucho me temo que en la isla no nos costará demasiado volver a nuestro estado basal decrépito.
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Mi bici de la uni: eclecticismo o confusión |
Pasar por Vetusta siempre implica cierto grado de regresión: a mí me gusta la de Navidades cuando volvemos a la adolescencia por los antros de la ciudad con los Sospechosos Habituales. Esta vez, pandemia mediante, no hubo noches y Vetusta-sin-nuit pierde mucho, admitámoslo. Solo pudimos quedar con el mayor Sospechoso Habitual en Cálamo y en terraza; pero volveremos. Otro gran momento regresivo fue la mañana que con Fashion desempolvamos las bicis y nos lanzamos al desierto -eso es, al fin y al cabo, salir de Vetusta-, puro western. Siguiendo fiel a otra constante de mis viajes -la falta de preparación-, aquí no decepcionamos: ciclistas con sus licras, cascos ergonómicos y gafas de sol oakley psicodélicas nos saludaban pese a nuestra pésima presentación: vaqueros cortos deshilachados, camiseta pija -culpemos a Fashion- y gafas de sol Gucci. [Oh, y días más tarde, subiendo a lago a 2250 ms, todos con sus Quechuas y "nosotras con linos", Fashion dixit]. Y último inciso: enfrentarme a la confusión ideológico-estética que representa mi bici de la facultad (en imagen): ¿Pegatinas de Insumisión, Muerte al capital, Tokio y Candanchú en la misma barra?
Y por último, no puedo concluir este párrafo sentimental sin incluir una pequeña foto que solo Fashion entenderá, así que ahí va el contexto:
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Fashion me odia |
Platja d'Aro, 1977: no me pregunten cómo se permitía la explotación de cachorros de león y de guiris para foto-oportunidad. Yo no tuve nada que ver; tal vez pongan el dedo acusador sobre los padres de la niña Di, que consideraron "una buena idea en ese momento" contribuir al abuso animal a la vez que poner a su hija en riesgo con la bestia, dos en uno. El caso es que Servicios Sociales no tuvieron nada que decir y esa foto ha quedado para la posteridad y, lo que es más grave, como prueba irrefutable para Fashion de que los segundos hijos nunca gozan de los mismos privilegios. La pobre Fashion llora por los pasillos porque ella, que siempre quiso abrazar a Simba, no pudo (¿tal vez, como es joven, ya se había abolido esta práctica?). Cuando puede, me lo recuerda, verde de envidia, y este mes he sacado un momentín para hacer una foto de la foto, que ya podrá ser accedida online en cualquier momento, no solo cuando estamos en casa de mis padres. Va por ti, Fashion! Si hoy en día dejaran pasear a los leones por la playa, tu hermana te pagaría una foto, clavel!
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Barcelona, I love u |
Por dar una (otra) alegría a Fashion (entiendan, la pobre nunca tuvo ni foto con leoncito ni coche de pedales, como la que firma) estoy escribiendo este divague, yo no quería. Ella insistió mucho en un resumen, por aquello de las risas: han sido tantas, para que no se olvidaran. Como todo el mundo sabe que mi capacidad de síntesis es inexistente, me declaro incapaz. Pero aquí estoy, intentándolo, porque soy buena (y de hecho, plantéate, sis, que igual es por eso que tengo también fotos en ponies, y tuve una barca hinchable y... bueno, haré más fotos al album la próxima y tal vez haga hasta un distintivo: "hermanas mayores"). Plantéate que yo exudo bondad, mientras tú, a la menor, sacas el guardil que llevas dentro: anotar la breve aparición del agente de la benemérita que late en ti preguntando "¿todo bien?" en tono amenazante (claro, "solo quería ayudar") a un hombre parado con líquido tal vez anticongelante sobre su capó en una carretera perdida de montaña- y el pobre diablo cuadrándose, todo sonrisas y asentimiento. O cuando comentaste las pobres habilidades musicales de la orquesta del Snack la noche anterior, y detrás, el manager (en serio, ¿esa gente tiene manager?). O tus broncas con los taxistas que se meten al carril-bici en Barna: "vengayá!". O tu abuso constante de los invitados, que habían de ir a Jespac, y bajar a tirar la basura. Y tus cenas, que no acaban nunca.
Y, en serio, ya termino, pero no puedo dejar pasar un par de hitos: Conversaciones con Mini, alguien imagina preguntar a tus padres el equivalente "what is your body count?" (sí, es lo que estáis imaginando). El Peda que se lleva, una vez más sus patéticas flip flops al bosque y, como ya ocurrió en la jungla, se vuelven a romper. El maldito licor Carmelitano (esta botella siempre la he visto en mi casa, no sé quién la trajo y permanecía cerrada -al probarlo, se entiende-desde mi infancia, tenía un sello de impuestos por CUATRO pesetas). Las jarras de sangría en la montaña, al mejor estilo guiri -y nosotros sin Alka-Seltzer. Los "trifásicos" (qué nombre más gracioso) concepto por mí desconocido (he de volver a la península?). La "Cervesería DNI", en breve traspaso a Jekes como "Guacamolería DNI".
Y aún me quedan las librerías de Barcelona, que dejo para otro día que para eso se creó nuevo distintivo, y las calas en la Costa Brava, y la belleza de la Cerdanya, que mejor se resume en imágenes, con nuevo baño en el Salt del Molí, epítome del agua frrresca-frrresca, Oso, que no fría, porque aunque al salir una luzca labios morados, para entrar, ciertamente no hubo que romper el hielo.
