Leer a David Foster Wallace (DFW) no suele ser fácil: porque a ratos me pierdo, y me pregunto dónde va, pero de repente, wow, solo por este párrafo merece la pena la confusión; solo por esta línea merece la pena la perplejidad.
Igual que me pasó con otro de sus libros de relatos "Entrevistas breves con hombres repulsivos" (que me parece superior), hay un par o tres de relatos -a los que llamaré "Tikal" por aquello de "no intentes acabar con Tikal, Tikal acabará contigo"- que acabaron conmigo. Me pregunto si no era mi momento, que tal vez deba dejarlos para tiempos mejores, o si era el momento de David, que estaba en drogas tan severas que no hay quien le siga... como a un Kerouac en su carretera (nada que ver, lo siento por Jack).
"Girl with curious hair" ("Chica con pelo curioso") es un libro de relatos que Wallace publicó en 1989, y que ha sido para mí un "libro Guadiana" (como suelen serlo los ensayos o algunas veces los de relatos) que me ha costado muchos meses leer (tengo Octubre 2016 marcado en alguno de los relatos). Así que no recuerdo mucho, casi ni siquiera de los últimos o de la "novella" de 150 páginas con la que concluye el libro, que es con lo que lo terminé el otro día. Pero con Wallace simplemente cuando vas para atrás y relees tus subrayados (gente que no subrayáis, anotáis, loquesea: cómo podéis vivir?), entiendes. Cosas como porqué decidiste no seguir tu suenio de escribir. Aunque hoy, leyendo otro ensayo Guadiana sobre ballenas que tengo por ahí, he sabido de Melville dejó una nota antes de morir que decía: "Keep true to the dreams of thy youth" (Mantente fiel a los suenios de tu juventud).
Pero divago. Otra de las cosas que me pasa con este autor es que, a menudo, pienso "qué listo era el cabrón". Cómo se plantea el mundo, las relaciones, la literatura: a mí me desarma. Me vienen imágenes de la película aquella, "The end of the tour", creo que se titulaba, con el actor aquel de los teleniecos irreconocible con la bandana, y el pequenio Woody Allen (así se me representa a mí Jesse Einsberg) que hace de entrevistador. Y a la vez que me admira su genio, cuando leo a Wallace nunca jamás me abandona una idea: su suicidio. No sé cómo le leería sin saberlo, pero ya he dicho a propósito de otras obras (en especial el relato "The depressed person"), el dolor que me causa su muerte.
En algunos de estos relatos aparecen personajes reales, como Lyndon Baines Johnson, 36 presidente de los EE.UU. tras JFK, con fama de personalidad arrolladora o David Letterman, el showman televisivo. El de Lyndon me gustó mucho, allá por el zenozoico cuando lo leí. En el de Letterman, la reflexión sobre el ridículo: en este show, que va de dejar en ridículo a la gente, si eliges hacer el ridículo de ti mismo, te liberas de que ridiculicen los demás. La sinceridad está muy pasada de moda... hoy se ríen de aquellos que son sinceros. O lo que son "earnest", intensos, pasionales, que se toman las cosas muy en serio. Este es un tema que me fascina, cómo se ha movido el humor en mi (corta) vida, y supongo que por influencia del mundo anglosajón, todos debemos, aunque sea, parecer más "relajados".
Aparecen temas típicamente wallacianos como la metaficción (tema que a los blogueros nos encanta, mirarnos al ombligo, por algo este blog tiene una etiqueta "metadivagando"). La novela corta del final ("Westward the course of the empire takes its way") parece ser que es una respuesta a la novela metaficcional de John Barth "Lost in the Funhouse". Este relatolargo-novelacorta te atrapa con las descripciones de dos personajes que aspiran a escritores, ella un ser odioso "que exuda feromonas aparentemente atractivas solo para las bacterias" y con un gusto por el poliéster y el verde lima (qué pasa con los amantes del lima) y él, uno de esos tipos que lo que exuda es don-de-gentes, y salud (en aquella época en la que aún no existían los gimnasios que manufacturan anatomías que ya no se sabe quien era pálido y débil: hoy cualquiera puede parecer moreno y fuerte). De cómo acaban en una reunión de todos los ninios que han aparecido alguna vez en una anuncio de McDonalds en los últimos 30 anios parece que va el relato: en realidad de consumismo ("producimos los que te hace querer necesitar consumir"), de separar postura y pose, de que te ensenien cómo pero no porqué escribir, de ninos que salieron del útero ya fastidiados, de entradas vacías por las que solo quieres salir, de que escribir ficción es contar mentiras, y que solo nos creemos lo que de alguna manera ya creemos. Todo esto con el marco de campos y campos de maíz en Illionis, con nubes inmensas que se acumulan en el horizonte amenazantes, "nubes con ambición arquitectónica casi trumpista" (aviso: 1989, y ya Trump-bueno, no olvidemos su omnipresencia en Bret Easton Ellis).
