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03 enero 2021

Serial 22. De lo femenino en Drácula, o cómo combatir la soledad en el cementerio de acantilado más famoso del mundo

Aquella Zopiclona cumple su función con creces: a saber cuántas horas duermo del tirón, pese al cuartucho y las emociones. Dame química. Cuando por fin salgo a la calle a las 16:30, ya no queda atisbo de luz natural-si alguna vez la hubo.  De noche a noche, como una buena vampira, o no estamos en Whitby? Terminándome un sándwich de plástico decido que aquella enfermera pelirroja, de haber existido (¿de verdad que la noche anterior ocurrió?), tendría razón: cogeré el último bus a Danby, no el de la tarde. Bajo por la orilla del Esk, como anoche; sigo con sensación de irrealidad. 

Todas las tiendas están decoradas en plan navideño, debe ser Nochebuena enseguida. Siento una pena enorme por mí misma. Vale, mis esperanzas eran infundadas: ¿recién llegada y me iban a dejar libres estos días? Pero aun así. Será el primer año lejos de mi familia. Mi único nexo con el mundo real serán ocasionales llamadas desde el teléfono del pasillo, 24 peniques el minuto.  Banderley estará desierto, con sus pasillos de ecos interminables, aún darán más miedo del normal. Los pacientes menos graves de permiso, el jardinero de vacaciones, la cantina cerrada. Quiero irme y no volver jamás. 

Pegado al cristal de una tienda de caramelos me encuentra un cartel: "Conoce a Drácula con Lucy Westerna". Todos los días a las 8 de la tarde, bajo la torre del reloj, en la Plaza del Mercado. Decir las 8 aquí es como decir las 2 de la madrugada, dónde estará la plaza? Debe ser Lucy, la chica gótica que conocí cuando todo esto empezó. La losa de hace unos momentos en mi pecho se transforma en algo saltarín, parecido a una emoción positiva. Miro el reloj, las 5, aquí ya van a ir cerrando todo. Los caramelos tienen una pinta espantosa, unas barra enormes de colores que solo atraen a los niños que no saben aún lo que es  la vida. Una versión británica de los infames "adoquines": cada cultura tiene sus adoquines? me planteo. "Hunter's. Old Fashioned sweets"; "Hunters: caramelos anticuados", sería mi traducción-vale, totalmente cargada, las palabras nunca son inocentes. "Hunters: caramelos antiguos o tradicionales", dirían los que la nombraron, aquellos para los que cualquier tiempo pasado fue mejor, los que viven de viejas glorias, solo en su cabeza. Tu vida es gris e inane, pero un día hace siglos unos cuantos que nacieron aquí pasaron por la espada a otros allá lejos: tú lo llamas imperio. Y montas una tienda de caramelos malos. Madre mía, Mariona, para, qué sola estás. 

El pobre chico que sale a cerrar no tiene la culpa de nada. Tal vez ni el fundador, que solo siguió la receta de su abuelo. El chico da la vuelta al cartel de "bienvenidos, estamos abiertos" a "lo siento, estamos cerrados" en mi cara. Debe leer algo parecido a la desolación en mi actitud toda y abre la puerta: el "you all right?" de rigor, con fuerte acento local. Como llevo un buen rato pensando en castellano, me cuesta pasar al sajón, pero señalo al cartel componiendo una frase seguro limitada en su correción gramatical. Igual da: comunico y, el descendiente del señor Hunter me cuenta que Lucy organiza estos paseos en verano, cuando hay turistas, igual también para Halloween, pero a él no le suena ver grupos a finales de Diciembre resbalando por los adoquines mojados-tal vez helados-de las calles. Adoquines, otra vez, broma intraducible, así que simplemente asiento. Pero Lucy trabaja en el pub de aquí al lado, seguro que está. 


Está de vacaciones, pero no se ha ido a casa, eso me dice otro chico detrás de la barra del bar, versión masculina de gótico depresivo, anémico, ojeroso y al que le faltan unos kilos. Ha salido con Vlad, el perro del pub: sube por las 199 escaleras y por allí andará, entre las tumbas de St. Mary, o por la abadía. 

