an

19 abril 2025

"Pedro Páramo" de Juan Rulfo: Bitácora de una lectura que empezó sin brújula

Mi mejor libro del año pasado fue el de una mexicana, Elena Garro, y mi mejor libro de este año, y estamos en abril, será el de un mexicano, Juan Rulfo, estoy segura. Ambos son de esos libros que cuando los terminas decides que tienes que ir físicamente a intentar seguir los pasos de los autores, escuchar el acento con el que hablan los personajes, mirar de lejos las llanuras polvorientas, escuchar música en directo en los bares (esto último es uno de mis recuerdos de las noches en ese país, tapada con una "cobija"). Volver a México, aunque este verano no va a ser. 


Mi historia con "Pedro Páramo" viene de lejos: empecé a leer esta novela de 103 páginas cuando fuere -no anoté fechas- y lo dejé en la página 31. No recordaba por qué, ni le veía sentido que hubiera "aguantado" 31 páginas para luego dejarlo: cuando una voz no es para ti, se descubre mucho antes. Así que intentar leerlo tenía un poco de duelo con la memoria: me habías hecho esta jugada, pero de nada te iba a servir. 


Como primera estrategia, hice trampa: básicamente seguí los pasos de Rulfo y comencé con su libro de relatos "El llano en llamas", porque esa serie de 17 relatos -publicada en 1953- fue la manera del autor de acercarse a Páramo. Parece que Rulfo comenzó a pensar en "Pedro Páramo" allá por 1947, pero no la publicó hasta 1955. Su única otra novela es "El gallo de oro", publicada décadas después en 1980. Cuando se piensa en lo poco que publicó hay que considerar su precisión, esto no se escribe en unas tardes. 

Así que comencé con los relatos y ya desde el primero entendí que estaba ante una prosa de otro nivel. Voy a hacer otro divague breve de "El llano en llamas" como una escisión de este, porque aunque le podría dedicar aquí un párrafo, no me quiero desviar -y lo escribe alguien desde "divagando al cuadrado".



Por tanto cuando comienzo "Pedro Páramo" -qué maravilla de sonoridad de nombre, para empezar-, ya estoy sobre aviso de que esto va a ser poesía en prosa sobre un grupo de gente que más en mis antípodas no podrían estar -nos separan casi un siglo y un océano- pero cuyas historias, en lo rural y polvoriento y remoto y lento y brutal de México, deberían acabar tocándome profundamente. Pero lo que ocurre es que me cuesta muchísimo entender precisamente esas historias que espero universales, y me siento enmedio de una tela de araña o un laberinto sin hilo de Ariadna, por poner un par de metáforas facilonas, trilladas, después de haber leído las de Rulfo. Un ejemplo, hablando de telas de araña:
"un llanto suave, delgado, que quizás por delgado pudo traspasar la maraña del sueño, llegando hasta el lugar donde anidan los sobresaltos".
Vuelvo a su principio: "Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo". Colecciono comienzos de libros que me encantan, y este es ya uno de ellos. Digo colecciono, pero esto es solo en mi cabeza: para que exista, para que sea verdad, debería escribirlo. Y publicarlo. Y conseguir que los divagantes me enviaran los suyos. Qué proyecto tan chulo, en mitad de esta Semana Tonta de recogimiento lector. Atención a este otro comienzo: "Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo"... suena?..claro, es "Cien años de soledad" publicada en 1967. Ahora, lean esto: "El padre Rentería se acordaría muchos años después de la noche en que la dureza de su cama lo tuvo despierto y después lo obligó a salir", del fragmento 41 de "Pedro Páramo". Podría ser coincidencia si no fuera porque García Márquez explicó que la novela de Rulfo le causó una impresión tan fuerte como la lectura de "La metamorfosis" y que se la sabía de memoria-y es literal. También decía que, pese al puñado de páginas que había escrito Rulfo, ya había pasado a los ochomiles de la literatura (gracias Nán). 