En "Here and there", las dos partes de una pareja hablan de su relación simultáneamente. Cuando finalmente su relación se transforma en sexual, a él le deja de interesar (no era esta la historia del coco que les contaban a nuestras madres?) Pero Wallace habla de este chico como alguien que quiere "querer/desear" en lugar de "tener". Que en este caso lo aplica a sexo, pero su abrimos el zoom, puede ser Itaca otra vez: al llegar al puerto, te decepcionará, mejor seguir andando, buscando, deseando, que llegar?
Y yo a veces me pregunto porqué me aburren los deportes, cocinar, o las manualidades. En algún momento llegué a la conclusión de que lo que me gusta es continuamente meter nuevas ideas en mi cabeza. Debates en la radio, libros donde subrayar, películas... qué me pasa? Y aquí me he dado cuenta de que no estoy sola: como uno de los personajes de la novelacorta del final, soy una "ideas person" (persona de ideas, vampira de conceptos). Y esto no tiene que ver con ser inteligente... ideas buenas o malas, que completan toda tu carácter y manera de ver la vida.
Aparecen temas típicamente wallacianos como la metaficción (tema que a los blogueros nos encanta, mirarnos al ombligo, por algo este blog tiene una etiqueta "metadivagando"). La novela corta del final ("Westward the course of the empire takes its way") parece ser que es una respuesta a la novela metaficcional de John Barth "Lost in the Funhouse". Este relatolargo-novelacorta te atrapa con las descripciones de dos personajes que aspiran a escritores, ella un ser odioso "que exuda feromonas aparentemente atractivas solo para las bacterias" y con un gusto por el poliéster y el verde lima (qué pasa con los amantes del lima) y él, uno de esos tipos que lo que exuda es don-de-gentes, y salud (en aquella época en la que aún no existían los gimnasios que manufacturan anatomías que ya no se sabe quien era pálido y débil: hoy cualquiera puede parecer moreno y fuerte). De cómo acaban en una reunión de todos los ninios que han aparecido alguna vez en una anuncio de McDonalds en los últimos 30 anios parece que va el relato: en realidad de consumismo ("producimos los que te hace querer necesitar consumir"), de separar postura y pose, de que te ensenien cómo pero no porqué escribir, de ninos que salieron del útero ya fastidiados, de entradas vacías por las que solo quieres salir, de que escribir ficción es contar mentiras, y que solo nos creemos lo que de alguna manera ya creemos. Todo esto con el marco de campos y campos de maíz en Illionis, con nubes inmensas que se acumulan en el horizonte amenazantes, "nubes con ambición arquitectónica casi trumpista" (aviso: 1989, y ya Trump-bueno, no olvidemos su omnipresencia en Bret Easton Ellis).
En "Here and there", las dos partes de una pareja hablan de su relación simultáneamente. Cuando finalmente su relación se transforma en sexual, a él le deja de interesar (no era esta la historia del coco que les contaban a nuestras madres?) Pero Wallace habla de este chico como alguien que quiere "querer/desear" en lugar de "tener". Que en este caso lo aplica a sexo, pero su abrimos el zoom, puede ser Itaca otra vez: al llegar al puerto, te decepcionará, mejor seguir andando, buscando, deseando, que llegar?
