Los Hormigas Polis Malos

Como decíamos anteayer, los hormigas son una especie un tanto molesta, pero con la que se puede usar el mejor mecanismo de defensa (el humor) para sobrellevarlos. Recuerdo que en el cole diferenciábamos dos tipos de hormigas: las negras, que eran las poli bueno y las rojas, las poli malo. Las rojas mordían o picaban y había que tener cuidado con ellas. Con los hormigas polimalo es más dificil (aunque no imposible) reírse.

La naturaleza ha dictado que las hormigas convencionales vivan en comunidad y trabajen para ella, ciegamente. Pero el hormiga polimalo es la paradoja de estos insectos: vive en una comunidad pero piensa y mira exclusivamente por/para sí mismo. Cuenta con una series de verdades adquiridas hace mucho -y quién sabe cómo- que nunca se cuestiona y, como decía Popper, simplemente tiende a buscar hechos y datos que le corroboren en estas máximas.

Los hormigas polimalo creen que el que no ha llegado donde ellos es poque no se ha esforzado lo suficiente. Piensa que el mundo está lleno de "mangantes" y que todos esos parados/enfermos/madres solteras lo único que hacen es vivir del cuento, con su dinero. Como no es de fiar, desconfía de todos. Atribuye sus motivaciones a los demás, que salen mal parados, claro. Los demás siempre quieren "forrarse", "escaquearse" o "aprovecharse". Sobre todo los políticos. Para él, ninguno entra en política con ganas de cambiar el mundo: son todos ladrones. No los ve un reflejo de la sociedad en la que vive, y piensa que el pedir lo más caro en una cena de grupo pagada a escote, que es lo que él hace, es de lo más justo.

No cree que hablar con nadie de tu problema vaya a solucinar nada, ni esas chorradas de la unión hace la fuerza... eso es de pancartistas y titiriteros. Anda que no iba mejor este país cuando había una mano dura. Por no hablar de los inmigrantes: se siente amenazado, y es que van a tener que hacer algo, esto no puede seguir así, nos vamos a tener que ir los vetustianos de toda la vida.

Estos hormigas saben que, para que ellos vivan tan bien, otros han de vivir mal. Pero así es la vida, que hubieran trabajado como yo. Lo que no saben, seguramente, es lo que cuentan Wilkinson y Pickett, eminentes epidemiólogos ingleses en su libro "Porqué las sociedades igualitarias casi siempre funcionan mejor". En este libro, usando datos epidemiológicos los autores demuestran que, cuanto más igualitarias son las sociedades, hay más niveles de confianza entre la gente, y mayor es el compromiso con un desarrollo sotenible. Cuanto mayor es el gradiente de diferencia social en una sociedad, más embarazos adolescentes, más mortalidad infantil, más obesidad, peores niveles educativos, más enfermedad mental, uso de drogas y alcohol, que termina en violencia, delincuencia y cárcel.

Estos hormigas no establecen esta relación que parece obvia en el párrafo de arriba: para ellos, en lugar de prevención debe haber más policía, y a ser posible más cárceles. Para eso sí que pagan sus impuestos a gusto: no para sanidad o educación públicas. Ya tiene él un plan de pensiones bueno y los niños en un colegio donde otro hormiga polimalo es el director. El Hormiga mira de salvar su pescuezo y en su individualismo, no le importa a quién se lleve por delante. No lucha en contra de la injusticia, cada palo que aguante su vela.

En el otro extremo, tenemos gente como Murrow. El otro dia vi una película titulada "Buenas noches y buena suerte", dirigida por George Clooney en 2005. Clooney hace de secundario y el que lleva todo el peso es David Strathairn, que interpreta a Edward R. Murrow, un periodista de radio y de la recién estrenada television en los años 50. Nos situamos en la época terrible de la "Caza de Brujas" McCarthista. Las técnicas del Senador McCarthy a la busca y captura del comunista (sobre este tema, también interesante "Me casé con un comunista" de Philip Roth) no eran muy innovadoras: miedo, buena dosis, y en vena. No hay como tener un pueblo asustado para sacar lo mejor de él: obediencia, conformidad, sumisión.

Edward Murrow miraba a la cámara y contaba una historia cada día, con esa voz tan característica de los reporteros de los 50. Siempre terminaba el programa diciendo "Buenas noches, y buena suerte". Ver algunos de los anuncios resulta hoy chocante, igual que ver imágenes reales del tal McCarthy. Dicen que la audiencia que vio la peli en pruebas se quejó de que el actor que interepretaba a McCarthy estaba "sobreactuado", cuando lo que usaron fueron cortes reales! (ya dicen que la realidad supera a la ficción).

Su trabajo era aplaudido por la compañía (CBS) y por los anunciantes. Pero un día decide contar una historia políticamente incómoda. Los anunciantes no van a saltar de contentos con este jaque al gobierno, pero Murrow ve que lo que está en juego es su responsabilidad como periodista. Edward Murrow actúa en las antípodas del Gran Hormiga, de una manera heroica: se juega su trabajo y por lo tanto, su seguridad y el pan de sus hijos por denunciar algo que cree incorrecto e injusto.

Viendo la peli, me planteaba que los hormigas polismalos no creerían en el gesto heroico de Murrow. En el fondo me dan pena. Pero yo creo que merece la pena sacudirse la desconfianza y el individualismo y seguir intentando cada día ser alguien más valiente, más solidario, más generoso, más confiado. Mejor.


Ref: Richard Wilkinson and Kate Pickett (2008) "The Spirit Level: Why More Equal Societies Almost Always do Better".