El fragmento 41: uno de los 70 de la novela, que no tiene capítulos sino simplemente un doble espacio donde termina un fragmento, y luego empieza otro. Con distintas voces, con tiempos distintos, en desorden. Ahí aún no lo sabía, solo que entendía muy poco de la narrativa pero a la vez que era tan bonito que tenía que seguir, solo para empaparme de la forma, completamente sin brújula. Y ahora creo que se puede leer todo así, pero me pudo la curiosidad: tal vez cuando intenté este libro la vez anterior no existía internet, pero pasados unos cuantos fragmentos ahora entré a ver si esto que me pasaba era normal. Enseguida encontré la respuesta: el mismo Rulfo decía que no se entendía la novela hasta la tercera lectura. Y encontré un podcast que en cuatro capítulos de una hora leían tramos -casi todos me sonaban- y luego explicaban un poco el significado y esa trama que a mí no me importaba, pero que definitivamente ayudó. 



La novela como digo, está dividida en 70 fragmentos y hay tres líneas narrativas: la narración en primera persona de Juan Preciado (uno de los múltiples hijos de Páramo, con el que empieza la narración, aquí cronológica), la narración de algunos personajes que dialogan o cuentan breves episodios que complementan la historia y la vida de Pedro Páramo, narrada en tercera persona y no cronológicamente. Si no parece muy complicado, se añada que en cada fragmento puede estar insertado trozos de cada uno de los tres monólogos que recorren la novela: el de Dolores Preciado (la madre de Juan que le ha mandado a Comala tras su muerte), el del propio Páramo y el de Susana San Juan, la única mujer a la que amó Páramo. En el podcast te dicen por número en cuales de los fragmentos ocurren estos trozos (y de hecho en uno de los episodios los leen del tirón) y los voy a apuntar aquí en plan labor social, porque seguro que quien no lo haya leído se va a animar:
  • Dolores Preciado [2, 3, 9, 30, 37]
  • Pedro Páramo [6, 7, 8, 10, 45, 61, 68, 70]
  • Susana San Juan [42, 53, 57, 64]

El monólogo de Páramo es muy bonito, y me hacía pensar que esta es en realidad una novela de amor, aunque no lo sea. Páramo es un cacique siniestro que usa el terror para controlar y no duda en hacer matar al padre de su enamorada para tenerla más cerca. Sin embargo...
"Tus labios estaban mojados como si los hubiera besado el rocío"

"El día que te fuiste entendí que no te volvería a ver. Ibas teñida de rojo por el sol de la tarde, por el crepúsculo ensangrentado del cielo".

“Qué haré ahora con mis labios sin su boca para llenarlos? ¿Qué haré de mis adoloridos labios?”

“Dice que ella escondía sus pies entre las piernas de él. Sus pies helados como piedras frías y que allí se calentaban como en un horno donde se dora el pan. Dice que él le mordía los pies diciéndole que eran como pan dorado en el horno.”
"Esperé treinta años a que regresaras Susana. Esperé a tenerlo todo. No solamente algo, sino todo lo que se pudiera conseguir de modo que no nos quedara ningún deseo, solo el tuyo, el deseo de ti". 
«Hace mucho tiempo que te fuiste, Susana. La luz era igual entonces que ahora, no tan bermeja; pero era la misma pobre luz sin lumbre, envuelta en el paño blanco de la neblina que hay ahora. Era el mismo momento. Yo aquí, junto a la puerta mirando el amanecer y mirando cuando te ibas, siguiendo el camino del cielo; por donde el cielo comenzaba a abrirse en luces, alejándote, cada vez más desteñida entre las sombras de la tierra.

»Fue la última vez que te vi. Pasaste rozando con tu cuerpo las ramas del paraíso que está en la vereda y te llevaste con tu aire sus últimas hojas. Luego desapareciste. Te dije: "¡Regresa Susana!"»



Susana, que había sido el amor de infancia de Páramo pero luego se había ido, enviudado, y que luego llegó para ser la segunda oportunidad para Páramo, cuando reparació vieja, enferma y enloquecida. Pero el amor, a él, le sigue quemando... Amor constante, más allá de la muerte, porque luego -y esto lo he aprendido tras terminar la novela, alucinen-, parece que hay un intermedio hacia la mitad, cuando Juan Preciado muere- que "sirve de explicación de la primera parte y de  transición hacia la segunda" en el que nos enteramos de que lo que habíamos leído hasta ese momento era conversaciones entre muertos.