No recordaba haber subido por las escaleras la otra vez, pero a saber si estuve sonámbula, tras el viaje en bus nocturno, como la propia Lucy Westerna de la novela.  Esta vez cuento cada escalón y a medida que avanzo me planteo que tal vez debería volverme. Como en las pelis de miedo, cuando todos pensamos "no entres ahí", pero se entra. No puedo comprobar lo de los famosos tejados rojos de Whitby que cautivaron a Stoker, porque están ya oscuros, igual que todas las callejuelas que se abren en los laterales, siempre con un gato cruzando.  Muy pocos faroles, viven de la iluminación de los edificios fantasmagóricos ahí arriba. Cada vez más silencio, o el viento que no ayuda en lo de tranquilizarme. En el escalón 198 te das de bruces con el cementerio de la Iglesia de S. Mary. Al fondo, a la derecha, la abadía derruida, todo focos amarillentos en los ángulos adecuados. 

¿Lucy? -se me ocurre decir- ¿LUCY? -aquí ya gritando. Doy mi última oportunidad a este lugar. Me voy a la estación de buses a esperar el de Banderley con mi libro, aunque bajar con el cementerio de espaldas me inquieta aún más. 

Una respiración intensa, un trote y de detrás de la iglesia aparece Vlad, y Lucy. Claro que se acuerda de mí, aquí no pasa nunca nada. En verano ese camposanto se pone imposible con los turistas. Antes, con los grupos de góticos de todo el país: ahora lo han prohibido. Pero quién puede culparles: Lucy entiende perfectamente la atracción de lugar. Y me guía pasada la iglesia al caminito que conduce hasta el borde del acantilado. Al viento se une el ruido del mar. La iluminación de la iglesia y de la abadía, allá al fondo, y algún foco en tumbas aisladas le dan a todo un aire tan gótico como la propia Lucy. 

Por supuesto no se apellida Westerna, como la pobre víctima de Drácula, pero aprovechando tener el nombre en común, ha llamado así a sus paseos de turistas. Pero solo algunos se acuerdan de Lucy Westerna, los geeks de Stoker, la gente hace el paseo porque es lo que se hace en Whitby.  En realidad, ni siquiera le gusta este personaje.

-Lucy viene de una familia rica, es guapa y sus aspiraciones en la vida, como era el caso de las mujeres victorianas de su condición era casarse con uno de su clase, tener hijos y manejar a los criados. Si te lo planteas, no hay mucho diferente del hoy en día... es lo que mis padres querían que yo hiciera... por eso me fui de casa. En realidad, odio a Lucy porque nos parecemos demasiado...

Me sorprende aquella confesión. No debo ser la única que se siente sola. 

-Pensaba que tú eras de por aquí...-es mi gran aportación. 

-No, qué va. Soy del sur... me fui de casa hace siglos, primero para estudiar literatura en Oxford. Para entonces ya era la "oveja negra" de la familia. Solo mira qué pintas llevo. Hace siglos que no les veo, y paso... Te preguntarás por qué Whitby. Hice en mi tesis un análisis sobre lo femenino en Drácula. Vine a investigar, y ya no me pude ir. Llevo aquí un par de años. 

-Y hablas de todo esto que investigaste en tus paseos para turistas?

-Ah, no... ahí les cuento lo típico, la vida de Stoker, cuándo pasó por Whitby, dónde se alojó, allá enfrente en la pensión de la señora Veazey, en el 6 de Royal Crescent-y señala al otro lado del río-, sus visitas a la biblioteca, y sobre todo les pongo en contexto. Piensa que Drácula se publicó en 1897, ya en los últimos años de la Reina Victoria, ese periodo negro en el que las "buenas costumbres" eran más importantes que la gente. Parece mentira que un siglo después aún haya tanto de eso. Hacía poco que el país se había visto consternado por Jack el Destripador,que fue una gran influencia en Stoker... bueno, no solo Jack, también Byron, y Wilde... 

-Y Vlad el empalador...

