Si no las escribo, las cosas no han llegado a término, solo las he vivido (A Ernaux) La vida real no está a la altura de escribir sobre ella (J Eugenides) Lo que me interesan son los errores, fruto de la pasión, los errores que se cometen arriesgando (G Steiner) En la calle, codo a codo, somos mucho más que dos (M Benedetti) Escribir es persuadir a un extraño de que se quede (R Cusk) El camino del exceso conduce a la sabiduría (W Blake)
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12 diciembre 2009
Me llamo Di y un día fui Rocker
¿Todos o sólo yo tenemos un pasado oscuro? Ha llegado el momento de salir del armario: hace mucho tiempo, en un país muy lejano... yo también fui rocker. Inspiremos profundamente.
Corrían los años en los que yo estaba matriculada en una infame facultad de la Ciudad del Viento. Si el objetivo de la Universidad es aprender y crear seres libres, aquella fracasaba estrepitosamente. Fábrica de memorizar donde las haya, mucho, todo, cuanto más mejor, para que los pobres matriculados no tuvieran tiempo de pensar en nada más. Perdón, quiero decir de pensar. Punto.
Afortunadamente, no me costó demasiado darme cuenta del timo del Gaudeamus Igitur, y de que si quería hacer algo interesante o conocer a gente que me ayudara a crecer (joer, que son 18 años), no iba a ser en ese antro. Y así mis huesos dieron con lo que entonces se llamaba una “radio libre” o, mucho mejor “pirata”. Yo hacía allí un programa llamado “Quédate” (dale a su sintonía aquí:))
Algún día escribiré más sobre aquel programa, que era una versión radiada de lo que parece va a ser este blog: divagare divagare. Claro que entonces yo aún había leído menos que ahora, viajado menos que ahora, conocido a mucha menos gente que ahora… ¿de qué hablaba? Me alegro que me hagáis esa pregunta. La arrogancia ignorante de los 18 y el que en aquella época yo (ya/aún) quería cambiar el mundo, hicieron el resto.
Pero divago. Volviendo al tema, en aquella radio habría una sobrepoblación de Rockabillies, que hacían programas musicales en su mayoría. Y con ellos me enganché al Rock & Roll de los 50. En mi defensa diré que nunca me uniformé como ellos (¿me imagináis con esas faldas, con mi camisita y mi canesú?) y que los míos no se habían quedado, como se dice, ideológicamente en los 50. Ellos me enseñaron que el verdadero rey del rock no era Elvis, sino este señor:
El día que Buddy Holly se fue, la música murió (“the day the music died”). Seguro que conocéis esta canción que está dedicada a él:
El Rock & Roll sigue siendo la música que le hace a una sentirse ahí arriba. Otro día os puedo hablar de la “mood-inducing music” que se usa en estudios psiquiátricos. Mientras tanto… long life R&R!!!!!
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Vamos, vamos, eso no lo sabía ni yo... tu rockabillie? Flipo!! Me tenía que enterar aquí. Te debo un post de tupés, punteras, corbatines y botas camperas.... falditas no, yo tampoco...
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