Todos -menos los hermanos incestuosos, que están vivos- son almas en pena que vagan por Comala, almas que pagan sus culpas y hablan entre sí [un potencial título fue "Los murmullos"] y que están condenados a hacerlo por toda la eternidad. “Porque tenía miedo de las noches que llenaban de fantasmas la oscuridad. De encerrarse con sus fantasmas. De eso tenía miedo.” De miedo murió Juan Preciado, aunque nos la describa así Rulfo:
“No había aire. Tuve que sorber el mismo aire que salía de mi boca, deteniéndolo con las manos antes de que se fuera. Lo sentía ir y venir, cada vez menos; hasta que se hizo tan delgado que se filtró entre mis dedos para siempre”
Y así la del propio Páramo:
“Después de unos cuantos pasos cayó, suplicando por dentro; pero sin decir una sola palabra. Dio un golpe seco contra la tierra y se fue desmoronando como si fuera un montón de piedras.”
Es muy bestia, y es que todo el libro está lleno de imágenes así. Ya leyendo los cuentos tenía muy claro que el gran tema de Rulfo es La Muerte, y es imposible no pensar en el famoso Día de los Muertos, con toda su iconografía maravillosa, "Coco" o esos disfrazes de Halloween. Pero es que Comala, que un día fue un lugar feliz y efervescente, lleno de ese colorido de esa parte del mundo, se ha tornado un lugar gris y espectral. Está Rulfo comentando la Revolución mexicana, las guerras cristeras? Al final, tras la revolución agraria de 1910 y la nueva Constitución en 1917 que les dio derechos a los campesinos y separó a la Iglesia del Estado, se perpetuó el poder de los de siempre y sus intereses particulares (Páramo ofrece hombres y dinero para "apoyar" la Revolución-al final solo pone lo primero-, en realidad a sí mismo).


 Hay más temas: las mujeres (todas muy icónicas, la madre que le manda a "exigir lo suyo", la alcahueta Dorotea, la loca, el mito de "La llorona"), el viaje interior y exterior, el cielo, ese cielo negro y bajo mexicano que "se adueña de la noche" , ese cielo protector lleno de estrellas ["El cielo estaba lleno de estrellas, gordas, hinchadas de tanta noche"] -otro potencial título fue "Una estrella junto a la luna" . 

Un libro lleno de subrayados de frases redondas, perfectas, que no se podrían haber dicho mejor ni de otra manera, que me tendría que poner a copiar entero para hacerle justicia. No extraña que Gabo se lo aprendiera de memoria. Un libro áspero, oscuro, que huele a polvo y a tierra roja y que suena a Chavela Vargas...

Me quitarán de quererte, llorona
Pero de olvidarte nunca
Si ya te he dado la vida, llorona
¿Qué más quieres?
¿Quieres más?

5 comentarios:

  1. Wow, muy bien descrito Di, la misma facinacion senti cuando le entendi, muchos años despues de haberlo leido de niña en el colegio que era parte de los libros obligados.

    ResponderEliminar
  2. ...en Mexico, por supuesto. Saludos desde Guanajuato, Mexico, te sigo y disfruto de tus divagues.

    ResponderEliminar
  3. Cristina desde Guanajuato!!! Pero qué ilusión! Muchas gracias por comentar. No me puedo imaginar que esta lectura fuera obligada escolar, y que encima no os dieran un mapa! Pero bien por ti q lograste a esa edad sentirte fascinada por esa prosa.

    Sabes q estuve en Guanajuato hace muuuchos anios? Tengo q retomar mis diarios (un viejo proyecto mío es publicarlos aquí) a ver qué contaba pq me acuerdo de muy poco... principalmente de una foto q estamos en una barandilla en un alto y abajo está la ciudad, maravillosa. Ah, y otra en el "Callejón del Beso"... haciendo lo propio en la época en la q no se habían inventado los selfies :):)

    muchos besos y arriba méxico!

    di

    ResponderEliminar
  4. Me has dejado un poco emparamado... la prosa de este Juan (no lo leí) te hace sentir algo adolescente, no más!!!

    Bicos sin callejón...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me gusta "emparamado", MV, que no "empanado". Es una palabra q no tiene traducción en inglés y que a menudo he tenido q explicar a los ingleses... creo q sin dar en la diana, seguro.

      Bicos de gloria

      di

      Eliminar

Comenten bajo su propio riesgo, sin moderación. Puede ser divertido.