-Ah, Vlad, sí la famosa página doblada en la biblioteca del pueblo-y se ríe- y el perro del pub. Sí, le puse yo el nombre, si te lo estás preguntando. Dudaba entre eso o Deméter... 

Se para, supongo que para calibrar si sé que el Deméter es el barco ruso que llega a Whitby en una tormenta, cargado con cajas de tierra de Transilvania, y con Drácula, claro, que baja en forma de perro negro. Como Vlad. Y sigue: - Pero cuéntame algo de ti...

Por dónde empezar: sé que ella quiere escuchar detalles escabrosos de Banderley, o incluso de la noche anterior. Le gustaría la historia de un suicida que no lo es, tal vez. Sin embargo, le hablo de lo lejos que estoy de todo lo que me importa, de mi familia, de cuánto los voy a echar de menos estas navidades, que me tengo que quedar en el maldito castillo embrujado, en el manicomio encantado, en el internado con fantasmas. Que no soporto a Cook, mi supervisor que es un matón, que no tengo verdaderos amigos, que todo parece secreto y que no pertenezco. Que estoy pensando en coger la maleta y no mirar nunca atrás. 

Seguimos en el acantilado, luchando con el viento que nos tira el pelo a la cara. Lucy mira hacia el mar-o sea, a la nada- mientras hablo. Le cuesta un rato responder, pero no importa: estoy bien ahí, enmedio de un cementerio, de un semi-vendaval y con una casi-desconocida. 

-Ah, Mariona, solo el hecho de haber volado tan lejos de tu familia, tu ciudad, tu país ya te hace interesante para mí. Qué he hecho yo? Tirar un poco para el norte, con un título de prestigiosa universidad que me abriría la puerta de infinidad de trabajos, tanto aquí como en el extranjero. Pero aquí estoy, cómoda en una pequeña ciudad, cebando mi "interés especial" y sabiendo que si se tuercen las cosas, ahí está el dinero de mamá y papá. Que me odian, que querrían que fuera como ellos, pero que soltarán la pasta si levanto un dedo. Te podría llamar Mina? Porque tú eres muy Mina Murray. 

No entiendo por dónde va, sospecho que, como todo crítico literario que se precie, me va a hacer un análisis pseudo-psicológico de personajes que ha estudiado hasta la saciedad en su tesis. Mina Murray, yo?

-Mina es inteligente, trabaja de asistente de directora en un colegio, aprende pronto, y es valiente. A diferencia de Lucy, necesita trabajar para vivir. Si te das cuenta, en la sociedad victoriana, a las mujeres no les quedaba otra que estar al servicio de sus maridos, y así pasa también con Mina, que aprende a escribir a máquina y otras cosas para ayudar a su marido, no para ella misma. Pero por lo menos no es un mero trofeo, un adorno para él, como Lucy. Ya sabes que la novela está escrita usando diversas fuentes, una técnica de la época, incluyendo recortes de periódico o cartas de los protagonistas. El tono de Lucy y Mina es muy diferente: la primera es infantil, le gustan los chismes y la frivolidad. Mina es responsable, madura... es curioso que Van Helsing podría haberse referido a Mina como "virtuosa", pero sin embargo la define con dos adjetivos propios de la masculinidad victoriana: "con coraje y valor". 

-Guau... se nota que tienes una tesis, destilas academia. Hace poco he releído la novela-dicen que todos los residentes lo hacemos al llegar a Banderley-y te aseguro que no he pensado todo esto...

-Oh, no es nada. Igual que a ti te están dando las herramientas de tu profesión, estas fueron las mías. Es un lenguaje y una manera de mirar: se aprende. A mí me gustaría aprender precisamente los conceptos que tú manejas, para poder analizar los personajes con conocimiento de causa. 

-No vas desencaminada, porque la crítica literaria se ha nutrido mucho del psicoanálisis, una corriente a la que le pondría muchos peros. Pero me interesa mucho tu análisis de lo femenino...