Y yo a veces me pregunto porqué me aburren los deportes, cocinar, o las manualidades. En algún momento llegué a la conclusión de que lo que me gusta es continuamente meter nuevas ideas en mi cabeza. Debates en la radio, libros donde subrayar, películas... qué me pasa? Y aquí me he dado cuenta de que no estoy sola: como uno de los personajes de la novelacorta del final, soy una "ideas person" (persona de ideas, vampira de conceptos). Y esto no tiene que ver con ser inteligente... ideas buenas o malas, que completan toda tu carácter y manera de ver la vida.
"Ideas. He is an idea man. It has nothing to do with how intelligent he is, or isn't. Ideas, good and bad, but always bloodless, just kind of inform his whole character and outlook"
Hasta el próximo, David, me espera en la estantería "Oblivion". Nombre que siempre me ha gustado tanto por su significado como porque así se llamaba antes el bar de debajo de casa...
A las buenas. Me parece a ratos un tío con sobredósis de ideas que le provocan una locuacidad escrita excesiva, que golpea y satura al lector. Pero es un gran topógrafo de la superficie o también sabe explicar las emociones y las causas de los personajes?
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Yo también odio cocinar y pongo la radio para escuchar ideas nuevas. Paso por fases en las que me cuesta mucho dormir porque no sé parar. Podría extenderme sobre lo muchísimo que detesto cocinar, vigilar procesos que se repiten constantemente en el ritmo de los días, poner atención justo en el momento exacto para que no se queme, pegue, atore, o lo contrario. He leído que hay gente que está saturada de tanto chef por la tele, a mi sólo uno ya me saturaba.
Pinto, entre otras razones, porque necesito ver que algunas ideas puedo llevarla a cabo. Ahora me estoy planteando hacer un riel para una pequeña cortina, justamente porque odio el taladro y necesito saber que puedo dejar algo hecho.
Ah, y "chica con el pelo furioso" sería un título magnífico.
ResponderEliminarCómo se notan las vacaciones...Patio, donde estais?.
Hola Ire! Pues aquí estamos las dos... siempre recuerdo que, el verano antes de conocer a nan (blogueramente) le leía en su blog y tenía una serie o algo llamado "Qué hastío de estío", y se refería a eso, hasta la blogosfera medio cerraba... :)
EliminarDescribes a la perfección lo mío con los procesos, con cocinar en particular. Tengo tan poca paciencia que esperar el chup chup o lo q sea me mata. Lo mismo ocn los deportes, no entiendo qué ve la gente, es un misterio para mí... motos, por ej, o bicis... una tras otra. Me gusta ir en bici y en moto, peor ver a otros? Yo que sé.
Lo del arte, yo era bastante artística en el cole. Dibujaba bien y eso. Ahora, te admiro, pero tampoco podría parar el tiempo para hacerlo. Mini es igual, no tiene paciencia para las manualidades. Las yummie mummies están mucho en manualidades... "100 cosas q puedes hacer con una cuerda y un cilindro"(es un libro): EN SERIO?
Pelo furioso me encanta... pienso en chicas negras con ese afro indomable.
Muxus guapa
di
Ay (con lágrimas amargas y furiosas)...yo soy blanca y tengo el pelo cruce entre pelandusca siciliana y afro (chicas negras y sicilianas, llamadme pelandusca, no problem). Furioso le viene que ni de encargo :D. Nota aparte, en un país, este, con tanta pelandusca, ¿por qué nos cortan y tratan tan mal el pelo a la que lo sufrimos?. Se empeñan en cortarlo a capas desde muy arriba y eso es el biggest no. Sobre deportes, cuando nadaba, era un poco en plan 'El viejo y el mar', en piscina, (kilómetro tres voy a por ti, me hundo en medio del 50, respiro, músculos todavía podeis'. Al principio una tortura de aburrimiento, y a partir de un momento, un diálogo interior relajante (y el socorrista, que no veas cómo estaba). Y el asunto cortina...lo veo más en plan "puedo construir", que tengo delirios de grandeza, ponme a hacer centros de mesas y verás lo peor de mi :D.
EliminarBueno, después de hablar de lo importante, reportera Di, ¿cómo va el asunto del realojo de los vecinos de la torre que ardió -me acuerdo de ellos, no del nombre de la maldita torre-?. ¿Han empezado ya los realojos?.
Un abrazo desde esta parte del mapa :D.