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Tras la poza "fresca" |
PS. Postales de Di, with love:
Gracias Fashion por obligar a esta bruja a este resumen. Y la foto del león...impagable. Y por cierto, Mini es clavada a ti, clavada.
ResponderEliminarGracias MO: después de hacer todo el trabajo, nacen y todo el mundo dice: "igualita a su aitá", luego pasó a "su abuelo" y ahora se han quedado en "clavada a tu hermana". :):) Se lo diré, para meterle miedo más q nada, LOL.
ResponderEliminarhugs
di
Un puntazo la foto con el león, Di. Yo tampoco sabía que esas cosas podían hacerse (y eso que soy más vieja que tú y he vivido tiempos más rudos). Ánimo, que con un par de veranos más en Spain, igual os convertís en foodies. Lo único que he echado de menos son las historias de colada, pero me alegra ver que te has acordado de nosotras y has incluido una foto que, si no es de colada, casi.
ResponderEliminarSolo habéis cogido dos kilitos de nada, las croquetas merecen mas aprecio. Sois unos frugales y unos flojeras.
ResponderEliminarMe encanta tu cara con el león, tengo una foto parecida de una de las iratis con una boa o un bicho similar de un peligroso color limón rodeándole el cuello. Casi mato a su abuela cuando me la devolvió tras unos días en Salou. Y te hablo de este siglo.
Q bonita es la familia
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ResponderEliminarjajajaja ELENA, me perseguís por ahí y hay q crear un tendedero donde sea!!! Que conste q este lo preparó JAL, mi (el) cuniado, q es un chico muy de supervivencia. Ay, con eso de hacer versión "resumida" no he contado q al Peda se le rompió DE NUEVO una flip-flop (la historia de la ruptura de otra flip-flop en Tikal se vio repetida, sí). Total q JAL sacó su kit de supervivencia y con un palo y no se qué, la cosió!!! Hagámosle la ola pero sigámonos preguntando por la maníá de otros de ir con flipflops a la jungla o bosque!
ResponderEliminarMARISA, me ofende q no hagas mención al Oso, por lo q te toca. Dile q ha sido por una día estrella de la blogosfera (y q si puedo poner una foto suya en manga corta mientas todos con forro polar) Pero lo q de verdad me ha afectado, por su gravedad, es lo de las Iratis, babies a todos los efectos (o sea, hablamos de los 2010s): que estuvieron con una boa constrictor en Salou???? Esto explica muchas cosas. Y no me hables de las croquetas...
muxus
di
El oso, encantado de aparecer por aquí pero, discreto como es, da permiso para fotos pixeladas. Seguirá pasando de blogs y mundos virtuales, su reino es terrenal y, si puede elegir, fluido tirando a hielo.
ResponderEliminarHace años q se le jodió el termostato. Su año solo tiene dos estaciones, de diciembre a febrero la estación buena y el resto: el infierno.
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ResponderEliminar... "su mundo es terrenal", me encanta: hace bien de huir de nosotras, seres oscuros q vagamos por los túneles del éter. Por cierto, estoy leyendo un libro q el siguiente capítulo va a ser narrado por un oso. En serio, me tiene algo desconcertada con narradores así New Age tipo montañas, corzos... el último q era un perro contando el sexo entre una pareja - ya me ha parecido el colmo. Ya lo contaré cuando lo repose y me aclare.
ResponderEliminarmuxus
di
Pero bueno, ¿el Peda no va a aprender nunca que NO hay que ir de excursión con flip-flops (o chancletas, como las he llamado toda mi vida)? Por si fuera poco, leí el otro día que son malísimas porque fuerzan a los pies a adoptar una posición muy perjudicial. Igual es una neura de los podólogos, aunque en cualquier caso, para trepar por las montañas no son. Mi hijo el hippy, que tenía tendencia a ir por ahí también calzado de esa guisa, parece que se ha pasado ahora a las Birkenstock, unas sandalias que yo encuentro horrorosas, pero que según él son el colmo de lo ergonómico. En fin, no sé que es peor, andar por ahí con un calzado que se te rompe a la mínima, o parecer un hippy de los sesenta.
ResponderEliminarYo amo las Birken Stock!! Y me encantan y son comodisimas!!!
ResponderEliminarJajaja, no dudo que las Birkenstock sean muy cómodas, pero ciertamente el look hippy no se lo quita nadie. Aunque ahora que está de moda lo retro, tal vez vuelven a ser lo más in... quién sabe
ResponderEliminarELENA y MO: no me habléis de lo de las chanclas por caminos de tierra y piedras, yo tampoco lo entiendo. LO q tengo clarísimo es q las sandalias (para q el pie no sufra en ese movimiento q citas) tienen q atarse en el tobillo.
ResponderEliminarNo has de esperar a q se pongan de moda, las Birkerstock son lo más "in" ya, por lo menos en Londinium, las lleva todo el mundo. No tengo Birkenstock, la mayoría no se atan en tobillo (algunos pocos modelos sí), soy de Panama Jack, q descubrí con 20 anios y spr las he llevado, pero últimamente me compré un par q me duele, es un rollo. Tb recomiendo Merrell o Timberland (Las q se cargó el Peda eran tb Timberland, muy chulas... grrr).
Tengo un máster en sandalias pq tengo unos pies muy delicados... Mucho me temo, mirando por la ventana (llueve buuu), q "el tiempo de las sandalias" en la isla ha tocado su fin...
di