-Fíjate, -Lucy habla deprisa- Mina es un ejemplo del estereotipo tardío victoriano, "la Mujer Nueva". Mina es independiente, soluciona problemas, es proactiva e incluso se mete en un viaje ella sola a Budapest en busca de su novio. Por supuesto, es fiel y discreta, faltaría más, pero no es la mujer victoriana normal. Por contraste, Lucy es inocente, vulnerable, pura (que para las mujeres de la época dependía de su virginidad)...

-Antes de leer la novela vi la peli de Coppola y...

-Arghh -suelta un grito que me asusta- ¡¡¡esa pelicula!!! A ver, que no está mal, pero por favor, que no la llamen "Drácula de Bram Stoker", porque no lo es...

-Exacto, -intento terminar mi frase- con la peli no quedas con la impresión de Lucy inocente, más bien al contrario, Lucy ninfómana...

-Claro, es 1992, un siglo después. Coppola presenta a las mujeres tremendamente sexualizadas. No estamos acostumbradas a que se nos represente así, verdad? Mi departamento también incluía estudios feministas -anota con un guiño-. Eso por un lado, y por otro se saca una historia de amor de su culo (perdón, soy muy malhablada, pero de su chistera me sonaba aún peor)... decía que se inventa la historia de amor de Drácula con Elisabetta (re-encarnada en Mina) para justificar que viene a Inglaterra por amor, no para lo que viene, que es para chupar sangre.... Mira ven...

Y vuelve hacia la iglesia, entre las tumbas. Yo siento mucha envidia de que lo que yo leo por diversión, ella lo ha estudiado en profundidad. Mientras yo me estudiaba las mitocondrias, Lucy estaba analizando a Mary Woolstonecraft y a su hija Shelley.  Se sienta en un banco de piedra y pone la mano al lado, y la sigo. Mira, este es el banco en el que se solían sentar Lucy y Mina, las de la novela, no nosotras -y se ríe- para hablar. ¿Te acuerdas de lo que pasa en la madrugada del 11 de Agosto? Es la famosa escena cuando Mina se despierta y descubre que Lucy ha vuelto a abandonar su cama, otro de sus episodios de sonambulismo. Se pone su chal y corre hasta aquí. Justo desde el último tramo de las escaleras ve a Lucy con su camisón blanco -recuerda, pureza- con una figura en sombra detrás, que se está inclinando sobre ella. Mina sube como puede las últimas escaleras y ve la cara pálida con los ojos rojos de ese ser. Cuando llega aquí, a este banco, ha desaparecido, y Lucy está dormida, tapándose el cuello. Justo aquí, donde estamos sentadas. No es emocionante? Creo que cuando descubrí este banco, supe que me tenía que quedar en Whitby...

-Y esta escena me vuelve a llevar a la película, le digo. Lucy lleva un vestido rojo de tules y tiene sexo misionero explícito con Drácula metamorfoseado en lobo... nada que ver.... 

-Sí, ellas poseen una sexualidad salvaje que atrae y destruye a los hombres... siempre lo mismo. Pero fíjate que Drácula nunca es descrito como guapo o deseable, es delgado, alto, cruel,  duro... su atractivo sexual viene por el cine, no por Stoker. Y ahora ven, mira esta otra tumba tan antigua: lees el nombre?

-S-w-a-l-e-s? Swales? 

-Sí, nuestro admirado Bram paseó por estas tumbas y copió el nombre de Swales, un muerto real, al que convierte en la primera víctima de Drácula al llegar a Whitby... Swales es el oráculo que les dice a Lucy y Mina que siente que algo malo ha llegado a Inglaterra...

La campana de la iglesia da la media: es tardísimo, voy a perder el autobús.  Lucy se ríe -Ya sabía que si me pongo a hablar de mi tesis, no cogerías ese bus de vuelta al "castillo encantado".

Me siento como una mezcla de Sharon Tate en "El baile de los vampiros", corriendo, y cenicienta moderna, escalones abajo, que esta vez no cuento. Pero debo haber superado el centenar cuando recuerdo el brillo de la mirada de Lucy hablando de mi vuelta al "castillo encantado". Seguro que le gustaría venir por Navidad.



12 comentarios:

  1. Voy a tener q leerme el serial desde el principio.
    Algo ha cambiado en cómo escribes, me parece. Los primeros capítulos me parecían fríos y muchos los vi de lado o no los leí. Ahora quiero q sigas.
    Besos

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  2. Qué mona MARISA, gracias. Sería cruel ponerte a leer esto desde el principio...jajajaj pero tengo un resumen para mí misma o me olvido! Quedaría genial decir q la frialdad inicial fue planeada, pero no hay plan. No sé, creo q al principio pasé mucho tiempo "describiendo un ambiente" opresivo, agobiante. No había acción, aunque en general sigue sin haberla. LOL... Como me dice Fashion: cuándo sale el muerto?!

    Otra cosa: me hace ilu q digas esto de este capítulo q no hay paciente, pq ya veo q al lector le interesa más obviamente cuando hay. Pero auqnue no haya plan per se, y no sepa exactamente qué es esto, sí q sé lo q no quiero q sea, por ejemplo un listado de historias de pacientes.

    Muxusss

    di

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  3. Justo hoy hablo de los vampiros en mi blog, qué casualidad. La verdad es que estos días me he visto la miniserie de la BBC: Dracula. Y lo cierto es que me ha encantado, y mira que era difícil darle otra vuelta de tuerca al tema. Pero que Van Helsing sea monja me robó el corazón.

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  4. Hola SES! Gracias por tu comentario y por recoemndar la serie de la BBC. Te cuento: no la he visto pq he leído críticas muy variopintas, pero si te ha gustado, igual le echo un ojo: Van Helsing de monja suena genial. De hecho dicen q Van Helsing es el verdadero prota de DRácula, ya q él sale lateralmente en la novela y es van Helsing el "héroe".

    Preparando este divague, estuve mirándome trozos de la peli de Coppola y comparando con la novela (q no me he releído para la entrada, pero sí q me he mirado mucho los capítulos de Whitby), y el tema sexual o de Drácula como atractivo (q dices en tu blog) es cosa del cine, Stoker no lo pinta así en absoluto, más bien repulsivo.

    También me miré trozos de las pelis de la Hammer con Christopher lee como el galán Drácula, pero el verdadero galán es Peter Cushing haciendo de Van Helsing... qué glamour haciendo de gentleman inglés!

    En fin, una novela impresionante...

    Petons

    di

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  5. Drácula es fascinante, se pueden sacar interpretaciones y más interpretaciones de ahí. Me ha gustado este capítulo "draculiano". Como curiosidad, te mando este enlace sobre la primera versión de Drácula en español: https://www.lavanguardia.com/cultura/20210107/6170385/que-idioma-empezo-hablando-conde-dracula-cine.html
    Espero que estéis sobrellevando bien el lockdown. Nosotros estamos al borde de lo mismo, 2021 no parece mucho mejor que 2020. ¡Feliz Año de todos modos!

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  6. Gracias ELENA! Qué interesante lo q mandas. Había oído hablar de pelis q se rodaban de noche, pero no sabía esta historia ni q había existido un Drácula cordobés.

    Has visto la serie de Drácula de la BBC? Me la recomendó SES (arriba), yo no la había visto pq las críticas eran variables, pero cuando SES dijo "Van Helsing es una monja" me ci cuenta q tenía q verla. Por dónde empezar! La serie es muy irregular, son solo tres capítulos. Yo estuve a punto de dejarla en el primero, cuando harker descubre un sótano en el castillo con zombies, no vampiros! (lo gore no me gusta, y hay bastante gore en la serie). Al principio, Drácula aún aparecía de viejo, y no muy bien caracterizado, pero el castillo era MARAVILLOSO. Por dentro, menudo disenio, y por fuera, un castillo bastante austero de Slovakia, el Orava https://www.slovakia.com/castles/orava-castle/ q a mí me fascinó. Seguí, principlamente por el guión de la monja atea. Me pareció genial explicando porqué seguía siendo monja y comparándolo con un matrimonio de mediana edad, por ejemplo. Cuando empieza a interactuar con Drácula en ese primer capítulo es apoteósico... hay una escena con Drácula (q es ese actor de danés de "The square", Claes Bang) en bolas, delante del convento con Van helsing no dándole persmiso para entrar q es genial... Los otros dos capítulos no están tan bien, la monja ya no sale tanto, pero en el último, en las primeras escenas sale Whitby, la abadía... vamos, donde está este divague pasando. Tb me gustó el uso q hacen de los personajes (e.g. renfield es su abogado en la época actual), aunque el final de Lucy, muy desagradable...

    Estamos tranquilos en lockdown pero asustados con pillar el bicho pq la situación en hositales debe ser horrorosa. Ya estoy en fase de no leer la prensa, pero las circulares del trabajo no ayudan... mucha lectura estos días, q tengo bastantes de tus recomendaciones ahí ya esperándome.

    Hugs

    di

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  7. Coincido contigo en todo. A mí también me maravilló esa monja, y algunas escenas en los que ella tiene esa mirada, llena de conocimiento, tan segura. Y el final también me gustó muchísimo (aunque no digo nada, por si alguien quiere verla).

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  8. Sí, vi la serie de la BBC, fascinada también por ese Van Helsing como monja, aunque igual que tú encontré muchas cosas que no me gustaron en esa adaptación. Lástima, porque tenía algunos momentos memorables. Por cierto, en Caixaforum están haciendo una exposición sobre vampiros (sobre todo cinematográficos) que está muy bien para los que gustamos de estas cosas. Me temo que se acaba a finales de enero, de modo que no hay posibilidades de que puedas verla, pero tal vez más adelante viaje a otras ciudades (ya estuvo en Madrid, anteriormente).

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  9. Gracias SES y ELENA... nos juntamos el trío de fans de Agatha Van Helsing! Yo no conocía ni a la actriz, un descubrimiento su fuerza, su mirada, y su vis comica. A mí el final-final (cómo y por qué muere Drácula) tambien me pareció creativo y bien traído. Son los guionistas de Sherlock, q yo no he visto, no sé si merece la pena, pero todas las críticas hablan de eso.

    Otra cosa, por si no habéis visto: a mí es q me encanta todo eso de "behind teh scenes" y aquí este "cómo construimos el castillo de Drácula" es genial, luego con los restso hicieron el barco!
    https://www.youtube.com/watch?v=QRw9poBw1YI

    Ahhh que chulo lo del Caixaforum, acabo de ver el video... quiero ir!
    https://caixaforum.es/es/barcelona/p/vampiros-la-evolucion-del-mito_a9348862
    Igual algún día, "cuando todo esto pase", llegará aquí... ojalá! Al ver Nosferatu al principio recuerdo q la vi una noche de halloween en el Ritzy, un cine genial con pianista en directo... esos timepos de cine!

    Mil besos guapas.. "soy tu peor pesadilla, una mujer educada con crucifijo!" o "come on boy, suckle!" :):):) ... viva Agatha!

    di

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  10. ¿Que no has visto el Sherlock de la BBC con Benedict Cumberbatch? Pues corre a poner la tele. Para mí, una ingeniosa y buenísima puesta al día del detective de Conan Doyle. Un verdadero Sherlock del siglo XXI. ¡Y qué buenos actores!

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  11. Oh no ELENA< otra serie buena q no he visto! Y mira q me gusta Holmes y Cumberbatch, pero cuando vi el número de capítulos (ya sabes, tengo conflicto con el "compromiso" jajaja) dije, no... o sea, q tengo q verla, me lo imaginaba...

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  12. Marrasquinos, esos sí me gustan, ya sabes dónde.

    La primera parte, muy triste, la siento como sincera, nada impostada. La segunda, diferente, es como un intercambio de comentarios entre dos personas muy leídas y apasionadas por la literatura. Diferente este capítulo, supongo que lo hacemos mejor cuando somos sinceros pero controlando la emoción, más sobrios. Pero es subjetivo, claro.
    Un abrazo

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